LA TRADICIÓN LITERARIA DE TIJUANA [SE FUNDA EN UNA BIG Y PUTOTA FALSEDAD]
BOCADILLLOS DE JAEZ MUY AL ESTILO DE JUANITA JIMÉNEZ
EL RAFA SAAVEDRA Y EL YETZET DE CULTUREROS ATUFADOS
Otra muestra más de las innumerables y robustas cuchufletas que le dan fama al manganciero de marras, a efecto de recibir el fingido cariño de gandumbas acostumbrados también impregnarse de desatinos, burradas y camelos, es el jubileo que arma en favor del «Príncipe del pochoñol».
—Pero… cómo no lo va caroquear, si el Rafadro es un bibriador.
«Más joven pero igual de sonado en aquel tiempo era Rafa Saavedra, cuya mejor obra es Lejos del Noise (2003), una colección de narraciones híbridas que llevó a su cima lo que en los noventas lo distinguió: la combinación de atmósferas musicales, vivenciales y urbanas con remezcla del inglés (muy distinta a la del spanglish chicano)» [Heriberto Yépez, suplemento El Mexicano, 22 de junio de 2008].
—Para mi que el Rafadro se “entiende” con el papá del Erasmo Katarino Yépez.
—Fíjate que yo creo que sí se anda poniendo en amores con el exmarido de la señora Yépez. Por cierto, la trataba muy mal a la pobre. Es un golpeador de mujeres el méndigo.
—A lo mejor… pues, yo tengo mis dudas, porque al Rafaelín ya se le está yendo el tiempo (¡ay, encanto de criatura!) y no se le ven ganas de que quiera matrimoniarse y hacer vida marital como Dios manda.
—Ay, qué pena, pobre muchacho. Qué lastima que su juventud la esté malogrando en puras noches de farra en tugurios de la mala nota y «párys» de chamacos que apenas están saliendo de la adolescencia.
Ve-tú-a-saber, Juanita, en qué otras cosas andará metido el muchacho.
—Yo creo que ni ha de trabajar, porque se levanta después de las doce del día, preguntando qué horas son y dónde va a ser la próxima fiesta.
—Pues… te diré, Juanita. Con eso de que ni siquiera plancha la ropa que se pone.
Sí-cierto. Anda en unas fachas y con unas garraletas que parece que las acaba de sacar de una almohada.
En fin… cada quien. Sírveme otro jerecito y vamos a ver qué más dice el mentado «Charkito» del Rafa y sus amigos.
—¡Aaaay, mira nomas! ¡Qué falta de tacto de este hombre! Está amargado…
—Con razón lo corrieron del periódico.
—Hicieron bien.
—¡Úfame, león! —exclama un conspicuo personaje «ambiental» (porque duerme en la calle), luego de escuchar los anteriores quehaceres “dialógicos” de las ñorsas (y, entre las cuales solamente pudo identificar a una astracana del "auténtico" periodismo "cultural", de ideas muy cercanas a las de Hegel
EL CATECUMENADO HUMBERTO «TIBIO» FÉLIX BERUMEN
EL TLACUILO ACREEDOR DE LOS YEPEZCOS BESOS NEGROS
Después darle el último de los mamelucos a su compinchero el Rafa Saavedra, el chupóptero y malogrado novelista-poeta procede a estamparle el beso negro al Humberto Félix Berumen (o dixit el Luperco Castillo Udiarte: María Félix Cerumen, para los amigos).
«Quien se ocupó desde un principio de seguirle la pista a la literatura tijuanense y debatirla fue el prosista Humberto Félix Berumen, cuya Tijuana, la horrible (2005) es una joya» [Heriberto Yépez, suplemento El Mexicano, 22 de junio de 2008].
Habrá quien considere que son admirables las masculladas de don Erasmo Katarino Yépez y, más cuando se afana redactando maulerías de variado género por medio de una jerga rica en disparates, compuesta de futesas, cretinismos, incoherencias y conjeturas idiotas.
—El bato tiene una mentalidad tan plana y atachada, pues considera que todo lo que se escribe es literatura.
Lo que no soflama el mamarracho Erasmo Katarino de su lisonjeado tlacuilo es el hecho de que las desviaciones políticas de este “estetólogo” marcan el rumbo de sus posturas estimativas (complacencia servil, alabanza capillera y devolución de favores); efectos de los amañamientos, amarres y apalabres político-cultureros que —como formas superestructurales de supuestos “debatimientos prosísticos”— inciden en las directrices de la valoración retórica-estética de míster Berumen, quien por réditos simbólicos y pecuniarios participa en el control unitario y en los reajustes institucionales que requiere la dicotomía de la clase económicamente dominante y la clase económicamente dominada. Oposición por sometimiento; o sea, marxismo clásico remplazado por el gusto artístico y simbiosis del «contexto» político-ideológico que se vuelve invisible, imperceptible y —metafóricamente hablando— ojo de hormiga. [4]
En el uso de sus liviandades, y luego de hacer sonrojar las pupilas de míster Berumen con sus desmedidos coqueteos, talladas de güevos y, finalmente, el susodicho beso negro, Erasmo Katarino se lanza a carcavear con un trío de poetas desfasados que —por sus productos caseros y sin relevancia— están condenados a perecer en la periferia.
«En lo que toca a la poesía en Tijuana, la obra de Francisco Morales y la de Roberto Castillo, ambos dedicados a la celebración del poeta urbano, ha sido una contribución más que significativa. Y, por otro lado, Luis Cortés Bargalló, un poeta de los finos márgenes indomables» [Heriberto Yépez, suplemento El Mexicano, 22 de junio de 2008].