«Todo lo que escribo está cargado de dinamita. Mientras tenga fuerza y entusiasmo cargaré mis palabras con dinamita. Sé que mis verdaderos enemigos, los tímidos y los arrastrados, no se enfrentarán a mí en un combate justo. Sé que la única forma de entrar en contacto con ellos es alcanzarlos desde dentro, por el escroto, tiene uno que subir por dentro y retorcer sus sagradas entrañas» Henry Miller
11 de diciembre de 2014
El imaginario poder de las palabras
Lo que prevalece es un elitismo homogéneo de difusión masiva y las pocas
innovaciones que se proclaman en el enorme arquetipo de las letras se
deben a una fractura de los códigos de la escritura y a la ingenuidad de
la fantasía. Todo lo demás constituye una excrecencia intelectualoide
en las nuevas formas de expresión artística y un academicismo obsoleto
aún no superado en las nociones teóricas del arte y la cultura. El
imaginario poder de las palabras se ha instrumentalizado en un
«constructo» de hipertextualismo deficiente y epizótico que ya no
relaciona los hechos literarios con los momentos del tiempo presente.
Francisco Morales en la dote cultural de nuestras miserias locales
Y el poeta, compinchado en la rémora de las instituciones cultureras del gobierno empresarial (IMAC, CONACULTA, FONCA, ICBC, CECUT), proporc...

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