Cáfila de vividores y zánganos de la colmena culturosa.
Los organismos oficiales del mecenazgo artístico y las instituciones públicas y privadas, regenteadoras de la cultura (que Bertold Brecht denominaba la mierda en el palacio del perro), en voz de sus achichincles y adalides, repiten la patochada de que sus principales atribuciones son promocionar —coordinar y financiar— de manera equilibrada la pluralidad artística (montar conferencias, talleres, exposiciones, etcé).
Trabucación de la verdad, lo único cierto de tal engañifa son los báculos del mecenazgo, estipendio de migajones pecuniarios, destinados a subvencionar a una cáfila de vividores y zánganos de la colmena culturosa.