Puro escaparate y apariencias
La función cultural de la mayoría de los artistas y escritores que han emergido —con más precipitación que talento— es de escaparate y apariencia.
A juzgar por los resultados, ha sido la eclosión del espíritu neorretórico y el cambalaje ideológico del arte como objeto de consumo-entretenimiento.
Trasplante cultural de asepsia y manipulación que desprende la cantidad de la calidad y lo real de lo imaginario en nombre de la falsa libertad de mercado y de la propaganda embustera que no cesa en llamar poetas o pintores a quienes no lo son.