12 de mayo de 2009

NO SON HOMBRES TODOS LOS QUE MEAN PARADOS [O EL RAFA SAAVEDRA Y SU FAMITA DE MACUTENO]




Vertedero de cretinadas


Por Éktor Henrique Martínez


LA TRADICIÓN LITERARIA DE TIJUANA
[SE FUNDA EN UNA BIG Y PUTOTA FALSEDAD]



«Ahora mismo esta prevaleciendo lo inferior, lo mediocre, la confabulación de los tontos que decía un amigo mío: tontos crónicos, tradicionales y llenos de suficiencia pedestre»
Ridruejo


LOS BOCADILLOS DE JAEZ DEL RAFA SAAVEDRA
[MUY AL ESTILO DE LOS METATEXTOS DE LA JUANITA JIMÉNEZ]


Del denuedo de la amistad se pasa a la sinvergüenzada cuando lo que se admira ya no son las virtudes ni las capacidades creadoras. A pesar de la palpable manquedad literaria que padece el Rafa Saavedra, se le pretende erigir en un arquetipo de la narrativa fronteriza, en el paradigma del cuento.
Y otra muestra más de las innumerables y robustas cuchufletas que le dan fama al manganciero de don Yepezín, a efecto de recibir el fingido cariño de gandumbas acostumbrados también impregnarse de desatinos, burradas y camelos, es el jubileo que arma en favor del «Príncipe del pochoñol» como si este zangón fuera un autor de gran talento y envergadura narrativa.
No obstante que el Rafadro —en el terreno de los hechos potencialmente literaturizables— es un bibriador de la orfandad imaginativa. Para las conciencias ingenuas las apuntaciones taradas que hace nuestro distinguido invitado podrán concebirse como certeras verdades, concretas y objetivas. Pero son falacias resueltas por el ronzal del compadrazgo y las alianzas que los grupillos cultureros establecen para camuflar con supercherías la incapacidad y el desmedrado talento.
Guachen:

«Más joven pero igual de sonado en aquel tiempo era Rafa Saavedra, cuya mejor obra es Lejos del Noise (2003), una colección de narraciones híbridas que llevó a su cima lo que en los noventas lo distinguió: la combinación de atmósferas musicales, vivenciales y urbanas con remezcla del inglés (muy distinta a la del spanglish chicano)» [Heriberto Yépez, suplemento El Mexicano, 22 de junio de 2008].

Siempre el mismo ritornelo mierdosamente extrahistórico para enzalzar gandules. Lo anterior es solamente propaganda mentirosa en su parábola de fantasmagoría para pelar la pava o dar gato por liebre a quien se deje embaucar. En las patéticas exageraciones hay una intencionalidad solapada que poco o nada tiene que ver con la verdad sino con las condiciones intelectualmente míseras del neotomismo libresco —o sea, maromas mentales adornadas con pedanterías academicistas— que sirve de gran utilidad a las insignificancias literarias de malhadados literatuelos. Como en el fascismo, aquí la verdad no tiene tiempo ni lugar. Ya lo cuestionaba Bertold Brecht: «¿Qué tiene que hacer el trabajador intelectual? La policía prohíbe la verdad, ¡y los periódicos pagan la mentira!» [Escritos políticos y sociales].
La artimaña retórica está lejos del análisis porque es inconcebible y absurdo que el Rafadro, ese batillo «más joven —que el Campbell y el Crosthwaite— pero igual de sonado», sustente las mínimas creces de la labor literaria llevada a cabo por el uno o el otro.
Mientras los primeros son unos actores omnipresentes en el terreno letrístico, el infeliz del Rafaelín es una marioneta que no cuenta con un aval de atributos estéticos que permitan ser comparado con el Crosthwaite o el Campbell. En el cuadro concreto de la literatura, el argolludo Rafadro, con toda su «colección» de porquerías «híbridas que llevó a su cima», mantiene sus ronroneos de gato culturero, procurándose el halo de distinción literaria, en su mayor parte postiza y prefabricada por el canillazo de la propaganda oficial.
Sin el impulso publicitario y las maniobras envolventes de las apariencias subartísticas, el pobre cabrón no sería más que un caloyo en la penumbra del recoleto. [1]
«Sonado» —como decir renombrado, célebre, conocido, divulgado, mentado, memorable, notorio— en el altar literario y, además, miembro y periquete de la misma corte de aduladores en la que transigen su coba y soplonería, manganos y manganas como el Jaime Cháidez Bonilla, el Humberto Félix Berumen, la Evelina Gil, la Vianett Medina, el Gabriel Trujillo Muñoz, el Víctor Soto Ferrel, la Elizabeth Algrávez, la Gabriela Olivares Torres, el Max Mejía, el Enrique Mendoza y otros muchos voluntariosos con estudios torales en la praxis de los lameculos. [2]

—Aquí la cosa se trata de jugarla al literato y después pedir el reconocimiento.

Y para sostener su churrito, ¿cuáles son, para don Erasmo, los principios rectores de la manifestación supuestamente literaria del Rafadrín, es decir, de su corpus narrativo que se ha de concebir, de acuerdo con la teoría del arte, como un producto estético? En sus oligofrénicas fluctuaciones especulativas se pasa por el arco del triunfo los criterios y las escalas de valores que son necesarios para evaluar un libraco como lo es «Lejos del Noise», supuestamente la «mejor obra» del agraciado Saavedrín, muy obvia en deficiencias y con magros resultados de técnica y sensibilidad.

—Y que no requieren pruebas detalladas y contundentes para demostrarlo.

Los valores de un objeto narrativo se sustentan en la invención y la trama; y de esto el Erasmo Kátaro no dice ni pio; tampoco brama dato alguno con relación a los recursos de la brevedad lacónica que utiliza el paridor de «Lejos del Noise», las fallas de fondo en los tonos discursivos, los brincoteos arbitrarios del tiempo al espacio, las imprecisiones de la tipología narrativa y etcétera. El güey únicamente destempla su lengua con alusiones superficialmente genéricas y sin evidencia alguna que demuestre que el «joven sonado» tenga las tablas listas para bailar al son que le toquen.
Pero lo que se percibe es un montón de basura y no una habilitación efectiva de los hombres de letras.

—Reflejos narcisistas del mandarinato académico y de la competencia (o incompetencia) literaria elitista.
—Ocurrencias cretinas o síntomas de un estado de ánimo, y nada más.

Efectivamente, los mismos ensueños alimentados por el complejo de inferioridad literaria que viven los cultureros fronterizos; expresiones puramente verbales machacadas en la molienda de la exageración, la fanfarronada y la cachaza demagógica.
A ver, si el mamacallos del Erasmín Yépez ufana los baluartes de la pluralidad, entonces que en la difusión de su sermón “canoniquero” no se le pase inadvertida la “cronista”, y también «promotora cultural», doña Juanita Jiménez, colactánea (o sea, hermana de leche deconstructivista) de los metatextos rafadro-yepezianos; y a quien, de cincho, las metaficcioneras y textualeras le deben más cátedras teoréticas que a la mismísima Julia Kristeva o Clarice Lispector (verbigracia la Sidharta Ochoa, una madama cuya «figura patética» depende de las secreciones neoescolásticas del atarantado Erasmo Katarino Yépez y que, dicho sea de paso, cree en la pendejez de que si un determinado «autor es esencialmente un escritor gringo debe ser leído en su idioma original» y tan tán).[3]
Ahora, si en este confín de la purria tijuanense abundan los confitados seres que poseen el mismo churumen conque hacen tarantín y dan jumera literaria —personajeros como la señorita Sidharta Ochoa, el Yonatan Curiel, la «Maula» Luna, el Juan Carlos Reyna, la Vianett «Beyina» Medina, etcé— y considerando que cualquier hijo de perra puede definir lo que es arte o literatura, entonces inclúyase en el canon a doña Juanuca Jiménez.
Autorizan para suponerlo así las cualidades “hipertextuales” que en ese género letrístico de los “metatextos” se desprenden de la obra de la señora JJ.

—Total, a fin de cuentas, no se pierde ni se gana nada.




NO SON HOMBRES TODOS LOS QUE MEAN PARADOS [O EL RAFA SAAVEDRA Y SU FAMITA DE MACUTENO]

En la heterogeneidad del ensueño y la realidad se entrecruzan los signos semióticos de doña Juanita Jiménez (gacetillera de la columna «Jet set tijuanense» del pápiro «Frontera») con los garbanzos textualeros que cocina el señor Rafadro en la hornilla de su irresoluta ambigüedad, que le permite al bato acoplar la “sensibilidad” (poética-política) en un nivel de reacción de perro pavloviano.
La ñorsa en cuestión, igual que el «Príncipe del pochoñol», hace también unos lindos poemas; y no sólo en eso ambos compaginan, pues la ruca y el autor de «Lejos del noise», además de que sus melcocheros cronopios los dirigen al exquisito y selecto público minoritario, (ya decodificados por la buena moral y la “apertura” dialógica de la frivolidad y la chismorra del mundo clasemediero), comparten los mismos códigos culturales y aplican análogas categorías para desorganizar sus «concepciones del mundo», sujetándose a los mismos parámetros de “enjuiciamiento” (íntimamente inofensivos), estereotipados rasgos estilísticos y sistemas de representación.
He aquí sus patentes de corso, similares en la profusión de la camama (en lo que respecta a los garrapateos papirescos de doña Juanita Jiménez) y el holgón (en lo que respecta a los garrapateos blogueriles del Rafaelín Saavedra), así como la blandicia y el requiebro en el arte de orlar, chulear, nimbar y zoruquear toda una galería de prohombres y lustrosas madmuaselas.
En el sitio güeb «CROSSFADER NETWORK / Media. Literatura. Muzik. Good Times. Diseño. Pop semiotics», el meritorio Rafadro hace valer el derecho que Dios le otorga para desfarcar la visión angosta de su aristocratismo culturero, consignar en actas el ritual de la holgazanería, teoretizar sus frustraciones, compartir chismes, explayarse en encomios, enaltecer mamarrachos y pedorrear espesas malancanchoneces de banalidad.
Vean sino:

«Archivo de Julio 2007 •Resumen julio • La vida sigue. Un curso que ha resultado una sorpresa, gente que viene de visita a la city, reencuentros fortuitos, gifts de ocasión, fiestas aburridas y otras inolvidables, un regreso victorioso de nuestro club favorito, otras oportunidades, planes para futuros viajes y etc • Presentaciones, lecturas y etc. • El horario de trabajo me permite de nuevo ir a lecturas y presentaciones. Asisto porque me interesa el autor y/o libro a presentar, porque quedo en verme ahí con alguien, porque no tengo otra cosa mejor que hacer, porque de perder el tiempo viendo tele prefiero hacerlo de esta manera y, cosas de la vida, generalmente siempre aprendo algo nuevo»
[Rafa Saavedra, CROSSFADER NETWORK, 31 de julio de 2007].

—Modelos como estos, seguramente, han tenido hondas repercusiones en la fenomenología de la teoría literaria.

Cuando algún lector quiera echar fuera a las visitas indeseables que caigan en momentos inoportunos, léales en voz alta los enjutos que postea míster Saavedra, principalmente las insoportables gamberradas sociocomunicativas en las que se esmera sacando a colación su extravagante —por no decir mamoncete— léxico de utilería.
Echemos un vistazo:

«Melina Mao posteo la review de la lectura; conté el after party de la inauguración; viene de visita a la city; Maldonado. Nice, nice; el Maldonado style; sobre el Tijuana Upgrade! en el Cecut y la presencia geek wanna be cool (no puedes ser techno star si usas zapatillas deportivas blancas from the 80s)».

Antes de atender (qué cacofonía tan… tan… culera; zorry —dijo el zorrillo) el asunto de la ñorsa Juanita Jiménez, permítaseme reiterar lo que en pretéritos articulejos anoté respecto de lo meritorio y valioso que suele ser para nuestro «Príncipe del pochoñol» escupir trocitos de totacha en sus disparatarios. Y es que, al parecer, el bato no puede escribir en castellano sin recurrir a la totacha y, a pesar de que lo intente, siempre termina enmierdando el mexicañol con muletillas y localismos triviales del inglés californiano.
Pareciera como si le resultara aborrecible la lengua que parlan su mamá, sus tías y sus carnalas. Pero lo hace porque pretende verse muy «nais» con tales champurradeces pochoñolescas. El mentado «escritor de culto» se entretiene bordando disparates y posteando vacuidades; y cuando escribe traiciona al idioma mexicañol porque lo que redacta hay que traducirlo.
Guachen si no, así se anuncia en su blog:

«Crossfader Network es parte del TJ.BF (blog culture + good times + mp3's) /// by rafa saavedra desde TIJUANA, MEXICO /// Support your local blogger. Since 2001». [4]

—Elitismo rastacuero para separar el grano pinto del colorado en la talega del frijol.
—Casi-casi se le pide al lector o a la lectora que si no mastica la totacha se vaya a chingar a su madre

Muy exquisito suele ser el señorón Rafadro con su pelusa pequeñoburguesa. Para los avezados es cosa de averiguar cuál es la lengua madre del Rafaelo, pues el bato escribe su publicidad bloguera y gordas cobas en un idioma tan chapucero y gandalla como él mismo. [5]
Y lo más asombroso es que con ese talento de lenguas mixiadas crea sus novelines, relatos y ensayos; asimismo, y en su afán de ponerse en sintonía con un imaginario sentido de la biculturalidad fronteriza que le sirve de estrategia para apantallar pendejos que no conocen el teje y maneje de este culo de san Diego, con tales pavadas idiomáticas expresa su gratitud y simpatías a los «arcanos» del imperio de Miquimaus.

—Y también el asco que le tiene a lo hispanoamericano.

Se evidencia lo maravilloso que suele ser el cretinismo que conlleva el estúpido acto de traducir «book» por libro, o «city» en vez de ciudad. Tal grado de conversión idiomática (por demás innecesaria e inservible) no puede considerarse más que una reverenda mamada. Y que quede claro, el bato tiene la manga suficientemente ancha como para sacar de ella los vocablos pertinentes y no pedir que le introduzcan por el toliro esos pitos idiomáticos importados de la tierra de los gabardos. [5]

—El bato sueña la égira del primer mundo, pero… triste realidad; amanece en el
tercer mundo.

Identidad latinoamericana
revolución cubana y contracultura
intelectuales de peso completo
América Latina parecía un solo país
el escritor provinciano dejó de existir •





COMO SI EL RAFA Y LA JUANITA SE ADIVINARAN EL PENSAMIENTO
[O COMO SI EL MUNDO FUERA UNA FANTASÍA DE GACETILLAS]


Y aquí comienza este paralelismo discursivo en el que se habla de todo y al mismo tiempo de nada. Los sujetos de la enunciación (RS y JJ), vinculados a una sicología tradicional, se influyen mutuamente y sin que nada se les escape a los protocolos de sus respectivas lambisconerías.

El ERRE-ESE (o sea, el Rafa Saavedra): «1. El jueves 5 participe en la presentación de la Aburrida en Bouveret (Moho 2006) de Alejandra Maldonado. Nice, nice. Mr Crosthwaite leyó un texto-cuento inspirado en el Maldonado style en el que, cosas de la vida, salí de personaje. Flor Eduarda Gurrola leyó en voz alta el relato Peter Knives en forma excepcional. Los textos de Alejandra rockean (su libro fue uno de mis favoritos en el 2006). Para más detalles, Melina Mao posteo la review de la lectura que publicó en El Sol de Tijuana aquí» [Rafa Saavedra, CROSSFADER NETWORK, 31 de julio de 2007].

Casquivano, timorato, frívolo y cobero, el RR ha acordado con la rucaila yetzetera las mismas cláusulas prosódicas. En cuanto a letras y sesos, la regla de oro es estilar naderías en todas sus finezas; alelándose con afectación pizpireta y con abundantes calores que no son propios de la temporada invernal. Y con estos cascabeles, y su sonrisa bermeja, doña JJ llena la página del péiper con un desboque de yegua frenética.

—Todo en ella es protocolo de lambisconería.

Alguien la convenció de que se aventará a la chamba de gacetillera de menor medianía; le lavaron el casco con el churrito de que podía llegar a ser alguien más chinguetas (o algo similar) que doña Lucila Godoy, alias la Gabriela Mistral (que por cierto, y nada más como dato estadístico, arriba del 80 por ciento de los estudiantes egresados de la escuela de letras de la UABC no saben cuál es el verdadero nombre de la poeta chilena).
Ah, decíamos… que no por la tejería burocrática hubiere querido ser como la madama en cuestión, sino por el reverso antitético de la chamba; que es precisamente no chambear.

La JOTA-JOTA (o sea, la Juanita Jiménez): «Acaba de volver de México Juan Manuel Nieto, donde presentó la 2da. Edición de su libro Los Burrón “Reflejo de muchísimas familias mexicanas”, esto en un salón de Editorial Edamex, donde le dio la bienvenida el director de los Libros para Todos (edamex) [,] Lic. Octavio Colmenares, quien enfatizó su orgullo y satisfacción por haberlo publicado, a quien conoció cuando ambos trabajaban en el Excélsior» [Juanita Jiménez, Jet set tijuanense, Sociales 10-B, Frontera, 7 de abril de 2009].

—Vaya y re-que-te-vaya. Ninguno habla de cosas tan bajas y de asuntos tan vulgares como ganarse el pan de cada día o del hambre y la ignorancia de los que menos tienen.
—No, ellos necesitan echar mano de las armonías, evitando expresiones secas y dogmáticas tales como fuerzas productivas, contingencia histórica, medios de producción o antagonismos de clase.

El ERRE-ESE (o sea, el Rafa Saavedra): «2. El jueves 12 fui al debú de Altanoche en Tijuas. Presentaron el número 27 de esta publicación de música, literatura y cine (que incluye, btw, el suplemento Tarántula no. 6). Desde Hermosillo cayó nuestro amigo Víctor Hugo Barrera (aka el editor), quien esa altanochi fue acompañado por el Róber Castillo y el Omar Pepper. Llegué justo cuando el Róber acababa su texto e iniciaba la charla de VHB. Su visita también sirvió para dar a conocer los primeros títulos del proyector editorial, el Mostruario de Iván Ballesteros (relatos breves) y Función de medianoche de José Abril (texto sobre cine). • En Altanoche escriben algunas personas que he conocido en los últimos encuentros literarios (Miguel Ángel Avilés, Manuel Llanes y mi amigaza que se enoja porque no contesto sus SMS desde Hermosillo, Lupivranda)» [Rafa Saavedra, CROSSFADER NETWORK, 31 de julio de 2007].

Literatura como estrategia política y publicitara para escalonar posiciones sociales y niveles de distinción egocéntrica. Condición cultural de la vida intelectual donde la expresión es una retórica sin conocimiento ni comunicación. Un bajo perfil intelectual y la banalización cultural, los elementos «sinecuanones» del “renacimiento literario” en Baja California y puntos circunvecinos.

—Y usted, ¿por qué es escritor?
—Nomás por puro decoro, licenciada Juanita.

La JOTA-JOTA (o sea, la Juanita Jiménez): «Tocó al periodista Alberto Cabot, biógrafo del creador de historieta tan fascinante [,] Gabriel Vargas Bernal, presentar el libro, cuya 1ª. edición se agotó en mes y medio, para felicidad de su creador, que no pudo asistir (por su edad), fue su representante [,] su esposa Guadalupe Apendinni [,] quien leyó sentido mensaje de él y además puso al disposición de Nieto su archivo personal» [Juanita Jiménez, Jet set tijuanense, Sociales 10-B, Frontera, 7 de abril de 2009].

Se han juntado la insuficiencia intelectual y la mediocridad artística.

—¿Bailamos, Juanita?
—Clarines de orquesta, mi Rafa; pues bailamos.

El ERRE-ESE (o sea, el Rafa Saavedra): «3. El jueves 19 asistí a la presentación de la novela Los días de Rubí Chacón de Hilario Peña (con quien tuve una breve charla momentos antes de que subiera al estrado. Lorenzana, btw, no dejaba de hacernos fotos) • de bares, fiestas y etc • Cuando terminan las presentaciones, suelo ir con mis amigos e invitados a dar un rol por algunos clubes de la city. A veces nos gana la costumbre y caemos al DDS; en otras ocasiones, nos aventuramos y descubrimos nuevos sitios (para nosotros, btw). Con AM, FEG y un contingente tijuanero pasamos una noche intensa y risueña en nuestro ex-bar favorito que terminó en las Tortas Javier» [Rafa Saavedra, CROSSFADER NETWORK, 31 de julio de 2007].

Hay una degradación moral y un atraso intelectual que tiene maniatada no únicamente la conciencia social sino también al fenómeno literario.

—Hay también muchas intuiciones que no se han podido verbalizar.
—Y otro señorito de mierda que viene a darse sus baños de pueblo

La JOTA-JOTA (o sea, la Juanita Jiménez): «El Lic. Luis López Moctezuma, tuvo que volver intempestivamente de España, donde se encontraba en la gira de trabajo del Gobernador, en virtud del triste fallecimiento de su muy querido primo [,] el Lic. Juan José Thomas Torres, que seguimos lamentando….» [Juanita Jiménez, Jet set tijuanense, Sociales 10-B, Frontera, 7 de abril de 2009].

Un periodismo de opiniones rastreras que se esfuerza por la complacencia y aumentar el cúmulo de bagatelas. En tanto, existe una literatura bajacaliforniana que promete mucho, pero mucho empeoramiento y no mejoramiento.

—Ni hablar, mujer; traes puñal —como dijo Pepe el Toro.

El ERRE-ESE (o sea, el Rafa Saavedra): «En el afterparty altanochi, regresamos al BT, una salida para recordar entre cerveza barata y los pellizcos de Miss Mancilla, la complicidad del Tamborine y las cosquillas a distancia para Karinusha (antes de que se fuera al DF). Momentos polaroid, dicen» [Rafa Saavedra, CROSSFADER NETWORK, 31 de julio de 2007].

Elitismo de la difusión masiva y «deconstrucción» del discurso patriarcal. Estrategias de la literalidad para la dignidad y el decoro; y el servilismo degradante para conseguir la aprobación y salirse con la suya. La pretensión estética se fundamenta en la frivolidad del narcisismo y suele ser novela hasta el relato cabulero de un gacetillero melolengo.

—Unción de la ignorancia y la cursilería emotiva en la bóveda craneana.

La JOTA-JOTA (o sea, la Juanita Jiménez): «Felices, del brazo y por la calle, sorprendimos a Conrado Y Tichy Acevedo, que acompañaban a su adorada Tichita, gigante de la comunicación, ya de regreso a E.U. [,] donde reside, luego de haber desfrutado de deliciosas vacaciones en Calafia [,] al lado de su padre» [Juanita Jiménez, Jet set tijuanense, Sociales 10-B, Frontera, 7 de abril de 2009].

—¿Porqué llamarle periodista a esta señora untadora de ungüentos, si lo que escribe es pura palabrería servil?

El ERRE-ESE (o sea, el Rafa Saavedra): «Ya conté el after party de la inauguración de la expo de Mr Zacarías (una charla-carrilla en el mero centro de la Altamira, entre los vestigios y el renacer de la Maquila). Así que mejor escribo sobre el regreso a TJ de mi amiga Haydé Z. y el saludar al Bulbo crew -después de meses sin verlos- en el bar de siempre; sobre el Tijuana Upgrade! en el Cecut y la presencia geek wanna be cool (no puedes ser techno star si usas zapatillas deportivas blancas from the 80s) y el nuestro after personal en el DDS con Giddy, Lizzie the american girl y el tremendo A-braham (o como uno si puede tener un plática inteligente en cualquier sitio). O el retorno de mi amigo JC Reyna, tras su gira europea con Nortec, y la celebración en el BT con Giddy (again) y un Tavo Castellanos que esperaba que pusieran el fútbol en la pantalla de tv. • Ah, la noche se mueve: goodbye TB, welcome LF» [Rafa Saavedra, CROSSFADER NETWORK, 31 de julio de 2007].

El gallo y la gallina
cacareando van
en las chabacanas algarabías
escupen salivillas
mientras a lo lejos
míster Rafadrín pone ojitos
de masturbador compulsivo
y se restriega el pito
queriendo comenzar su faena •


Devanándose la madeja de su sesera, el señor RS ejerce la labor de escritor bajo el amparo del fetichismo transculturizador.

—Como la ruca que vendía mamelucos en la Casa Blanca.
—Sí, pero a ella le pagaron 800 mil dólares.

La JOTA-JOTA (o sea, la Juanita Jiménez): «La gran periodista y mejor amiga [,] Rocío Galván [,] pasó el fin de semana en México, superándose mediante un muy bien estructurado Taller sobre educación. Ella Crece y crece, yo creo que pronto la veremos con su propio programa, paralela, que lo está, las grandes como Denise Merker y demás» [Juanita Jiménez, Jet set tijuanense, Sociales 10-B, Frontera, 7 de abril de 2009].

—Oh, la gran cultura, el gran privilegio. El gran gusto de la pequeña burguesía tijuanense, deficiente y epizoótico. Y como decía don Ramón Doll: «esto es una biblia para el zonzaje».
—¡Ínguen a su máuser!




NOTAS FINALES O GÜEVOS DE COCHI


1.- Véanse «EL RAFA SAAVEDRA Y SUS “RADIANTES” ENGENDROS» y «LA GERETA DE LOS CALCAÑOS LE ABRE LAS NALGAS AL ATARDECER [EL RAFA SAAVEDRA, LA PATY BLAKE Y OTROS PÁJAROS CILANTREROS]».

2.- A propósito de chupapijas, cuya factura detenta la exmonja Vianett Medina (alias la «Beduina» o la «Beyina»), remito al apartado «COMO PERRAS DISPUESTAS A PARIR LECHONES» del Vertedero de cretinadas intitulado «LABORATORIO FRONTERIZO DE ESCRITORES • LFE / WLB • MURGA DE ATARANTAPAYOS» y al articulejo cabeziado como «LA VIANET «BEYINA» MEDINA • DE LA ANOREXIA NERVIOSA AL CRETINISMO CHUPAPOLLESCO».
En cuanto a la quitapelillos y megalambiscona Evelina Gil, remito al Vertedero de cretinadas titulado «COBA Y ADULACIÓN PARA EL COMERCIO DE LA AMISTAD / NEOESCOLASTICISMO Y LAMBISCONERÍA CRÓNICA».
En lo que toca al esmegma del FOCUC, véanse los textículos «JAIME CHÁIDEZ BONILLA Y JORGE ORTEGA O LAS ARGAMANCIAS DE LA CULTURILLA LOCAL», el capitulillo «EL ZAMPABOÑIGAS DE JAIME CHÁIDEZ BONILLA» en «PEQUEÑO PERIODISMO MIOPE Y ESTÚPIDO [O EL CUENTO DE LAS MIL Y UNA BARRABASADAS]» y «MOMENTOS DE SATRAPÍAS CULTURALES [ALEJANDRO RODRÍGUEZ Y JAIME CHÁIDEZ BONILLA]».
En lo que toca al «chamán de las letras chicalenses», véase «TRUJILLO CAMBIA LA LITERATURA POR EL APLAUDÍMETRO», «¡GRACIAS, SEÑOR GOBERNADOR, ZENQUIUS!», inserto en «EL CENTRO ESTATAL DE LAS ARTES O EL NUEVO CANTO DEL CISNE VIEJO».
Y, por igual, para el señorito Víctor Joto Ferrel, véase «VÍCTOR SOTO FERREL [O LA PITONISA DEL FORÚNCULO EXISTIR]».
En lo que se le acomoda a la señora del perrito chihuahueño, o sea, la Elizabeth Algrávez, véase el textillo subtitulado «EL YÓNATAN CURIEL Y SU LEVADURA DE FRIVOLIDADES», inserto en el articulejo «LÓPEZ AVEDOY, ALGRÁVEZ, CURIEL Y LICONA, UN NOTABLE EJEMPLO DE SOFLAMERÍA BANAL».
Respecto a la gacetillera Gabriela Olivares Torres, véase el textículo «DELEITÁNDOSE COMO DUQUESA ASIDUA A CUENTOS COCHINOS • BARATIJAS PERIODÍSTICAS DE GABRIELA OLIVARES».
Para el Max Mejía del fanzín «Arte de vivir», véase el articulejo «ALICUIJES DEPENDIENTES DE LA CULTURA OFICIAL».
Y para el gacetillero Enrique Mendoza, remito al Vertedero de cretinadas intitulado «EL ÁNGEL NORZAGARAY SE LAS VUELVE A TRAGAR ARDIENDO EN UNA ENTREVISTA PALACIEGA».

3.- En su naturaleza irracional, la mujer postmoderna —todavía prehistórica— aún tiene que ser conquistada por el matacuás y adiestrada por profesores de mentalidad reaccionaria (pero que suelen disfrazarse de "progres") y para quienes el acto de «conocer» tiene el mismo significado que saber fumar o andar en patín del Diablo; un «saber» excluido de la teoría del conocimiento.
Esta ruca, la Sidharta Ochoa (angelesidharta.blogspot.com), siendo otro de los engendros metaficcioneros del gallofero del Erasmo Katarino Yépez (académicamente hablando, claro está, y no por el intercambio de semen y jugos vaginales), por las secuelas que produce la estúpida idolatría, recurre al cómodo sistemita inculcado por su mentor y que puede emplearse hasta en las papelinas de los baños y meaderos del lumpendesarrollo tijuanaco.

—Pedagogía de la imitación, y con los mismos clichés lingüísticos de un Rafadro o de un Erasmo Katarino Yépez, es lo que se insufla de los apuntitos que extraigo.

«El libro está construido en una retórica que se extiende a la totalidad de texto».
«El autor, encuentra paradojas similares en el discurso de izquierda y en el anti- transnacionalismo, en el amor al Che Guevara, en el germen de la cultura pop y la crítica estilo Saturday Night Live».
«Hay un nuevo muro con el que topa la ética de la 'izquierda' en la era de la creencia consumista – y descafeinada-. Izquierda y contracultura sólo son vecinas ideológicamente»
«Si contracultura es drogas and never ending party en donde abunda la queja y la saturación de ironía, gran parte de la doxa viviría en el perfecto estado de la contracultura» [Sidharta Ochoa, Contracultura neurótica, Reseña de El periodismo cultural en la era de la globalifobia, publicado el 6 de octubre de 2008].
«Sea quizá el primer escritor en recibir la etiqueta de muerte por depresión clínica. Víctima de una enfermedad: de la metástasis depresiva».
«También sería por Costello que Wallace pasó una noche en guardia psiquiátrica; ya que existe todo un procedimiento en la universidades norteamericanas si alguien hace alusión al suicidio» [Sidharta Ochoa, David Foster Wallace, el último metaficcionario, publicado el 11 de enero de 2009].
«Julia Kristeva, de origen búlgaro semióloga, psicoanalista y novelista. Siendo figura central del posmodernismo es una de las escrituras más auténticas que conozco; escritura en tanto que palabra vuelta un ritmo propio».
«Mediante la hermenéutica del nostálgico, el lenguaje esconde una condición de desamor profundo, secreto» [Sidharta Ochoa, Black Sun, publicado el 26 de abril de 2009].

—¡No es posible! Y yo que quería proseguir con mis estudios culturales, pero esto es una atmósfera de esnobismo seudointelectual.
—Valiendo verga y llamando al Santo.

Sin claridad ni equilibrio mentales, creyendo que filosofía y literatura se nutren mutuamente (Platón, Bruno, Nietzsche), la morra expone doctrinas ranciadas que no se han liberado del dogmatismo teórico y sólo han servido para engordar los currículums de los mamertos profesores y académicos ostiones. Pura gramatología emulada de estilo Derrida y Deleuze, y que a los cretinos rapapolvos les caen como el anillo en el dedo.
Puertas mágicas de la insensatez. Se trata del afán de causar enredos (desde los conceptuales hasta los sintácticos), amontonar meras impresiones sacadas de retacitos de lecturas, sin emitir juicio ni dar explicaciones; pues ni siquiera un roñoso criterio quintopatiero alcanza a vislumbrase en los textículos de esta sirvienta de las artes metaficcioneras.
Sin duda que aprendió sintaxis y lógica, entre risitas, cuchicheos y sobaditas de panocha, trepándose en el camastro de alguna lobera.

—Al menos las llamadas mujeres ociosas de antaño parían chilpayates a lo baboso.
—La chamaca no es más que una pequeña escritorzuela tonta y… quién sabe si, acaso, con entrenamiento sexual.

Al respecto, véase el Vertedero de cretinadas «LA SIDHARTA OCHOA: UNA IMPERFECTA JERMU DE LETRITAS SOPERAS [U OTRO ENGENDRO DEL ERASMO KATARINO YÉPEZ].

4.- Se emplean en la escritura y en el léxico de la castilla voces del idioma patronal, en razón de la transculturación y el agringamiento de los nacos como un fenómeno sicosociolingüistico, inminente e inevitable. Mejor es que se castellanicen los pitos idiomáticos que el inglés mete constantemente por el culo, de tal forma que en vez de decir o escribir watch se anteponga la "deconstrucción" —analogía por deformación—: guachar. Lo mismo resulta aplicable en las voces stop, estopear; look, luk; tire, taira; like, laiquear; bike, baica; quit, cuitear; domp, dompear; freak, friquear; knife, naifa; shine, chainear; time, taima, etc.
Véanse los apartados «EMBADURNANDO DE TOTACHA EL MEXICAÑOL» y «CONVERSIÓN IDIOMÁTICA PARA CILINDRIAR MAJES», secciones contenidas en el Vertedero de cretinadas «EL RAFA SAAVEDRA Y SUS “RADIANTES” ENGENDROS».

5.- El español es ya una lengua servil del inglés, una pobre carroña medieval escasa de vocablos modernos.

—¿De dónde vienen los neologismos de la informática y la cibernética? Pues del idioma patronal.

«Hoy el español —dice Nikito Nipongo— es una lengua anémica que parece tender al anquilosamiento. A parte de no fundar nuevas dicciones, como el inglés sí lo hace, se resigna a que le impongan palabras y aún despropósitos derivados de aquel idioma». El lingüista asevera, y con fundamento, que «el inglés, como en remoto ayer el español, es un idioma imperial, poderoso y cabrón que se roba voces y formas vocabulares de todos los idiomas. En cambio, el español se contenta conque le metan los imperialistas y los malinchistas exclusivamente pitos idiomáticos ingleses».

—Y ¿qué decir del cenáculo inútil, conservador y estéril que güevonea en la esquina de Felipe IV y Moreto, en los Madriles, y de su engendro lexicográfico, además de sus mamarrachas academias subordinadas y cómplices de las Indias Occidentales?

Parafraseando al excelso filólogo y lingüista ya citado, los 549 cráneos que integran la apolillada RAE son unos talegones incapaces de hacer un diccionario decente, y con tal desprestigio abochornan a la cultura hispanoamericana con un mamotreto imbécil plagado de antiguallas de nula importancia.


23 de abril de 2009

LA TRADICIÓN LITERARIA DE TIJUANA [SE FUNDA EN UNA BIG Y PUTOTA FALSEDAD]




Vertedero de cretinadas


Por Éktor Henrique Martínez


Ya bien lo platicaba el máster Arturo Jauretche que una patada en los merititos güevos, en el momento en que se requiera arrimarla, puede dar más enseñanza sobre la realidad que chutarse una pinchi biblioteca repleta de libracos.



PORQUE MI SER ES LA PALABRA QUE YO POSEO
Y LA TRASMITO SIN SABER CÓMO


Refiriéndose al Luis Humberto Crosthwaite, al Erasmo Katarino Yépez y al Rafa Saavedra, en fecha 6 de noviembre de 2005, Julio el «Sueco» apuntó en su blogsait que estos batillos («y otros que uno ni en cuenta»), a raíz de que aparecieron en la revista Letras libres (Comsumption for the unknown masses), «ya se tragaron el verbo de que son unas vergas por acción y efecto de circuncidar una «trillada visión de la frontera» (o sea, cositas como esas de que Tijuana es el último rincón de Latinoamérica y otras del tamaño de un garbanzo), haciendo que los pronuncien —así, con letras grandes— y como el establishment los ha bautizado: «Los cronistas de Tijuana».
Eso dice mi compa el «Sueco», invitándonos leer las siguientes correrías de nuestros gloriosos pechugones.

«Es fácil de creer (...) las regurgitadas letras de Crosthwaite, Yépez, Rafa y esos otros que uno ni en cuenta que aparecieron en Letras libres. Comsumption for the unknown masses. No que no les tenga fe a las letras de estos señores lo que pasa es que se ve a leguas que ya se tragaron el verbo de que son unas vergas. Los Cronistas de Tijuana. Así, con letras grandes. Nada malo en ello, antes de que me acusen de envidioso. Mas resisto a creer que la trillada visión de la frontera sea solo esa visión que nos dan estos señores con sus letras. • Son demasiado nice para (enfrentarse como cronistas a la verdadera realidad tijuanense), too fucking middle class de la peor estirpe, de la clase media mexicana. Mejor que sigan con sus cámaras digitales, con sus cool parties por la Cawuila. Que les vendan sus fabricaciones a las revistas cool del DF, that’s ok, porque ellos saben el fraude que son, lejos de ser Los Cronistas de Tijuana son los chafistas de Tijuana, los great pretenders. Lo mas unreal de Tijuana» [Julio Sueco, Los falsos cronistas en Letras libres, 6 de noviembre de 2005, http://www.yonderliesit.org/aztlan/].

Míster «Sueco», sin sopesar que en tal triunvirato hay unas partes más largas y otras cortas, aplica por extensión general un mismo rasero. Sapo grande y sapos chicos, aplastados con ladrillos de igual tamaño. Aunque con nombres distintos, hay principios básicos que son semejantes.
Pues sí, que más da, recuérdese que la religión de Mahoma es tan respetable como la de Cristo; y, sabiéndose que Alá posee las mismas cualidades del dios de los cristianos (amar al prójimo, ayudar al débil, rechazar las riquezas), entre el Eleache Crósguait, el «Príncipe del pochoñol» y el Erasmo Katarino Yépez, al fin y al cabo jumental de la clase media tijuanense que respira el mismo vaho culturero dentro una atmósfera arbitraria, metafísica, pomposa, hipócrita y de exposición fetichista, estos tres jinetes encabezan el mismo cuerpo de caballería, entrenada en los bemoles del palanquismo, la cacería de becas y equitación de canonjías.
Aunque Crosthwaite, es justo decirlo, se le reservan méritos de verdadero artista de la palabra, mientras que como productores de letras, la parejita Saavedra-Yépez no vale más que el dedo meñique de una puta, o el portabustos de una abuela con chichis caídas, o la porción del escroto de un jaipo de la Zona norte de Tiyei.

No hay nada que no se pueda conseguir, pero –como dijo Emerson- tiene uno que pagarlo. No obstante que las novelas y cuentos de Crosthwaite no respondan a los intereses mentales que quiere pregonar (la exaltación de los cholos, los chalinos, los maicerones, etc.), sólo en él es natural la hidalguía de humilde literato, la noble estampa de narrador hecho y derecho.
Comparados con el autor de «El gran pretender», en los cerebros de los otros dos cabrones solamente hay signos de fugaz abstracción y en el ámbito de la literatura no pasan ahí mas tiempo que el requerido para mamar, como si, desde edad muy tempranera, hubiesen sido privados de las relaciones de crianza que son normales.
Y, a medida que han ido transcurriendo los días, los meses y los años, a don Rafadro y a don Katarino los he visto, cada vez que no mudos y sin fijarse que lotanzas tiene la vida real, indiferentes en babalucadas, balanceándose hacia atrás y hacia enfrente como fandangos del autismo, padeciendo arranques de tozudez mental.

—A mí no me lo crean, pero platican quienes los conocen íntimamente que, cuando se quedan solos en sus cuartos, comienzan a meterse las manos por arriba del pantalón, arrancándose violentamente las prendas interiores; y que han necesitado ayuda médica en ciertas ocasiones ya que se han lesionado las partes pudendas al jalarse el elástico de los calzoncillos.
—¿Por qué?
—Porque todos los intentos persistentes que han llevado a cabo para escalar el pináculo del «top-ten» literario son infructuosos; y porque toda la faramalla que programan con sus mentados «semiotics-micro-texts» resulta siempre un terrible fiasco.
—Y, a todo eso, sabe, usted, ¿qué tipo de estimulación literaria inducen a sus pupilos en las dizques escuelas artes y de humanidades, dependientes de la «Güeva» (o sea, de la UABC)?
—Pues, déjame decirte que en los lugarejos donde dan clases la influencia ambiental es tan nefasta que la pedantería que allí se obtiene al terminar sus cursillos, solamente sirve para enmascarar la mediocridad y la memez; lo cual, por cierto, es muy inherente al parasitismo seudocultural que fomentan.

El Erasmo Katarino Yépez y el Rafadro Saavedra son los típicos literatos arribistas, comodinos y chapuceros. Y, como diría el máster Fernando Buen Abad Domínguez, son de esos güeyes que han sucumbido, hasta con cinismo, a las tentaciones del sistema, extraviados y viviendo a salto de mata en una jungla de menosprecio, manoseo, degeneración, ignorancia, petulancia y esnobismo. Para darse dignidad y justificar su alcahuetería con el establecimiento oficial, se llaman a sí mismos «heteróclitos», «underground», «críticos», «contestatarios», «contraculturales», «antinovelistas» y no sé qué otras mamadas.
El materialismo histórico es la respuesta a sus confusas pendejeces y las invectivas del joven Gramsci la lección más acabada contra sus ganduleos y falsos postillones.

—Sí, muy «heteróclitos», muy «contestatarios» y muy «contraculturales» los cabrones, pero cómodamente guarnecidos en sus respectivos edípicos hogares maternos.

Pero el facundo camelo no desemboba a los bobos, pues una nutrida ganga de descerebrados y melolengas que estudian en la escuela de letras de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), tiene fetichizados a estos vivales en la tonta noción de mentores radicales y vanguardistas. [7]

—¡Háganme el favor!

Si supieran sus discípulos y demás engendros metatextualeros que estos gorrones sacacuartos son los que hacen triunfar los escuálidos programas en el yermo de la cultura, lacayos encargados de elevar los eslóganes de oficialismo culturero para hacer triunfar las fanfarronadas y volver estable lo inestable.
A estos evasores de la realidad se les acomoda de modo muy perfecto una expresión ideada por el máster Antonio Grasmsci: «fantoches nietzscheanos» de postiza rebeldía que han «acabado por indigestar y por quitar seriedad a ciertas posiciones»; fantoches por quienes no hay que dejarse guiar —dice Gramsci— en nuestros juicios: «la advertencia de la necesidad de ser sobrios en palabras y actitudes exteriores se hace para que haya más fuerza sustancial en la voluntad concreta. Contra lo veleidoso, contra lo abstracto, contra el heroísmo fingido, etcétera, es una cuestión de hábito y de estilo, no “teorética”» [Cuadernos de la cárcel].

LA TRADICIÓN LITERARIA DE TIJUANA [SE FUNDA EN UNA BIG Y PUTOTA FALSEDAD]



Vertedero de cretinadas


Por Éktor Henrique Martínez



PRUEBA VIVIENTE DEL FRIOLERO DESAHOGO DE LA HIPOCRESIA

«Cada uno de los autores aquí mencionados escribe con la plena conciencia de que la literatura debe renovar sus estructuras y, por ende, trata a la página como un territorio experimental. No sólo experimental en el sentido de jugar con la forma literaria sino también porque recalca el carácter experiencial del texto, su relación con la vida. Es por eso que la literatura tijuanense ha sido tan atractiva para muchos críticos y lectores fuera de esta ciudad: ha buscado la intensidad. Ha sido una literatura de drástica afirmación de la vida» [Heriberto Yépez, suplemento El Mexicano, 22 de junio de 2008].

—Ajá. Un «territorio experimental» de «carácter experiencial».
—Pero si ya dijimos que no hay más experiencia que lo expresado.

Lo patético y moralmente asqueroso de sus inverecundias es que el bato justifica lo que critica, se hace el jarakiri y recibe sus gargajos cuando escupe hacia arriba, pretendiendo ser portador de una única verdad que no es en verdad la mera verdad.

«Esta tradición, pues, ya tiene veinticinco años. Es momento de que nosotros, sus lectores, agradezcamos profundamente su gran trabajo. Gracias por atreverse» [Heriberto Yépez, suplemento El Mexicano, 22 de junio de 2008].

—G-r-a-c-i-a-s-p-o-r-a-t-r-e-v-e-r-s-e... Hijo… de… la… pu… ritana que lo parió.

Por lo que se advierte, las zumosas ideas de este adalid de la fullería textualera son confusas y contradictorias e, igualmente, sus planteamientos conceptuales están plagados de incoherencias. Se agarra fuertemente, encajándoles uñas y dientes, sobre los postulados de una categoría sociohistórica, a la que despoja de toda «determinibilidad» material (bestimmtheit, dixit Marx), para
Así, la existencia de la “tradición literaria” es presentada por los ingeniosos teóricos con las mismas armas espirituales que usan los equilibrados hombres (citizoyens o pequeñoburgueses) de personalidad abstracta.
Lo que interesa al Erasmo Katarino Yépez es otorgarle a su “Gran Señorona” (o sea, a la literatura tijuanense) la “carta de naturalización” que, según el matasiete de la «Maula» Luna, la ñorsa ya merece ostentar como «suprema madrota» de lozanía veinteañera («pues, ya tiene veinticinco años») Pero la verdadera encarnación que debe expresar la literatura tjuanense —en correspondencia con el sobado concepto de “tradición” aludido por el chupóptero Yépezín— no es la de los hechos literarios «per se».
Y el meollo estriba en que la literatura (o sea, el «hecho literario» en sí) sólo predomina idealmente sobre la “tradición”, pero en la práxis —de igual forma en que sucede la contradicción entre la política y el poder del dinero— la creación literaria se convierte en esclava de «Doña Traditio».

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Vertedero de cretinadas


Por Éktor Henrique Martínez


CUANDO EL CANTO DEL GALLO ES DE GALLINA PONEDORA
LA COCHINA CONDE Y OTROS PRODUCTOS PARA CABALLERO


Como buen machito engreído (dijera Paquita la del Barrio), y a quien no se le enseña que los hombres son iguales que las mujeres (porque son ellas las obligadas a aprender que son iguales que los hombres), el chuzonero celebra el triunfo político-literario de los seres con heráldica ranura, el espécimen escribano dotado de concha o pepa.

«Es momento de decirlo: la escritura más arriesgada de Tijuana ha sido femenina. En lo que toca a la generación fundadora de la profesionalización de esta literatura fronteriza, El agente secreto (1990) de Rosina Conde, que la primera vez que lo leí me dejó perplejo y me cambió la forma de ver la literatura» [Heriberto Yépez, suplemento El Mexicano, 22 de junio de 2008].

A los nuevos críticos y analistas del mundo entero, recomendamos que tengan a bien seguir los métodos implementados por este galimatiyador. Rediez y jolinez, «es momento de decirlo»: verán como se les facilitará la chamba. Son chingaderas. Tan culto, tan trucha y dizque tan leído que está el bato para, finalmente, valer madre. Quiere así indicar que «la escritura más arriesgada de Tijuana ha sido femenina», pero qué le importa al cabrón gastarse chorros de tinta y kilos para de papel para referirse a la «Cochina» Conde y a su nalguita la «Quihubolesqué», a la que trata de empajar con la primera susodicha.

—Qué tiene de extraordinario el guacal literario de la Conde, lo suyo sigue siendo el costumbrismo telúrico (perdón por el pleonasmo) que le trasuda el feminismo estereotipado y la plastiquera “subversión” pequeñoburguesa; elementos que la ruca inmiscuye en sus macilentos textos como falso porte de mujer cabrona para explayar falsas barruntadas de feminismo setentero ya ranciado.

Y en esa transición del “éxito” femenil, en el que hasta la Muerte se viste de mujer, al gallofero no se le podían pasar de tueste las habas y tarde se le hacía ya para sacar a relucir el guardapelo de su manceba. [6]

«Y más recientemente también ha sido una autora la que ha escrito obra interesante: Lo peor de ambos mundos (2006) de Mayra Luna que, según Julio Ortega, es una de las mejores narradoras de su generación en Latinoamérica» [Heriberto Yépez, suplemento El Mexicano, 22 de junio de 2008].

Conque su hetaira la Mayra Luna, paridora por lavativa textualera del broli «Lo peor de ambos mundos», es según los asegunes del Julio Ortega «una de las mejores narradoras de su generación en Latinoamérica».

¿Y qué? —como dijo el hermano del hijo del papa, o sea, el «Canacas». A Gabriel García Márquez le otorgaron el premio Nobel porque los académicos suecos creyeron que era de izquierda. Para describir la realidad se conceptualiza con palabras, pero las palabras son insuficientes. Y hay que ver bajo qué influjos el «opinador» relativiza, desdeña, encomia o lengüetea (pocamadrismo, ignorancia o desconocimiento de métodos y teorías). Por tanto, conociéndole las ancas al pollo de nuestro corral, se deduce que el “crédito” del tal Ortega fue despachado con mucho ligerismo.

—O sea, que es un crédito sin crédito.

En un breve texto antológico, cuyos protagonistas son Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares, Don Emmanuel Carballo explica el punto luminoso de un aforismo de Karl Krauss que se refiere a la irresponsabilidad que por complacencia, arrebato o atolondramiento suscitan las palabras; y mas, si la saeta es verbosamente camelera y lanzada por boca de un jayán o cacagrande. Porque, sentado el precedente es más difícil despegar el chicle. [7]«Los juicios literarios que emiten escritores famosos en un órgano sofisticado —señala Carballo— se supone que son irrebatibles o, por lo menos que se aproximan a la verdad, a la verdad que el status quo aplaude y el lector común y corriente no osa poner en duda». [8]

—Pues sí, pintan al Diablo con cuernos pero no los tiene.

Pero la torva verdad del estatuskú, llena de bondad y de ilusoria omnipotencia —cuyos merolicos y achimeros son capaces de equiparar la boda y el matrimonio del Nicolás Sarkozy y la Carla Brunin con el pipiripao y el acuilmado concubinato del Erasmo Katarino Yépez y la «Maula» Luna— aquí se la Pérez Prado con todos los de la orquesta.
Los tongos churritos del Julio Ortega, ¿qué significación pueden tener para la gente totalmente ajena y apartada de la camada de mamertos yepezianos y demás pajarracos que actúan como los gansos que creen que donde existe un hoyo hay un nido?
En cuanto a lo espetado por Fulano Ortega de llamar a la «Maula» Luna «una de las mejores narradoras de su generación en Latinoamérica», baste decir que es una más de las aberraciones que, seguramente, acostumbra a disparatar cuando se pone muy pedo y mariguano, o en circunstancias en que trae hambre sexual.

—¡Uuuy, sí...! Juuulioortegaaa!

Cabrones como el mentado Julio Ortega se pueden hallar donde sea. Un literato que se respete no dará mirlos como los que asegura don Katarino que el atento viejo lépero desaguó sobre su advenediza jaina como elocuente riachuelo expresivo. Oficios de la caridad y la benevolencia entre los palurdos miembros de una misma casta culturera que se exhiben en el tajuelo de las mentiras oficiales sin remordimiento de conciencia. Ahora, si el reputado escritor ha trasmitido —con toda cachaza y altanería— las hipócritas adulaciones con las que también se peina el ego el maridazo de la «Maula» Luna, porqué no, titiritándole de ardores y comezones la bichola, podría trasmitir también un enfermedad contagiosa como la venérea gota del soldado y configurar a su receptor en un inmediato candidato a veinte mil unidades de penicilina. [9]
Regresemos con lo que opina el máster Carballo respecto a estos rebotes. «De viva voz, y entre amigos, esos mismos juicios suelen ser menos doctorales y más en mangas de camisa. Los “escritores famosos” comentan en confianza lo que no era correcto afirmar por escrito. El autor estudiado no sólo tiene cualidades “cualidades” sino también “defectos”. Por conveniencia callan la lista de imperfecciones y se esfuerzan por aumentar méritos difíciles de comprobar. A esa crítica hablada no tiene acceso el lector común y corriente, quien comulga con ruedas de molino» [Borges, Bioy y los escritores mexicanos]. [9]

En efecto, quién puede asegurar que el mentado Ortega, ya despabilado y con la mollera serena, no podría haberse retractado y voltear la tortilla, escupiendo hasta lo que no de la pobre melolenga esa.


LA TRADICIÓN LITERARIA DE TIJUANA [SE FUNDA EN UNA BIG Y PUTOTA FALSEDAD]



BOCADILLLOS DE JAEZ MUY AL ESTILO DE JUANITA JIMÉNEZ
EL RAFA SAAVEDRA Y EL YETZET DE CULTUREROS ATUFADOS


Otra muestra más de las innumerables y robustas cuchufletas que le dan fama al manganciero de marras, a efecto de recibir el fingido cariño de gandumbas acostumbrados también impregnarse de desatinos, burradas y camelos, es el jubileo que arma en favor del «Príncipe del pochoñol».

—Pero… cómo no lo va caroquear, si el Rafadro es un bibriador.

«Más joven pero igual de sonado en aquel tiempo era Rafa Saavedra, cuya mejor obra es Lejos del Noise (2003), una colección de narraciones híbridas que llevó a su cima lo que en los noventas lo distinguió: la combinación de atmósferas musicales, vivenciales y urbanas con remezcla del inglés (muy distinta a la del spanglish chicano)»
[Heriberto Yépez, suplemento El Mexicano, 22 de junio de 2008].

—Para mi que el Rafadro se “entiende” con el papá del Erasmo Katarino Yépez.
—Fíjate que yo creo que sí se anda poniendo en amores con el exmarido de la señora Yépez. Por cierto, la trataba muy mal a la pobre. Es un golpeador de mujeres el méndigo.
—A lo mejor… pues, yo tengo mis dudas, porque al Rafaelín ya se le está yendo el tiempo (¡ay, encanto de criatura!) y no se le ven ganas de que quiera matrimoniarse y hacer vida marital como Dios manda.
—Ay, qué pena, pobre muchacho. Qué lastima que su juventud la esté malogrando en puras noches de farra en tugurios de la mala nota y «párys» de chamacos que apenas están saliendo de la adolescencia.
Ve-tú-a-saber, Juanita, en qué otras cosas andará metido el muchacho.
—Yo creo que ni ha de trabajar, porque se levanta después de las doce del día, preguntando qué horas son y dónde va a ser la próxima fiesta.
—Pues… te diré, Juanita. Con eso de que ni siquiera plancha la ropa que se pone.
Sí-cierto. Anda en unas fachas y con unas garraletas que parece que las acaba de sacar de una almohada.
En fin… cada quien. Sírveme otro jerecito y vamos a ver qué más dice el mentado «Charkito» del Rafa y sus amigos.
—¡Aaaay, mira nomas! ¡Qué falta de tacto de este hombre! Está amargado…
—Con razón lo corrieron del periódico.
—Hicieron bien.

—¡Úfame, león! —exclama un conspicuo personaje «ambiental» (porque duerme en la calle), luego de escuchar los anteriores quehaceres “dialógicos” de las ñorsas (y, entre las cuales solamente pudo identificar a una astracana del "auténtico" periodismo "cultural", de ideas muy cercanas a las de Hegel



EL CATECUMENADO HUMBERTO «TIBIO» FÉLIX BERUMEN
EL TLACUILO ACREEDOR DE LOS YEPEZCOS BESOS NEGROS


Después darle el último de los mamelucos a su compinchero el Rafa Saavedra, el chupóptero y malogrado novelista-poeta procede a estamparle el beso negro al Humberto Félix Berumen (o dixit el Luperco Castillo Udiarte: María Félix Cerumen, para los amigos).

«Quien se ocupó desde un principio de seguirle la pista a la literatura tijuanense y debatirla fue el prosista Humberto Félix Berumen, cuya Tijuana, la horrible (2005) es una joya» [Heriberto Yépez, suplemento El Mexicano, 22 de junio de 2008].

Habrá quien considere que son admirables las masculladas de don Erasmo Katarino Yépez y, más cuando se afana redactando maulerías de variado género por medio de una jerga rica en disparates, compuesta de futesas, cretinismos, incoherencias y conjeturas idiotas.

—El bato tiene una mentalidad tan plana y atachada, pues considera que todo lo que se escribe es literatura.

Lo que no soflama el mamarracho Erasmo Katarino de su lisonjeado tlacuilo es el hecho de que las desviaciones políticas de este “estetólogo” marcan el rumbo de sus posturas estimativas (complacencia servil, alabanza capillera y devolución de favores); efectos de los amañamientos, amarres y apalabres político-cultureros que —como formas superestructurales de supuestos “debatimientos prosísticos”— inciden en las directrices de la valoración retórica-estética de míster Berumen, quien por réditos simbólicos y pecuniarios participa en el control unitario y en los reajustes institucionales que requiere la dicotomía de la clase económicamente dominante y la clase económicamente dominada. Oposición por sometimiento; o sea, marxismo clásico remplazado por el gusto artístico y simbiosis del «contexto» político-ideológico que se vuelve invisible, imperceptible y —metafóricamente hablando— ojo de hormiga. [4]

En el uso de sus liviandades, y luego de hacer sonrojar las pupilas de míster Berumen con sus desmedidos coqueteos, talladas de güevos y, finalmente, el susodicho beso negro, Erasmo Katarino se lanza a carcavear con un trío de poetas desfasados que —por sus productos caseros y sin relevancia— están condenados a perecer en la periferia.

«En lo que toca a la poesía en Tijuana, la obra de Francisco Morales y la de Roberto Castillo, ambos dedicados a la celebración del poeta urbano, ha sido una contribución más que significativa. Y, por otro lado, Luis Cortés Bargalló, un poeta de los finos márgenes indomables» [Heriberto Yépez, suplemento El Mexicano, 22 de junio de 2008].

LA TRADICIÓN LITERARIA DE TIJUANA [SE FUNDA EN UNA BIG Y PUTOTA FALSEDAD]



DEL TANGO CHOLERO AL PARKIADERO DE LA PAJARITA DE LA SANTA FE

Ajustémosle un detalle a las contorsiones emocionales del muñeco alborozado porque la literatura tijuanense ha subido como la espuma de cerveza caliente y, como ya se sabe, que quien la «elevó» fue el escritor chilango-sonorense, nacido en este hermoso culo de San Diego, con su libraco «Tijuanenses» (1983). El infeliz embridador de las tepalcuanas de la «Maula» Luna la vuelve a cajetear, pues no sabe que el libraco que el «elevadorista» Campbell convirtió en «elevador» no fue precisamente el que menciona nuestro invitado, sino que se trata de otro.
Y el dato veraz corre a cargo del Martín Romero: «Federico Campbell ha puesto los cimientos de lo que será la casa de la imaginación entrañable en esta tierra del norte. Su libro “La clave Morse” ha iniciado la obra de construcción» [Bitácora norteña, 20 de junio de 2004].

—Simón, pero esa «obra de construcción» pué que —como están las cosas en este tafanario fronterizo— se quede a medio chile, únicamente con el veinte por ciento de su edificación (sin banquetas, sin enjarrar, sin drenaje, sin alumbrado, sin agua potable, sin puertas, sin ventanas, ¡uf!).

Pero en el lapachar, donde ni siquiera hay «obra negra», el extasiado Katarino ya ve tremenda casotota construida en zona muy especial de la ciudad, una mansión de concreto y mármol, una hermosa fuentecita con agua (no como la de la Cibeles que no tiene guara), columpios, resbaladillas, brincolines y escucha los gritos de los niños que musicalizan el ambiente.
Dos cositas más para echar al olvido este asunto y pasar a atender a un buen jomi de don Erasmo y a quien, por cierto, le anda procurando la corona de olivo del heroísmo crítico-literario.
La primera (mejor digo, la penúltima), en cuanto a lo que supone el EKY dela obra «Tijuanenses» (1983), en el sinsentido de que dicho broli «sigue siendo un clásico», he consultado con el señor Meños Pléeis (que, dicho sea de paso, chambea de «viene-viene» en el parkiadero del centro comercial La Pajarita del fraccionamiento Santa Fe, delegación San Antonio de los Buenos) a fin de que me oriente y me diga si el mencionado libro del Campbell cumple la edad reglamentaria para ser considerado un «clásico».

—Mire, cabrón, para que un libro siga siendo un clásico, pues… intelíjale, usted; antes tiene que ser clásico; y para eso se necesita nada más y nada menos que transcurra un pinche tostón de años; o sea, cincuenta calacas o primaveras.
—El libro de Campbell no tiene ni la micha de años.
—¿Tonces?

Entonces… procedamos a revisar otra de las lucubraciones que —sin mangas ni calzoncillos— salen a la luz pública con un valor de doble (como cretinismo y majadería).
Si fue durante su época de preparatoriano cuando el pamplinero chaval decidió dedicarse a la literatura, ¿por qué no se licenció en tal carrera y, en cambio, terminó reduciéndose en un pigmeo de la filosofía? Además, y para completar la incongruencia, el atarantado afirma que en el enganchón literario «Campbell era la referencia obligada».
Una «referencia obligada» a la que jamás dio el mínimo cumplimiento y la mandó a roncar al archivo muerto (una caja media repleta con puros libros adquiridos de chéiser y que algún puchador, pariente o compa del tirabichi que los levantó del dompe de la basura, hará con ellos cucuruchos para envolver guatitos de mota). Sin embargo, y aunque lo presuma, el bato no posee un mínimo de mácula de virtud que le permita conducirse exploratoriamente en el terreno de la letras como lo ha hecho el autor de «La clave Morse».
Sin embargo, habilitado como está en extravíos ridículos, descoyuntando galimatías, patrañerías y demás baratijas conceptuales, se siente muy calenturiento con sus modelitos literarios y demás protomamadas.

—Sí, «escritor calenturiento» y, además, «sediento» que «desea procrear y parir libros deformes cuyo destino debió ser el aborto», como dice el Martín Romero.

—Un supuesto oficio literario que palia con muchos nombres.

Sin dejar de reconocerle al bato que ha proporcionado mucho material para mis Vertedero de cretinadas, como escritor de novelas y textos narrativos nomás no la cuaja; en lo que él llama sus «logros» literarios, paradójicamente, no logra dar la adecuada y profunda expresión que le es inherente. ¿porqué lo toman tan en serio si narrador y poeta?

—Es un escritor malogrado en tales géneros literarios.


22 de abril de 2009

LA TRADICIÓN LITERARIA DE TIJUANA [SE FUNDA EN UNA PUTOTA Y BIG FALSEDAD]


Vertedero de cretinadas


Por Éktor Henrique Martínez



LA TRADICIÓN LITERARIA DE TIJUANA
[SE FUNDA EN UNA PUTOTA Y BIG FALSEDAD]



Ya bien lo platicaba el máster Arturo Jauretche que una patada en los merititos güevos, en el momento en que se requiera arrimarla, puede dar más enseñanza sobre la realidad que chutarse una pinchi biblioteca repleta de libracos.



PROLEGÓMENOS DE UN COMPLEJO DISPARATARIO TEÓRICO
Y ALEGORÍAS FIGURATIVAS EN LAS TETAS DE LA MAYRA LUNA


Hay una infinidad de sandeces, melolengueces o suatadas que ya forman un complejo disparatario teórico por suponer la mafufesca idea de que ciudades como Tijuana, por su situación geográfica de vecindario o mingitorio de los Estados Unidos, constituyen «privilegiados espacios de experimentación». Y parloteando el «cantus firmus» de un cretinismo llano y ritual, corifeos y payasos monocordes —como el Roberto Jiménez Rosique, el Pedro Ochoa Palacios, el Patricio Bayardo Gómez, el Mario Ortiz Villacorta, el Roberto Navarro, el José Vicente Anaya, el Jaime Cháidez Bonilla, el Erasmo Katarino Yépez, el Antonio Navalón, la Diana Palaversich, el Adolfo Nodal, el Alejandro Rodríguez y otros— que palpitan de emoción cuando se tragan y dan a tragar la cábula de que este rancho gigante es una especie de «epítome universal de la cultura y las artes», una «hibridación de múltiples factores socioculturales».
Celebran la garrullería de un imaginario «cosmopolitismo» que únicamente existe en sus enfermizas mentes y, asimismo, llegan al extremo sostener como certeza sociológica la barrabasada de que dicho «cosmopolitismo» («efusión de culturas», dicen los mamones), «trasciende condicionamientos de clase, género o raza»; concibiéndose a este territorial culazo como parte un «fenómeno capaz de funcionar como “modelo de alternativa cultural” para el mundo entero». [1]

—Vaya mariguanada de incongruentes y pretenciosos.

En «Nociones enciclopédicas y temas de cultura», el máster Gramsci señaló que «cada nación tiene su poeta o escritor en el que resume la gloria intelectual de la nación y de la raza. Homero para Grecia, Dante para Italia, Cervantes para España, Camoes para Portugal, Shakespeare para Inglaterra, Goethe para Alemania». Pero aquí no se distingue nada de eso, todo lo relacionado con la literatura y las demás artes tiende a ser una especie de sortilegio solitario, un quilongo viscoso de incomunicación que ya no puede cumplir su antigua función porque que no hay más experiencia que lo expresado. Cada quien se aproxima al pasado desde su presente, un pasado que no se puede abarcar en su totalidad porque es inconmesurable. Y lo que se puede alcanzar y seleccionar es lo que se recoge y se configura como tradición en su materialidad literaria.
En la literatura no se ha creado una relación estética en su conjunto, sino en aspectos parciales. Tampoco se ha logrado una «desprovincialización» del arte y la cultura, aunque los coyotes de la sinecura oficial lo aúllen en lo alto de la loma de la promoción. En lo concerniente al campo de las letras, lo que hay es una literatura del conformismo de la rutina de la pasividad y del parasitismo.
Como buen hermanastro de la publicidad, y batiéndose de nalgas en el lodazal de las imposibilidades, el Erasmo Katarino Yépez escribió un articulejo en el que da muestras palpables de sus impías incongruencias, confusiones y falsedades. Es una tabarra que apareció publicada en el suplemento anexo del periódico El Mexicano (22 de junio de 2008) y que lleva el interrogante título de «¿Hay una tradición literaria en Tijuana?». Desopilando barbaridades, y en su intentona de fetichizar un mito local como símbolo de universalidad, el chupóptero del CONACULTA se contesta con estas pifias:

«No sólo podemos decir que hay una tradición literaria tijuanense porque ya exista un buen número de libros que compiten nacional e internacionalmente con sus pares, sino porque entre ellos hay afinidades de exploración escritural» [Heriberto Yépez, suplemento El Mexicano, 22 de junio de 2008].

—¡Gulp!

Y, ¿en qué tendederos de vecindario se asolean esas «afinidades de exploración escritural»? Y, ¿quiénes son los chinguetas autores de esos brolis «que compiten nacional e internacionalmente con sus pares»? A ver, excluyendo al par de viejos jotolones del Federico Campbell y el Daniel Sada (que ya son más chilangos que norteños), ¿qué pintiparado literato de Tijuana tendría un novela con tablas suficientes para ponerse al tú-por-tú con «Los años de la guerra a muerte»?, novela de Mario Szichman. ¿Algún libro del difunto Ernesto Mejía Sánchez (1985) con otro del también ya muertito Jorge Raúl López Hidalgo (1997)? ¿François Furet a la par de David Piñera Ramírez? ¿El “finísimo” Alfonso García Cortez (Tijuana, 1963) frente al también “rococó” Juan Carlos Bautista (Chiapas, 1964)?; ¿la María Rivera (ciudad de México, 1972), la Rocío Cerón (ciudad de México, 1972) o la Maricela Guerrero (ciudad de México, 1977), en un mano-a-mano contra cualquiera de las protopoetas o seudopoetas de los forúnculos «Existir» o «Apancho y laurel»? [2]

—Descabellada exageración, tan idiota como putañera.

Enseguida don Katarino se avienta una chifladura con la que casi llega al colmo de la irracionalidad; y nada más le faltó un poco de atrevimiento para afirmar que la literatura tijuanense viene muy mona y decidida a encontrarse con nosotros y nos aborda como si se tratara de una persona que nos estuviera esperando para decirnos alguna chingadera o reclamarnos un pago como el acreedor que nos busca para que saldemos la deuda pendiente.
Y he aquí la pítima contestación de gracejadas:

«¿Qué es lo que la literatura tijuanense ha indagado? Ante todo: una voluntad de abrir un camino distinto al de la literatura mexicana canónica, una valentía prácticamente única en todo el país» [Heriberto Yépez, suplemento El Mexicano, 22 de junio de 2008].

—¡Uy, sí, cómo no! Y mis tanates son de ojos ubicuos.

¿Estará conciente de la realidad este farolero? Por asomo de mínima decencia debería autoconstreñirse a decir la verdad acerca de la cuestión literaria tijuanense y de lo que implica al respecto la menguada tradición. Pero el pastorcillo del discurso poco le falta para decirnos que desde el tiempo en que él comienza a exudar sus primeras babas retóricas, la literatura tijuanense adquirió la suprema calidad estética, previos empujones que fueron dados por el Federico Campbell y el Luis Humberto Crosthwaite. [3]

«Hace diez años la respuesta era aún aventurada. Hoy es claro que la literatura tijuanense existe. Aquí se escribe desde principios del siglo XX, por supuesto, pero para poder decir que hay literatura tiene que haber calidad que compita, al menos, nacionalmente. El primer autor que elevó la literatura tijuanense a este nivel fue Federico Campbell con Tijuanenses (1983), un libro de relatos que sigue siendo un clásico. Cuando yo estaba en la preparatoria (y ya había decidido dedicarme a la literatura), Campbell era la referencia obligada. Campbell y Luis Humberto Crosthwaite con El gran pretender (1990), una novela corta, experimental, un libro raro y tremendamente musical» [Heriberto Yépez, suplemento El Mexicano, 22 de junio de 2008].

Como quien dice, y con mucho garbo, la suplencia de este letradillo hacía falta en el «contexto» histórico literario de este pueblo semiurbano; y que por el lado prepóstero de tal fabulación se avizora un ambiente culturero, atestado de estupidización banal y corrompido hasta las cachas. Y con su actitud demagógica comercial, y queriendo ser lo que no ha podido, don Erasmo viene a apestar más ese entorno, reputando sus “espíritus” elegidos y, además, aprovechando el raite del furgón de las palabras para enviarle al Güicho Crosthwaite la adhesión a su comité. Pero el autor de «El gran pretender» no traga al Katarino y, en contraprestación a la lambisconería que le prodiga, lo manda a hacerse una puñeta rusa entre las dos tetas de la Mayra Luna.

PARA QUE LA LITERATURA SE VUELVA INÚTILMENTE INÚTIL

En cuanto a los efectos volitivos, puede captarse fácilmente en la verborrea de don Katarino el rebasamiento del «objeto» —la literatura tijuanense— sobre el «sujeto» —el escritor tijuanense—; fenómeno-esencia con voluntad propia y que se subsume en un acto resuelto sin la génesis del individuo, la “Miss Literatura Tijuanense” queda convertida en una “Gran Señorona” que existe con independencia respecto de la opción del sujeto, poniéndose en marcha ella misma, caminando de un lugar a otro (por «un camino distinto» del que recorre la vieja chanclera llamada “Doña Canónica”), haciéndoles iris a quienes la chulean o le avientan piropos, meneando las nalgas como si fuera una mujer que ha dejado de ser una tinéyer y de pronto se descubre hembra de un macho, con autonomía, entusiasmo y «una valentía prácticamente única en todo el país».

—¡Óoorale!, el asunto está tan mazacotudo que parece una práxis del más allá.
—Bien dicen que cuando abunda la fantasía los enigmas están a peso y a tostón.

Los enigmas son la representación más peculiar de la literatura romántica, fuente de todas las emociones y a veces de las rabias; el sagrado soplo invisible que los metatextualeros han convertido en una macarra sofista de absorción acrítica y mecanicista. Metatextualeros como el Erasmín Yépez también se han apoderado de la ironía romántica, pero no en su noción de línea horizontal, sino concebida como un círculo en el que no hay punto de llegada ni de salida. Y se recurre a ella como una teoría cuando los sofismas textualeros no pueden reducir a una sola unidad los opuestos. Por tanto, no tienen más alternativa que mantenerlos en tensión, ya sea hacia abajo o hacia arriba; aplastándolos (es decir, «sublimando» sus contradicciones) o elevándolos por encima de las contradicciones, evadiéndose y apelando al abstracto principio de la “suprema” la libertad (es decir, poniendo distancia; que es lo mismo que hacerse guaje, escurrir el bulto o navegar con banderita de astuto-pendejo para chingarse a otro pendejo, pero sin astucia). El habla y el silencio, la maldad y la bondad, se corresponden en mutua pertinencia. Todo ello relacionado con la elaboracion de herramientas de cohesión social (pautas, códigos, preceptos, símbolos, etcétera) y conformar un proyecto de cultura común, incompleto y desfigurado.

Y ¿porqué esa “Gran Señorona” —o sea, la literatura tijuanense— suele ser una dama «prácticamente única en todo el país» y muy distinta a las demás ñoras?

«Sus temas han sido la propia Tijuana, la frontera y, en general, la construcción de la identidad (sexual, urbana, nacional, etc). Además (y esto es lo más relevante) ha aportado formas, estructuras riesgosas, distintas a las de otras tradiciones. Y este es el rasgo central de la literatura tijuanense: ha experimentado con el lenguaje popular y massmediático y, sobre todo, ha buscado romper géneros tradicionales (mezclándolos o yendo más allá de ellos)» [Heriberto Yépez, suplemento El Mexicano, 22 de junio de 2008].

—Mentiras.

En realidad, esa “Gran Señorona” —o sea, la literatura tijuanense— no es muy distinta a «Doña Eme», la beata bigotona que en los fanis de Rius representaba a la censura. Los temas que recoge la “Gran Señorona” están supeditados al panegirismo de las modas y lugares comunes tocados por encimita y sin sobrepasar el nivel de la epidermis. Ideas avejentadas y apolilladas son las que dan forma esas supuestas «estructuras riesgosas», que nada tienen de riesgosas porque no se exploran los conflictos graves del momento presente.

27 de marzo de 2009

REGÜELDOS TERTULEROS • TOMO 2 • DE SÁBADO GIGANTE A LAS HORAS DE JUNIO [DON FRANCISCO ACEVEDO SAVÍN]


Don Francisco: Tú, te diviertes mucho escribiendo ¿verdad? Te carcajeas solito.
Charcomen:Es lo que dice Bukowski: si sufres por escribir, no escribas, cabrón.
Don Francisco: Margarita Yourcenar decía que sufría porque escribía. Yo también sufro, mi Charco.
Charcomen:Pues si sufres porque escribes, entonces no escribas, pendejo.
Don Francisco: Sí, ¿verdad? Eso es masoquismo. Y hasta ahorita me doy cuenta.
Charcomen: ¡Ah, raza!


REGÜELDOS TERTULEROS • TOMO 2 •

DE SÁBADO GIGANTE A LAS HORAS DE JUNIO


Respecto a la forma en que la mafia culturera —vinculada a las directrices del oficialismo— cachirulea los premios literarios, el Charcomen escribió en su blog (elcharkito.blogspot.com) un articulejo titulado «PEGAJOSO FAVORITISMO Y FINGIDA IMPARCIALIDAD [EN LOS PREMIOS ESTATALES DE LITERATURA]», refiriéndose al redomado maquiavelismo que existe entre los «dadores» y «recibidores» de tales preseas letrísticas, argumentando que para mantenerse siempre en la nómina de los apalabres, el procedimiento de resolución es tan sencillo como una incubación rotativa y de espiral burocrática en la dirección de sus «cuadros» beneficiados. O sea, como queriendo seguir un modelo gongorino, ridículamente usando nombres como «Psiquis», «Adonis», entran a concurso —por ejemplo— el Raúl Acevedo Savín y el Pancho Morales; y mientras por el extremo donde se coloca la campanilla están, listos para jalar el mecate del badajo, la Eve Gil y el Gabriel Trujillo. Luego los papeles se invierten, a éstos les toca concursar y a aquellos sonar la venia de la campanita, y así sucesivamente hasta llegar a una aburrida reiteración de premios, jueces y premiados. Revueltos todos en viejas y nuevas camarillas donde ya no se sabe quiénes son los léperos y los hombres de talento. Cualquiera sabe cómo se precisa el “apoyo” o la parola hacia los protegidos y recomendados, es decir, la complicidad de capilla, simplemente se les pide a la terna de los «dadores» en turno la dejadez de su responsabilidad moral en aras del prevaricato y la arbitrariedad.
—Asi cómo, pues.
—Uuuuuh, y se hizo la luz y el dicharazo del Charcomen se cumplió como si fuera una premonicion.
—¡Adió! ¿Porqué, tú?
—Pues, porque le dieron hace poco rato un premio de poesia a «Don Francisco» Acevedo Savín por un versiado libraco que metió a concurso con todas la de la ley capuchineadora del troquel literario.

La "señorita" Cecy, presidenta del club de fansde «Don Francisco» Savín.

REGÜELDOS TERTULEROS • TOMO 2 • ENTRE EL LUIS HUMBERTO CROSTHWAITE, EL MARTÍN ROMERO, EL RAMÓN BETANCOURT, EL DANIEL SADA Y LA COCHINA CONDE



REGÜELDOS TERTULEROS • TOMO 2 •

ENTRE EL LUIS HUMBERTO CROSTHWAITE, EL MARTÍN ROMERO, EL RAMÓN BETANCOURT, EL DANIEL SADA Y LA COCHINA CONDE

Dice don «Papasquiaro» en su teta de vidrio:

«p.s. de los escritores fronterizos (si es que la literatura alcanza estas escisiones) sólo vale la pena daniel sada. a años luz de distancia se encuentra crosthwaite y mucho más lejos la rosina conde se lleva el bronce. el resto son parásitos sólo que aún no se dan cuenta. Pobrecitos» [enero de 2008, literalengua.blogspot.com].


—Como dijera el Vicente Fox, sí, pero no. O no, pero sí. Entre el viejo marica del Daniel Sada (que, en realidad, se llama Federico Campell) y don Humberto Crósguait se encuentran dos letreadores, relativamente chacalosos y fuera del alón del prevaricato culturero, me refiero al Martín Romero (autor de un sola novela, pero chingona: «La silla eléctrica») y al Ramón Betancourt, hacedor de la «Sulamita y otros cuentos».
—Y en cuanto a la tercera olisca, la señora comadreja que lleva por mote y apellido «Cochina Conde» (dixit Raúl Rincón Meza), esta carifata saltó de la bisoja con gachapla; y desde hace mucho tiempo ya no tiene conqué querer; sólo le queda el hipo rabioso del feminismo clitoriano de quinto patio y la sopa garbancera de una rancia y desabrida literatura. Pero aun así, como en todas partes, la ñasca se disputa el julepe entre la perrada de escritorzuelas bobas e intrascendentes que pululan como guaguanos en este ignorante culazo de San Diego.
Ergo, la tradicion literaria de por acá se funda en una big falsedad.

LEER NOVELA Y POESÍA EN TIJUANA ES DE MUCHO TRABAJO PORQUE NO EXISTEN



NOVELA Y POESÍA

Marzo de 2004


«Yo dejé de leer novela desde hace tiempo. Y lo hice porque caí en una enfermedad, luego en otra. Y así que por eso no tenía tiempo para leer novelas. Cuando me enfermé no hacía otra cosa que estar en mi casa, en la cama. Entonces, me dispuse a buscar a los poetas que se me fueron en blanco, incluso los más modernos, los más actuales.
Yo no he dejado de estar en contacto con los escritores y con lo que escriben. Por ejemplo, en Tijuana, perdóname, pero leer poesía de Tijuana es de mucho trabajo porque no existe, y si es novela, pues tampoco.
Yo me he pasado años de no tener con quién hablar de nada de nada; de no encontrar con quién hablar de filosofía. Porque no hay nadie. ¿Te das cuenta?
Ni hablar de poesía porque no hay nadie con quién hablar de poesía en Tijuana; en Mexicali, tampoco» [Rubén Vizcaíno Valencia, de la biografía Un moralista en casa de putas, broli casi terminado a cargo del Éktor Henrique Martínez, alias el Charcomen].

Tijuana es el culo de San Diego

Tijuana es el culo de San Diego, es uno de los tantos retretes, tafanarios y bacinicas que tiene California. Dónde todo mundo se cree poeta ...