la evocación clasista en el filo de la noble clarividencia poética y literaria


El arte se consagra a su nivel más abstracto, a lo estrictamente ilusorio, a la correlación de categorías amorfas y que atañen sólo a contenidos lingüísticos. Es decir, a esquemas retóricos estereotipados que se afianzan como cualidades y principios de la creación artística. Sin embargo, se requiere más que perspicacia para detectar la evocación clasista en el filo de la noble clarividencia poética y literaria. Las manifestaciones —eufemísticas, polimorfas y ambiguas— encubren el discurso poético sin hacer patente la llana y notoria significación; se disfrazan los sentimientos con terminología neutral; por ejemplo, «amor de mi vida». Metáfora y símbolo representan los mejores recursos estilísticos para la darle a la palabra significación equívoca, connotación genérica de identidad sustancial en diferentes objetos y una misma nomenclatura para designar conceptos y entidades desiguales («casuística» en la que se descubre el modelo cultural hegemónico, a fin a la concepción del grupos dominante). En el artificio literario las antinomias sólo son apariencias, aun en la tolerancia de aceptar a los seres humanos como son y como actúan, de modo que el odio sea, al mismo tiempo, amor. Pero al final, son las virtudes de la negación las que cobran existencia en las «acciones simbólicas» del ensueño, la fantasía y la imaginación

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