LEER NOVELA Y POESÍA EN TIJUANA ES DE MUCHO TRABAJO PORQUE NO EXISTEN



NOVELA Y POESÍA

Marzo de 2004


«Yo dejé de leer novela desde hace tiempo. Y lo hice porque caí en una enfermedad, luego en otra. Y así que por eso no tenía tiempo para leer novelas. Cuando me enfermé no hacía otra cosa que estar en mi casa, en la cama. Entonces, me dispuse a buscar a los poetas que se me fueron en blanco, incluso los más modernos, los más actuales.
Yo no he dejado de estar en contacto con los escritores y con lo que escriben. Por ejemplo, en Tijuana, perdóname, pero leer poesía de Tijuana es de mucho trabajo porque no existe, y si es novela, pues tampoco.
Yo me he pasado años de no tener con quién hablar de nada de nada; de no encontrar con quién hablar de filosofía. Porque no hay nadie. ¿Te das cuenta?
Ni hablar de poesía porque no hay nadie con quién hablar de poesía en Tijuana; en Mexicali, tampoco» [Rubén Vizcaíno Valencia, de la biografía Un moralista en casa de putas, broli casi terminado a cargo del Éktor Henrique Martínez, alias el Charcomen].

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