Éktor, gracias por esas palabras tan bellas


—Éktor, te ruego que me disculpes por estar importunándote a estas horas de la noche —balbuceaba, y asumiendo una actitud modocita espetaba—: Creo que ya es hora de irme; tratando de mostrar desinterés respecto al forniqueo que ya traía planeado.

—Esta ruca hace todo este pancho nomás pa que me la flete; anda urgida por un paliacate, sincho —conclusión que deduje sin cranear mucho el birote.
Y en efecto, la ruca traía una hambre de sexo más cabrona que la de un maestro de escuela rural. Ya estaba la doc a merced de la fiera lasciva, y en tal coyuntura le declaré mi admiración y deseos a la usanza romantiquera, y cuyos versos son los flecos de los calzones de Cupido (verbi gratia: señora de hermosura sin igual, envidia de las flores; qué tentación de besar sus labios...). Trabajada así la víbora no hay acción que no siga a las palabras; al escuchar esta verbosidad de terciopelo, seda y tafetán. La doc se estaba viniendo en mierda y se alucinaba en la edad de la pipiola; sentíase la novia de Corinto (bueno, eso digo yo; pero... ¿realmente se tragaría la borrasca?; por lo que aconteció después, yo lo dudo). De cualquier manera, algún efecto debe haber causado el ribete de sainetes, porque ateniéndonos a un adagio quevediano, no hay mujer, por vieja que sea, que tenga tantos años como presunción.

—Éktor, gracias por esas palabras tan bellas. ¿Son versos, verdad? ¿Tú los creaste?

—No, bueno fuera. Son fragmentos que recordé y me gustaron mucho. Pertenecen a Shakespeare. —(puro pedo; se trata de puras pinchis frases de telenovelas).

Entradas más populares de este blog

DOSSIER CARLOS LÓPEZ DZUR [TROZOS POÉTICOS]

«NUESTRA CAMA ES DE FLORES» O EL AGUACHIRLE SENTIMENTAL CLASEMEDIERO

EVA JORDÁ O EL RE-SENTIMIENTO DE UNA POESÍA QUE SE TRASMUTA EN ANTIPOESÍA