Ninguno me dio dinero

«Para vivir como artista dejé de trabajar hace unos diez o doce años. Fue sumamente desagradable para mí. Ni siquiera puedo decir que mi decisión fuese un asunto de elección. Tenía que hacerlo o moriría de aburrimiento. Por supuesto, no me pagaron para dejar de trabajar y vivir como artista. Pronto llegó el momento en que tuve que mendigar un pedazo de pan. Aquellos a quienes les pedía pan o abrigo me contestaban cosas extrañas. Hermano, me dijo un hombre, ¿por qué no guardas dinero para los días de lluvia? Otro me dijo: abre tu corazón a Dios y serás salvado. Y otro: únete al sindicato y te encontraremos un trabajo y podrás comer y tener un lugar para dormir. Ninguno me dio dinero, lo cual era todo lo que yo pedía. Me di cuenta de que estaba condenado al ostracismo y de que, si uno elige vivir su vida a su manera, debe pagar el precio» Henry Miller, Carta abierta a los surrealistas...

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