21 de junio de 2010

CARLOS «LA LOBA» MONSIVÁIS [O LA HIPERTROFIA DE UNA ZOOFILIA EXCESIVA]


CARLOS «LA LOBA» MONSIVÁIS
[O LA HIPERTROFIA DE UNA ZOOFILIA EXCESIVA]


Pasada la «operación zopilote» y entre los ruidosos festejos fúnebres viene la coronación del intelectual mimado del establishment mexicano. Ha muerto la «Loba» Monsiváis y ha dejado en el desamparo afectivo a su titipuchal de gatos.
Es un momento de mala fortuna y de complejidad emocional para esos pobres animalitos; sobre todo por que la querencia habida era reciproca.
Sin embargo, el «Monchi» fue ruin consigo mismo y con sus propios compañeros gatunos; fue extremadamente descuidado e irresponsable. No bastaba que los más de doce gatos que poseía Monsiváis hubiesen recibido de su dueño todo el afecto y cariño que se pueda prodigar a un animal que se ama.

Pero no se puede vivir solamente de amor, y peor cuando ese amor resulta empobrecido por inconsistencia metafísica. Si se supone que fue tan grande la oleada de arrobos y embelesos que el difunto asesor cultural de Televisa departía entre sus mascotas, porqué ese descarrilamiento del instinto de simpatía.

¿Se trataba de un embebecimiento egoísta? Hipertrofia de una zoofilia excesiva y semejante a la que padecen las ridículas viejas solteronas, arrugadas doncellas desequilibradas, coleccionistas de un sinfín de rarezas, protectoras de animales y recolectoras de extravagantes y exóticas chácharas.

La «Loba» Monsiváis contaba con los caudales suficientes para pagarle a un talachero o talachera y así evitar, y desde un principio, las consecuencias que se le atribuyen como motivo de su viaje al «Masayá»; la causa de su muerte, insuficiencia respiratoria por fibrosis pulmonar, se retrotrae a lo churretoso, fodonguez y dejadez, tanto del interfecto como de su famulla o menegilda.
Lo que en términos domésticos significa hogar vuelto muladar y estercolero por amuchar pelambrera los felinos cuando la sueltan como burundas en cualquier lugarejo en que deambulen o les sirva de aposento.

Cuando ya presentía que le revoloteaban los zopilotes, y nada compungido, don Monsi declaró que su pilonga salud es trisca de su «modus vivendi», y que es el «estado» que el ruco ha escogido como suyo; «estado que quiero tener» —dijo don Monchi— y que, además, «es un desastre». Su fama y su nivel intelectual estuvieron unidos a las condiciones insalubres, y cuyo «motif» fue el desprendimiento natural de pelusa gatuna; última niebla que vio el famado cronista y que le perchó la existencia. Si había peculio en su hacienda ¿porqué no se contrató a un trapeólogo o a una faginera para que hiciera la talacha y, diariamente, pasara la «Koblenz» o la «Ultravac» por pisos y muebles? La impasibilidad ante la deyección de las heces gatunas y otros sedimentos de la dejadez y el importamadrismo marcan la diferencia entre una casa-habitación y un trifolio.

El «neutralizado» escritor, apapachado con la beca que le otorgó la fundación Guggenheim y, valga decir, canjeable anualmente por la mísera cantidad de 80 mil dólares, dejó un séquito de gatos que, inflamados de tristeza y desolación, acabarán tiriciados y perdiendo —tal vez, quién sabe— la primera o la última de sus siete vidas.
Por su aguda sensibilidad, la pandilla de mininos lo esperaran para ronronearle y restregarle sus cuerpecillos por hombros, piernas y brazos, pero el viejo no regresara.

Ergo, no me duele la felpada que dio el míster, sino que me duele más la situación de congoja y el destino que les depara a esos kiris.

10 de junio de 2010

LOS PODERES SINCOPADOS DE LA DESINFORMACIÓN


LOS PODERES SINCOPADOS DE LA DESINFORMACIÓN

Del contenido informativo que difunden los pápiros, hay quienes dicen que la mitad es mentira y la otra mitad se la inventan. Y en cuanto a la veracidad, basta con invertir el sentido de la noticia, y más, todavía, si se trata de un medio de prensa burgués, enquistado en intereses políticos y personales. Las notas, artículos y reseñas periodiqueras que se elaboran en la talacha papiresca proceden de especialistas en la escritura rápida y superficial; lo cual significa que sus contenidos informativos son deficientes y no pocas veces de omisiones tendenciosas.

—Los gacetilleros, en la medida que se especializan en su chamba, se vuelven más improvisados, más braveros al redactar la nota.

El máster Antonio Gramsci anotaba en sus cuadernos carcelarios que el diario se aproxima mucho a la oratoria y a la conversación. Los artículos del periódico son, habitualmente, apresurados, improvisados; se parecen muchísimo a los discursos públicos, por la rapidez de la argumentación y de la ideación. En los términos en que se garrapatean las notitas informativos de la mayoría de las pápiros se avizora que en tales condiciones cualquier pelagatos de poca sesera puede ser periodista.
En un periódico, dada su función histórico informativa es difícil distinguir el aspecto comercial del ideológico, y tal conjetura no requiere prueba, sus grandes tirajes lo dicen todo. Importantísimos factores que permiten la eficacia del plan comercial de un medio de difusión impreso en papel son: páginas, diseño, columnas, características de la columna, líneas, densidad, número de caracteres, tipografía, diseño, linotipo, nitidez, cuerpo, cabezales, etcétera. Lo que más interesa a los dueños o accionistas de una empresa periodística es, en primera instancia, asegurar la vendimia y la continuidad de la misma, pero su éxito o prestigio radica en su vertiente ideológica; es decir, en satisfacer una necesidad intelectual del lector-consumidor y, al mismo tiempo, cumplir con las directrices (léase intereses) políticos del grupo social hegemónico. Si no se cumplen estos dos últimos requisitos el papirucho está destinado al fracaso o a la marginación automática. Sólo en esas condiciones es posible crear el concepto mediático de «opinión pública».

—Pero ¿qué es la opinión pública?

La prensa difusora de los intereses de la clase dominante y propagadora de las mistificaciones burguesas, que no se atreve a violar los principios rectores del «sancta sanctorum», como decía Nicolás Ulianov Lenin, para taparle el ojo al macho reserva solamente algunos espacios mínimos para pavonear la existencia de la libertad de expresión, y se abstiene de emplear los medios de información contra «los verdaderos portadores del mal», porque «la libertad de prensa pertenece al registro principesco burgués». Esa es la causa por la que padece una proclividad a evadir las raíces del problema, y a través del crisol de sus intereses de clase fluye la nota informativa, la imposición del mensaje por medio de sofismas y juegos de palabras. [Lenin, Cómo deben ser nuestros periódicos, en Obras completas].
Armand Mattelart señala que la información da la oportunidad de anclar en la realidad la formación ideológica. «El discurso burgués, en efecto, no otorga individualidad e identificación a los grupos sociales y revela ser el propio inventor del abstraccionismo de su taxonomía: opinión pública, masa, ciudadanía, y en definitiva pueblo» [Los medios de comunicación en un proceso revolucionario].

Al anular y ocultar tendenciosamente ciertos aspectos de un hecho real se disloca la verdad, y, una vez fragmentada en una cadena de impresiones, se sustituye por una veleidad de juicios sustentados por simples lucubraciones, prejuicios y datos falseados. El sensacionalismo y lo espectacular como materia prima de un discurso vacío; se banaliza la realidad porque se enjuician los fenómenos socioculturales con escaso o nulo intelecto y con fines meramente espectaculares. Síntomas comunes en las relaciones humanas cuya interacción se moviliza con roles y pautas virtuales y que suele ser reacia a extirpar lacras ancestrales como la intolerancia y el egoísmo. Enlaces de un proceso emocional sustentado en modelos puramente imitativos e irracionales que apuntan a una expresión y representación fetichizada y a la que suponen como reproducción fiel o más o menos objetiva de una realidad subsumida en un discurso grupal. El escarnio, la burla, la chanzoneta, la crueldad y el mastuerzo dan unidad a la ciclotomía (complejo de acusación) disgregada y sin coherencia ideológica. Puntos de partida de artículos y textos mediatizados que a la perrada le sirven como una guía de opinión para justificar y habilitar una antropofagia simbólica, un ritual donde los unos se comen a los otros. De tal forma que el discurso ya no puede ser concebido como un conjunto de signos lingüísticos, sino como un medio para engrandecer el ego personal o colectivo, chingar o inflar.
Acto de simbiosis con el que se pretende adquirir virtudes que no se tienen, imponer un hipócrita código moral, remover las fibras sentimentaloides y alcanzar la satisfacción o placeres sincopados a costa de la desinformación. Conformismo artificial y ficticio de la fatua ingenuidad de papagayos, como refería don Antonio Gramsci. La actitud mental que vislumbran el comentario copiado, no es consecuencia, aunque podría darse el caso, de la incapacidad de articular criterios no imitativos o de posibles daños en la corteza cerebral, el origen de esa impotencia de activar la máquina del discernimiento radica en posturas ortodoxas programadas desde los cánones funcionalistas de y los clichés alienantes que se bifurcan en sectarismo malsano y estruendosas intrigas pedantescas. Adquirir conciencia —dice Armand Mattelart— no significa latearse (tan es cierto que el burgués puede reírse de sí mismo con la condición de no conocerse). La burguesía ha creído monopolizar la risa. Alcanzó a hacerlo en el ámbito de lo frívolo. Pero el circo se marginó, con la bohemia».
Disertaciones que son burbujas de palabras carentes de eficacia práctica y que en grado de mayor exaltación genérica de “imparcialidad” de los universales escolásticos —que hoy todavía identificamos como valores de «transparencia» de la información, «libertad de expresión», «secrecía de fuentes», «búsqueda de la verdad»— son solamente entelequias que pregonan los representantes oficiales de las iniciativas abstractas para vender o desviar las conciencias. Sin embargo, acepto los fetiches, pues a mí me enseñaron a respetar las quimeras, siempre y cuando fueren propuestas de innovador empuje y no premisas de porvenir dudoso. Lo digo porque no siempre es la coherencia la que triunfa; regularmente —y por desgracia— suelen ser las acciones elásticas y mediocres las que salen avante, debido a que cumplen muy bien su compromiso con el idealismo.

—O sea, el que se va con la rama de laurel es un don nadie o un esnobista...
—Mientras aquellos que permanecen en la retaguardia y en los rincones oscuros de la fama son gente como Joaquín Fernández de Lizardi o Francisco Zarco.

Jamás de los jamases el periodismo debe tener por objeto lograr «una verdad absoluta». Ni siquiera a ciencia tiene verdades absolutas; su madre, la filosofía, desde los tiempos antiguos en que fue creada por Tales de Mileto, se propuso tal cometido, sin lograrlo a la fecha. Y, tocante a los hacedores de las noticias, no solamente los pelagatos o pericoperros alcanzan baños con las aguas bautismales para decir que son periodistas, comunicadores, informadores o gacetilleros.

— ¡Aaaaah! Y que conste: éste último vocablo no lo aplico en sentido peyorativo, sino en grado de sinonimia.
—Pero sí hay quienes lo consideran como calificativo defenestroso.
—Pues ese ya no es mi problema.

Otro dato: creo que al adjudicarle a alguien el calificativo de «gacetillero», en sentido positivo, me excedo porque su auténtico significado corresponde a un periodista de muchos huevos, a un progresista, avanzado, revolucionario, contestatario. Y para demostrarlo recurro a la historiografía. Antes de que se promulgara en México la Constitución de Cádiz de 1812, Joaquín Fernández de Lizardi, en El Pensador Mexicano, pápiro del cual fue su fundador y editor, escribe al virrey Francisco Javier Venegas pidiéndole que derogue el decreto del 25 de julio de 1812 en el cual «se condena a la última pena a los jefes o cabecillas, a los oficiales de subteniente arriba, a los eclesiásticos del estado secular y regular que tomasen participación en la revolución y a los autores de gacetas o impresos incendiarios...».

—Así que, no por ver un gato negro quiere decir que existe la bruja.

Ejemplos claros existen para dar fe de la manera en que se deshilacha la figura del periodista cuando el aprendizaje de su profesión no es fácil o se ejerce a la bravota. Y para dar chirrín con llave, remato con esto: hay cabrones que mejor prefieren estarse cogiendo una puta que dilucidar chingaderas como las que aquí adobo.

Y, otra cosa: siento informarles a los dolidos que mi trabajo escritural lo realizo con base en mi propio criterio y convicción, y no a petición de nadie, ni con especulaciones pundonorosas de doble moral, ni a la usanza sensacionalista.

—Dispuesto a arremeter con juicio de rigor, soy irrespetuoso pero no intransigente.

9 de junio de 2010

LA BESTIA DE LA CONGOJA


LA BESTIA DE LA CONGOJA

Hay gente que carga su vida como si llevara una fiera colgada al cuello. Pero lo más sorprendente es que no se molesta ni se acongoja con tal bestia; esa bestia mitológica, similar a una quimera, con cabeza de león, vientre de cabra y cola de dragón y que escupía fuego por el hocico.
El poeta Charles Baudelaire, en uno de sus «Pequeños poemas en prosa», dijo que una vez él vio a un grupo de hombres encorvados y que cada uno de ellos llevaba sobre su espalda un monstruoso animal, tan igual de pesado como un saco de harina o de carbón. Y esa bestia —dice Baudelaire— «no era de un peso inerte; al contrario abrazaba y oprimía a hombre con sus elásticos y poderosos músculos; se aferraba al pecho de su montura con sus dos garras.
El poeta maldito señala algo curioso y desconcertante:

«Ninguno de aquellos parecía irritado con la fiera suspendida de su cuello y pegada a la espalda; se hubiese dicho que la consideraban una parte integrante de sí mismos» [p. 102].

8 de junio de 2010

EL FARISEISMO DE «HORAS DE JUNIO»

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Qué incongruencia, en «Horas de junio», que copadrotea el hostigador sexual Raúl Acevedo Savín, los escritores, poetas y periodistas están protestando por la tragedia de los niños quemados en (la guardería, le dicen) el «depósito de niños ABC» (claro, y sin perder la oportunidad de hacer leña del árbol caído) y recibiendo patrocinio para sus denuncias, festejos y francachelas, precisamente de las instituciones y de los tíos que —directa e indirectamente— son los responsables de la acción siniestra en la que murieron buti menores.

—Hijos de la chi...lindrina...


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29 de mayo de 2010

NEFASTOS ADALIDES DEL OLIGOPOLIO DOMINANTE


Bustamante es el prototipo de la declinación de la política tijuanaca; el parámetro telúrico del la simbología protosáurica de un priísmo agonizante y putrefacto que, a todos tiros, quiere revivir... Cueros arrugados, crin y cornamentas ensangrentadas por la vieja dictadura perfecta, la emblemática decrepitud del sistema.

Ahora bien, compárese la avejentada imagen del ruco con la carita de tontuelo comemoscas del Torres; éste sangre nueva y carne fresca para hacer de él un titere manipulable del neopanismo tricolor-chuchista-perredista; el otro, el retorno a los esquemas ancestrales, pero ambos, igual de nefastos representantes de la oligarquía dominante.

20 de mayo de 2010

PREMIO PARA LA DRESSER


Guachen, ¿esto es burla o qué?:

«Denise Dresser, Premio Nacional de Periodismo 2009
Con su artículo Carta abierta a Carlos Slim, publicado en Proceso 1685 en febrero del año pasado, la periodista y politóloga Denise Dresser obtuvo el Premio Nacional de Periodismo 2009...».


...Supongo que el mentado galardón es en señal y por recuerdo de un beneficio dado y recibido entre seres que, al mismo tiempo, se aman y se desprecian en forma indirecta. Sugestiones platonizantes: lo bueno que en este país se dan y se quitan ofrendas como si la cosas del periodismo se tratarán de simples manifestaciones casuales, de modo que ricos y pobres anden a un mismo paso. Y el premio se trastueca en algo parecido al «zen», o sea, cuando la iluminación se obtiene a través de lo imprevisto y lo repentino (la tía ni se lo esperaba).
Enaltecimiento o segregacion; he aquí el dilema.

18 de mayo de 2010

OPERACIÓN ZOPILOTE [METAHOMENAJE A LA COCHINA CONDE]



OPERACIÓN ZOPILOTE [METAHOMENAJE A LA COCHINA CONDE]


PROTOPOEMA PELOTUDO

PRIMERA PARTE



La hipérbole del lenguaje exagerado
evasión ontológica de los grupúsculos literarios
sofística por dialéctica y perniciosa confusión de vida y muerte
y nadie levanta objeciones
formación primitiva de la sustancia cerebral
en su dimensión chupapollesca
que por fortuna es perecedera porque es terrenal
el fruto abortivo de la imperfección correctamente impolítica
ahora la quieren canonizar sin penitencias
como aquellos que decía Maimónides
que han adquirido ciencia sin haber hecho estudios
y a la ruca ya casi la declaran como Jeremías
heroína de fibracel de una literatura
apologizada y mediocremente banal
expresión artística de chapuceras mediaciones
trampas de la gente culta como retorno a la vieja concepción
(retórica y pedante)
con de pasmosas insensateces
ha contribuido a confundir a la plebada que cursa la carrera de letras
escritura como un retorno a lo anacrónico
y aumenta cada vez el número de incautos que acogen ese sistema
intuitivistas que sólo se escuchan ellos mismos
perversión sacralizada
placebo inocuo de una modita literaria
misticismo sin fe y despliegue de espectáculo en la feria del broli de Tiyei.

13 de mayo de 2010

DETERMINACIÓN CAUSAL DEL FENÓMENO DE LA VIOLENCIA



LA VIOLENCIA Y SUS DIVERSAS FORMAS

No basta oponer una crítica u objeción simplista del concepto de violencia, es necesario ir más allá de la refutación o de la justificación. Y para ello resulta pertinente conocer su etiología, su evolución histórica y social, hay que analizar su problemática y sus efectos, comprender los motivos de su persistencia en los patrones conductuales y en los procesos de interacción social.
Es un hecho incuestionable que el fenómeno de la violencia, en todas sus variedades y formas, derrubia y socava la tranquilidad y armonía de la vida social y particular. La violencia reviste el carácter de acto perturbador, no sólo como acción humana que se materializa en las interrelaciones objetivas, sino por la significación simbólica que conlleva, toda vez que, con sus variables y modalidades, prevalece en el entorno social una noción de la cultura de la violencia. La formación antagónica de la historia aborta sus engendros, lacras y contradicciones.
La escalada de actos delincuenciales, la impactante violencia criminal, el resquebrajamiento de los valores éticos, el temor traumático y el artero egoísmo, entre otras calamidades, conforman una respuesta de superación negativa a las sucesivas y ciclotímicas crisis del llamado capitalismo posmoderno. El capital —dice Marx— es la potencia económica de la sociedad burguesa que lo domina todo. Opresión y explotación, superabundancia y pauperismo; y las clases, estamentos y grupos, corrompidos moral y socialmente.
El problema de causalidad de la violencia es uno de los más complejos en el campo de la sociología, la antropología, la filosofía y de las ciencias sociales adyacentes en general. Aunque es cierto que suele ser uno de los temas más debatidos para muchos estudiosos la criminología; y, consecuentemente, la determinación de las causas de dicho fenómeno sociohistórico constituye la piedra angular de algunas disciplinas particulares, tales como la axiología, la criminología y el derecho penal. Sin embargo, ni quien opine que se han agotado los esfuerzos para desentrañar y explicar su determinación causal.
Por ello, no es posible señalar las limitantes dicho proceso causal de la violencia; porque de establecerlos, estos serían arbitrarios o, lo que es peor, falso. Consabido es que no se ha podido llegar a conclusiones definitivas para señalar los factores específicos que permitan precisar de manera directa sus causas y endémicas consecuencias, sean éstas para alterar o mantener un sistema conductual y socialmente definido.
Y, dada la gama tan variada de formas en las que se manifiesta la violencia, resulta imposible atribuirle a un conjunto tan heterogéneo de fenómenos la especificidad de una explicación causal. Por tanto, simplista resultaría aplicar un denominador común para explicar sus causas como si fuesen idénticas a las de un fenómeno físico o natural. Se incurriría en un criterio mecanicista y dogmático.
En orden sucesivo, podemos afirmar que las causas de la violencia derivan del mismo seno familiar, de los vínculos de vecindad, del quebrantamiento moral y de la pérdida de valores, de las circunstancias de peligro o situaciones de riesgo, por motivos de pobreza, por razones de desigualdad social o económica, por frustración, resentimiento o carencia de expectativas y por la falta de identidad.




ALGUNAS DEFINICIONES DEL TÉRMINO VIOLENCIA

En su «Diccionario de filosofía» (1961), apunta Nicolá Abbagnano dos acepciones del concepto de violencia (latín violentia; inglés violence; alemán gewalttsamkeit; italiano violenza); la primera, como «acción contraria al orden o a la disposición de la naturaleza», y la segunda, como «acción contraria al orden moral, jurídico o político».
La legislación penal mexicana alude al concepto de violencia como la agresión material o sicológica, es decir, el uso de la fuerza física o moral, en contra de la integridad física o síquica. Para tipificar un delito por violencia no basta el dolo genérico, se requiere el dolo especifico; que consiste en el «animus nocendi» (fin de dañar). O sea, en la voluntad y conciencia de emplear los medios idóneamente ofensivos para perpetrar el ataque a la integridad de una persona.
Además de establecerse como una forma delictiva, la violencia constituye una calificativa. Y cabe aplicar como agravante, por ejemplo, la violencia empleada en las personas o en las cosas para cometer el delito de robo.
El artículo 203 del Código Penal de Baja California refiere así el delito de robo con violencia:

«Si el robo se ejecutare con violencia, a la pena que corresponda por el robo simple, se agregarán de uno a cinco años de prisión. Si la violencia constituyere otro delito, se aplicarán las reglas de la acumulación».


Asimismo, en el artículo 204 se define el concepto de violencia como calificativa o agravante:

«La violencia a las personas se distingue en física o moral. Se entiende por violencia física en el robo la fuerza material que para cometerlo se hace a una persona. Hay violencia moral cuando el ladrón amaga o amenaza a una persona con un mal grave, presente o inmediato, capaz de intimidarla».

Por otra parte, y de conformidad con lo preceptuado en el artículo 23 del Código Penal de Baja California, debe advertirse que la violencia también opera como una causa excluyente de delito. Y tal es el caso de la legítima defensa y que ocurre cuando un individuo «repele una agresión real, actual o inminente, sin derecho, en protección de bienes jurídicos propios o ajenos, siempre que exista necesidad de la defensa o racionalidad de los medios empleados y no medie provocación suficiente inmediata por parte del agredido o de la persona a quien se defiende».
Y en dicho artículo se establece que «se presumirá como legítima defensa, salvo prueba en contrario, el hecho de causar un daño a quien a través de la violencia o cualquier otro medio, trate de penetrar, sin derecho, al hogar del agente, al de su familia, a sus dependencias, a los de cualquier persona que tenga la obligación de defender, o al sitio donde se encuentren bienes propios o ajenos respecto de los que exista la misma obligación; o bien, lo encuentre en uno de aquellos lugares en circunstancias tales que revelen la probabilidad de una agresión» (fracción III).
De igual forma, en el estado de necesidad la violencia surte efectos de causa excluyente del delito; pues se exime de toda responsabilidad penal aquel que «obre por la necesidad de salvaguardar un bien jurídico propio o ajeno, de un peligro real, actual o inminente, no ocasionado dolosa o culposamente por el agente lesionando otro bien de menor o igual valor que el salvaguardado, siempre que la conducta sea proporcional al peligro y no se tuviere el deber jurídico de afrontar» (fracción IV).




LA VIOLENCIA COMO ACCIÓN CRIMINAL

La violencia se ha convertido en una causa de sí misma y la intervención selectiva del estado sólo representa para las bandas y organizaciones criminales una restricción eventual que ha causado dispersiones y reacomodos, pero no su eliminación o expugnación. Los autores del crimen y de la violencia delincuencial, aprovechando las «coyunturas» políticas de la connivencia, la impunidad y la corrupción, y bajo el amparo de funcionarios, policías y militares, han sentado sus reales dentro de las estructuras del poder político e instituciones de gobierno. La profusión de los billetes sucios y fortunas mal habidas facilitan las componendas entre criminales y servidores públicos. Concurren y se agregan a los desbarajustes de la ineficiencia, la irresponsabilidad y el cinismo, la abyecta complicidad entre autoridades y las gavillas de secuestradores, sicarios, lavadores de dinero y narcotraficantes. Y todo queda a la orden del día: torturas, ejecuciones, balaceras, extorsiones, secuestros, ajustes de cuentas, desapariciones, etcétera.



EL FENÓMENO DE LA VIOLENCIA Y SU IMPACTO MEDIÁTICO

El origen a los acicates de la violencia también se explica por sus alcances simbólicos que en el imaginario colectivo proyectan los «más-media»; categorías amorfas de una cultura visual que banaliza la tragedia a través los espots informativos. «Los encabezados de los diarios y las primeras planas día a día llevan la cuenta acuciosa de los ejecutados, los entambados, decapitados, los asesinados a sangre fría ya no sólo en la periferia de la ciudad o al cobijo de la noche y la desolada madrugada, sino en las plazas comerciales, zonas escolares, las principales vialidades, y donde incluso las salas de cine se han vuelto escenario del despliegue ostentoso —y cada vez más cínico— alarde de impunidad de las fuerzas del crimen organizado» [Vianka Santana, La creación artística en los tiempos de indiferencia].
El poeta y filósofo Carlos López Dzur señala la intromisión, e influencia de los medios masivos de comunicación en la idiosincrasia del agente receptor de la noticia, convertido en un «voyerista» espectador capaz de concebir el crimen y la violencia como fenómenos cotidianos y equiparable a un simple anuncio comercial de venta de cigarros o cremas reductoras de grasa corporal. «La esencia de las historias e imágenes que la televisión y el cine patrocina (que son esencialmente mensajes de codicia, celos, ambiciones incoherentes, deslealtad, individualismo y violencia emocional) se traducen en la vida real en violencia real: asesinato, robo, pánico, etc. Los mensajes de gratificación son el sexo y el dinero. A principios de los '90, si se encuesta a la gente en cuanto a qué contenido le parecería el más indeseable o problemático en una película que viese en el cine o la TV, posiblemente, el 44% diría la violencia, frente al sexo explícito (18%). Hoy por hoy, hay menos sensibilidad. Ser listo e inteligente es no extrañarse de nada. La sociedad es más violenta y los valores han sido transvalorados. Se vale el morbo. Que su imagen visual sustituya al lenguaje porque, en ese mundo de percepciones, la realidad no existe. Un estudio de expertos en violencia juvenil explica: ‘Los niños expuestos a la violencia virtual de los medios electrónicos son más propensos a creer que la violencia es un buen medio para resolver conflictos interpersonales. Ellos también son más propensos a creer que el mundo es peligroso y malo y juzgar las situaciones ambiguas como amenazantes... Cálculos aproximados indican que en promedio el niño y el adolescente estadounidense observa más de 10,000 asesinatos, ultrajes sexuales y asaltos por año en la televisión. Esto es un promedio de 24 actos de violencia por día. Los medios hacen de la violencia un lugar común» [La juventud como víctima].




LA DOMINACIÓN MASCULINA COMO UNA FORMA DE VIOLENCIA SIMBÓLICA


«El hombre —dice Pierre Bourdieu— es un ser particular que se ve como ser universal (homo), que tiene el monopolio, de hecho y de derecho, de lo humano (es decir, de lo universal), que se halla socialmente facultado para sentirse portador de la forma completa de la condición humana». Y, a pesar de las corrosiones históricas que ha sufrido, la ideología patriarcal se mantiene incólume y preservando las distinciones egocéntricas y reproduciendo los ancestrales esquemas de dominación viril y de la supremacía masculina, muchas veces llevada a consecuencias extremas. Y, como advierte Bourdieu en «La dominación masculina» , pues «el hombre de honor es por definición un hombre, en el sentido de vir, y todas las virtudes que lo caracterizan, y que son indisociablemente los poderes, las facultades, las capacidades y los deberes o cualidades, son atributos propiamente masculinos. Es el caso del nif, el pundonor, que tiene lazos evidentes con la violencia heroica, el valor belicoso y también, de manera muy directa, con la potencia sexual». No hay que olvidar que, desde la perspectiva freudiana, se tiene a la mujer como una «criatura mutilada» y acosada por el vengativo «superyó» del padre castrador (hipótesis freudiana pone en evidencia la agresividad hacia la mujer). Y, no obstante toda la candidez con que se encubra el falocentrismo, o se alegue que las reivindicaciones feministas lo han socavado, goza de viabilidad en el seno del sistema y ejerce una considerable influencia en instituciones, gobiernos, organizaciones y agrupaciones sociales. «No se puede pensar de modo adecuado esta forma particular de dominio —refiere Bourdieu— más que a condición de superar la alternativa ingenua de la contención y el consentimiento, de la coerción y la adhesión: la violencia simbólica impone una coerción que se instituye por medio del reconocimiento extorsionado que el dominado no puede dejar de prestar al dominante al no disponer, para pensarlo y pensarse, más que de instrumentos de conocimiento que tiene en común con él y que no son otra cosa que la forma incorporada de la relación de dominio».




GOBIERNO, VIOLENCIA Y DEMAGOGIA

Como un órgano de control social y jurídico, el estado tiene asignada una función hegemonía que se bifurca en poder persuasivo y poder disuasivo. Por mandato constitucional, y en su forma concreta de entidad reguladora de gobierno, el estado detenta en forma exclusiva el monopolio legal de la violencia. Por tanto, se erige como depositario de una fuerza coercitiva que despliega sobre una jurisdicción territorial determinada, coacción que aplica a través del ejército y la policía, un «grupo de hombres especializados en el empleo de la represión», como anotara Federico Engels. Con relación a las organizaciones criminales, bandas delincuenciales y cárteles de narcotraficantes, los medios de coerción estatal no parecen cumplir con cabalmente con su atribuciones y deberes. El fenómeno de la criminalidad no puede considerarse como un problema marginal. Los grupos delictivos operan impunemente al margen de toda acción punitiva y sustrayéndose de la coerción persecutoria del aparato represivo. Del ineficaz resultado parece deducirse una protección o, bien, una alianza del gobierno y las corporaciones criminales. «En la luchas actuales, dice Antonio Gramsci, ocurre con frecuencia que una máquina estatal debilitada es como un ejército que vacila: los comandos o las organizaciones armadas privadas, entran en el campo de batalla para realizar dos tareas —utilizar la ilegalidad mientras el estado parece permanecer dentro de la legalidad, y de este modo reorganizar el estado mismo». En sus textos carcelarios, Gramsci también explica las razones de la avenencia y laxitud del orden político estatal:

«No podía haber “guerra civil” alguna entre el estado y el movimiento, solamente una acción violenta esporádica para modificar la dirección del estado y reformar su aparato administrativo. En la lucha de guerrillas civil, el movimiento fascista no estaba contra el estado, sino aliado con él» [Cuadernos de la cárcel].



ALGUNOS DATOS DUROS Y LOS COSTOS DE LA VIOLENCIA

De acuerdo con los datos proporcionados por «argenpress.info», Prensa argentina para todo el mundo, se indica que «más de 22 mil personas murieron a manos del crimen organizado y el narcotráfico desde que Felipe Calderón llegó al poder en México en 2006, según el informe de una comisión gubernamental de Seguridad Nacional entregado ayer al Congreso. Según la comisión, en el 2009 se registraron 8.928 muertos, más que en años anteriores. En los tres primeros meses del corriente, según el informe, perdieron la vida 2. 904 personas. Mayormente las víctimas del narcotráfico se registran en las ciudades fronterizas con EEUU tales como Chihuahua, Sinaloa, Guerrero, Baja California y Michoacán». [http://www.argenpress.info/2010/04/mexico-mas-de-22-mil-victimas-del.html]
Recurriendo a las fuerzas castrenses y corporaciones policiacas, el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa emprende su lucha institucional contra las organizaciones criminales, responsable de hacer cumplir el estado de derecho, sus estrategias han resultado ineficaces para contrarrestar situación de inestabilidad e inseguridad que ha provocado la violencia a lo largo y ancho del país. Pese a masivo despliegue de fuerza armada, el crimen ha incrementado y cada vez se vive con más incertidumbre y miedo. Las autoridades son corruptas, oportunistas y sus representantes son incompetentes, sobornables, solapadores y hasta cómplices de la delincuencia.
Por ende, su lucha es inefectiva, estéril y vana. Y, ahora, si presidentes, gobernadores y secretarios de estado han dicho que es una prioridad combatir y erradicar los altos connatos de violencia criminal, el gobierno parece no tener voluntad política para erradicar o inhibir las acciones criminales. Sea «Alianza por la Seguridad», «Convenio por la Seguridad, la Justicia y la Convivencia Social en Baja California» o «Acuerdo Nacional por la Seguridad, la Justicia y la Legalidad», dichos planes y programas para hacerle frente a las mafias paramilitarizadas, si bien es cierto, y por comprobadas evidencias empericas, parecen ser sólo transverberaciones de pantalla, actos de simulación y propaganda para encubrir el un control mediatizado; discursos oficiales plagados de contradicciones y mentiras, puesto que hay una oculta complicidad gubernamental en los negocios delictivos. «Los dirigentes e integrantes de los cárteles —escribe Marta Lamas— han tejido alianzas familiares y económicas, que se han traducido, por un lado, en una fuerte corrupción de funcionarios y de ciertos mandos de las fuerzas armadas y de la policía, y por el otro, en una bonanza económica en distintas poblaciones, muchas de ellas olvidadas por el gobierno. (sic) Hablar de “guerra contra las drogas” es pura retórica política para intentar calmar la angustia e impotencia que siente la ciudadanía» [Mi guerra perdida, Proceso #1666, 5 de octubre de 2008].
Las aseveraciones ya expuestas se corroboran con algunos datos duros, como fue el caso del general Jesús Gutiérrez Rebollo, el excomisionado del desaparecido Instituto Nacional para el Combate a las Drogas (INCD), y a quien refundieron en la cárcel de Almoloya de Juárez porque investigaba a generales de la SEDENA que estaban involucrados en el narcotráfico y, dicho sea de paso, solapados y protegidos por el entonces presidente Ernesto Zedillo Ponce de León, personaje éste, cuyo suegro contaba con gruesos antecedentes de oprobio. Y, en efecto, Fernando Velasco, señor suegro del presidente Zedillo, era investigado por la DEA; y lo vinculaba con los hermanos Amezcua, mejor conocidos en su natal Colima como «los reyes de la efedrina».
Inmersos también en la complicidad de los trasiegos del narco y el lavado de dinero, son innumerables los personajes y prohombres que se pueden enlistar; digamos que, como botoncitos de muestra, un Raúl Salinas de Gortari, un Diego Fernández de Cevallos, un Lázaro Cárdenas Batel, un Eduardo Bours Castelo, o los panistas y miembros del gabinete calderonista y a quienes se les descubrieron vínculos de negocios con el empresario metanfetaminero Zhenli Ye Gon, específicamente blanqueo de capitales. Lo anterior sin omitir pretéritos casos ya casi empolvados, como el referido a los altos mandos de la extinta Dirección Federal de Seguridad, protegiendo a delincuentes como Rafael Caro Quintero, Miguel Ángel Félix Gallardo y Ernesto Fonseca, quienes portaban credenciales de agentes en activo al servicio de dicha institución. Y si de ominosa injerencia se trata la cosa, cabe destacar aquí a Ismael Zambada, quien —como dice Ricardo Ravelo— «ha mostrado su poderío y su capacidad de infiltrarse crecientemente en las instituciones durante los sexenios de Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón: más de 35 agentes del Ministerio Público Federal adscritos a la SIEDO eran sus empleados, y cada uno recibía entre 350 y 400 mil dólares mensuales por filtrarle información sobre expedientes consignados y averiguaciones previas en curso contra miembros de su organización» [Vínculos García Luna-“El Mayo”, Proceso #1672, 16 de noviembre de 2008].
Ricardo Ravelo, en un artículo titulado «Hasta lo más alto...» (Proceso #1670, 2 de noviembre de 2008), señala que «policías federales, particularmente de la Agencia Federal de Investigación (AFI), acusan a García Luna de estar coludido con el cártel de Sinaloa desde el sexenio pasado, cuando fungía como director de la AFI». Y don Felipe Calderón no dice ni pío ni miau al respecto. «Los señalamientos de que García Luna sirve a los intereses del narco —agrega Ravelo— han surgido por varias vías, pero de nada han servido pues él sigue en el cargo, a pesar de todo». O sea, a pesar de que ni los guachos ni el clero lo tragan como titular de la PFP. En su libro «Los cómplices del presidente», así lo apuntala Anabel Hernández: «El nombramiento de Genaro García Luna no sólo no fue bienvenido por el Ejército y la Iglesia, sino por los narcotraficantes rivales del cártel de Sinaloa». En la mendacidad moral, en el cinismo desbozalado, en la impunidad y en la demagogia política se haya la gloriosa deshonra de gobernar un país en descomposición social. Ahora, ¿qué puede argumentar el licenciado Felipe Calderón por el hecho de tener en su gabinete de gobierno a un tipo del calado de Genaro García Luna? Las mismas conjeturas que expondría si acaso le preguntaran porque razón el 95 por ciento de los delitos cometidos en México quedan impunes de castigo. Pero, y considerando que la mayoría de esos actos delictivos son cometidos por agentes o exagentes de las corporaciones policíacas, entonces el asunto de licenciosas conexiones, habidas entre Genaro García Luna y los cabecillas de la mafia trafiquera, son solamente ligerezas que se aceptan sin chistar, defectillos que cualquiera pueda cargar en su existencia.


FUENTES CONSULTADAS


Alexander Alland JR, El imperativo humano, editorial Extemporáneos, México, 1972.
Álvaro Guzmán B., Sociología y violencia, documento de trabajo no.7, CIDSE, Centro de Investigaciones y Documentación Socioeconómica, Universidad del Valle, Colombia, 1990.
Disponible en http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/colombia/cidse/doc7.pdf
Carlos López Dzur, La juventud como víctima, La Naranja, un blogsite para discutir temas de política y asuntos comunitarios, 20 de junio de 2008.
Disponible en http://ocnaranja.blogspot.com/
Código Penal para el Estado de Baja California, publicado en el periódico Oficial No. 23, de fecha 20 de agosto de 1989, Sección II, Tomo XCVI.
Disponible en http://www.ordenjuridico.gob.mx/Estatal/BAJA%20CALIFORNIA/Codigos/BCOD05.pdf
Diccionario Jurídico Mexicano, Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, editorial Porrúa, México,
Disponible en file:///G:/DICCIONARIO_JURIDICO_abril_2009/v/violenc.htm
Nicolá Abbagnano, Diccionario de filosofía, Fondo de Cultura Económica, México, 1961, página 1190.
Pierre Bourdieu, La dominación masculina, editorial Anagrama, Madrid, 2006.
Proceso, ediciones #1666, 5 de octubre de 2008, #1670, 2 de noviembre de 2008, #1672, 16 de noviembre de 2008,
Raúl Carranca y Trujillo y Raúl Carranca y Rivas, Código Penal anotado, editorial, Porrúa, México, 1999.
Roberto González Amador, La Jornada, Anuarios 2005, 14 agosto de 2005.
Vianka Santana, La creación artística en los tiempos de indiferencia, publicado en la gacetilla inserta en el periódico El Mexicano, 9 de noviembre de 2008

ACRISOLADA TRUFADEZ DE AQUELLOS QUE NO TIENEN MADRE


ACRISOLADA TRUFADEZ DE AQUELLOS QUE NO TIENEN MADRE

Hay que estar conciente de algo bastante evidente
Pero que se olvida o se le pone encima un tapete o maquillaje
El decrépito envoltorio de la pretensión que después se vuelve una humillación
Si eres un transgresor fija pues tus propios límites y arráncate las escamas
¿Y la gente que está en el abismo y en las galeras del inframundo?
Esos cabrones dotados de pobreza extrema / los miserables sin ningún tipo de abstinencia
Los que duermen en las calles y a veces cagan parados y roncan cuando están despiertos
¡Puffff! Iletrada estulticia
Una amnesia que se programa desde los conductos del intestino grueso •

5 de abril de 2010

LAS ADULACIONES RASTRERAS DE DAVID PIÑERA



LAS ADULACIONES RASTRERAS DE DAVID PIÑERA

Y qué tal el tratamiento cortesano que los «intelectuales» aplican como esponjoso prolegómeno de lambisconería cuando dirigen palabras de alabanza plastiquera a quienes encarnan las supremas autoridades. Voluptuoso es el deslengüe que arrojan en calidad de lisonja rastrera. Y, en cambio, les importa un sorbete la atención que merezca la vil perrada.

—Aunque se trate de hipotéticos lectores suyos.
—A la chinchina que la parta un rayo, no así al señor presidente y al señor gobernador; seres todopoderosos de quienes han recibido de rodillas y mirando al cielo, sudorosos y jadeando, la marmaja catorcenal, la beca, las aguas frescas, el filete de res bourgignon, el boleto del bingo, las tanguitas de «Jorton Plaza», el pomo de pisto levantado en la UETA de San Isidro, las comilonas de gorrión y demás chuchulucos.
—Y todo eso ¿en contraprestación de qué?
—Pues del gesto mojigato, la pleitesía obligada, y de lo más importante, de la privación de una libertad —real y concreta— que sólo tienen de vez en cuando y efímeramente, como las putas de los lupanares de pueblo que salen a la calle cuando la madrota se lo permite.
—Uh, qué cabrones.
—Ofreceré a la curiosidad morbosa una pequéña muestra de lo que puede ser capaz de hacer un académico o intelectual cuando le otorgan concesiones, le dan palmaditas en la espalda y le dicen que es un chinguetas sinigual, y él en responsiva, con alaraquienta adulación, eleva hasta las nubes al excelentísimo exvirrey Chuy González y a su flamante exdirectora de asuntos culturales, Liz Algrávez. El autor de la tropelía es el señorón, doctor en historia, David Piñera Ramírez. Estas son las adulaciones rastreras que escupió en un discursillo chorero titulado «Tijuana: un fenómeno humano fascinante» (Palabras de David Piñera Ramírez en su homenaje en la XXI Feria del Libro), publicado en el suplemento «Identidad» el 15 de junio de 2003:

«Con emoción expreso mi agradecimiento a todos y a cada uno de los asistentes a este acto. De manera muy especial al Señor Jesús González Reyes, Presidente Municipal de Tijuana, que con su presencia patentiza la atención que brinda a la cultura el Ayuntamiento que dignamente encabeza. Un reconocimiento de la primera autoridad de la población en que uno vive, toca las cuerdas más sensibles... Gracias señor Presidente. La Licenciada Elizabeth Algrávez, Directora del Instituto Municipal de Arte y Cultura, es una talentosa representativa de las nuevas generaciones de creadores bajacalifornianos. Esto es el indicador de que en Baja California se está registrando una promisoria labor cultural».

—Lo anterior revela a ojos del más ingenuo el tamaño de la crisis moral por la que atravesamos. La firmeza ética del escritor con su obra ha quedado relegada por la suplencia convenenciera de una pomposa actitud lacayuna.
—Es que el ruco cuida «las formas», como diaría el pelón Salinas de Ratari.
—Hummm. La andanada de cacayacas es archirrequetelonga, así que, para no provocar abulia en los lectores, mejor aquí le estopeamos al asunto •




LAS ADULACIONES RASTRERAS DE DAVID PIÑERA

Y qué tal el tratamiento cortesano que los «intelectuales» aplican como esponjoso prolegómeno de lambisconería cuando dirigen palabras de alabanza plastiquera a quienes encarnan las supremas autoridades. Voluptuoso es el deslengüe que arrojan en calidad de lisonja rastrera. Y, en cambio, les importa un sorbete la atención que merezca la vil perrada.

—Aunque se trate de hipotéticos lectores suyos.
—A la chinchina que la parta un rayo, no así al señor presidente y al señor gobernador; seres todopoderosos de quienes han recibido de rodillas y mirando al cielo, sudorosos y jadeando, la marmaja catorcenal, la beca, las aguas frescas, el filete de res bourgignon, el boleto del bingo, las tanguitas de «Jorton Plaza», el pomo de pisto levantado en la UETA de San Isidro, las comilonas de gorrión y demás chuchulucos.
—Y todo eso ¿en contraprestación de qué?
—Pues del gesto mojigato, la pleitesía obligada, y de lo más importante, de la privación de una libertad —real y concreta— que sólo tienen de vez en cuando y efímeramente, como las putas de los lupanares de pueblo que salen a la calle cuando la madrota se lo permite.
—Uh, qué cabrones.
—Ofreceré a la curiosidad morbosa una pequéña muestra de lo que puede ser capaz de hacer un académico o intelectual cuando le otorgan concesiones, le dan palmaditas en la espalda y le dicen que es un chinguetas sinigual, y él en responsiva, con alaraquienta adulación, eleva hasta las nubes al excelentísimo exvirrey Chuy González y a su flamante exdirectora de asuntos culturales, Liz Algrávez.
El autor de la tropelía es el señorón, doctor en historia, David Piñera Ramírez. Estas son las adulaciones rastreras que escupió en un discursillo chorero titulado «Tijuana: un fenómeno humano fascinante» (Palabras de David Piñera Ramírez en su homenaje en la XXI Feria del Libro), publicado en el suplemento «Identidad» el 15 de junio de 2003:

«Con emoción expreso mi agradecimiento a todos y a cada uno de los asistentes a este acto. De manera muy especial al Señor Jesús González Reyes, Presidente Municipal de Tijuana, que con su presencia patentiza la atención que brinda a la cultura el Ayuntamiento que dignamente encabeza. Un reconocimiento de la primera autoridad de la población en que uno vive, toca las cuerdas más sensibles... Gracias señor Presidente. La Licenciada Elizabeth Algrávez, Directora del Instituto Municipal de Arte y Cultura, es una talentosa representativa de las nuevas generaciones de creadores bajacalifornianos. Esto es el indicador de que en Baja California se está registrando una promisoria labor cultural».


—Lo anterior revela a ojos del más ingenuo el tamaño de la crisis moral por la que atravesamos. La firmeza ética del escritor con su obra ha quedado relegada por la suplencia convenenciera de una pomposa actitud lacayuna.
—Es que el ruco cuida «las formas», como diaría el pelón Salinas de Ratari.
—Hummm. La andanada de cacayacas es archirrequetelonga, así que, para no provocar abulia en los lectores, mejor aquí le estopeamos al asunto •




EL FEMINISMO Y SU BAUTISMO DE FUEGO


EL FEMINISMO Y SU BAUTISMO DE FUEGO

Las mujeres no decidieron ser feministas. Su presunta liberación no es más que una concesión burguesa otorgada por el orden establecido. Y precisamente por el orden político militar fueron desarraigadas de su lugar y lanzadas al mercado debido a la depauperización.
A principios de los años cuarenta esta procreadora de la vida fue reclutada como obrera en las fábricas de artefactos de guerra de los Estados Unidos. No habiendo machines que maquilaran los artículos de la milicia, la mujer suplió al hombre que se encontraba en el frente. Ése fue su bautismo de fuego; la muerte misma de la femineidad. Y los derechos que la mujer adquirió se fundamentan en la determinación de agresión imperialista. El estado la chantajeó para que rompiera con el contrato social del matrimonio, y ella creyendo en una supuesta liberación salió de su nicho ancestral.
En Alemania, milicias de mujeres llamadas las rexisas colaboraron con los nazis durante la ocupación de Bélgica. En su necesidad geopolítica de la expansión, el estado como un organismo vivo debía crecer, y la mujer, renunciando al cuidado de sus hijos, coadyuvó redimensionar sus tentáculos; es decir, a preservarlo y protegerlo. Ese fue el fundamento del pangermanismo de Kjellén teórico precursor del nacionalsocialismo.

—Gracias al poder militar las mujeres se libraron del reducto esclavizante del hogar.

He ahí el desplazamiento del instinto maternal: la mujer ya no carga un bebe sino una arma. Por su esfuerzo y sacrificio fue recompensada con los valores viriles, al mismo tiempo que recibía la androginia del ejército. Ahora ya no quiere regresar al lugar donde era una perdedora, un ser hacinado y pasivo a disposición del macho. Por eso nuevamente le repito que la femineidad está muerta. Ahora, sino hay guerra ella será utilizada de otra manera, por decirlo, en los avatares de la moda, en los anuncios comerciales como gancho sicológico o carnada sexual para jalar con lascivia a los potenciales clientes.
Entonces modela en los aparadores, sino es desde afuera, será adentro, bobeando en el shopping. Ahora el poder despiadado del consumismo es quien la denigra. Le arranca el vestido y en calzones y la coloca sobre el cofre de un carro para que anuncie la venta de esos artefactos. Se sube a la tarima y baila poseída por un vértigo de lujuria artificial y cuando termina la pieza recoge del piso los billetes que le lanzaron los borrachos.

—Qué importa dónde pueda estar; en la empresa, en la escuela, en un laboratorio, en un bar, en una sala de masajes. Es un ser colectivo que debe ir hacia adelante en espiral, hacia el progreso.

El momento histórico que la creo y la justificó, dotándola de derechos y poder, hay que nulificarlo, borrarlo de la memoria. Cuando la nueva economía en que hoy vive y para la que vive se depaupere, surgirán otras expectativas y nuevas orientaciones comerciales fijarán el rumbo que tendrá que seguir. Es decir, otros rumbos de consumo, otra ideología que garantice su seguridad femenina.

—A estas alturas, confunde su liberación con la competencia económica. Ése ha sido el signo del feminismo moderno y ahora continúa en la postmodernidad.

El feminismo, como categoría sociológica, es más falso que la sonrisa de un charlatán en plena faena engatusadora. Tocante a que las mujeres no decidieron ser feministas, dice Javier Sicilia, en un articulejo que publicó la revista «Proceso» (edición 1364 del 22 de diciembre de 2002), que «la explotación de la mujer (sea en el mundo indígena o en el mundo posmoderno) se debe a que cuando la economía, como lo ha demostrado muy bien su tocayo Karl Polany en La gran transformación, se desincrustó del orden social en donde convivía complementariamente con otros valores (religiosos, sociales, alimentarios, políticos, etcétera) y se convirtió en el valor supremo, del cual nuestras sociedades modernas son su rostro más acabado, todo, incluso el Estado, se supeditó a ella. Así, quien tiene el poder económico en la familia (semejante a los que tienen el control del poder económico en las sociedades globalizadas o no globalizadas) se convierte en denominador. 'Quien paga manda', dice un espantoso adagio moderno».

—Ergo, el feminismo inconscientemente reproduce el deseo masculino de dominio

25 de marzo de 2010

EL APRIORISMO PLATÓNICO O EL SUICIDIO DE LA CLASE DOMINANTE



EL APRIORISMO PLATÓNICO
O EL SUICIDIO DE LA CLASE DOMINANTE


Las prédicas que berrean los merolicos en torno a difusión de la cultura en beneficio de todos individuos son meras falacias, puro apriorismo platónico, porque cumplir como acto concreto tal abstracción sería el suicidio de la clase dominante. Por ello es conveniente a los intereses de la clase dirigente sobreponer la ficción a la base económica, ignorando sus articulaciones. Una racionalidad que no es racional, como dijo Carlos Marx; porque el hecho empírico, en su existencia empírica, tiene otro significado.
El interés por el pueblo sólo existe en sentido formalista gracias al «espíritu objetivado». En los «Manuscritos de París» (Anuarios francoalemanes de 1844), Marx elabora una crítica acerca de la manera tan ridícula en que el estado, como aparato político de gobierno, pretende erradicar los problemas y las crisis que se originan en el seno de la sociedad, aplicando únicamente medidas administrativas que resultan ineficaces para erradicar un mal que es inherente y consustancial a la estructura misma de la organización social. El estado —escribe el joven Marx— no podrá nunca admitir que el origen de los "males sociales" radica en la organización de la sociedad, porque el estado es precisamente dicha organización.
Por tanto, admitir tal conjetura implica reconocer que el origen del mal esta en la esencia misma de estado. Por tal razón, el estado, cuando busca el origen de los problemas, sus argumentos discursivos se extravían en sofismas o en leyes naturales; otras veces atribuye la culpa a los gobernados o al personal administrativo. En esa contradicción entre vida pública y privada las medidas que aplica resultan inoperantes.
Si el estado moderno en verdad decidiera actuar para acabar con la impotencia de su administración, tendría que acabar con la actual vida privada; y eso sería suprimirse así mismo, ya que sólo existe por oposición a ella. [p. 236-240]. Esa contradicción —como bien lo señala don Antonio Gramsci— explica porqué el estado burgués es tanto más fuerte —en el interior y en el exterior— en la medida en que los ciudadanos menos controlan y siguen las actividades del poder.

23 de marzo de 2010

LA «BITÁCORA» CULTURERA O CUANDO PRIVA EL ADAGIO «PIENSA MAL Y ACERTARÁS»



LA «BITÁCORA» CULTURERA
O CUANDO PRIVA EL ADAGIO «PIENSA MAL Y ACERTARÁS»


La imprecisión de los significados: «Semanario cultural Bitácora • Periodismo cultural independiente».
La nomenclatura transcrita supone la vaguedad de las expresiones y, al mismo tiempo, implica la indeterminación de la verdad y la falsedad. Qué puede importarle a la flaquirucha directora del hebdomadario «Bitácora» si le refunfuñan el guacal de camelos y demás variantes de un lenguaje que ya perdió su sentido.

—Desbozaladamente la cábula nace y crece como lo que es, un trucho fenómeno culturero.

Y así se fecundan los modos de expresión «periodismo cultural independiente»; aplicando criterios torcidos e inadecuados para incurrir en la vaguedad, entendida como un fenómeno difuminador de los límites y las diferencias de los referentes significativos del discurso.

—Y cada año se hace mas larga la lista de las postizas adaptaciones de farolearse como entidad «independiente».

Total, pasado el sarampión y consumada la pletórica acción de creerse o sentirse un ser «independiente», lo que sigue —porque así lo amerita la política— es incorporarse en las filas de los entes «dependientes». Pero, desde luego, sin afinar las distinciones entre una y otra cartelera, se asume un compromiso desfigurado y que sobrexcede la incertidumbre de lo ambiguo.
Y aquí esta la llave maestra del periodismo «independiente».

«Ayúdanos a enriquecer este sitio enviándonos información sobre eventos, conciertos, tocadas, paseos, en fin, todo lo que a ti te gustaría que apareciera en esta página»
[http://bitacoracultural.com/].

La Alma Delia Martínez Cobián y su banda de bufones, sin inmutarse en lo más mínimo por la largueza de sus panchos, choros y matracas, se escudan detrás de un arbitrario discursito que pretenden justificar como si fuera el «dictum» de una verdad. Y, además, hay deformaciones que hasta pueden pasar inadvertidas.
Guachen:

«Si te gusta escribir, envíanos tus colaboraciones sobre cualquier tema de interés local: cine, literatura, gastronomía, arte y cultura, diversión, música, moda, salud, etcétera. La extensión máxima es de dos cuartillas a renglón seguido, en Times New Roman de 12 pts. bitacorabc@gmail.com» [http://bitacoracultural.com/]

Ajá. Usted mande su colaboración y después ya veremos si el gesto de candidez se vuelve una sórdida traba, o se antoje imponer un estúpido requisito que frustre la publicación de la nota. Se trata de que los artilugios parezcan lo que no son: un abecé para melolengos.

—Y es que hay embelecados que no despiertan ni aunque les unten un jiricuazo entre cachete y oreja.

Sí, «periodismo cultural independiente», tamizado de cautelas y compromisos, defendiendo intereses y posiciones en el muladar de la cultura; y los pichones que lo ejercen, maniatados al tutelaje oficial, guisan la palabra como suelen hacerlo los cortesanos de la era esotérica-electrónica, como adoban el verbo los publicistas de pacotilla. Se repite la palabra independencia como si fuera mantra. Oímos decir el mismo proloquio y, tras la lectura del texto, vemos que la expresión independiente se emplea con una ligereza más crónica que el de una mujer de cascos livianos.

—Como una etiqueta de quita-y-pon, como un chicle o gargajo pegado en el trasero.

Si los batillos, rucas o grupos culturosos son independientes, esto significa que son autofinanciables y no necesitan de subsidios ni de canillazos institucionales. Al decir que son autónomos, en realidad dan a entender que son unos redomados mentirosos dependentistas, pues nada tienen de autosostenibles por sí mismos; su sobrevivencia está supeditada al mecenazgo estatal y a la dádiva de los dueños del dinero. Por más «independientes» que se autoproclamen no existe en nuestros lares organización o grupo cultural en cuya actividad se encuentre excluida la intervención estatal y que se soflame esa elocuencia motriz de «independencia» para persuadir incrédulos o pegar el chicle, pues nomás son trinos de pájaros nalgones.

—Si se sienten o se consideran muy «independientes», ¿porqué, en su acusado esnobismo y formidable influjo de refractación pluridimensional del arte, mantienen una actitud satélite con las instituciones de la cultura oficial?

Hasta donde yo sé, no se realiza ningún proyecto, programa o festival artístico sino es de acuerdo con las necesidades históricas y materiales de los intereses de la oligarquía dominante. Entonces, ¿para qué jalarse los pelos y gargarear que son independientes si estiran la mano para recibir el óbolo del IMAC, del ICBC o del CONACULTA?
Sí, «periodistas culturales independientes» moflean nuestros ilustres «bitacoreros»; y que no pierden la oportunidad de transustanciarse en gacetilleros seudoculturales dependientes. Y su semanario «Bitácora», un espacio mítico en el monopolio petrificado de la culturilla local, vestal cuasioficial del prianismo culturero.

—¿Para qué hacerse maje con esa cantaleta de «independencia»?

No nos autoengañemos, los forliculeros, gacetilleros y demás sanguijuelas gigantes de la artisteada, solamente pueden ser independientes si preponderan ellos mismos sus propias vituallas de poder económico, como fue el caso de los intelectuales en la época del sacro imperio romano.


NOTA FINAL
[O GÜEVOS DE COCHI]


Para efectos de ampliar el menjurje, véanse los Vertederos de cretinadas intitulados «LA ALMA DELIA MARTÍNEZ COBIÁN / CULTUROSOS CONTRA PARROQUIANOS», «ALICUIJES DEPENDIENTES DE LA CULTURA OFICIAL», «TALACHA PAPIRESCA Y PERIODISTAS RAPAPOLVOS», «PEQUEÑO PERIODISMO MIOPE Y ESTÚPIDO [O EL CUENTO DE LAS MIL Y UNA BARRABASADAS]» y «GAMBERRISMO OFICIAL Y PARASITISMO CULTUROSO».

20 de marzo de 2010

PREGUNTAS A DON MONO FILÓSOFO



PREGUNTAS A DON MONO FILÓSOFO

«Don mono filósofo, ¿porqué el bato que lo apodan el Charcomen, y quien se hace llamar Éktor Henrique Martínez, no puede decir nada sin que medie grosería de su parte cuando garrapatea sus ariculejos acerca de los literatos y gente inmiscuida en los asuntos del arte y la cultura?»

Mira, cabrón, uno se sirve de la majadería, el improperio, el baldón imprecativo o emplea el vituperio como recurso estilístico o elemento de la preceptiva. Y para eso es necesario alejarse de los remilgos y empalagos del corazón. A la clientela de malhechores seudoliterarios hay que ponerlos en decúbito supino; que quiere decir en 20 uñas. Por tanto, hay que rendir antipleitesía a las jainas bloferas y a los baturros vergueros que fetichísticamente se enchalecan como encarnaciones y representantes de la mengambrea artística y cultural de este tafanario fronterizo.
Y qué más se puede hacer, si la nómina de los cretinismos está que revienta de choncha, repleta de fulanetes y manolas que son dueñas y depositarios de un miserable acervo cultural; y, sin dudarlo, tan indigno hasta para un personaje de lo más bajuno dentro de la cultura tijuanense y, por ende, norbajacaliforniana.

REYNA BURLADERA


REYNA BURLADERA

—Dime lo que deseas, preciosa.
—Este... este... desde hace tiempo vive en mi alma el anhelo de obtener en premio de literatura.
—¡Jesús! Creí que me ibas a pedir un favor muy difícil de cumplir.
Veo que traes buena recomendación; y me la sueltan de sopetón: «Mi sobrina es una botarate, pero quiere ser poeta. Asístala con premio muy mono. Ha tomado el nombre de Reyna Burladera como seudónimo. Ya le di mis palabras al señor director, sólo me falta usted y los demás integrantes del jurado. Por favor páseles la presente misiva.
Posdata: no me desairen y empeñado tengo hacia ustedes mi leal compromiso de llevarlos a más altura». Atentamente. El diputado nominal por el Distrito de la Tía Juana.

—Y, a todo esto, ¿cómo se llama tu obra?
El coyote que renguea de una pata.
—¿Y porqué concursas?
—Oooohhhh, hasta la pregunta está de más. ¿Cómo que porqué?
—Por la avidez del prestigio.
—Toda poesía es petición y reproche —le dijo Celan a Heidegger.

RUNFLA DE LITERATUELOS ATADOS AL PESEBRE



RUNFLA DE LITERATUELOS ATADOS AL PESEBRE

En abrumadora mayoría, el nivel de calidad estética del quehacer escritural de los literatuelos de este culo de San Diego suele ser predominantemente rastrero y el avance cultural nugatorio, la derruida ornamentación de la literatura que aquí se produce contiene un mismo decorado de fondo en sus particularidades expresivas. Una literatura como símbolo de creación arbitraria e inmadura, recapturada a través de un prisma falsificado por el fariseísmo, la pedantería, el esnobismo y los alicientes oportunistas.
Cenáculos exclusivistas incorporados al proyecto cultural oficialista, capillas gambeteando el apoyo institucional para sobrevivir parasitariamente del mecenazgo, grupúsculos parapetados en mafias que cortejan los estipendios, monopolizan las becas y agandallan los premios.
Entre la runfla de literatos atados al pesebre, y que se desenvuelven sin trabas en el palacio de la mierda del perro (como le decía Brecht a la cultura), con todo su carácter de casta privilegiada, están los siguientes pichones, palomas y pisaflores:

el Carlos Adolfo Gutiérrez Vidal, el Pancho Morales, el Luperco Castillo Udiarte, el Alfonso García Cortez, el Tijuana Gringo (Charles Daniel Thomas), el Juan Martínez, el Raúl Linares, el Daniel Serrano la Aída Méndez Flores, la Teresa López Avedoy, el Francisco Morales, el Horacio Ortiz Villacorta, el Juan Carlos Reyna, la Mónica Morales, el Adolfo Morales Moncada, la Paty Blake, la Julieta González Irgoyen, el Antonio Mercado, la Ariadna Hitchel, el Juan Salpri, la Luxia López, el Miguel Quivira, el Roberto Navarro, el José Manuel di Bella, la Hadia Farfán, la Paula Elena Castillo Hurtado, la Elizabeth Salcedo, el Juan Antonio di Bella, la Diana Licéaga, la Miryam Ruiz, la Mariana Martínez, la Lorena Cienfuegos, el Tomás di Bella, la Sharon Vázquez, el Gilberto Licona, la Amaranta Caballero, el Roberto Partida, el Gerardo Navarro, la Mayra Luna, el Ricardo Mendoza, la Olga García, el Francisco Bustos, la Bibiana Padilla, la Paulina de la Cueva, la Rosa Espinoza, el Fernando Vizcarra, la Isabel Velázquez, el Sergio Gómez Montero, la Jissel González, el Javier González Cárdenas, el Jorge Ortega, el Bruno Ruiz, la Alejandra Rioseco, la Elizabeth Algrávez, el Luis Cortés Bargalló, la Bibi Padilla, la Abril Castro, la Violeta Villavicencio, la Brenda Yáñez, el Pedro López Solís, el Omar Pimienta, el Eduardo Cong, la Jenny Donnovan, la Margarita Valencia, el Fidel Lucero, la Andrea Escudero Curiel, la Aglae Margalli, la Martha Edna Castillo, la Mara Longoria, la Alma Delia Martínez, la Adriana Sing, el Pedro Camacho, La Esalí (Estela Alicia López Lomas), la María Edma Gómez, la Ruth Vargas Leyva, la Ana María Fernández, el Gilberto Licona, la Petra Bonilla, la Vianet «Beyina» Medina, el Julio Álvarez «El Chamuco», el Jonnathan Curiel, la Rosina Conde, el Daniel Serrano, el Erasmo Katarino Yépez, el Víctor Soto Ferrel, la Elizabeth Algrávez, la Ivonne Arballo, la Elizabeth Cassezús, la Ariadna Hitchel, el Josué Peñaloza, la Luxia López, el Miguel Quivira, la Hadia Farfán, la Mónica Morales, la Sharon Vázquez, la Luisa Ruiz, el Thomas Di Bella, la Guadalupe Rivemar, el Humberto Félix Berumen, el Sergio Romel Alfonso, el Horacio Ortiz Villacorta y demás figuras representativas de lo más podrido y trucado que se puede encontrar en el muladar de la cultura fronteriza.

La gran masa de la pacotilla literaria, como dijera Gramsci, que se cree la gran detonadora del arte literario, extraviada en medio de sus recursos expresivos y de sus propias incongruencias; cada uno esperando turno en la pasarela y el «momento de la coyuntura» para extenderle la mano a la canonjía, la dádiva y la compensación; es decir, ese dinero que sale de los bolsillos de la perrada, propiciando más el sangrado económico de la miserable dieta alimentaría de chinchina popular.
Mientras el panorama se ensombrece, ellos reactivan el «chou», con estilo y elegancia, en la cloaca de una cultura palaciega y de postín, estrechamente vinculada a los sistemas verticales de explotación económica y de las superestructuras simbólicas que mistifican la idea de que no existe diferencia entre aparatos de dominio y sociedad.
Son relativistas que aún consideran al conglomerado humano como una totalidad abstracta (arte para toda la sociedad), cuando en realidad es para unos cuantos, para ellos, como un derecho feudal de usufructo para sacar provechos particulares. «Es el sexenio de la cultura y de las artes en general, gracias al gran apoyo que estamos recibiendo del gobernador José Guadalupe Osuna Millán», declara en una entrevista el director del ICBC, Ángel Norzagaray, y agrega: «y esto se puede corroborar: Un apoyo por igual a todas las disciplinas y a todos los sectores sociales». Cultureros del barbarismo avanzado repitiendo los mismos arquetipos y mitos del pasado.

—Un montón de basura que crece hasta el cielo, como decía Walter Benjamin.


CONVERSIÓN METAFÍSICA


CONVERSIÓN METAFÍSICA

Discurso sin acción
la escritura un fin en sí mismo
hedonismo de palabras
tácticas del estructuralismo devaluado
compromiso político superficial.
reformismo liberal
mitos consoladores
retórica embriagante
el ethos consumista
indeterminación del significado
alta valorización de la novedad
descocada novela repleta de nombres
de marcas de cinismo
estilo y la apariencia lo son todo.
espíritu de la metafísica pragmatica
esterilidad académica relativizada
incoherencia, fragmentación, relativismo
desmantelamiento del significado
narcisismo del consumidor
fondo de la parodia kitsch
no hay fundamento para criticar
primacía del lenguaje y el fin del sujeto
laberinto de la textualidad
fetiche de lo textual
miseria psíquica
centralidad del modelo lingüístico
el lenguaje el que habla no el autor
la historia un proceso sin sujeto
ethos posmodernista
cultura de consumo comercial
un reciclaje arbitrario de fragmentos
mediador capitalismo tecnológico.
la ilusión de no decir ya nada
la lucha contra sí mismo
celebración de la impotencia
dispersión del sujeto
antihumanismo contemporáneo
víctimas del sinsentido
metafísica del lenguaje
contenido de la desconstrucción
proliferación infinita de significados
no hay distinción entre filosofía y literatura
falso sentido de inmediatez
su teoría de la gramatología
argumentación por libre asociación y juegos de palabras
saludable escepticismo y parálisis del relativismo
duplicidad / confusión / falsedad
apoplejía del mundo simbólico •

QUÉ DIFÍCIL RESULTA SER UN BATO MODESTO


QUÉ DIFÍCIL RESULTA SER UN BATO MODESTO

Más si te encañonan con la pistola de la vanidad
¿escribir es una angustia o un placer?
doscientos dólares para ayudar al poeta
nomás porque es un animal
que tiene la facultad del lenguaje
inanidad de encuentros y tallercitos
la poesía que se enseña por medio de cursitos
solamente puede ser entendida en su generalidad
de plano
resbaladiza
puñetera y vergonzante
ciclos desordenados en la ambigüedad de los oráculos
forma de ocio emergente y bastardía del verso
simples enunciados que no sobrepasan el nivel descriptivo
así suele ser el poder creador de la palabra

¿cuándo hubo en Tijuana una buena casta de poetas?
alegórica mistificación social que exagera las virtudes
al ingerirse el bálsamo de los halagadores bromuros
de las connotaciones peyorativas no quieren saber nada
sumidero de modorra colectiva
el prángana de los arrabales y chabolas no es dueño del poder
tampoco del espíritu
de nada
hay incapacidad para comprender y aceptar la vida
¿cómo saben los poetas que son poetas? •

Tijuana es el culo de San Diego

Tijuana es el culo de San Diego, es uno de los tantos retretes, tafanarios y bacinicas que tiene California. Dónde todo mundo se cree poeta ...