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Cuando al Doctor en Aeronáutica Leobardo Sarabía ya no le queda ni un miligramo de pudor intelectual

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«Manual de sobrevivencia de un aviador»: Un título muy sugestivo o cuando al Doctor en Aeronáutica Leobardo Sarabía ya no le queda ni un miligramo de pudor intelectual. —¡Bájese del banquito, puto!, decía el gran poeta mexicano Polo Polo. Jajaja ---Bola de chavorrucos...  

El Doctor en Aeronáutica Leobardo Sarabia les manda un estruendoso y sensual beso nigeriano

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A todos los pinches «ardillas» y malaleches que le envidian sus grandes logros, el Doctor en Aeronáutica Leobardo Sarabia les manda un estruendoso y sensual beso nigeriano. Ahi nomás...

Mejor deberían dedicarse a la explotación sexual

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Ya hay demasiadas desilusiones en el mundo para seguir abultando los muladares con más chingaderas, ridículas e inservibles. Ya hay muchas vejaciones y despilfarros para continuar desfondando el saco y tirar morlaca de esa forma tan mentecata.  En qué contradicciones incurren estos seudointelectuales de botica con esas mojigateces de alusión a «los tiempos difíciles que se viven» en una vida que,  claro, ellos detestan pero que, con admirable destreza de pragmatismo, se le acomodan sin perder la oportunidad de hincarle el colmillo y chuparle el tuétano hasta dejarla seca como un bagazo. —Mejor deberían dedicarse a la explotación sexual. —Simón, así no afectarían a la literatura ni a la economía de la gente que, como siempre, acaba pagando el pato y ningún beneficio recibe a cambio de la despelucada monetaria que le arriman.

El Leobardo Sarabia es escritor y tremendo y cínico aviador

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El Leobardo Sarabia es, ademas de escritor, un tremendo y cínico aviador (que cobra sin trabajar); y en sus longos ratotes de ocio se ocupa de chupar presupuesto gubernamental, dizque para dirigir y promover actividades de «entretenimiento culto» y organizar presentaciones artísticas (estéticas y no estéticas) cuyos destinatarios son individuos e individuas de gustos «refinado s», la pequeñaburguesía «ilustrada»; es decir, una minoría agentes receptores —en la que poca cabida tienen la jericaya o la chinchina popular— y para quienes el ejercicio de la cultura y de las expresiones estetizadas son una necesidad profesional, un asunto de distracción y recreación elitista o una cuestión de mero vaniloquio y pretensión culturosa. --Ah... y también el bato se cree un hombre de "izquierda"..

Valiendo machete... entonces...

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Primeramente se transmite la sensación de que se lee una obra extraordinariamente original; al mismo tiempo que percibimos entre sus páginas las variaciones de temas trillados (o sea, ancestrales). Luego están los símbolos, que son elementos que se representan a través de otras cosas, comúnmente de manera inconciente aparecen como entresijos históricos en la obra. Una vez que se da forma al rela to novelado cargado de símbolos, el escritor, a veces personaje principal de la novela, espera cumplir con la sensible trama, al grado de privarse de sus debidas horas de sueño o de alimentos. Símbolo de desafío ante la inspiración románticamente inculcada por sus antecesores que cultivaron la cursilería y alguna que otra transgresión idealista al orden de la opresión. —Pero en el entorno real ya no suceden esas cosas, porque las muertes naturales que hoy suceden son: el infarto, la diabetes o el sida; todas son violentas como las de antaño --Valiendo machete... entonces...

elitismo parasitario y patanería burocrática

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Complicidad del mafioso elitismo parasitario y de la patanería burocrática. El arte —poesía, pintura y literatura— ha quedado reducido a expresiones enajenadas que lo apartan de sus propósitos humanos; emanación de «objetivación objetivada» en un proceso de alineación que lo contrapone a sus verdaderos fines: el arte ya no es arte. Se ha enajenado su esencia, en el mismo sentido que alineación da  forma a la propiedad privada. Solo queda la abstracción, el fetichismo y la ilusión.  La literatura, bifurcada hacia el desprecio del ciudadano común y hacia la frustración del mismo escritor que no consigue proyección colectiva, es ahora un modo de expresión que, estéticamente (o sea, espiritualmente) no aporta nada a la redención del la estupidez y su apertura crítica, si acaso la tiene, se exterioriza como un cliché.

Pues dice la Diana Palaversich que...

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La profesora croatense bien que ha sabido dar algunos pasos por el ancho sendero de la imbecilidad humana. Cretina pero ago abuzadilla la tía. Pues dice la Diana Palaversich que el poeta Francisco Morales «es uno de los escritores tijuanenses que de mejor manera ha sabido captar el pulso de Tijuana y sus múltiples rostros» y que el bato, a través del libraco de marras, «tiene poco interés  en la descripción concreta del predicamento del ser humano»; y en el registro expresivo «la ciudad misma es el protagonista del poema», a quien se evoca como un «ser personificado» y que a instancia de la enunciación que instaura el poeta, la manola —supuesta crítica «corrosiva»— interpreta por vía de «apareamiento» como «ciudad-mimética», «ciudad-texto».  En su artículo, «La ciudad que recorro. Un flaneur en Tijuana», la presunta estudiosa del fenómeno cultural fronterizo manifiesta —con un fervor parecido al de las pubertas aficionadas a poner el culo sobre el sofá y prestar las nalgas a quien

Las conjeturas que desmigaja la Diana Palaversich

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Uno, que es gente seria, se caga de la risa cuando lee las conjeturas que desmigaja la Diana Palaversich; y algo que la ruca apunta en su libraco titulado «De Macondo a McOndo, Senderos de la postmodernidad latinoamericana» [Plaza y Valdés, México, 2005], y al iniciar el articulejo «Chicanería chicana», la ruca dice que Tijuana se haya «caracterizada por una producción cultural que sobrepasa a la de su ciudad hermana, San Diego…».  —Jajaja-jejejeje-jijijiji- jojojojojo... —¿No es ésta una verdadera cabronada? Tramposamente la Palaversich no expresa ni explica el zipizape de tal sobrepujanza en la producción cultural tijuanera.  —Ay, de aquel pobre tontoculo que le crea el choro.

Ay, por eso nosotros somos diferentes a la mayoría

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No hay más sujeción que la libertad. Pero, aclaremos, no hay cabida para todos, la estafeta, la concesión y el incentivo son para la clase media ilustrada. Para la muchedumbre la nota roja, para los creadores el refinado esteticismo.  —Si eres del pueblo no eres nadie; no vales; nadie te pela.  —Ay, por eso nosotros somos diferentes a la mayoría.

Mariana Martínez Estens y su fétida miasma de cursilerías

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Es el momento en que las musas se revientan de emoción y el ambiente se satura de lirismo; deviene la gracia poética; verso, relato, canto y acción. Ya lo dijo la poeta : "la construcción es un factor de progreso social". El verso parece un grito de Lautreamont, el impulso creativo es tan refinado que habrá de perdurar como una excelencia formal del arte por el arte. El estado del alma descubr e el objeto y lo eleva hacia la formalidad estética del más alto y puro parnaso: "Construir, dijo", la poeta, "significa mucho más que combinar ciertos elementos para lograr un inmueble." —¡Ah, cómo es de babosa! Pero los inmuebles suelen ser terrenos, lotes baldíos, predios o solares que no requieren ser construidos porque ya están logrados por leyes objetivas de la naturaleza. —Ssssshhh. Cállate y deja que siga leyendo. "La construcción se convierte en un elemento del desarrollo humano" —¡Qué bello estribillo!; ¡qué metáforas tan musicales!. ¿Pueden

pelar la pava hasta dejarla sin plumas

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Mientras el panorama se ensombrece, ellos reactivan el «chou», con estilo y elegancia, en la cloaca de una cultura palaciega y de postín, estrechamente vinculada a los sistemas verticales de explotación económica y a as superestructuras simbólicas que mistifican la idea de que no existe diferencia entre aparatos de dominio y sociedad. Son relativistas que aún consideran al conglomerado humano como una totalidad abstracta (arte para toda la sociedad), cuando en realidad es para unos cuantos, para ellos, como un derecho feudal de usufructo para sacar provechos particulares y pelar la pava hasta dejarla sin plumas.

"No le presumas la verga a un burro"

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"No le presumas la verga a un burro"

valiendo gáver y llamando al Santo.

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—¡No es posible! Y yo que quería proseguir con mis estudios culturales, pero esto es una atmosfera de esnobismo seudointelectual. —Valiendo gáver y llamando al Santo.

y suele ser novela hasta el relato cabulero de un gacetillero melolengo

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Elitismo de la difusión masiva y «deconstrucción» del discurso patriarcal. Estrategias de la literalidad para la dignidad y el decoro; y el servilismo degradante para conseguir la aprobación y salirse con la suya. La pretensión estética se fundamenta en la frivolidad del narcisismo y suele ser novela hasta el relato cabulero de un gacetillero melolengo.  Unción de la ignorancia y la cursiler ía emotiva en la bóveda craneana. Y súmele un periodismo de opiniones rastreras que se esfuerza por la complacencia y aumentar el cúmulo de bagatelas. En tanto, existe una literatura bajacaliforniana que promete mucho, pero mucho empeoramiento y no mejoramiento. —Ni hablar, mujer; traes puñal —como dijo Pepe el Toro.

el gran gusto de la pequeña burguesía tijuanense

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—Oh, la gran cultura, el gran privilegio. El gran gusto de la pequeña burguesía tijuanense, deficiente y epizoótico. Y como decía don Ramón Doll: «esto es una biblia para el zonzaje». —¡Ínguen a su máuser!

bajo perfil intelectual y banalización cultural

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Literatura como estrategia política y publicitaria para escalonar posiciones sociales y niveles de distinción egocéntrica. Condición cultural de la vida intelectual donde la expresión es una retórica sin conocimiento ni comunicación. Un bajo perfil intelectual y la banalización cultural, los elementos «sinecuanones» del “renacimiento literario” en Baja California y puntos circunvecinos.  —Y usted, ¿por qué es escritor? —Nomás por puro decoro, licenciada..

La comadre Liz Algrávez

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La comadre Liz Algrávez debería de comportarse educadamente y bajarse un poquito de la demagogia para evitar que sea mayor el desprestigio que se carga. Es cosa ya de desvergüenza comparar al Gilberto Licona, partidario de la inoculación mediocre de la literatura, con el «yo trascendental» de un Paul Verlaine, de un Guillaume Apollinaire, de un Vicenzio Cardarelli o de un Camillo Sharbari. —Y bú squenle la cuadratura al círculo y verán cómo terminarán con la chompeta reseca y con una especie de baba jabonosa escurriéndole de sus bocas. Leamos un fragmento de esta ñorsa que ya es considerada como la hada madrina de las letras liconianas (pero... por favor, no se rían; guarden compostura): «Son textos que pudieron florecer bajo la noche de Paris hace 50 años, y bajo la noche italiana hace 100 años, pero nacen aquí, es esta ciudad, sin falsas pretensiones, en donde Gilberto Licona no pide el jardín del edén, sino vivir en un jardín menos jodido, sus metáforas para cantar el sueño de

idiotas descerebrados

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Es decir, no negamos la vida a estos idiotas descerebrados; sólo exigimos que vendan libremente su producto, como cualquier otra cosa, pero no en nombre de la Literatura. Así que sus famosas historietas guais del Paraguay sobre gente que entra y sale de los armarios, muchachas liberadas fornicando por doquier y pijos aburridos que pretenden filosofar sobre Snoopy, sus ropas de marca y su perfume de cien dólares el bote, se las pueden meter donde les quepa. Leo Bastardi

ya no se sabe quiénes son los léperos y los hombres de talento.

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Y así terminan los viejos y nuevos culturosos; revueltos todos en viejas y nuevas camarillas donde ya no se sabe quiénes son los léperos y los hombres de talento.

¿No será lo mismo transformarse que perecer?

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¿No será lo mismo transformarse que perecer?, pues hay gente que cuanto más se acerca a la vejez, más entontece. La pintura norbacaliforniana anda por los mismos fueros que la poesía: la mayor parte es pura chet..