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Pirujeando en la «Tijuanita»

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Pirujeando en la «Tijuanita» Ahora solamente cargaba unos cuantos chelines en la roñosa billetera. Quién lo hubiera imaginado, había sido yo el dueño de una pesada marmaja que valió madre en seis meses. Los siniestros amores cuestan un alto precio y son efímeros. Por falta de morlaca la relación erótico-pasional llegó hasta donde llegó el último dólar. Lo mejor era pintar venado para otros lares. Ya nada había qué hacer en Hermosillo. Por lo que ya se sabe, las circunstancias en que se encontraba la Raquel no eran dignas de jactancia vocinglera por acrisolados «logros» que se obtienen en la vida. No, más bien lo que su alma develaba era pesadumbre y animo acongojado. La doctora taloneaba el billete en la puteada, y no precisamente en un bulo de categoría, sino en el jardín Juárez, un parque donde crecen verdes enredaderas y pechugonas rameras; un lugarejo mejor conocido como la «Tijuanita». De aquella exitosa mujer, decente, talentosa, trabajadora, responsable y discip

UN MOMENTO LITERARIAMENTE INSÍPIDO [COMO LA PARAFERNALIA DEL MOÑITO ROSA DEL CÁNCER]

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  UN   MOMENTO LITERARIAMENTE   INSÍPIDO [COMO LA    PARAFERNALIA   DEL   MOÑITO   ROSA   DEL   CÁNCER] Sócrates     y   la   mayéutica                                                lo   simple    es   lo más   difícil a   mayor   mansedumbre,   mayor   felicidad credulidad   embaucada                                             el eros   universal   del   dinero arcaicas   fuerzas   libidinales cuando la    pornografía   es   la   única    solución   a   la   monogamia apelo   a   mi   sentido de   superioridad no   importa   si es   una    pulgada   o una    milla Julio   Cesar   y   Nicomedes                                                    clamidia      herpes   y   gonorrea bajo   los     estragos   de   la     euforia     etílica sicograma   de   malvados    universales                                  se   han ganado el cielo   por   su   devoción estado   posterior    a     la    muerte                                         un

MARAVILLOSAS EPIFANÍAS DE LA CARNE [UN PARAÍSO SIN MANZANAS]

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                                                              MARAVILLOSAS    EPIFANÍAS   DE   LA   CARNE [UN   PARAÍSO SIN   MANZANAS] Eran    almas   que   se   amaban pero   a    gran   distancia como   la   posibilidad   efectiva   de   llevar   a    la práxis   la    creación de   un   paraíso sin   manzanas anclados    y uncidos decididos   a   juntar   hasta   los olores   místicos pensaban   que   podían   darse   un   mundo   mejor esperpéntico, platónico     y   casi   inútil Toda   una   variante   del   happy - end Excluyendo las     cursilerías ya   se   sabe que al   amor   se   le premia   y se    le maquilla   como   un   payaso con muchas   dosis    de   nostalgia como la   que   suelen   escribir   los    poetas   a    sueldo algunas   veces   apetencias   transitorias simples   elaboraciones    verbales que    impone   la   moda   de    la   literatura   rosada en ciertas   ocasiones   una   s