la indeterminación de la fantasía

Siempre en la realidad objetiva persiste el problema de la indeterminación de la fantasía, la discusión entre la retórica del ensueño y supuesta verdad. El solapado juego de trasgresiones y rupturas inicia formalmente con «Gargantúa y Pantagruel» de Rebeláis (siglo XVI), retintineando pasa por los avatares alucinógenos del reverendo Charles Lutwigd Dogson (más conocido como Lewis Caroll ), hasta topar con la «Rayuela» de don Julio Cortázar. Y en ese inmenso proceso, cuyo receptáculo y espejo del mundo es la escritura, la ficción se hunde —y se funde— en las entrañas de la construcción verbal, no como una falsedad deliberada, sino como un atributo potencialmente imaginario, como una manera de reivindicar la credibilidad.