PERSONAJES DISÍMBOLOS E IMPARALELOS RELACIONADOS DIRECTA E INDIRECTAMENTE CON EL FOCUC

Jorge Sánchez. Hijo de papi que se autoapoda como el «Jofras». Siguiendo la misma tónica que el Gerardo Navarro, es un yúnior renegado, ingenuo, un poco pendejín y con aires de intelectual. Chamaquito Ibero que se cuelga al hombro una camarita fotográfica (de mil dolares) con la que intenta ser solidario con la pelusa más jodida de este tafanario fronterizo. Cree que andar mal vestido es sinónimo de proletario o de izquierdista pero, en cuestiones de pobretería empírica, es puritito pájaro nalgón. Se siente muy orgulloso de pertenecer al FOCUC.


Marisela Jacobo. Directora del Instituto de Cultura de Baja California (ICBC). Compañera de armas —desde Parvulito hasta la fecha actual— del mechudo canonista de Chicali, Gabriel Trujillo Muñoz. Ya pagó su tributo a la culturosada tijuanense y, en correspectivo desagradecimiento, los focuctianos la tratan como a los apóstoles en la época que nació el cristianismo: cuando no la ahorcan, la apedrean o la escupen.


Daniel Ruanova. Cuando las trivialidades adquieren un sabor a trascendencia. Si Denner duraba cuatro años haciendo un retrato, este güey del Ruanova, mojando trusas y pinceles acaba sus “magnas obras” en el tiempo que dura en estar al tiro una sopa «Maruchan». Ay, la naturaleza y el arte; un caótico practicismo sin perspectiva histórica, tenebroso espejo que todo lo descompone. No es miembro formal del FOCUC pero se pasea por allí como gallo en el gallinero.


Roberto Castillo Udiarte, Mely Barragán y Daniel Ruanova. Caretas amorosas pero fraudulentas. Figuras relucientes en el panorama de la cultura fronteriza y en cuyo trasfondo es más frecuente entrever la banalidad, la hipocresía y la malacanchez culturera, y no los mandamientos o fórmulas de una preceptiva estética hecha y derecha. Arcaicos instintos de una conciencia volatizada en la autodeclinación de la soledad, sin otra meta social que no sea el individualismo pedante del mundo pequeñoburgués en el que todo se vuelve espectáculo y mercancía. En estado de arrobamiento mental, apoyaron al FOCUC con “enjundiosas propuestas” tendientes a lograr “comunión espiritual” entre los artistillas clasemedieros y la vil perrada. No hay objetivos reales porque no hay seres reales y concretos —sino puras abstracciones—; por ende, no hay responsabilidad ni compromiso.


Ángel Valra. Culturosos y políticos caminan por sendas más torcidas que los cuernos de una cabra. Con trompetas y banderines anunciaba la llegada de la «marea roja». Después de saludar efusivamente y con airecito de unción lambiscona a Hank Rhon, en ese entonces candidato a virrey tijuanense, el bato duró más de veinte días sin lavarse las baisas (se portó peor que los gatos de Monsiváis). Cuando el hombre comprende sus intereses el planeta se achica y su idioma crece (dixit Alfredo Zitarrosa). ¿Con carnet de FOCUC? Yo creo que sí.


Juan Carlos Domínguez. Apodado el «Payaso ruin» (o el «hijo del Cepillín»). Gacetillero farandulero-culturoso. El zotaquín no anda muy enterado de lo que sucede en la entrañas del FOCUC. debería pedirle «tips» a la autora del «Charko Rojo» que, de seguro, ha de ser una resentida miembra del FOCUC, el IMAC o el CECUT (pero no quiere salir a flote por temor a perder la chamba o la membresía)


Raquel Presa. Actriz y directora de un changarro teatrero. Hermosura realzada por ese aire de distinción que imprimen siempre la educación y el amor a las artes, sin más ambición que ser, a veces, la Cenicienta de la cultura tijuanaca. ¿Miembra del FOCUC? Cinchada la venada. “¡Zacarina! Ponte aquellas braguitas de naylon y luego te las quitas poco a poco… A las puertas del cielo de tu boca…” (cantaría el mañoso del Sergio Rommel, parafraseando al Sabinón).



Octavio Hernández Ruiz
. Mejor conocido como el «Rocktavio» o el «Cabeza de micrófono». Fogoso melómano sobre el inflamable ritmo musical que va de Valentín Elizalde a Manu Chao, una especie de enciclopedia ambulante del rock pretérito y contemporáneo. El «Pipiripau» de los conciertos en ambos lados de la línea fronteriza. Es director de tabloide «Tijuaneo», una gorda gacetilla en la que se difunden las variedades del espectáculo cultural y de farándula local y nacional (un revistón que ai la lleva y comienza ya a medio pintar). No es miembro del FOCUC pero sí del «clan sarabia» (que no es lo mismo pero es igual, como cantara el Chivo Rodríguez en su rolita más tatemada y cursilona).


Elizabeth Cazessús. Lírica gemidora de versos amelcochados con florecitas y feminismo ramplón. Es buena poeta, pero desafasada; como el Luperco Castillo Udiarte y el Pancho Morales, ya anda tarabueleando en la convulsión poética. La ruca es de las ingenuas que creen que el muro fronterizo se tumba con poesía. Por añadidura estética, y desde sus orígenes, pertenecía a la mesa directiva del FOCUC pero, según borregazos de gacetilleros, la mariposa rompió el capullo gris y salió chicotiada en busca de otros horizontes.


Mario Ortiz Villacorta. Pomposo, solemne y farragón, mejor concido como el «comunista arrepentido». Ha hecho de la crónica y del periodismo un pasatiempo de golfillos. El palique cafetero es su fuerte, así se instruye en los gajes de la historia y la cultura local. Por aras del destino fue designado cronista de la ciudad de Tijuana pero no cumple bien con su ministerio, pues conoce de historiografía bajacaliforniana lo mismo que saben la «Chula» y el «Chon» de tales menjúrjeres. No es miembro del FOCUC pero, desde lejecitos y sin reparar en gastos, aporta “brillantes” sugerencias.


Gerardo Navarro. Una muestra de que para ser «intelectual» no se requiere usar el cerebro. Lo que este infranélido escribe como autor de poesía y supuestas obras de teatro son subproductos mentales de estupidez prescolar. Lleva tiempo reptando con un eskechillo que titula el «Nemónico», una auténtica cabronada en la que barrunta pastiches del compadre «Picas» y Beto el «Boticario», pololeados con esoterismo «niuéch» y una que otra mamada de truquitos magicianos. Darle membresía en el FOCUC sería una bellaquería.


Carlos Fabián Sarabia. Bróder original de Leobardo Sarabia. De la recepción del hotel «Císar» dio un salto cualitativo a los pasillos de Televisa, alcanzando su paroxismo en el programa «Fusión». Quiebra su mutismo escribiendo y publicando buenas crónicas citadinas y más o menos se la rifa como analista de películas y demás churrerías fílmicas. Entró al FOCUC sin tentar varanda, es decir, por «ipso juri» o derecho de consanguinidad.


Erasmo Katarino Yépez. Estimulador de las falsas dicotomías e hipócrita alebrije de las causas sociales (quiere la paz como Napoleón quiere la guerra). Con agresividad bravera es mamador de cualquier protuberancia o músculo inflamado que porte orificio. Imagínense, lo tuvieron que llevar con un sicólogo porque a la edad de 10 años todavía no dejaba de mamar chichi. Eso lo cuenta su mamá cuando se quejaba de que este becerro lepe le había dejado bien aguadas las bubis (la ubre henchida del CONACULTA lo espera). ¿Miembro del FOCUC? Ni ganas de invitarlo a ser socio, entonces sí, el club sarabiano permutaría en una letrina pestilente.


Jorge Arturo Freyding. La congoja por los muertos y actual panorama quijotesco: escribo desde un lugar del cual ya no quiero acordarme.


Gabriel Trujillo Muñoz. Conocido también con el mote del «chamán de las letras chicalenses». A este «Virgilio del desierto» (¿literario?), tanto los fundamentalistas y culturosos tijuanenses han querido ponerlo como tortuga boca arriba. Su pluma poligráfica y sus esponjosas barbas se hayan «boletinadas» en recuadro agorero de la subcultura tijuanense. El mínino sentido común así lo indica: fuera todo lo que huela a Mexicali y a Marisela Jacobo. ¿Pertenecer al FOCUC? Ni soñar. Una noche del año 2004, con distorsión tácita en su vocerrón, presentó solicitud de ingreso pero le dijeron ¡niguas! Chicali 13 no rifa en Tijuas. En el tabulete que padrotea el jingirín de Jaime Cháidez sus textículos están vetados, solamente tiene cabida en la «Bitácora» de la Alma Delia Martínez.


FOCUC. En una experiencia de llenar huecos con palabras para decir lo que no se puede decir y, así, entrar en relación con aquello que no es lo que es. O sea, provocar en un proceso de intermediación el surgimiento del «ser» a través del «no ser» que es el modo en que surge la creación. Ahí está el detalle, como dijo el Cantinflas. Sin embargo, se disfrazan las oportunidades como si fueran encuentros.


FOCUC. El arte y la cultura sólo tienen un valor social como negación; esto es, a través de un aislamiento de la sociedad comercial. Por eso se produce la indiferencia, pues sería muy romántico sacrificar el dinero por la estética (a no ser que se trate de una peluquería). Ya lo dijo Hegel: «Cada hecho material concreto se convierte en algo abstracto». Ausencia de una literatura de grandes vuelos. ¿Es el escritor el que capta al mundo o el mundo el que capta al escritor? Ya no hay paradigmas, en la juerga cultural abunda la mediocridad intelectual. Democracia literaria: primero se imponen los amigos.


Leobardo Sarabia. Intelectual orgánico en el vaivén hormonal de la política (cultural) y uno de los «chamanes» o «concheros» más sobresalientes del FOCUC. Aunque «coptado» por el prianismo tiene sus méritos, pues su idea o configuración de la materia es golpetear el hueso pubiano de esa piltrafa desmadejada que tenemos por cultura. Padece la anomalía (¿o «virtú» maquiavélica?) de fungir como el consejero politico-cultural e ideador de la dizque "plataforma" (digamos, otra vez, cultural) de las yerbas vaciladoras que, en materia de cultura (perdón por la rebuznancia), trae bajo el brazo panista la «Petunia» Osuna Millán, desgobernador del estado, próximo a desempaquetarse.


Vianka Santana Robles. El prototipo de lo que verdaderamente suele ser una artista multidisciplinaria; pura chucata en cuestiones de arte y cultura, una experta en sus menesteres y sin arranques de «rocstarismo».


Haída Méndez Flores. Modelo privilegiado del rastacuerismo culturoso de bajo perfil, después de haber recibido el "pergamino oficial" de poeta «honoris causa» fue expulsada del FOCUC por mediocre e irresponsable (cuatro faltas de asistencia le valieron para ser echada a patadas de allí). Supura ignorancia hasta por los ovarios, pues no sabe si la palabra amor y el adverbio así se escriben con h.


Alfonso López Camacho. Librero, editor y de las pocas seseras valiosas con las que cuenta el FOCUC. Enemigo del raquitismo y la superficialidad cultural.


Elizabeth Algrávez. Exdirectora del Instituto Municipa del Cultura de Tijuana (IMAC), calentó el sillón de matrona por vía "meritoria" de padrinazgo político. Ejercicio de inspección del apalabre cuchupletero y una de las principales muñecas de tiro-al-blanco del FOCUC. En sus manos la cultura local se impusó como corsé ideológico del neopanismo y estuvo a punto de convertirse en una chismorra.


Jaime Cháidez Bonilla. Promotor del la «cultura del autismo», o sea, ese tipo de mentalidad que —como afirma el marqués de la colonia Liberad, Mauricio Ramos—, busca bloquearse para seguir en el juego, como si nada estuviera pasando realmente. Encarna los pecados de la ineptitud periodística pero, eso sí, nadie le quita la paternidad de la lambisconería y el cuchupo publicitario.

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