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pelagatos

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Cualquier cretino pelagatos de poca sesera puede ser periodista...

trovadores de la rabia

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A veces  sin dinero bailan  gratuito amor al prójimo  fieles  como la humedad al agua pero hay de perros a perros perros cirqueros perros falderos perros sin dueños tanto que perros no-callejeros los oigo ladrar los oigo cantar estrofas de aullidos trovadores de la rabia •

Estás muerto, Rubén

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Estás muerto, Rubén pero algún provecho le sacaremos a tu lado moridor ¿Verdad que sí? Sí, di que sí, Rubén Tú ya no necesitas ser tú Deja que nosotros sigamos siendo tú saboreando el salado moco nostálgico que nos heredaste

Ninguno me dio dinero

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«Para vivir como artista dejé de trabajar hace unos diez o doce años. Fue sumamente desagradable para mí. Ni siquiera puedo decir que mi decisión fuese un asunto de elección. Tenía que hacerlo o moriría de aburrimiento. Por supuesto, no me pagaron para dejar de trabajar y vivir como artista. Pronto llegó el momento en que tuve que mendigar un pedazo de pan. Aquellos a quienes les pedía pan o abrigo me contestaban cosas extrañas. Hermano, me dijo un hombre, ¿por qué no guardas dinero para los días de lluvia? Otro me dijo: abre tu corazón a Dios y serás salvado. Y otro: únete al sindicato y te encontraremos un trabajo y podrás comer y tener un lugar para dormir. Ninguno me dio dinero, lo cual era todo lo que yo pedía. Me di cuenta de que estaba condenado al ostracismo y de que, si uno elige vivir su vida a su manera, debe pagar el precio» Henry Miller , Carta abierta a los surrealistas...

Nunca lo olvides

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" ..... la amistad vale más que el talento. Nunca lo olvides. Si te hubieras preocupado de rodearte de amigos, ahora no tendrías que venir a pedirme ayuda." Don Corleone.

monstruosa falsificación histórica

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Enquistados en las instituciones oficiales o enganchados a pulpos empresariales que difunden chatarra mediática, los intelectuales pretenden justificar un papel de independencia crítica, una posición progresista, pero esa «ilusión activa» choca con la realidad del drama social y su monstruosa falsificación histórica; y en el momento de que se ven impelidos a afrontar las contradicciones y a dar prueba de su legitimidad supuestamente marxista, sino se van por el camino de los viejos utopismos (de «los sueños gelatinosos», como decía Gramsci), entonces incurren en la reabsorción convenenciera de materialismo dialéctico y, a la manera de la ortodoxia, sólo toman el método, «adecuando» la teoría de Marx en grado tal que pueda coincidir con cualquier corriente política, sea ésta agnóstica, liberal o reaccionaria.

DESFILE DE PÁJAROS CILANTREROS Y OTRAS COTORRONAS DE LA CULTUROSADA TIJUANACA

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DESFILE DE PÁJAROS CILANTREROS Y OTRAS COTORRONAS DE LA CULTUROSADA TIJUANACA.- Leobardo Sarabia . Intelectual orgánico en el vaivén hormonal de la política (cultural), organizador de festivalitos cultureros y uno de los «chamanes» o «concheros» más sobresalientes del FOCUC. Aunque «coptado» por el prianismo tiene sus méritos, pues su idea o configuración de la materia es golpetear el hueso pubiano de esa piltrafa desmadejada que tenemos por cultura. Padece la anomalía (¿o «virtú» maquiavélica?) de fungir como el consejero politico-cultural e ideador de la dizque "plataforma" (digamos, otra vez, cultural) de las yerbas vaciladoras que, en materia de cultura (perdón por la rebuznancia), trae bajo el brazo panista la «Petunia» Osuna Millán , desgobernador del estado.

DESFILE DE PÁJAROS CILANTREROS Y OTRAS COTORRONAS DE LA CULTUROSADA TIJUANACA.-

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DESFILE DE PÁJAROS CILANTREROS Y OTRAS COTORRONAS DE LA CULTUROSADA TIJUANACA .- Daniel Ruanova o cuando las trivialidades adquieren un sabor a trascendencia. Si Denner duraba cuatro años haciendo un retrato, este güey del Ruanova, mojando trusas y pinceles acaba sus “magnas obras” en el tiempo que dura en estar al tiro una sopa «Maruchan». Ay, la naturaleza y el arte; un caótico practicismo sin perspectiva histórica, tenebroso espejo que todo lo descompone. No obstante que drena y mama del oficialismo culturero, se siente un artista muy «independiente» y se pasea por el CECUT y el CEA de Chicali como gallo en su gallinero.

IDEM O ALGO ASÍ COMO EL CHARKITO / por LUPS MEZZ

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[UNA BIOGRAFÍA NOVELADA DEL  CHARCOMEN]  por LUPS MEZZ En la universidad, conté con el privilegio de haber compartido  el aula con el cerebro más maravilloso que haya conocido nunca; extraordinaria memoria, capacidad de análisis,  elocuencia y sobre todo disposición actoral que absorbía  la atención absoluta de los interlocutores. Podía pasar horas escuchando,  sus temas eran  de  interés innovador, parecía que  las conversaciones abordadas tenían un halo de misticismo, aderezado con aires de cientificidad. Siempre me quedaba con la sensación de que mi historia  de  vida era su inspiración.  Anhelaba los días de clase para escucharlo  al tiempo de percibir un estado hipnótico aunado  con ese letargo de incredulidad que me embargaba. Cuando lo escuchaba siempre me repetía con admiración la elocuencia de ese individuo para narrar lo incognoscible y armar historias de leyenda con la certeza de haberlas vivido. Un buen día le dije - ¿cómo vez Charquito, me autori

ENTREVISTA A EKTOR HENRIQUE MARTÍNEZ, EL CHARKOMEN

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«Breve diccionario de tijuanismos»  como  engendro  del «Diccionario de  caló  en  la  frontera  norte de  México».    Entrevista  por  Diez/cuatro  ¿Cómo surge la idea del diccionario de tijuanismos? R:   Bueno, primeramente  la  cosa  fue  así: yo  tenía  la edad de  18  años y cursaba  el  segundo  semestre  en la  escuela  de  leyes  en la  UABC; entonces, dentro  de  lo que  respecta  a  la  materia  de  derecho penal se  me prendió la  chompeta de hacer un glosario breve de terminología delincuencial; es  decir, que me puse a recopilar empíricamente los voquibles referentes  a la  jerga  que  utilizan los malandros, los  lúmpenes y  los pelangochos  involucrados en el submundo  del  hampa y la  trácala, específicamente dentro del ámbito contextual fronterizo. El  proyecto   que  iba    armando  rebasó mis  expectativas  y  el resultado del  trabajo de pepenar lunfardos tijuanacos acabó  en un mamotreto de  casi dos mil páginas, y el cual intitulé «D

Sacando lumbre de nuestros cuerpos

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.  Por todo lo que me has dado  algún día te voy a hacer un cheque en blanco (como dice paquita la del barrio)  imagínate qué emoción cuando estemos ensartados de la vida y me estés diciendo: soy tu perra y escuches al oído mis palabras de amor mientra estamos coge y coge sacando lumbre  de  nuestros  cuerpos. .  
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Sabía yo que era puro pedo eso de la amiguita

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—Ay, Éktor, ¿qué haces por aquí? —Me hospedo en el hotel que está a la vuelta. —¿A poco? —Sí, fíjese —yo le respondía aguantándome las ganas de reír. —Nunca me hubiera imaginado que vivieras por allí. —Ya ve, doctora. Y ¿usted qué hace por aquí? —Vengo a visitar a una amiga que llegó de los Ángeles, pero no la encuentro. —¿Su amiga se hospeda también en el Calinda? —le pregunté, jugándola al ingenuo; sabía yo que era puro pedo eso de la amiguita. —Eres muy buena persona, Éktor. Ya me platicó Paulina que la ayudaste con un dinerito para la operación de su mamá. —Me di tinta que desvió la conversación—. Yo también quiero darte las gracias por el préstamo que me hiciste. Nomás que reúna el dinero te liquido la deuda. —No se apure, doctora. Pasaron los días sin que nada sucediera, hasta que una tarde la doctora me preguntó: —Oye, Éktor, me comentó Paulina que tienes ganas de ir al Bloqui Oh. ¿Es verdad? ¿Qué te parece si vamos hoy en la noche? —¿De veras, sí quiere ir? —¡Claro! Sería un pr

Ay, baboso, mira nomás lo que te vas a comer

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—He tenido meses de mucha angustia, Éktor. Paco, mi marido, ya ni siquiera se fija en mí. Estoy muy triste, pero lo que me consuela ¿sabes qué es?; que, desde que te conocí, tú y yo hemos hecho buena química. ¿Tú me entiendes, verdad? —Sí, sí, doc... perdón, Raquel. —La culpa es que yo me casé con mi marido sin que hubiera amor. Tú nunca te enganches a alguien si no hay amor verdadero; eso es lo más importante. —Tiene razón en lo que dice, pero hay mujeres que son capaces de embrujar a los fulanos con tal de atraparlos, los entoloachan. —Es muy cierto lo que afirmas. Hay gente muy mala; y casi por lo regular el toloache lo ponen en los alimentos. Por eso es bueno que antes de ingerirlos se rece una oración para protegerse. Es un rezo fácil: 'Señor, bendice estos alimentos. Yo te lo pido.' Con esas palabras, veras que nadie te embruja. —Las tomaré en cuenta, Raquel. Gracias. La doctora estaba ensimismada en sus pensamientos. Había un completo silencio en la madrugada. Yo le daba

La tiene zampada hasta el fondo

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La dictadura clitoral se impone. Ella está encima del amasio, dándole la espalda; lo tiene dominado, tumbado en la cama, azota sus nalgas con mucha rapidez y fuerza. La tiene zampada hasta el fondo. Ambos berraquean; pero ella es la que embiste de abajo hacia arriba; luego esos impulsos se invierten; mientras deglute, estruja y exprime, extrayendo el brebaje venéreo, no se detendrá hasta no saquear la última gota de incontinencia. La ramera para eso se adiestró, para dejar al bato como pingajo. Ella se mueve con intensidad y el paroxismo altera el semblante de su monigote; le descolora el rostro. La presteza de sus nalgas... Muda el ritmo, se sosiega, se detiene. Extático, el casquivano supone que la misión ha terminado. Pero el pelele conjetura mal, pues la gamberra multiplica la impulsividad y de nuevo comienzan las embestidas con más virulencia y fogosidad. Los niveles de excitación representan ya un martirio para el enamorado, el fervor copular que lo invadía se soslaya como un cas

No le molesta que el macho se sienta menos

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Ella salta como un resorte encima del chafalote; empina y deja el culo caer hasta el fondo; luego lo baja, lo sube; anillada en la enhiesta macana, la desentierra un poco, enseguida se la introduce al extremo. Se la traga, pero domina la situación; el sexo en sus manos es todo un arte; un paso hacia la total liberación sexual. Verdadera fiera lasciva que se compagina en la cama; ella se llama experiencia y se apellida excitación. No le molesta que el macho se sienta menos, pues tiene la inteligencia suficiente para dominar y gozar. Es ella quien se lo está cogiendo y se está volviendo loca de placer; se está deshaciendo a gritos, y no para de embestir. La velocidad con la que se mueve le provoca llanto, y el llanto se ahoga y se transforma en súplica; le encanta su papel de zorra; y se niega a abandonar la faena. Jadeante se retuerce del gusto y no se detiene hasta que siente un caliente chorro de quelites invadiéndole abajito. La gamberra aún quiere más y nuevamente procede a revivir

La cogedera es su mejor cartera crediticia

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Esas nalgas, esas piernas, esos muslos y ese cacharro no le van a durar para siempre. Si darse tinta, y en un parpadeo, su vida se ha transformado en un coito, enj una de incompasiva faena mordelona. ¿Qué sentirá, y dirá, la ruca cuando ya no pegue el chicle con los buscadores de complacencia sexual? ¿La excitación viril demandará sus servicios como lo hace ahora? Ella lo piensa, pero prefiere no resolver la interrogante que su conciencia, inconcientemente, le plantea. Opta mejor por el éxtasis y no deja que la angustia la atosigue. Por el momento la cogedera es su mejor cartera crediticia. Lo cierto es que cuando la ruca termine de trasquilar su chango, ya tendrá tiempo de pensar qué otra cosa hará pa ganarse la vida. Si la pucha no es eterna, pues tampoco el chile dura toda la vida. Bueno, pero a la ruca todavía le cuelga una buena madre de kilometraje para finiquitar eso que más le fascina: matar la cochi.

¿Qué me ves, pendejo?

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—¡Tripea las ubres que tiene esa pinche puta, carnal! —le dijo, sorprendido, un bato al compa que lo acompañaba, cuando se toparon con la ruca. —¡Chup, chup! ¡Slurp, eslurp! —le piropeaban a la fémina. Pero como no traían firula solamente les esperaba lo mismo que al chinito: nomás milal. —¡Qué pinchi borrachera láctea me iba pegar con esas tetotas!, pero ando raiz, sin un quinto. —¿Qué me ves, pendejo? —le reclamó la doctora al mirón menos prudente, y éste le contesta: —Es que te pareces a una vieja que busco pa terminarme de criar. —¡Pendejo! —¿Pa qué andas de exhibicionista, culera! —¡Pinchi puta, cara de guajolota con chorro! —¡Tú puta y reguanga madre, joto, que ya quisiera tener chupones como los míos! ¡Las chichis de tu puta madre que te aventó al mundo, de seguro han de ser dos picadas de mosco! ¡Y tu pinche padre, marica, ni cuenta se ha dado porque le gusta la verga!

Después de 10 años de putería.

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La ñorsa todavía estaba buenera, aunque el billete que aperingaba soltando el relingo en el jardín Juárez estaba medio cacicón. Pues casi puros gendarmes, albañiles, y uno que otro universitario bajado de la sierra de Cumpas, Caborca o de la Colorada, eran los que formaban el listado de su nómina putaril. Elegía a Belcebú, en lugar de Dios, en la hora de invocar que le cayera algo clientela. Y, no se puede negar que la fulanita tenía su pegue pal arrimón; ni siquiera los más roñosos le hacían el fuchi, ya que al guachar las tamañas bolotas que por detroit y por delante se cargaba la ruca, temblaban de lujuria. Semanas más tarde, demasiadas, la ñorsa ya no se hundiría en encorajinamientos del calado ya descrito, y no sería porque la pelusa se hubiera amansado en esos menesteres tan braveros, sino porque soltó las amarras que la tenían anclada al parque Tijuanita. La jaina mudó sus encantos la frontera, tras un proceso de convencimiento por parte de una de sus colegas suripantas, le cayó

Es más chilo entregarse a los placeres concupiscentes

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Sucedió que una mañana, la ñorsa se despertó con una terrible náusea existencial. Una especie de tedio le devoraba el alma, un desaliento. No tenía amigos ni relaciones; tampoco amaba ni la amaba nadie. El infortunio y la duda la atosigan, le martirizan la mente. La invade un dolor moral. —¿No podré yo cambiar mi destino? —pensó. De repente su chompeta generó la idea lanzarse otra vez por el sendero que veinte años atrás había borrado; ejercer su chamba, no de puta sino de siquiatra. La ruca se quiso dar la oportunidad de ejercer nuevamente su profesión de curandera de las anomalías y afecciones de la sique. Sin embargo hasta la ilusión más barata se empaña. Y en efecto, ocurrió que al tocar un sinnúmero de puertas en clínicas y hospitales, en ninguno le capearon, no le dieron cabida. Ya estaba muy rucaila y la política laboral tiene sus reglas, pues solamente contratan a jovenzuelas. Ah, e incluso si son madres solteras o traen tatuajes también quedan descartadas. Contra toda esperanz