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Al chile. Eso de que «Te extrañaremos, José Emilio Pacheco» no es más que una hipócrita y reverenda mamada...

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Al chile. Eso de que «Te extrañaremos, José Emilio Pacheco» no es más que una hipócrita y reverenda mamada...

¡Uyyyy, sí! Ahora sí, todo el mundo salió un gran lector de José Emilio Pacheco

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¡Uyyyy, sí! Ahora sí, todo el mundo salió un gran lector de José Emilio Pacheco. Cabrones... en su vida lo han leído.

aunque son más finas las cuestiones amorosas

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Desplaye de histeria biográfica  / no todo depende de la erección del pene para borrar la morfología de los distingos genitales ¡verga! para simbolizar la presencia del hombre hoyo / orificio vaginal / panocha o hachazo del Diablo para seg regar los reductos de la «periodicidad íntima» (placer parto y dolor) Biblia de machos dominantes (meroliqueramente metafísica) y eterno castigo a la delictiva Eva / vulgar chupapitos y a mí que tanto gustaba la pinchi ruca absurdo y deplorable misticismo  / sabor a nostalgia / elocuencia ambigua determinismo mecanicista  / moneda corriente / distorsiones históricas aunque son más finas las cuestiones amorosas entonces, ¿Newton y Copérnico fueron los causantes de todos los males   sucedidos durante la revolución industrial? época patrañera de la peor refriega irracional ortodoxia / pecados y diezmos / razón por superstición compendio antibrujería —malleus maleficarum— incusa herejía a la carcajada materia / paganismo y mu

aquel el chamaco pendejo

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Extravíos de la mente humana  que aún cree que el mundo se hizo en seis días y no por albañiles sino por la voluntad etérea de un bato a quien la zancada ascética del viejo cristianismo  le encasquetó el nick-name de Dios divinidad decrépita y jubilada hacedor de seres imperfectos a su imagen y semejanza o —según dijo David Hume ¿no sería ese tal Dios aquel el chamaco pendejo que avergonzado dejó el mundo a medio nacer?

Si empiezas las cosas por el incio jamás las acabará

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Si empiezas las cosas por el incio jamás las acabará

quien más alardea de imparcial más se deja llevar por los prejuicios

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En una carta que George Orwell escribió el 28 de julio de 1949 a Richard Rees, el autor de 1984 revela sus dudas acerca de las apreciaciones estéticas. «Todo es juzgado —le dice Orwell a su amigo— según criterios políticos a los que después se da un disfraz estético». Y muestra algunos casos peculiares: «Por ejemplo, el que Eliot no vea nada bueno en Shelley ni vea nada en Kipling tiene que deberse, en el fondo, a que uno es un radical y el otro un conservador, a su manera». ¿Tendrá razón Orwell cuando declara que quien más alardea de imparcial más se deja llevar por los prejuicios?

Como el agua es para el pez; así es para un intelectual la solemnidad mamona

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Como el agua es para el pez; así es para un intelectual la solemnidad mamona

LA GUAIFA, EL PERICO Y DOS ESCRITORES PROGRES

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LA GUAIFA, EL PERICO Y DOS ESCRITORES PROGRES         Entraron doña Mercedes, el Gabo y Carlos Fuentes en un restaurante de la ciudad de México.          [El Gabo llevaba un perico colombiano posando sobre el hombro derecho] —¿Cuatro sillas? —les preguntó el mesero, después de las buenas tardes. —No, pendejo. ¡Qué no ves que somos cuatro cabrones?          Mas tarde el pajarraco se cagó encima de un mantel; y todos dijeron fani . 

No hay mejor momento de «epifanía» escritural que la puta amarguez y la pinche risa que causa la pendejez del «otro», como dirían los pedantes académicos ostiones.

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No hay mejor momento de «epifanía» escritural que la puta amarguez y la pinche risa que causa la pendejez del «otro», como dirían los pedantes académicos ostiones.

La razón para el romántico suele ser una fuerza infinita y omnipotente que constituye la sustancia más pura de la humanidad.

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La razón para el romántico suele ser una fuerza infinita y omnipotente que constituye la sustancia más pura de la humanidad.

Somos agachones y comodinos, pero de pendejos no tenemos ni un pelo

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Somos agachones y comodinos, pero de pendejos no tenemos ni un pelo

Las segundas oportunidades solo se encuentran el la literatura, no en la vida real

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Las segundas oportunidades solo se encuentran el la literatura, no en la vida real.

Se murió Rafa Saavedra, ya se reunió por fin con su carrera de escritor que siempre estuvo muerta.

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Se murió Rafa Saavedra, ya se reunió por fin con su carrera de escritor que siempre estuvo muerta. Rosemar Castañeda

Como en el fascismo, aquí la verdad no tiene tiempo ni lugar.

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En las patéticas exageraciones hay una intencionalidad solapada que poco o nada tiene que ver con la verdad sino con las condiciones intelectualmente míseras del neotomismo libresco —o sea, maromas mentales adornadas con pedanterías academicistas— que sirve de gran utilidad a las insignificancias literarias de malhadados literatuelos. Como en el fascismo, aquí la verdad no tiene tiempo ni lugar.

la protopoeta Siete-culos

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Esta es la protopoeta Siete-culos, una pobre ruca chisquiada (o sea, enferma mental) y lumpen de la Zona Norte y a quien los culturosos de Tijuana, cretina y mafufamente pretenden mitificar y elevar a la categoria de icono fronterizo.

ALGUNAS PERSONAS COMO EL CHARKOMEN LO UNICO QUE HACEN ES MENTIR, DIFAMAR Y DESTRUIR

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ALGUNAS PERSONAS COMO EL CHARKOMEN LO UNICO QUE HACEN ES MENTIR, DIFAMAR Y DESTRUIR.

el Diablo le disputa a Dios su carne

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Pero... como en el bien se deja ver el mal, el Diablo le disputa a Dios su carne, más pronto que tarde se descubre el tarascazo, el moretón en el cachete de la virgen, el jedor de la carne podrida, el orificio de la puñalada trapera, la miseria moral...

Dicen que mis criticas causaron los males cardiacos que llevaron al Rafa Saavedra al ¨masalla¨

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Dicen que  mis criticas causaron los males cardiacos que llevaron al Rafa Saavedra al ¨masalla¨

escritorzuelos y dizque poetas fronterizos

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El autodistanciamiento de la conciencia para paliar las autoculpas y sublimar (o aplastar) las pulsaciones de un superyó edípico, en el caso de los escritorzuelos y dizque poetas fronterizos, cabe destacar que la hipótesis concerniente a la teoría de la glorificación del útero materno (como refugio de protección y seguridad para el hijo divorciado, por poner un ejemplo) no se apoya simplemente en una configuración somática de corte froidiano, sino que se descubre en la recargada holgazanería que padecen como tipicos megagüevonazos los referidos escritoretes. Es por ello que el batos, casi siempre, permanecen en el hogar de sus jefitas, lejos de las labores agotadoras, y pordioseando el «güélfer» que brindan las instituciones culturosas. Y los susodichos poetazos arguyen que su ascenso al alto escalafón de la güevonería se justifica en términos de las necesidades poéticas. Convencidos de que hay que concederles prioridad y, por supuesto, saber encontrar tiempo para alg

lúmpenes y seres improductivos buenos para nada.

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Fingiendo una elevada «ascesis», la mayoria de los escritorzuelos ¨inspirados¨ de esta comarca tijuanera y bajacaliforniana señorean cretina y estólidamente que la güevonería y el parasitismo deben perdurar en comunión permanente con la poesía (o, mejor dicho, con la fístula de cursilerías que estos me,lolengos consideran que es elocuente poesía). Y cada mañana, al despuntar el alba, se au toconfieren las virtudes cardinales de un «superego» lírico; y que, en realidad, se trata de un autodistanciamiento de la conciencia para paliar sus propias culpas y sublimar (o aplastar) las pulsaciones de un superyó edípico. Dicho en términos escuetos, esto supone que para autoconsumarse en divo de la «poetiada» se requiere la condición de zángano. Y claro está, también es necesario escribir versitos inocuos e inofensivos y crearse “valiosas” amistades de literatuelos de similar corte y confección (igual de ambiguos, pandrosos, gorrones, oportunistas, cobardes y lambiscones