11 de diciembre de 2014

consumo de bienes culturales

Induciendo al consumo de bienes culturales, se parte de la convicción de que la literatura es ahora más chingona; y, a contrapelo de lo que sucedía en otros tiempos, el arte se privilegia como producto de mercado y el canon literario se postula desde la industria editorial. La literatura se contiene en un desaforado discurso —pobre, maltrecho e incoherente— en el que se habla de todo y de nada al mismo tiempo. O sea, la literatura como apéndice de lo que ayer fue literatura

Tijuana es el culo de San Diego

Tijuana es el culo de San Diego, es uno de los tantos retretes, tafanarios y bacinicas que tiene California. Dónde todo mundo se cree poeta ...