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A punto de excitarme estaba

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En una ocasión mientras charlaba con una profesora de la escuela donde estudiaba me invadieron unas ganas incontenibles de azotarle en la cabeza un florero que estaba sobre un escritorio. Me contuve y el florero se resignó a no morir estrellado en la crisma de la profesora. Me negué a aceptar la locura horrorosa que coqueteaba en mi cerebro aparentando ser una julieta enamorada; me guiñaba un ojo y con una gracia coqueta movía los labios y con voz suave me decía: —Ven conmigo, tú ya me conoces. Buenas cosas te esperan si aceptas que sea tuya. Un vestido blanco y largo cubría su cuerpo; la tela casi transparente se plegaba a sus carnes en cada paso que daba. Cuando se acercó a mí lo desabrochó y cayó; distinguí sus hermosas piernas y sujetó con las manos sus provocadores pechos, hermosos y redondos; los levantó un poco y me los ofreció; los pezones eran rosados figurando fresas. —Son tuyos, tómalos —me dijo con una voz tierna y lánguida. A punto de excitarme estaba, cuando... —¡A la ver

Elocuencia liquefacta

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Despojémonos del ornamento para que se vea el esqueleto el vientre de la madre es la tumba de la vida de donde después salimos a morir la vida formidable flujo de refractación elocuencia liquefacta que sirve de propaganda electorera las personas desconocidas la gente de pueblo no se atreve a tanto ¿o sí? ¿o no? fingen escandalizarse por las injusticias y los crímenes hasta los difuntos son aprovechados por la oligarquía gobernante en alguna parte de la ciudad alguien está haciendo lo mismo que ustedes tratar de meter al mundo por una rendija •

Éktor, gracias por esas palabras tan bellas

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—Éktor, te ruego que me disculpes por estar importunándote a estas horas de la noche —balbuceaba, y asumiendo una actitud modocita espetaba—: Creo que ya es hora de irme; tratando de mostrar desinterés respecto al forniqueo que ya traía planeado. —Esta ruca hace todo este pancho nomás pa que me la flete; anda urgida por un paliacate, sincho —conclusión que deduje sin cranear mucho el birote. Y en efecto, la ruca traía una hambre de sexo más cabrona que la de un maestro de escuela rural. Ya estaba la doc a merced de la fiera lasciva, y en tal coyuntura le declaré mi admiración y deseos a la usanza romantiquera, y cuyos versos son los flecos de los calzones de Cupido (verbi gratia: señora de hermosura sin igual, envidia de las flores; qué tentación de besar sus labios...). Trabajada así la víbora no hay acción que no siga a las palabras; al escuchar esta verbosidad de terciopelo, seda y tafetán. La doc se estaba viniendo en mierda y se alucinaba en la edad de la pipiola; sentíase la novi

“Gran Señorona”

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En la verborrea de varios cretinos de por acá, puede captarse fácilmente el rebasamiento del «objeto» —la literatura tijuanense— sobre el «sujeto» —el escritor tijuanense—; es decir, un fenómeno-esencia con voluntad propia y que se subsume en un acto resuelto sin la génesis del individuo. Entonces, la “Miss Literatura Tijuanense” queda convertida en una “Gran Señorona” que existe con independencia respecto de la opción del sujeto, poniéndose en marcha ella misma, caminando de un lugar a otro (por «un camino distinto» del que recorre la vieja chanclera llamada “Doña Canónica”), haciéndoles iris a quienes la chulean o le avientan piropos, meneando las nalgas como si fuera una mujer que ha dejado de ser una tinéyer y de pronto se descubre hembra de un macho, con autonomía, entusiasmo y «una valentía prácticamente única en todo el país». —¡Óoorale!, el asunto está tan mazacotudo que parece una práxis del más allá. —Bien dicen que cuando abunda la fantasía los enigmas están a peso y a tostó

Vaya mariguanada de incongruentes y pretenciosos

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Hay una infinidad de sandeces, melolengueces o suatadas que ya forman un complejo disparatario teórico por suponer la mafufesca idea de que ciudades como Tijuana, por su situación geográfica de vecindario o mingitorio de los Estados Unidos, constituyen «privilegiados espacios de experimentación». Y parloteando el «cantus firmus» de un cretinismo llano y ritual, corifeos y payasos monocordes —como el Roberto Jiménez Rosique, el Pedro Ochoa Palacios, el Patricio Bayardo Gómez, el Mario Ortiz Villacorta, el Roberto Navarro, el José Vicente Anaya, el Jaime Cháidez Bonilla, el Erasmo Katarino Yépez, el Antonio Navalón, la Diana Palaversich, el Adolfo Nodal, el Alejandro Rodríguez y otros— que palpitan de emoción cuando se tragan y dan a tragar la cábula de que este rancho gigante es una especie de «epítome universal de la cultura y las artes», una «hibridación de múltiples factores socioculturales». Celebran la garrullería de un imaginario «cosmopolitismo» que únicamente existe en sus enfer

Amigas suripantas

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Gisela, se llamaba la morra que protegía y cuidaba a la Raquel; jaina con encargo de velar por sus huesos. En realidad una chamaca de 16 abriles que parecía su niñera. Se había iniciado en el sexo a la edad de once años. Gisela era la cuarta de seis hermanas; no contaba con padrote; dormía bichi y se masturbaba escuchando las rolas del grupo Indio. Una amiga suya apodada la Gorda fue quien la encarriló por el camino de la putería. La gorda era una mina a quien también se le chorrearon los frenos desde muy temprana edad. Par de jariosonas. La gorda se había retirado y gracias a un delegado de la SEP que la estuvo pisando un rato. Ella, sin estudiar, se hizo maestra de kínder. Decían que se la rifaba para los mamelucos. Raquel y la Gisela se acoplaron. La gorda en ocasiones caía al parque Juárez a visitar a sus amigas suripantas. Un batillo güevón graduado en trapeología le estaba matando la rata a la ruca. Ella no podía agarrar mejor barco que un macuarro porque tenía un chingo de grano

Uy, sí. Una Tijuana llena de arte. (—¡No mames, güey!)

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Uy, sí. Una Tijuana llena de arte. (—¡No mames, güey!) El arte está hoy abierto a las arbitrariedades y todos quieren ser artistas, poetas, escritores o periodistas culturales. Y la utilería publicitaria sirve muy bien como propaganda mediatizadora para vender, embaucar, atolondrar, manipular, ofuscar y castrar la tesitura lógica, permitiendo que viles descerebrados, neolalistas y diletantes sean encumbrados como auténticos hacedores de arte y productos culturales. ¿En nombre de que marsellesa se predican tales despropósitos? El negocio es falcar extravagancias y maquillar las cosas simples con mafufadas inverosímiles para darse tartarín. ¿Y quienes coadyuvan a promover ese tipo de insensateces? Contradictoriamente los mismos que las cuestionan, siempre y cuando no se trate de los ángeles de su devoción. Y un ejemplo palpable, a parte de otros cretinos de doble cara, lo encarna la persona misma del gacetillero de farándula culturosa Jaime Cháidez Bonilla, mejor conocido como la «Paty C

Abolengo y prestigio hasta en el lúgubre fango

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A poco de ventear por el submundo de la cultura, surge con claridad la existencia de las entidades literarias y poéticas que lo constituyen, pero que sin embargo participan en los asuntos del arte de modo muy diferente a lo que podría ser una actividad estética. Y aunque tales personeros están inexorablemente incluidos como enunciadores y trasmisores de tales manifestaciones, cabe afirmar que se encuentran apartados de los axiomas fundamentales de la creación; pues la idea o eje que los mueve suele ser una pretensión de éxito; la esencia real de los «logros» encuentra la justificación en estímulos de codicia y prioridades que son compatibles con las artimañas políticas y la sicología tradicional que da abolengo y prestigio hasta en el lúgubre fango. Y los perfilamientos que matizan promueven mediáticamente a estas figuras relumbronas del submundo culturero son más de las veces perogrulladas o sutilezas de circunstancias triviales. En la unción de la ignorancia y las cursilerías emotiva

Imposibilidad de enderezar lo torcido

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Con una cultura dominadora que impone la falsedad de sus monigotes ya no se le puede devolver al arte la inocencia creativa, su libre ejercicio espiritual. Y ante tal imposibilidad de enderezar lo torcido, la única salida de combate ha de ser entonces una crítica despiadada y de carnicería analítica en el tratamiento de los temas.

Sanguijuelas gigantes de la culturosada

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Si se sienten o se consideran muy «independientes», ¿porqué, en su acusado esnobismo y formidable influjo de refractación pluridimensional del arte, mantienen una actitud satélite con las instituciones de la cultura oficial? Hasta donde yo sé, no se realiza ningún proyecto, programa o festival artístico sino es de acuerdo con las necesidades históricas y materiales de los intereses de la oligarquía dominante. Entonces, ¿para qué jalarse los pelos y gargarear que son independientes si estiran la mano para recibir el óbolo del IMAC, del ICBC o del CONACULTA? Sí, «periodistas culturales independientes» moflean nuestros ilustres carroñeros; y que no pierden la oportunidad de transustanciarse en gacetilleros seudoculturales dependientes. Y sus fanzines, un espacios míticos en el monopolio petrificado de la culturilla local, vestales cuasioficiales del prianismo culturero. ¿Para qué hacerse maje con esa cantaleta de «independencia»? No nos autoengañemos, los forliculeros, gacetilleros y demá

Los victimarios ahora se dicen víctimas

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Siguiendo a Gramsci, cabe decir que la «tranquilidad interna», o sea, «el grado y la intensidad de la función hegemónica de la clase dirigente», se ha convertido en un bramido de miedo, cólera e impotencia. Después de unos tantos centenares de cadáveres triturados, hasta ahora el carnicero se ha dado cuenta que el molino de carne que manipulaba es una máquina infernal que escupe plomo y corta cabezas. Los victimarios ahora se dicen víctimas y oficialmente se han puesto al servicio de la lucha contra la peste que días antes ayudaran a difundir; y manifiestan su responsabilidad ciudadana como buenos pedagogos de la moral y las buenas costumbres. —¡Qué barbaridad! Ya ni siquiera se puede fomentar el turismo de a dólar. —Qué años tan felices eran aquellos.

Interpretación del mundo

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Ninguna acción social e histórica puede operar en el vacío ideológico; el lenguaje, sistema de representación de signos y expresión del pensamiento es un determinante que hace posible la construcción y reproducción de la ideología. Todo lenguaje —señala Alfonso Reyes— lleva implícita una interpretación del mundo. Todo saber se encuentra cimentado sobre el lenguaje. La expresión verbal no sólo contiene una significación o fija una representación; la fuerza de las palabras activa la voluntad, violenta el orden, subvierte, mueve la materia, produce reacciones, a veces inesperadas.

Tranquila multitud de símbolos desposeídos

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Arquetipos de la palabra que nos inducen a escribir. Pero, como dice un poeta salvadoreño, hay lenguaje de la vida y lenguaje metafísico. De un tiempo no muy corto hacia estos días, el isomorfismo, la confusión y la redundancia se han aquilato como forma esnobista de retórica, y las categorías lógicas del pensamiento se diseminan abstracciones que simbolizan contrariamente a los objetos concretos que les dieron origen. La razón de este lenguaje absurdo, contradictorio y pretendidamente científico se ha inventado para justificar determinadas acciones e intereses; por eso la ciencia, dice Ernesto Sabato, ha encontrado su lenguaje propio; «totalmente inventado para sus necesidades: una tranquila multitud de símbolos desposeídos de cualquier otro significado que el convenido para sus creadores». Muy alejado del lenguaje del hombre del montón es el nuevo acervo lingüístico que se rige por las pautas de la mercadotecnia, unidad de elementos expresivos que no rebasan el nivel de una sicología

dinero o lástima

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Cuando uno está viejo solamente puede dar dos cosas: o das dinero o das lástima..

El diablo es tan optimista

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«El diablo es tan optimista que cree que puede hacer peores a los hombres» Karl Kraus

Vieja cochina y chapucera

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Tocante a tal Evelina Gil, ¿cómo es posible que esta vieja cochina y chapucera se diga seguidora de Simone de Beauvoir y perogrulle luchas feministas y debates de género?; cuando, a decir verdad, su tono defensivo es una afirmación machista de tomo y lomo en tales cuestiones Con lambisconería explicita y ha hecho muladares asquerosos en el submundo de las letras, consolidando aún más los mezquinos intereses y las inmoralidades de las mafias cultureras. Pasa a primer plano en asuntos del cuchupo y los arreglos debajo del agua para privilegiar a gente de su capilla. Ha surgido de la escoria misma de la artisticidad literaria que da cartas de privilegio a los fanfarrones que se hinchan en el vacío de la túrgida charlatanería. La julana se ha erigido como una de las principales pandereteras de los grupúsculos seudoliterarios que predominan en la escena tertulera de este tafanario fronterizo. En páginas del suplemento «Identidad», no pierde ocasión para deslenguarse en hipertrofiados textos

A la crianza de gallinas

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Desgraciados, desventurados, miserables, míseros, pusilánimes, necesitados, mendigos, desafortunados, infelices, infaustos, fatales, aciagos, lacerados, fatídicos, deplorables y fúnebres. Palabras que suenan a golpeteos nerviosos de mujeres solteronas y rurales que dedican vida entera, junto con sus madres y abuelas, a la crianza de gallinas.

La primera ley de la naturaleza

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Ya lo decía Voltaire cuando hablaba de la tolerancia: «Todos estamos amasados con debilidades y errores; perdonémonos recíprocamente nuestras tonterías, tal es la primera ley de la naturaleza».

El máximo grado de concreción

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La igualdad en un mundo roñoso como este que nos endosan como patrimonio global, no se funda en la justicia sino en el oportunismo, o sea en los condicionamientos culturales y en las relaciones políticas-sexuales verticales, manejadas por una minoría. Y tan etérea es la noción del igualitarismo entre las mujeres y los hombres que, siendo abstracción pura, solamente alcanza su máximo grado de concreción cuando es llevado a la cama.

Por la gracia de Dios

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Como en los tiempos de Martín Lutero, si la Biblia sirvió para justificar el poder de la monarquía por la gracia de Dios, ahora la culturología, como un híbrido artificial de arte, ciencia y mitología, en sus manifestaciones masivas y elitistas, sirve para dar forma y sentido a los motivos e intereses de la existencia habitual en el espíritu de la sociedad burguesa. Culturología que es la forma extrema de la enajenación de la cultura y negación de su verdadera predestinación humana. O sea, en sus límites históricos estrechos, ruptura entre sociedad y cultura, como la separación existente entre el trabajo y el capital. Canon de la culturología donde la cultura se vuelve un elemento imprescindible para el sistema de dominio.