«Todo lo que escribo está cargado de dinamita. Mientras tenga fuerza y entusiasmo cargaré mis palabras con dinamita. Sé que mis verdaderos enemigos, los tímidos y los arrastrados, no se enfrentarán a mí en un combate justo. Sé que la única forma de entrar en contacto con ellos es alcanzarlos desde dentro, por el escroto, tiene uno que subir por dentro y retorcer sus sagradas entrañas» Henry Miller
26 de agosto de 2012
Eduardo Subirats, Realidades artificiales y mentiras globales
«Toda obra de arte debe de ser también una dimensión normativa, es decir, Rembrandt no solamente vale por la intensidad de la mirada que nos reflejan sus cuadros, sino además porque sentó una comprensión de la interioridad humana que ha sido válida para la conciencia europea durante muchos siglos. Es decir, ahí teníamos un modelo moral, un modelo intelectual, un modelo espiritual de lo que teníamos que entender como profundidad humana. ¿Tiene dimensión normativa Andy Warhol? Pues claro que tiene dimensión normativa, Andy Warhol es el arte popular fuera de todo lo demás, todo lo demás no debe existir, todo debe de medirse en función de ese parámetro, y además debe medirse globalmente, porque todo lo que es estadunidense es al mismo tiempo global en función de la ideología imperial. Esa es la permisión que hoy tiene lo que se llama arte global, es un arte producido, subvencionado. Cuando se dan tantos millones a un cuadro, no se los dan porque el cuadro valga millones, el cuadro no vale nada; el cuadro vale porque se dan tantos millones. Si hay mil colores y mil matices en un cuadro de Rembrandt, hay uno en los pastiches de Warhol» [Eduardo Subirats, Realidades artificiales y mentiras globales, 24 de mayo de 2008].
Esa jaina es bien jariosa
cachorear.
Prodigar abrazos y besos, y en ocasiones tocamiento de genitales, sin llegar a la cópula carnal.
Construcción: «Esa jaina es bien jariosa; cualquier güey se la agasaja» (Voz popular).
<-(de gasajo <- gótico gasali <- al. geselle).
Véase: Amacucar; Chacalearse; Agasajo.
así suele ser el poder creador de la palabra
La poesía que se enseña por medio de cursitos
solamente puede ser entendida en su generalidad
de plano
resbaladiza
puñetera y vergonzante
ciclos desordenados en la ambigüedad de los oráculos
forma de ocio emergente y bastardía del verso
simples enunciados que no sobrepasan el nivel descriptivo
así suele ser el poder creador de la palabra.
forma de ocio emergente y bastardía del verso
simples enunciados que no sobrepasan el nivel descriptivo
así suele ser el poder creador de la palabra.
Canon de la culturología
Como en los tiempos de Martín Lutero, si la Biblia sirvió para justificar el poder de la monarquía por la gracia de Dios, ahora la culturología, como un híbrido artificial de arte, ciencia y mitología, en sus manifestaciones masivas y elitistas, sirve para dar forma y sentido a los motivos e intereses de la existencia habitual en el espíritu de la sociedad burguesa. Culturología que es la forma extrema de la enajenación de la cultura y negación de su verdadera predestinación humana. O sea, en sus límites históricos estrechos, ruptura entre sociedad y cultura, como la separación existente entre el trabajo y el capital. Canon de la culturología donde la cultura se vuelve un elemento imprescindible para el sistema de dominio.
25 de agosto de 2012
MÁS ALLÁ DE LA HORA EN QUE CACAREAN LAS GALLINAS
MÁS ALLÁ DE LA HORA EN QUE CACAREAN LAS GALLINAS
La indefinición de lo poético
Traslapada ambigüedad como única realidad
Una oscuridad implícita en meras fórmulas de cajón
Que no necesariamente definen al poeta
Dato central de la posmodernidad
Por causa de cierta pereza o prodigalidad de las ideas
Región de fábula y todo es proteica
Estadio narcisista o cuna romántica
Sujeto lírico, hablante poético
Expresión superficial y pasajera de la moda literaria
No de acuerdo con un orden lógico sino emocional-intuitivo
Lo cual se explica por cuestión de la ideología de la época
Cuando las oligarquías de la cultura se vuelven cosmopolitas
Eso sin mencionar los abusos y las secuelas nefastas que persisten
No tienen autonomía y dependen del estipendio y la canonjía
Aunque se haga por fuerita y tras bambalinas
Política e ideológicamente ya están marcados
En dirección al dador de los chelines
Y de que son apolíticos
Bah, es una suerte de broma muy pendeja
Qué tanto papel hacen en la literatura
Si su voto no pesa en la balanza
No puede inferir desaire a tan encumbrados poetas
Habrá quien halague su vanidad
Esa fiebre que mata la razón
Era mal el modo que tenían para apearse de la mula chuca
Como era también costumbre dejar las sábanas
Más allá de la hora en que cacarean las gallinas
Y no tardaron mucho en hacer la morisqueta del carnero
Criaturas verdaderamente mediocres
Pretenden ennoblecerse con la tenacidad y la máscara dual
Han chocado con muros que no pueden derribar
Muros del axioma que si no se atraviesan no se actúa con libertad
Proclaman la majestuosidad de lo absurdo
Con ese sistema de algoritmos poéticos habrán de quedar
Sepultados en el hoyo negro del panteón de la metafísica moderna
Si ya no impresionan las alegorías teológicas de Kierkegaard
Menos esas confituras que quieren abrillantar con el camelo
Personeritos seudoliterarios que han dado sustancia a la risa
Terminen de arreglar los bártulos de su oficio
Que aquí se paga por exteriores y por apariencias
Yo dejo que me cocinen en la bucha de las palabras
Pues ni estando bajo la horca se ha de perder la esperanza •
A Jaime Cháidez le brota la hipocresía, la estupidez y la lambisconería
Engrudo de letras en un hombre desleal a sus convicciones. Así arregla sus enjuagues Jaime Cháidez, mientras a borbollones le brota la hipocresía, la estupidez y la lambisconería. Instantánea y vertiginosa es su charlatanería.
Para una conciencia ingenua y sin contenido teorético, cuando no hay referencias histórico-culturales de las cuales asirse, un disparatario de sandeces puede ser una certeza de verdad objetiva si se recurre a una casuística de falacias, resuelta por vía del descaro demagógico y que hace delirar a más de una docena de melolengos que se atienen a la vaga indicación de que en la Baja California, y específicamente en Tijuana, existe un «bum» artístico y cultural de vanguardia.
24 de agosto de 2012
Pirujeando en la «Tijuanita»
Pirujeando en la «Tijuanita»
Ahora solamente cargaba unos cuantos chelines en la roñosa billetera. Quién lo hubiera imaginado, había sido yo el dueño de una pesada marmaja que valió madre en seis meses. Los siniestros amores cuestan un alto precio y son efímeros.
Por falta de morlaca la relación erótico-pasional llegó hasta donde llegó el último dólar. Lo mejor era pintar venado para otros lares. Ya nada había qué hacer en Hermosillo.
Por lo que ya se sabe, las circunstancias en que se encontraba la Raquel no eran dignas de jactancia vocinglera por acrisolados «logros» que se obtienen en la vida. No, más bien lo que su alma develaba era pesadumbre y animo acongojado.
La doctora taloneaba el billete en la puteada, y no precisamente en un bulo de categoría, sino en el jardín Juárez, un parque donde crecen verdes enredaderas y pechugonas rameras; un lugarejo mejor conocido como la «Tijuanita».
De aquella exitosa mujer, decente, talentosa, trabajadora, responsable y disciplinada en sus quehaceres personales y profesionales, ya sólo divisaba el bulto de una piruja trituradora de falos.
—¿¡Qué, jefa!? ¿Cuánto me cobra por aventarle un paliacate? —le preguntó a la Raquel un jovenzuelo de escasos 16 años, estudiante de preparatoria, como lo evidenciaban las libretas escolares que portaba.
La Raquel todavía estaba buenera, pero el billete que aperingaba por soltar soltando el relingo en la «Tijuanita» (o jardín Juárez) estaba medio cacicón. El grueso de la clientela cogelonesca, compradora de manceba satisfacción, se integraba por gendarmes inferior jerarquía, albañiles, tamemes y uno que otro universitario bajado de la sierra de Cumpas, Ures, Caborca o de la Colorada. Estos eran los que, en su mayoría, formaban el listado de su nómina putaril.
Se elegía a Belcebú en lugar de Dios en la hora de invocar para que cayera algo clientela. Y una cosa no se puede negar: la doctora tenía su pegue pal arrimón; y ni siquiera los más roñosos le hacían el fuchi, ya que al guachar las tamañas bolotas que por detroit y por delante la ruca se cargaba, cualquier cabrón temblaba de lujuria.
—¡Tripea las ubres que tiene esa pinche puta, carnal! —le dijo, sorprendido, un bato al compa que lo acompañaba, cuando se toparon con la ruca.
—¡Chup, chup! ¡Slurp, eslurp! —le piropeaban a la fémina.
Pero como no traían firula solamente les esperaba lo mismo que al chinito: nomás milal.
—¡Qué pinchi borrachera láctea me iba pegar con esas tetotas!, pero ando raiz, sin un quinto.
—¿Qué me ves, pendejo? —le reclamó la doctora al mirón menos prudente, y éste le contesta: —Es que te pareces a una vieja que busco pa terminarme de criar.
—¡Pendejo!
—¿Pa qué andas de exhibicionista, culera!
—¡Pinchi puta, cara de guajolota con chorro!
—¡Tu puta y reguanga madre, joto, que ya quisiera tener chupones como los míos!
¡Las chichis de tu puta madre que te aventó al mundo, de seguro han de ser dos picadas de mosco! ¡Y tu pinche padre, marica, ni cuenta se ha dado porque le gusta la verga!
Semanas más tarde, demasiadas, la Raquel ya no se hundiría en encorajinamientos del calado antes descrito; y no sería porque la pelusa se hubiera amansado en tales menesteres tan braveros, sino porque soltó las amarras que la tenían anclada al parque la «Tijuanita».
La jaina mudó sus encantos a la frontera de arriba; y, tras un proceso de convencimiento por parte de una de sus colegas suripantas, le cayó a Tijuana. Viaje que se lo cuajó después de 10 años de putería.
Así que cuando la Raquel cuando aterrizó en el mero Cagüilazo ya frisaba los 60 abriles.
Hastiada y huyendo como quien se escapa de la persecución de un ejército de abejas africanas, la Raquel salió de Hermosillo, y lo hizo sin despedirse de sus colegas. En realidad, trataba de huir del algo de lo que fatalmente nadie como ella puede esquivar.
Las ratas de un barco, aunque estén en todo su derecho de abandonarlo no lo pueden ejercer. Todo esfuerzo será en vano, también se ahogarán. Y ella no será la primera rata que logre salir viva del barco ese, a punto de hundirse.
Salió de Sodoma para entrar en Gomorra.
Cuando la Raquel abordó el autobús que la llevaría a Tijuana, el chofer de la burra, al guachar el trasero de la doc, sintió unas inmensas de sobarle las tepalcuanas. Y es que —a sus sesenta años de edad— la ruca todavía estaba de antojo. Si el bato que piloteaba el bus la hubiera conocido dos decenios atrás, en el tiempo que yo me la andaba fletando, el güey, de cincho, que se habría cagado pa dentro.
Me cae que sí. Pero con ese culo, la ruca ya no estaba en condiciones de competir con las paraditas que rifaban en la Zona Norte de Tijuas; morras entre los 15 y 20 abriles.
Así que la cosa no iba a ser muy fácil para ella. Bueno, pero una ventaja sí tenía sobre esas leandras: la Raquelona era una experta consumada en el arte de la cochadera y, además, poseía un aparato cochador que —si bien, ya no servía para maquilar chilpayates— funcionaba al ciento por ciento a la hora aventar pajuelazo. Un poco resecón al iniciar el enjuague, debido a los efectos de la menopausia; lo cual representaba un detalle muy mínimo, pues para la lubricación del chango sobran las cremas y jaleas. Y que lo digan los que ya se habían acostado con ella.
Ardorosa y turgente, la Raquel aún mantenía su soberbia figura femenina; y a pesar de la edad avanzada, despertaba ardientes pensamientos en el prójimo.
Minutos antes de que amaneciera, y durante una madrugada de verano, la doctora, después de 13 horas de viaje, llegó a Tijuana.
No sé si aquí seré mejor o peor de lo que soy —pensó, mientras caminaba siguiendo, casi por inercia, los pasos de la gente que se disponía a salir de la central camionera.
—¿Le puedo ayudar con su maleta? —le preguntó un ruco acarreador de equipaje.
—No, gracias. Yo la puedo cargar —le contestó.
—Le creo, señora. Que le vaya bien.
—Muchas Gracias. Que Dios lo bendiga.
El primer coraje que su bilis registró fue por causa de los taxistas:
—Pinchis ratas. Ciento cincuenta pesos al centro. Tan pendejos los babosos. Tomaré un pesero».
En cuanto se apeó de la burra, ya metida en las entrañas de la ciudad, entró a formar parte animación callejera, el jolgorio y de todo el movimiento que suscitaban los obreros, los estudiantes, los comerciantes y los trasnochados que obedecían las ordenes de una día más de rutina o francachela. Era la segunda vez que estaba en Tijuana, la primera fue cuando vino a un congreso de siquiatría, cuando recién había egresado de la universidad. Pero aquella vez no pudo darse cuenta del aspecto enfermo que mostraba la ciudad: harapientos tirados en las banquetas, borrachos tumbados en la parada de los taxis, pirujas rumbo a su casa, malillones corriendo hacia ninguna parte en busca de la cura, malandrines a expensas de chingar a quien se le duerma el gallo, etc. Semejante espectáculo no la inmutó; son los convites de una noche de farra, algo normal.
Para ella eso era inaudible e invisible. Lo único que le caía como patada de mula en la boca del estómago, era ese pinche olor a mierda que brotaba de las alcantarillas.
Bisutería espirtual: Vianka Santana y demás ungüentos culturales
Bisutería espirtual: Vianka Santana y demás ungüentos culturales
Cebados por la paráfrasis, invocando fraseología, con los sentimientos perturbados y guiados por el «aura anónima», asistimos a la disolución del mundo en el «yo»; hombres y cosas ya no son diferentes, se suceden en sus esencias. Sujeto y objeto se erigen en apariencias y no se reconocen sus particularidades («cambios» y «recambios» facilitaron «la fractura»); un modo de «alotropía» en la que cambia la forma pero no el contenido («el quehacer artístico» les ha dado «una clara noción»); lo opuesto a lo concreto no es solamente lo abstracto, sino lo disperso.
La autoconciencia se encuentra delimitada por el objeto y el individuo ha capitulado ante el poder de las cosas («un sitio» que promete una importante «oferta»).
Y en el discurso que hace suyo la «singular mujer» (de «deslumbrante personalidad, y de un «dechado de virtudes») se despliegan entidades abstractas que adquieren una fuerza motriz autónoma («el optimismo» y «las cuentas alegres» enrarecen «la obligada reflexión»; «las acciones de gobierno» llevan «el aprovechar»), objetos con voluntad propia que se sobrepujan en seres animados («resultados obtenidos» le dan a la ciudad «liderazgo», «el 2009» trae «la llegada» y «el arribo»).
Personificación de los objetos que se mueven por su cuenta como los sapitos de voluntad infatigable, como los desenfrenados esponsales en su primera etapa conyugal, como las chamaquitas de mal vivir, como el alma en pena de un muerto que no fue enterrado en el panteón o como el padrote en el acto de esquilar suripantas.
—En los individuos y las cosas se han invertido las funciones. [4]
En los tantos articulejos de la Santana, publicados en el suplemento del Eligio Valencia Roque, son abundantes los ejemplos que ponen al descubierto el proceso histórico de la enajenación del hombre como sujeto que ha sido desplazado por el objeto (la realidad que se diluye en el «yo»); objetivación deformada de un mundo en el que se vive de apariencias; fenómeno de despersonalización no sólo discursiva, sino de la vida y los sentimientos (se puede regalar el alma, no así el dinero).
Y para expresar la andanada de despropósitos y demás desfiguraciones teoréticas, la supernietzscheana leidi tijuanaca arma su «weltanshauung» utilizando los recursos estilísticos y retóricos de la distorsión lingüística y la dislocación gramatical.
Así, embaulando palabras, sintagmas y enunciados que acaban en notas periodiqueras de un mismo color y sabor; luego, «evacuatio fit» en el suplemento dominguero que padrotea el gingirín del Jaime Cháidez Bonilla; y, ya en cuadro de publicación, la ñorsa Robles Santana informa (o, mejor dicho, desinforma) que «la actual situación de vulnerabilidad social y económica» y «la visible confrontación de las fracciones parlamentarias», cual si fueren peleoneras marimachas que se lían a moquetes con cuanto cabrón se ponga en frente, dejando estrellitas funestas en el aire, ojos de cotorra, labios partidos y jetas hinchadas, «han golpeado de manera significativa al sector de la cultura».
Me imagino que la hija putativa del arqui Cleofas Veloz fue la primera mona a quien ese par de gandulas (dos cholas malandrinas que, como ya dijimos, responden a los nombres de «actual situación de vulnerabilidad» y «visible confrontación»), le arrimaron tortazos, patadas y zopapos. [5]
—¡Ay, qué momentos tan graves!
El estilacho retórico y, por antonomasia, esa forma de armar un discurso sustancialmente disparatado, yuxtapuesto con costras de una lengua erigida como una inconmensurable columna y barnizada con una dorada capa de mierda, fraseología para el embrollo del sinsentido y ornamentar el crimen, promover el turismo o anunciar la llegada del besaculos. Y fraseología es la lengua que utiliza la prensa para difuminar la realidad y espantar los sucesos con clichés.
Un envilecimiento de la palabrería esponjosa que Karl Krauss, antes de que estallara la primera gran peste de 1914, combatió en solitario a la prensa, a la sociedad burguesa, al fantasmal imperio austriaco, al estilo de vida de esa época con jedor a fraseología y putrefacción moral; desenmascarando las capas más profundas de la engañifa, la mentira, la hipocresía.
«He tenido una visión terrible:
veía yo cómo un léxico de conversación iba hacia un erudito y se ponía a abrirlo y hojearlo».
De la manera en que las circunstancias, los acontecimientos y las cosas sepultan a sus protagonistas y hacedores; individuos arrejolados en su alienación, desrealizados y sustituidos por una realidad que sólo es vapor, cosa etérea, fantasmal.
Y este fenómeno de alienación lingüística y de proposiciones clichés no es privativo del discurso que expone nuestra invitada; por tanto, consideremos los siguientes enunciados, cabezales del periódico Frontera (martes 27 de marzo de 2009), y observemos que la mediación «sujeto-objeto» se verifica en los mismos términos ya expuestos; es decir, la realidad, como un objeto abstracto, disuelve al «yo», despersonalizando al sujeto y sustituyéndolo por un mundo de simples apariencias. [6]
«Cuidan hogares gasto y cambian consumo» [12-A]
«Sobrevive altar de Santa Muerte» [14-A]
«Revela escuela conflicto» [14-A]
«Sin novedad reportan cámaras» [14-A]
«Arranca festival de teatro en Tijuana» [11-B]
«Repuntan las bolsas por nuevo rescate» [16-A]
«Llegan ‘esperanzas’ a Chile» [25-A]
«Desatan camisetas repudio en Israel» [25-A]
«Arranca festival de teatro en Tijuana» [14-A]
Ahora, toda vez que la noción del antitético binomio sujeto-objeto suele ser un caldo para muchas cucharadas, procedamos a echarles mirugiada a otro birote.
[Nota: para ahondar con precisión en las cuestiones del fenómeno de las extrapolaciones semánticas, remito a los lectores interesados a los análisis que Timpamaro, Rossi-Landa, Broch, Lukács y Brecht llevan a cabo en respectivos textos].
Los metatextos y la concepción inmanentista
Los metatextos y la concepción inmanentista
Escasa envergadura y gorda defección en los matices de su escritura. No se discuten las posibilidades de expresión porque el lenguaje es una especie de sortilegio aislado; predominan en los contenidos metatextualeros la descomposición de las palabras que al desunirse razón y logos ya no descifran ni revelan nada, ni son transparentes ni tienen plasticidad. La sustancia del habla es garrulería, útil para el aburrimiento, etiqueta del engaño y símbolo de opacidad. En la configuración de imágenes y marcas textuales no resalta la cognición artística de la realidad ni se cumple la función comunicativa de los signos estéticos. Tampoco hay tonalidades de ritmo ni las notaciones de musicalidad implícitas en las palabras; tampoco en los motivos ornamentales hay exclamación impetuosa, eco o golpe de metáfora, ni gesticulación tipográfica.
Lo que sí hay en los dichosos metatextos son los deseos de huir hacia el infinito, las evocaciones nostálgicas de pura mortandad o apatía, voces huecas que no responden a la voluntad de recuperar la dialéctica histórica del pasado, el empecinamiento en ritualizar una visión mitificada de espacio perceptivo de mera retórica y de evasión hacia regiones nebulosas; se patentiza la evasión ontológica de los estertores seudopoéticos que se ocultan bajo carapacho de una realidad imaginaria que anteponen a la vida real y cotidiana; frustración, angustia, miedo y desolación. Técnica aglutinadora persistente en imágenes portadoras del fetichismo romántico —lo etéreo, lo fantástico, lo infinito cósmico y demás supercherías— se «dicotomizan» fuera de los antagonismos, sin contingencias concretas, sin conjeturas de conciencia crítica. El acceso a la realidad, cuando hay, es un acto que no rebasa los límites de las preocupaciones metafísicas, de los conjuros y de las cavilaciones soporíferas o fantasmagóricas. Como el deseo del elevadorista de ser ángel para ganarse a vuelo el pan del cielo.
23 de agosto de 2012
22 de agosto de 2012
POEMAS ZORRUNOS / CARLOS LOPEZ DZUR
POSESIÓN DE LA ZORRA
Que la necesidad carece de ley,
pues me gustas por necesidad y por ella,
desde ella, contra tí y tus pareceres.
Te zorrearé con colmillos debajo de tu ombligo,
venceré la urdimbrada de tus noches.
Con hocico agudo lameré de tus tetas.
Donde tengas un corral, destenderé
tu cama, rasgaré tus máscaras,
por olor puro de tu aliento,
por sudor sagrado
de tu sangre, vulpeja.
Que la necesidad tiene cara de hereje.
Que huirás de mí, que no querrás aullido
entre los pobres, alarido en soledad
de madriguera, ¡pues, pobre de tí
y tu oropel y tus tesoros de recompensa
en numerata pecunia!
vanas cosas son
si un salvaje te descubre,
que no sea yo,
que voy a preguntarte si me quieres,
que voy a subirme a tus muslos
y tus nalgas hasta que pierdas
el cobre y te delates
salvaje o malnacida
del estero
y el pantano.
13-4-1975
POEMAS ZORRUNOS / CARLOS LOPEZ DZUR

MAMA QUILLA
Te dormirá tu madre Mamá Quilla
en cestilla de tacuarembó
y te hará flotar como flor del mangle.
Y, con susurros, serás atraída
a las manos que más te quieren,
las suyas y las mías.
Menearé las tabas a prisa.
Jamás haré que el miedo crezca.
¡Qué bien nacíste que ya no hay sombras
ni miradas que nos acuse
cuando flama la voz de la tribu
en el carbono!
Los hijos de la tierra te dirán
«Te quiero» con la fuerza
con que hoy te lo digo
y coloco un tachigual
de algodón sobre tu cuerpo.
Tú adornarás mi calle y al mundo.
Aquí has nacido.
La mujer es una charca,
inmanentemente mía,
comundana de mi hallarse.
De las tumbas de la inmensidad
y los destinos de órbitas ajenas
o almiares transmundanos, te cuido.
Aquí eres la hija del maizal
y los útiles a la mano serán tuyos.
16-5-1981
POEMAS ZORRUNOS / CARLOS LOPEZ DZUR
FIERA DEL GRUÑIDO
Tú, fiera del gruñido que se oye,
eres más que leona con aliento,
más que onda sonora y que palabra,
más que el gesto.
Te oigo en las hojas celosas de tu paso.
Eres un zumbido de silencio.
En la maleza hoy descansas.
Tu energía se reposa con ojos cerrados.
¡Qué satisfecha estás, hembra,
del zorro y la gacela,
compañera del tigre,
cómplice del puma
y el leopardo!
¡Qué mansa eres
con la estrella del instinto!
Te olisco en la distancia
y me conforta tu aroma.
Uno para el otro
somos sin palabras.
2-2-1978
POEMAS ZORRUNOS / CARLOS LOPEZ DZUR

LA ZORRITA
Me nutre, a diario, el vendaval
de unos ojos salvajes.
Son de mi hija, sangre soñadora,
que ya duerme.
La diablilla del porvenir está en su cuna, mi alegría.
Al lado, cómplice del mismo recodo de su nido,
su madre, cuyo torso respira tan suave
y adorable como el primer día,
¡oh, madre dormida!
y adoro sus túrgidos senos.
Los beso.
Canta su corazón tras lindos huesos
y lo terso de tu piel es mi cosmos.
montículo de musgos, su sexo,
que es mi Rezo para la multiforme diversidad
de la Natura y templo al que voy,
apasionado de epicureísmo,
ya no a creer, con tonto rito,
sino a sentir para el afianzamiento.
Me hundo debajo del ombligo
y se devuelven, célula por célula,
sus más profundas certidumbres
y con ellas me oriento.
Me revuelco a gusto dentro del lodo cósmico,
porque creo en sus semillas y en su testimonio,
la Hija que me has dado es mi fe
y por ambas siempre hay semillas,
hijos con porvenir,
continuidades...
Octubre 1992 / carlos lopez dzur
BENDICION DE LA ZORREADA / LOPEZ DZUR
http://www.galeon.hispavista.com/carlosdzur1998/enlaces2649000.html
materia tan esencial
Ni tanto ni tan poco: ni el profesor autoritario de la escuela tradicional, vinculado a la enseñanza de la historia basada en la memorización de grandes nombres, fechas y batallas, "clases magistrales" y alumnos pasivos; ni el profesor como el simple facilitador y coordinador del autoaprendizaje de los alumnos de la escuela posmoderna, que proclama el "todo vale" en cuanto a historia enseñada, inc
luyendo el contenido corrientemente tradicional de la historia oficial correspondiente. Sostenemos que el papel activo del alumno es complementario con la función docente y social del profesor, pero no puede reemplazarla, como se pretende, ni siquiera con la valiosa ayuda de la red. Alumnos y maestros activos, y comprometidos, son unos y otros imprescindibles, al mismo tiempo, si lo que se quiere son unas comunidades de aprendizaje realmente inteligentes. Rebajar el profesor de historia a monitor de clases prácticas, testigo mudo sobre todo de aquello que implique interpretación, tiene sus consecuencias perversas: abrir la puerta a un mayor control administrativo de una materia tan esencial para formación de los ciudadanos, no se trata de una propuesta políticamente inocente. Aunque lo peor es que la "comunidad de aprendizaje" entendida a la moda anarco-conservadora conduce a un fracaso pedagógico que beneficia a las tendencias restauradoras de la escuela autoritaria.
Carlos Barros
como si la putería fuera una fe de erratas
Es una verdad latente que el feminismo ya es un marasmo, un falso shopping, una especie extravagancia de telepantalla y hasta un mero escarceo de exhibicionistas de la moda sexual. El discurso feminista de hoy no pasa de simples comentarios frívolos, un chantaje mujeril atado al cordón umbilical. El feminismo es la muerte de la femineidad, y la prueba de ello está en la androginia que nada tiene d
e imparcial para dar cabida a hembras y machos. En realidad es que ese aplastamiento de la sexualidad está instituido en favor de la autoridad masculina; ésa es su misión reguladora, que en su versión más extrema representa un factor de represión. Por otra parte, Los alardeos de la doble moral para desvanecer con golpe sicologista de las palabras que sirven para designar a quienes ejercen el oficio más viejo del planeta, la puta y la putería, «ese cáncer que corroe la rosa de la galantería», dijera Ruskin. Qué afán de querer convertir a las leandras en fantasmas, como si fueran encarnaciones del mal. Con trasposiciones lingüísticas la mochería, vanamente, intenta hacer de la esencia una apariencia. Qué payasada, como si la putería fuera una fe de erratas.
EL JANDICAP CULTURAL
EL JANDICAP CULTURAL
las clases económicas
se han transformado en clases culturales
instrumentación parapolítica de una doctrina falaz
las clases económicas
se han transformado en clases culturales
instrumentación parapolítica de una doctrina falaz
violencia simbólica y enfrentamiento
como chou y comedia
la patología como resistencia social
democracia como distribución de privilegios
situación de parasitismo y apoliticidad
pequeños intelectuales del handicap cultural
revoltosos que chillan para mamar la pacotilla
atroz simulacro de la libertad
y por causa de cierta pereza
de Semiramis a Marta Sahagún
ya no hay distinción.
como chou y comedia
la patología como resistencia social
democracia como distribución de privilegios
situación de parasitismo y apoliticidad
pequeños intelectuales del handicap cultural
revoltosos que chillan para mamar la pacotilla
atroz simulacro de la libertad
y por causa de cierta pereza
de Semiramis a Marta Sahagún
ya no hay distinción.
21 de agosto de 2012
retórica desfasada y vetusta cursilería
Huecas voces en el trasplante de las consignas oficiales del poder cultural, donde la conciencia de la posición social siempre está en primer término. La nequicia de la supervisión depende entonces de los estilos de hacer arte y el eje referencial estriba en escamotear la expansión de la cultura y distribuirla sólo en fragmentos, en particularidades del cliché monolítico, de la endogámica mentira.
No hay fecundidad histórico-cultural, solamente individualismo de cofradías, ebullición momentánea de grupúsculos asilados sin trascendencia ni aportación en los procesos sociales y estéticos; inconsecuencia de literatos que quieren superar el presente con los ojos volteando hacia el pasado; hierocracia pedante de poetastros, adscritos a herméticos cenáculos cuyos versitos, tautológicos, copiones y de poco ingenio, apestan a retórica desfasada y vetusta cursilería. Y así se reactivan sus aflicciones, sin sustancia lírica en las entrañas y en un quehacer que concibe la literatura como objeto de veneración fetichista y no como forma plausible de expresión, conocimiento y reflexión estética. La mayoría de quienes han sido llamados a parir versitos, son precisamente los que han desacreditado la poesía; y creen que estimulando la irracionalidad se llega a ser poeta.
los culturosos
La visión que se tiene de la cultura es meramente intelectualosa, libresca, frívola y de farándula; como el humanismo de hoy en día, es una abstracción ajena a la vida concreta. Es la misma concepción que tanto los culturosos como los conservadores tienen de la cultura y no se ha logrado objetivamente un mínimo grado de función social. Cuando se pone de moda es fácil que cualquier cretino u oportu
nista la reivindique con ligeros respingos, tan serviles como pendencieros. A partir de los años setenta, luego del fracaso y de la subsunción oficial de las protestas radicales sesentaiocheras, para anestesiar y paliar las gravideces del aparato dominador se recurre a las concepciones antropológicas de la cultura, determinaciones academicistas en las que se aplica la teoría de la «hegemonía cultural» planteada por Gramsci y que señala que los elementos esenciales del orden, control de dirección, dominio y sujeción, no se encuentran en los factores de la producción económica, sino en las categorías superestructura les, es decir, en aquellos requerimientos de índole político-moral, y los intelectuales son las piezas fundamentales en la conformación y reproducción de dicha hegemonía. La coerción, la mediatización y la imposición de valores inicia en los niveles superestructura les de la cultura. Los proyectos culturales adquieren connotaciones políticas casi imperceptibles que refuerzan los bastiones del poder. Si la cultura se ha de entender como sociedad (capitalista) de relaciones pervertidas y sublimadas, entonces los intelectuales, desde el punto de vista ideológico, son coincidentes con los intereses de las clases dominantes. A un manojo de mitos que son una serie de contradicciones le intenta dar el nombre de uniformidad cultural.
los roles dominantes de un idealismo disolvedor
Desde que finiquitó la inteligibilidad objetiva del estructuralismo, en el entrecruzamiento de lo moderno y lo posmoderno, se relativizaron los fetiches de la historia, se aligeraron los aparatos conceptuales de la crítica y los teóricos se apartaron del estudio de las contradicciones del sistema literario y centraron su atención en los fenómenos particulares de la hegemonía neoliberal (industria
del libro, objetos textuales, equidad de género, etcétera); exagerando las particularidades, el arte comenzó a expresar la vivencia del aislamiento y la cultura la heterogeneidad persuadida por las pautas y los roles dominantes de un idealismo disolvedor. Del hecho concreto se desprendió un flagrante fraude culturero asentado en el poder, los elementos de la confrontación quedaron subordinados a los principios conservadores del sistema dominante y a los referentes igualitarios para tratar de subsanar de manera abstracta, es decir, con meras ilusiones, los desequilibrios culturales y las condiciones de desigualdad económica y social. En el acto de los postulados conceptuales la modernización bifurcó los mismas fórmulas que la tradición duplicada; culta y popular, tecnificada y escueta, refinada y vulgar. El corpus ideológico se propaga como la idea de la entonación, como cliché generado desde de la parte superior de la pirámide. Un lenguaje de configuración asimétrica ocupa la posición hegemónica en lo que Bourdieu llamaba el «campo» o «contexto»; el mito local se fetichiza en un símbolo de universalidad, la parte como el todo: un mismo sentimiento se amolda y se expresa en el conjunto general simbolizado.
alguien tiene que recoger la basura del callejón
A poco de ventear por el submundo de la cultura, surge con claridad la existencia de las entidades literarias y poéticas que lo constituyen, pero que sin embargo participan en los asuntos del arte de modo muy diferente a lo que podría ser una actividad estética. Y aunque tales personeros están inexorablemente incluidos como enunciadores y trasmisores de tales manifestaciones, cabe afirmar que se e
ncuentran apartados de los axiomas fundamentales de la creación; pues la idea o eje que los mueve suele ser una pretensión de éxito; la esencia real de los «logros» encuentra la justificación en estímulos de codicia y prioridades que son compatibles con las artimañas políticas y la sicología tradicional que da abolengo y prestigio hasta en el lúgubre fango. Y los perfilamientos que matizan promueven mediáticamente a estas figuras relumbronas del submundo culturero son más de las veces perogrulladas o sutilezas de circunstancias triviales. En la unción de la ignorancia y las cursilerías emotivas, librar una lucha en vano contra la estupidez y fustigar contra los cacareos engreídos es lo que a mí me toca. Ni pedo. Ya lo decía el máster Rubén Vizcaíno, «alguien tiene que recoger la basura del callejón; y ese jale te tocó a ti, men». Y con la cero tolerancia de la crítica que los pone en jaque, pues a uno lo miran como si apestara a mierda.
la metamorfosis del intelectual
Considérese la metamorfosis del intelectual; es decir, con los cambios de perspectivas estéticas y culturales el escritor provinciano ha dejado ya de existir. O sea, la marginalidad como punto de estrategia en el discurso es aprovechada por industrialización de la creación literaria. Después de América Latina, cuando ya se anunciaba la muerte del «bum» a principios de los años setenta, le tocó a E
spaña, específicamente a Barcelona, partir el bacalao en la circulación del discurso literario por vía de la distribución masiva. El libro se volvió un negocio muy redituable de las compañías multinacionales, sin que importara para ello el bajo perfil intelectual de los autores. Y no importaba porque el renacimiento letrero apuntaba a una banalización cultural, a la falacia editorial, que situaba a la literatura en el mundo del espectáculo y convertía a los escritores en personajes de farándula y televisión.
hacia un totalitarismo legitimado
...el país marcha hacia un totalitarismo legitimado por sus tres órdenes de gobierno, cuyas acciones hacen imposible el acceso a la justicia... Raúl Vera López, obispo de Saltillo.
Susan Sontag
«Rimbaud ha ido a Abisinia para enriquecerse con el tráfico de esclavos, Wittgenstein, después de desempañarse un tiempo como maestro de escuela en una aldea, ha optado por un trabajo humilde como enfermero de hospital. Duchamp se ha dedicado al ajedrez. Al mismo tiempo que renunciaba de manera ejemplar a su vocación, cada uno de estos hombres proclamaba que sus logros anteriores en el campo de la poesía, la filosofía o el arte habían sido triviales, habían carecido de importancia» [Susan Sontag, La estética del silencio, página 16].
solamente hay dos tipos de ruca
El Chango #100 dijo que solamente hay dos tipos de rucas; las que cogen y las que están «muridas»....
del «yetzet» culturero
Pareciera que la pequeña burguesía no tiene modo de superarse. Sus miembros se creen muy supersensibles cuando hacen ruido con sus trompetas y falsean deliberadamente su nihilismo, pavoneándose en la protesta como descarados esnobistas. Son como los monos enjaulados que buscan encontrar la salida para hacerse hombres; no quieren libertad, solamente una salida, sea hacia la derecha o la izquierda; por donde esté no importa. En el ambiente del «yetzet» culturero aparecen como tipos solidarios que luchan en abstracto por las causas sociales en favor de los pránganas; pero lo hacen sin conciencia de clase, dada su condición clasemediera.
Todos lo demás weyes se dicen ateos
El único escritor independiente que hay en este culo de San Diego soy yo. Todos lo demás weyes se dicen ateos, pero tienen a sus santos y dependen de las catedrales...
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Tijuana es el culo de San Diego, es uno de los tantos retretes, tafanarios y bacinicas que tiene California. Dónde todo mundo se cree poeta ...
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