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conocerse uno mismo y reconocer las posibilidades y las limitaciones que se poseen

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conocerse uno mismo y reconocer las posibilidades y las limitaciones que se poseen

Los seres humanos se enamoran tres veces en la vida

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Los seres humanos se enamoran tres veces en la vida: cuando son adolescentes (y que por vez primera se les calienta el chamorro); cuando se casan (sin imaginar deshielo de una concupiscencia sin amor); y, finalmente, cuando huelen la nostalgia sexo (pues la sangre se ha hecho delgada).

un lirismo de profusión exageradamente cursi

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A pesar de que hay más poetas que albañiles, no se da el   hálito de una buena poesía; ya no digamos magistral, sino de resonancias típicamente normales. Lo que se tiene como poesía es un lirismo de profusión exageradamente cursi y de repetición de lugares comunes; una lírica de muy   escasa calidad,   más pastichera que original y con más emoción que talento. En lo que toca a la narrativa (cuento y novela), el panorama se pinta igual de jodido que en la poesía; los escritores no pueden superar el determinismo estéril en el tratamiento de los temas (desierto, border, polleros, migra, ser fronterizo, etcétera); la visión imaginativa del narrador   no va más allá de ese telurismo ya tan sobado y manoseado. Y en lo que toca a los (sedicentes) críticos literarios, estos son más   rastreros y superficiales; y los que no son así, pues se autocensuran o se autosilencian con los métodos inmanentistas que están de moda (textualismo, metarrelato, metatexto y otras mamadas). Pero hay unos

El éxito es mundano, no espiritual

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¿Qué tanta huella en la historia podrá dejar una herramienta abstracta y maleable como es la palabra de un escritor en un mundo donde el discurso, terminado hace un minuto, ya se petrificó vertiginosamente en el olvido de la memoria? Me reservo el escepticismo. Sólo diré que sus productos letreros han sido expropiados por dictados ...del sistema, y luego de figurar nominalmente por unos cuantos días y segundos en el escaparate del reconocimiento público, se perderán en el an onimato que impone la vida trajinera, light y de consumo. Los recuerdos se borran porque todo sucede con rapidez, además ya no importa si la historia inicia a partir del momento presente o del pasado. Nadie se acordará del intelectual, a no ser que se convierta en un genocida, criminal de altos vuelos o títere mediático; y para eso no se requiere ni una pizca de sapiencia. El éxito es mundano, no espiritual; y no se obtiene con la espisteme sino con la doxa.

los literatos que se creen filósofos

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A partir del momento histórico que Ángel Rama denominaba «reconstrucción de la retórica», el concepto de ideología se abrió a nuevas formas superestructura les. Se establece la ambigüedad del discurso y la realidad deja de ser natural y objetiva porque la determina la técnica literaria. La sociedad clasista es morfológicamente un modelo cultural y el arte un ejercicio de control social, una confusión de caracteres, de repetición de fantasmas de telepantalla.  Del hecho concreto se desprendió un flagrante fraude culturero asentado en el poder, los elementos de la confrontación quedaron subordinados a los principios conservadores del sistema dominante y a los referentes igualitarios para tratar de subsanar de manera abstracta, es decir, con meras ilusiones, los desequilibrios culturales y las condiciones de desigualdad económica y social. En el acto de los postulados conceptuales la modernización bifurcó los mismas fórmulas que la t radición duplicada; culta y popular, te

consumo de bienes culturales

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Induciendo al consumo de bienes culturales, se parte de la convicción de que la literatura es ahora más chingona; y, a contrapelo de lo que sucedía en otros tiempos, el arte se privilegia como producto de mercado y el canon literario se postula desde la industria editorial. La literatura se contiene en un desaforado discurso —pobre, maltrecho e incoherente— en el que se habla de todo y de nada al mismo tiempo. O sea, la literatura como apéndice de lo que ayer fue literatura

los superdotados de la aristarquía seudoliteraria

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El castigo para el literato es una colectividad analfabestia, una gran masa de apáticos no-lectores y un yermo de ágrafos. Y la única regresión al pasado clásico, como los «post-arieles» de Enrique Rodó, es la gran cultura del gran privilegio; el gran gusto de la pequeña burguesía hacia los superdotados de la aristarquía seudoliteraria de los supuestos genios de chafetán

las transformaciones del sistema literario

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La «regeneración espiritual» de la literatura se subsume en un medio funcionalista para ilustrar a la masa de ignorantes pelados y en una estrategia publicitaria para escalar niveles sociales y distinción egocéntrica. Cultura que se disfruta como un privilegio, pero que —como decía el máster Aníbal Ponce— envilece tanto como el oro. Más que en una individualización creadora, las transformaciones del sistema literario encuentran su explicación en factores sociales, económicos y políticos; en la secuencial línea cronológica de los asuntos de la hegemonía cultural, más que en la genialidad estética.

El imaginario poder de las palabras

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Lo que prevalece es un elitismo homogéneo de difusión masiva y las pocas innovaciones que se proclaman en el enorme arquetipo de las letras se deben a una fractura de los códigos de la escritura y a la ingenuidad de la fantasía. Todo lo demás constituye una excrecencia intelectualoide en las nuevas formas de expresión artística y un academicismo obsoleto aún no superado en las nociones teóricas del arte y la cultura. El imaginario poder de las palabras se ha instrumentalizado en un «constructo» de hipertextualismo deficiente y epizótico que ya no relaciona los hechos literarios con los momentos del tiempo presente.

particularidades del cliché monolítico

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Quimérica democracia convencional donde se permiten por un instante ser caballeros del pueblo, pero luego de una exhibición esnobista, y en cuanto el interventor oficial enardece sus sentidos, se ha de retachar a la cuadrilla clasemediera. Huecas voces en el trasplante de las consignas oficiales del poder cultural, donde la conciencia de la posición social siempre está en primer término. La nequicia de la supervisión depende entonces de los estilos de hacer arte y el eje referencial estriba en escamotear la expansión de la cultura y distribuirla sólo en fragmentos, en particularidades del cliché monolítico, de la endogámica mentira.

las condiciones materiales y espirituales de la quintaesencia

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Los poetas raramente vinculan la poesía con sus agendas de vida diría. Por lo regular, ni los hipocambos de la lírica les funcionan, pues la mayoría ni siquiera sabe qué cosa es poesía y qué cosa no lo es. Al firmar que existe apertura en el modelismo culturero, claramente se demuestra que ocurre lo contrario, el empeño que la oligarquía dominante impone para aniquilar todo intento de intervención colectiva en las faenas artísticas; los estratos populares son relegados a las condiciones materiales y espirituales de la quintaesencia que les corresponde, es decir, a su pobreza total.

como los muertos que han sido devorados por los gusanos

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Condición cultural de la vida intelectual, tan invisible como los muertos que han sido devorados por los gusanos, es una persuasión que implora su propio linaje estético, su tratamiento lingüístico y su imagen icnográfica. Y mientras menos se encuentren dotadas de poder explicativo, esta espiritualización subjetiva resulta más eficiente para mistificar la gramática, para separar la cognición del proceso reflexivo, para evadir con símbolos la pluralidad de los sentidos, para excluir con la reiteración de metáforas los fenómenos de la realidad, para reducir a signo lo tangible.

la evocación clasista en el filo de la noble clarividencia poética y literaria

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El arte se consagra a su nivel más abstracto, a lo estrictamente ilusorio, a la correlación de categorías amorfas y que atañen sólo a contenidos lingüísticos. Es decir, a esquemas retóricos estereotipados que se afianzan como cualidades y principios de la creación artística. Sin embargo, se requiere más que perspicacia para detectar la evocación clasista en el filo de la noble clarividencia poética y literaria. Las manifestaciones —eufemísticas, polimorfas y ambiguas— encubr en el discurso poético sin hacer patente la llana y notoria significación; se disfrazan los sentimientos con terminología neutral; por ejemplo, «amor de mi vida». Metáfora y símbolo representan los mejores recursos estilísticos para la darle a la palabra significación equívoca, connotación genérica de identidad sustancial en diferentes objetos y una misma nomenclatura para designar conceptos y entidades desiguales («casuística» en la que se descubre el modelo cultural hegemónico, a fin a la concep

en el acmé de la catarsis

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  en el acmé de la catarsis Soplo de la torpeza Se limitan a llenar un hueco cavando otro hueco Y así sucesivamente El menosprecio de los ignorantes Con mucha extensión en el pregón Estilos análogos en distintos niveles de espiritualidad De modo que andan a un mismo paso Placebos inocuos y un montón de estiércol seco Ya no hay discernimiento entre pureza e impureza Ni siquiera ellos saben dónde quedan Como dijo un prologuista de Darío Dios no se arrepiente de haber creado al gavilán Aunque éste se chingue a las palomas Preciosa configuración de monerías artísticas Torcidas e inadecuadas A vuelco de sensiblerías verso enclenque y reseco Como la bestia feroz con quien no se debe tener ningún contacto Vociferan más cursilerías que los ardientes enamorados No se ajustan a los hitos cronológicos Andan ya tatarabueleando en los negocios de la concupiscencia Pero aun así dan y quitan ofrenda en el acmé de la catarsis Lanzarse a ese abismo sin fondo se ha de llama

Pirujeando en la «Tijuanita»

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Pirujeando en la «Tijuanita» Ahora solamente cargaba unos cuantos chelines en la roñosa billetera. Quién lo hubiera imaginado, había sido yo el dueño de una pesada marmaja que valió madre en seis meses. Los siniestros amores cuestan un alto precio y son efímeros. Por falta de morlaca la relación erótico-pasional llegó hasta donde llegó el último dólar. Lo mejor era pintar venado para otros lares. Ya nada había qué hacer en Hermosillo. Por lo que ya se sabe, las circunstancias en que se encontraba la Raquel no eran dignas de jactancia vocinglera por acrisolados «logros» que se obtienen en la vida. No, más bien lo que su alma develaba era pesadumbre y animo acongojado. La doctora taloneaba el billete en la puteada, y no precisamente en un bulo de categoría, sino en el jardín Juárez, un parque donde crecen verdes enredaderas y pechugonas rameras; un lugarejo mejor conocido como la «Tijuanita». De aquella exitosa mujer, decente, talentosa, trabajadora, responsable y discip

UN MOMENTO LITERARIAMENTE INSÍPIDO [COMO LA PARAFERNALIA DEL MOÑITO ROSA DEL CÁNCER]

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  UN   MOMENTO LITERARIAMENTE   INSÍPIDO [COMO LA    PARAFERNALIA   DEL   MOÑITO   ROSA   DEL   CÁNCER] Sócrates     y   la   mayéutica                                                lo   simple    es   lo más   difícil a   mayor   mansedumbre,   mayor   felicidad credulidad   embaucada                                             el eros   universal   del   dinero arcaicas   fuerzas   libidinales cuando la    pornografía   es   la   única    solución   a   la   monogamia apelo   a   mi   sentido de   superioridad no   importa   si es   una    pulgada   o una    milla Julio   Cesar   y   Nicomedes                                                    clamidia      herpes   y   gonorrea bajo   los     estragos   de   la     euforia     etílica sicograma   de   malvados    universales                                  se   han ganado el cielo   por   su   devoción estado   posterior    a     la    muerte                                         un