«Todo lo que escribo está cargado de dinamita. Mientras tenga fuerza y entusiasmo cargaré mis palabras con dinamita. Sé que mis verdaderos enemigos, los tímidos y los arrastrados, no se enfrentarán a mí en un combate justo. Sé que la única forma de entrar en contacto con ellos es alcanzarlos desde dentro, por el escroto, tiene uno que subir por dentro y retorcer sus sagradas entrañas» Henry Miller
4 de septiembre de 2015
Pues dice la Diana Palaversich que...
La profesora croatense bien que ha sabido dar algunos pasos por el ancho sendero de la imbecilidad humana. Cretina pero ago abuzadilla la tía. Pues dice la Diana Palaversich que el poeta Francisco Morales «es uno de los escritores tijuanenses que de mejor manera ha sabido captar el pulso de Tijuana y sus múltiples rostros» y que el bato, a través del libraco de marras, «tiene poco interés en la descripción concreta del predicamento del ser humano»; y en el registro expresivo «la ciudad misma es el protagonista del poema», a quien se evoca como un «ser personificado» y que a instancia de la enunciación que instaura el poeta, la manola —supuesta crítica «corrosiva»— interpreta por vía de «apareamiento» como «ciudad-mimética», «ciudad-texto».
En su artículo, «La ciudad que recorro. Un flaneur en Tijuana», la presunta estudiosa del fenómeno cultural fronterizo manifiesta —con un fervor parecido al de las pubertas aficionadas a poner el culo sobre el sofá y prestar las nalgas a quien le haga un iris— que el autor del panfletillo lírico en cuestión, comparado con otros güeyes («muchos otros», dice la ruca) que «escriben sobre la ciudad», el Panchito Morales es diferente a ellos —casi-casi se atreve a decir que es el único que se la saca pa miar— porque este noble pitoflero «escribe la ciudad» y no «sobre la ciudad», como suele hacerlo el resto de la perrada.
—¡Repámpanos! Ora si que estamos jodidos con la doctora croatense. Y miren si no. Precisa es la tía para lucir su habilidad en misa de aguinaldo.
—Petrarca recuperando a Quintiliano.
—O Garcilaso de la Vega salvando los papeles de Blas Valera del asalto de los ingleses a Cádiz.
—Jojojo, jejee, ijiji…
Tijuana es el culo de San Diego
Tijuana es el culo de San Diego, es uno de los tantos retretes, tafanarios y bacinicas que tiene California. Dónde todo mundo se cree poeta ...
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