EL LEOBARDO SARABIA [O LA COEXISTENCIA DEL GUAJOLOTE Y EL CISNE]


EL LEOBARDO SARABIA
[O LA COEXISTENCIA DEL GUAJOLOTE Y EL CISNE]



«Acaso haya aprendido yo de usted más de lo que uno debe aprender para poder seguir siendo independiente…».

Arnold Schönberg
dedicatoria a Karl Krauss en el Tratado de la armonía


LA ESPONJOSA FRASEOLOGÍA DE SER INDEPENDIENTE


Con el presuntuoso y exagerado cabezal «Celebran Vitalidad cultural de Tijuana», en la sección «Mosaico» del pápiro «Frontera», correspondiente a la edición del día jueves 18 de septiembre de 2008, se publicó un articulejo en el que la gacetillera Silvia Chia anuncia el «El Festival de la Ciudad, Tijuana Interzona 2008», y haciendo constar en su ocurso desinformativo una declaración testimoniada por el buenazo del Leobardo Sarabia, principal orquestador del menjurje culturoso referido, y que se transcribe en los términos en que fue emitida, cuando —supongo— que la ruca le preguntó al Sarabín bróder cuál era el «quid», propósito, birote, asunto, «leitmotif» o mengambrea de su actividad como responsable de dicho festivalito:

«Trabajar desde la trinchera independiente y con las instituciones, celebrar la vitalidad de la ciudad, muy sabida y conocida que se da en las diversas disciplinas».

—O sea, dos golpazos a un mismo tiempo; uno en el margen y el otro en el centro.
—O, también, como diría el buscapleitos de barrio al exponerle a sus compinches sus destrezas golpeadoras para salir airoso en las trifulcas callejeras, un putacazo plantado en el hocico y luego un patadón en los güevos.

Lo que Sarabia espichea confirma la conjetura de que la independencia cultural es dicotómica y contradictoriamente funcionalista. Ni hablar, se trata de ser independiente pero sin dejar de ser dependiente. Coexistencia del guajolote y el cisne en las batallas de la emancipación culturera. Y por tal motivo eran los reproches que a Karl Krauss un colaborador de «Die Fackel» le espetaba. «¡No se engañe usted! Sólo desde un punto de vista académico, no político-práctico, le queda a usted otro camino que no sea o bien la afirmación de todo lo establecido o bien la anexión de corazón a las nuevas fuerzas motrices, es decir, o bien se queda usted con el mezquino burgués, que usted desprecia, o bien con el pueblo, que usted no conoce en absoluto…».

—¡Independiente? ¡Ah, chingao!, qué lenguaje.
—Un colchón entre dos cristales.

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