31 de julio de 2008

VÍCTOR SOTO FERREL O LA PITONISA DEL FORÚNCULO «EXISTIR»


VÍCTOR SOTO FERREL
[O LA PITONISA DEL FORÚNCULO «EXISTIR»]



«¡Con qué constancia no está la gallina lastimándose el pecho veinte días sobre los huevos! Cuando los siente animados, ¡con qué prolijidad rompe los cascarones para ayudar a salir a los pollitos! Salidos éstos, ¡con qué eficacia los cuida! ¡Con qué amor los alimenta! ¡Con qué ahínco los defiende! ¡Con qué cachaza los tolera, y con qué cuidado los abriga!»

José Joaquín Fernández de Lizardi, El Periquillo Sarniento


«¡La crítica, esta aguafiestas, recibida siempre, como un cobrador de alquileres, recelosamente y con las puertas a medio abrir! La pobre musa, cuando tropieza con esta hermana bastarda, tuerce los dedos, toca madera, corre en cuanto puede a desinfectarse».

Alfonso Reyes, Aristarco o anatomía de la crítica



EPIFANÍAS PARA LAS PARTES PUDENDAS DE UN RENACUAJO

Luego de arrancarse las plumas de la cola, con todo el apostolado de sus sagradas vísceras, y dejando caer —desde su ronco pecho hasta las punta del dedo gordo— estrafalarias y desbalagadas epifanías que nadie sabe si se refieren a un ornitorrinco peralelelipepido o a las partes pudendas de un renacuajo, el profesor Víctor Soto Ferrel (a quien sus amigos de tertulia y parranda, cariñosamente, han apodado la «Victoria Joto Ferrel»), manda al lector del suplemento «Identidad» del periódico el «Mexicuín» un textículo que lleva como membrete «De poemas, zapatos y una presentación al aire libre», que salió publicado en la edición número 1834 del domingo 27 de julio de 2008, y en el que se aventura a recompensarle honor y gloria al poetastro Jhonnatan Curiel, autor de tres supuestos poemarios y miembro activo de la capilla «Existir». [1]
El articulejo de don Victorino Soto abre desparpajo con una especie de proemio en el que rememora los inolvidables momentos en que probó el néctar de las musas (aunque lo correcto sería indicar que nuestro invitado lo que hace es aminorar sus dolores de hemorroides y justificar el triste papelito que desempeñó como juez calificador en un amañado concursito literario en el que salió ganón el tal Yónatan). [2]
Creyendo que vive en el reino de las excepciones geniales, y para prevenir el ánimo de sus consuelos (o desconsuelos, según sea el caso), aquí va el cronopio con el que da cuenta de su intervención como parte del jurado que ofrendó galardón de flores al recomendado:

“Como integrante del Jurado de un Concurso Literario organizado en 2005 en la Escuela de Humanidades” [ya sabemos el ínfimo nivel de respetabilidad que tienen dichos concursitos], “conocí primero la obra y después al autor de Crónica de unos zapatos” [donde lo más notorio era la mediocridad y la falta de pertinencia literaria]. “Con este poemario Jhonnatan Curiel (Tijuana, 1986) obtuvo el primer lugar” [para la membresía en el club del onanismo seudoliterario]. “El texto que leí entonces” [¿cuál texto y cuál «entonces»?] “en la Sala Audiovisual de la Escuela de Humanidades no fue publicado” [muy bien, pero ¿a qué se debió eso, tu?]. “De nuevo” [¡cómo que de nuevo si endenantes dijiste que el bodrio no fue publicado!] “la Editorial Existir es quien, ahora en coedición con la Escuela de Humanidades, rescata no sólo la Crónica de unos zapatos, sino también los Poemas de Call Center” [porque si no hubiera sido así, ninguno de los integrantes de esa pandilla de arribistas estaría con la conciencia tranquila, dado el gran compromiso que se han echado a cuestas para ilustrar al vulgo con sus zarandajas de publicaciones], “con los cuales Curiel obtuvo el primer sitio en la Semana Cultural de Telvista” [aunque ese primer sitio lo pudo haber conseguido el Jaldoquero Valdez o un perro iscuintle], “dentro de la categoría de Artes Literarias en 2006” [por eso supone don Víctor que el chamaco ya la hizo gacha dentro del importamadrismo culturero y ahora hay que soplarle la zampoña o sobarle las nalgas]. “Los tres poemarios nos permiten conocer el inicio del proceso creativo” [de las encantadoras sandeces] “del joven escritor que, en el 119 Aniversario de la fundación de la ciudad” [¿cuál ciudad?], “inauguró con su lectura en el balcón del Antiguo Palacio Municipal (hoy Palacio de la Cultura)” [y que, antes de antes, tal changarro neofeudal era un garito y nido de suripantas, conocido como el «palacio de cartón»] “un nuevo espacio de difusión artística en el Centro Histórico de Tijuana” [o sea, algo así como una casa de beneficencia pública para dar apoyo a la lumpenada bohemia que, a lo largo de su vacía existencia, sólo ha dado muestras de parasitismo y nauseante incultura].
(Víctor Soto Ferrel, «Identidad», edición 1834, domingo 27 de julio de 2008).

De una manera que no tiene desperdicio para la garla y el reparto de la coba, lo que en realidad hace míster Soto Ferrel es demostrar su insensatez, el pésimo gusto y su incapacidad para distinguir entre lo que es verdadera poesía y aquello que es pobretería seudolírica. Y aunque tiene muy almidonada su presunción de erudito, los años lo han empeorado y ha sufrido peor conversión que María Magdalena. Por sus partos de cretinerías, más adelante habrá de observarse cómo el profesor de literatura, siguiendo la moda de las chapurradas perifrásticas del sinsentido, se exhibe como un pinchi autista de las torceduras semánticas y de las pifias gramaticales. O sea, estupidez y pedantería como dispositivos del esoterismo literario, de la fraseología hueca y la palabra engañosa, tramposa y chapucera; mitología privada para el adorno, el elogio, la charlatanería, la insinceridad y la cobardía.

—¿Para qué quiere los libros y revistas que compra o le regalan?, ¿para hacer con ellos pajaritos de papel?

LOS MOTIVOS DE LA HILARIDAD POÉTICA

Para el profesor Víctor Soto Ferrel el estilo no es un deber de coherencia, sino un hermetismo de palabrería indescifrable, traslapada ofuscación y piruetas verbales, además de una buena palestra para desfogar cursilerías en libelos y veladas literarias.
Y guachen cómo se refocila en sus díscolos incomunicables, dislates y demás paparruchas.

Advertencia: si vomitan no es mi culpa, que conste.

«El instante, perforado por la mirada de Jhonnatan Curiel, muestra rosas y jardines negros, destellos mojados en campos donde el viento perseguido arrastra hojas secas. Por esta enrarecida atmósfera el poeta avanza hasta apropiarse de la pureza del silencio para atraerla a hombres enfermos por el ruido; quiere para ellos sonidos, palabras y perfumes de otros mundos que su visión encuentra en la semilla del alba» [Víctor Soto Ferrel, «Identidad», edición 1834, domingo 27 de julio de 2008].

—Ay, hasta siento todavía un-no-sé-qué por aquí y por allá.
—Qué bonito.

Cuán deficiente es el discernimiento crítico del viejo cortesano que tiraniza su esnobismo seudointelectual con tempestuosas alharacas. Confrontemos la esponjosa recreación de estas fantasías de retrete y démosle la interpretación que en justicia corresponda.
El catedrático Soto Ferrel nos dice que «la mirada» del tal Yónatan es casi como una verga que rompe un culo llamado «instante» [«instante perforado por la mirada de Jhonnatan Curiel»]; y que ese «culo-rompido» acaba floriado, o sea, madriado y guango, también rosado y con la pelambrera a la intemperie [«muestra rosas y jardines negros»], destilando secreciones rectales y seminales que caen en la cama y sobre algunos papeles que revolotean con el aire del abanico [«destellos mojados en campos donde el viento perseguido arrastra hojas secas»]. Y como el desculamiento, o sea, la perforación del «culo-instante», ocurre en los enjutos de ambientes no convencionales [en una «enrarecida atmósfera»], es menester que, durante sus andanzas y recorridos, el dueño [«el poeta» desfundillador] y portador de la «mirada-verga-perforadora», calle la boca y no haga chismorreos al respecto [o sea, que el güey deberá «apropiarse de la pureza del silencio»]; y cuando algunos de los tantos chismosos [«hombres enfermos por el ruido»] le pregunten: «¿qué paso con ese culo?», él únicamente responderá: «nada de nada pasó»; y los atarantará con un cuentito del «masallá» [pues, «quiere para ellos sonidos, palabras y perfumes de otros mundos»] y pensará que todo lo que sucedió fue un pinchi sueño como el que soñó Sancho Panza, contagiado por las fantasías de Don Quijote [«visión en la semilla del alba»].

¿A través de qué exégesis el profesor Vitorinol estimularía su disgregado pensamiento para vomitar ese lastre de oscuras y ásperas barruntadas? Lo menos notable en su articulejo es la lucidez y lo que más resalta es la pesadumbre de voces huecas, de palabras de oropel, de confitería inútil y redundante, pero con el deseo de verse muy mono, imitando los anquilosados melindres y regodeos de la poesía preciosista y aristocratizante, el cuasirromanticismo con sus símbolos de los opuestos, las realidades paralelas del lirismo introspectivo y la transfiguración desenfrenada del metalenguaje.

—Todo servido en su unitario «caldo criollo», pero ya echado a perder.
—Por eso la virtud es retórica y el mundo una puta metáfora.

Desde la fecha 26 de febrero de 1986, el Víctor Soto Ferrel trabaja como profesor de tiempo completo en la escuela de Humanidades de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), donde imparte cursos de «adaptación a la vida», y claro, a los que le agrega sus pequeñas dosis de literatura, y claro, muy práctica y fácil de asimilar para los escuelantes y las escuelantas que, una vez egresados o graduadas, obtendrán la posición profesional que mejor se les acomode, ya sea como esnobistas trasnochados, secretarias y amantonas de algún funcionario inepto y corrupto, cazadores de limosnas institucionales, comunicólogas de pacotilla, etcétera.
En otras palabras, prepararlos para que se conviertan en imitadores de las peores fórmulas de hacer literatura, animándolos a evadirse de los problemas reales y concretos del mundo con un estilo de vida pasivo y hedonista.

—Y no hay mejor forma de desalentar a un poeta o escritor en potencia que instándolo a estudiar una carrera de literatura, de la cual quedará insatisfecho.

Echémonos otro parrafito del sermón almidonado que nos brinda este poeta, oriundo de San Miguel del Cantil, estado de Durango.

Advertencia: aquí los lectores deben ponerse más truchas, porque la cursilería está muy inflamada y en su elocuencia el apologista se desborda hacia lo difuso, abusa de las anacronías, los clichés lingüísticos y hasta pierde los estribos de la cordura.

“Poseído por su visión” [¿qué tipo de visión?, ¿visión miope, visión de rayos equis, visión láser?; ¿o de cuál?], “el poeta explora entre los días grises por las calles de esta ciudad llenas de envidia y de amargura” [luego que se pone su trajecito de boy escaut y se da cuenta que esos días grises también son de veinticuatro horas, y que caminan por las calles como si fueran seres animados, y se topan de frente con dos chamaconas abstractas, una de nombre «envidia» y la otra «amargura», ambas todavía señoritas]. “Contempla con estupor el jardín del cielo” [¿seguro que no se trata del nombre de alguna cantina?], “un jardín taciturno” [¡ah, cabrón!, ¿qué aquí el taciturno no debería ser un bato en vez de un jardín?], “diluido, solo en la noche donde las nubes son artesanías” [si son nubes de pedos, entonces son artesanías ventosas arrojadas por el agujero anal y de factura fronteriza made in Tiyei; y, a propósito, ¿de a cómo son tales artesanías?] “pinceladas torpes” [de pintores pendejos], “escritura en el polvo” [en el polvo maldito que se inhala por la ñata] “de un interminable verano seco” [seco cuando no hay chelines para comprarse unas caguamas] “que Jhonnatan convierte en un reino” [supongo que no ha de ser el «reino cultural» de Jorge Hank Rhon, y al que se refería el arrastrado del Jaime Cháidez Bonilla cuando andaba de lambiscón con los del PRI]. “Desde las cuatro de la tarde las sombras” [¡uy!, qué puntuales son esas sombras] “como gritos helados” [¿no serán paletas de un paletero gritón?], “empiezan a envejecer los techos” [nomás los techos de los chantes de la gente jodida que vive en los arrabales], “sus pardos sonidos lo conducen por la playa a la frontera” [¿a quién conducen?, ¿al poeta, a los gritos helados o a los techos que envejecen?] “donde la memoria es devorada por el tiempo” [y también donde la memoria devora al tiempo, y con mucho retruécano]. “Un parpadeo cierra la ventana y rompe la urdimbre” [pues ese parpadeo debe tener un par de manitas] “porque ver al otro” [¿al otro qué?, ¿al otro parpadeo o al otro tiempo?] “incluye la muerte” [bueno, menos mal que esa muerte ya viene en el mismo paquete y por el mismo precio]. “El poeta es entonces un espectro, un pescador de estrellas” [y también de becas], “letras, voces en el tiempo que congela sus pasos por los antros de madrugadas grises donde un viento amarillo se agazapa en la oscuridad pegada a los esqueletos de construcciones abandonadas” [¡puta madre!, esto sí que es una megacursilería que no admite parangón]. “El poeta sale de su órbita” [o de su vereda tropical], “cae y al caer entrevé otro paisaje en la escritura de las estrellas” [pues, andará pedo y mariguano el bato], “en las nubes hechizadas” [esta imagen debe corresponder a las humaredas que suelta el carrujo de moronga], “pero las sombras lo ahogan en la noche entumecida” [entumecida como la verga de un burro cogelón en plena calentura] “y las estrellas se tornan lunares de hielo contaminado y filos encubiertos” [uf, estaba muy buena esa chingadera que se fumaron]. “La música se abisma” [o el abismo se musicaliza], “las estrellas son espigas siderales y el poeta, artesano de misterios” [porque el poeta, ya sabemos que en el aire las compone, y luego viene una puñeta], “se funde con el universo” [universo que solamente es un humoso recoveco en el cráneo del poetastro]; “sus ojos ya sólo son preguntas verticales sobre la blancura de la página” [preguntas muy lagañosas porque salen de los oclayos]. “El poeta se toma el pulso” [no vaya a ser que le pegue un soponcio o una trombosis por alta presión arterial] “y el poema se convierte en espacio de continuas formaciones y transformaciones verbales por la pasión de la mirada y la vivencia de la fugacidad del tiempo” [y colorín colorado, la cursilería, por el momento, se ha frenado
(Víctor Soto Ferrel, «Identidad», edición 1834, domingo 27 de julio de 2008).

—Hasta aquí, después de tantos carraspeos, el profesor Soto medio termina por escupir su inmenso salivero, y sobre sus barbas chamuscadas quedan algunos hilillos de baba.
—A mí, a veces mi guaifa me grita con los oídos y eso no la hace poeta.

Míster Soto Ferrel, o es más ciego que un topo o sólo la juega al murciélago romántico que quiere amar con la pura intuición.

Continuará

28 de julio de 2008

EL ÁNGEL NORZAGARAY SE LAS VUELVE A TRAGAR ARDIENDO EN UNA ENTREVISTA SUATA Y PALACIEGA


EL ÁNGEL NORZAGARAY SE LAS VUELVE A TRAGAR ARDIENDO EN UNA ENTREVISTA SUATA Y PALACIEGA


«Dijo el humorista que si diez millones de monos teclearan durante diez millones de años en diez millones de máquinas de escribir, alguno de ellos acabaría por escribir el Discurso del método. Dijo el sofista que arrojando letras al azar acabaríamos por componer la Ilíada. ¡Desacatos a la policía del universo!» Alfonso Reyes



EN EL COLMO DE LA SOBREXCITACIÓN CULTURERA

El día 2 de noviembre de 2007, cuando la «Petunia» Osuna Millán, virrey de la Baja California, metió la baisa en la buchaca de su tacuchi y sacó un arrugado papelito en el que estaban apuntados los nombres de los monos que figuraban en la terna de candidatos propuestos para calentar el sillón de director del Instituto de Cultura de Baja California (ICBC), a la tercia de recomendados (Leobardo Sarabia, Jesús Flores Campbell y Ángel Norzagaray) le temblaban las canillas y se le hacía un nudo de gargajos constipados en el cogote.
Y en ese instante en que la triada de elegidos estaba a punto de tirar el chicote de la desesperación, el desgobernador arengó en estos términos:

«Sin humillarles la cresta a los demás prospectos, diré que el chicuelo ganador y virtual director del ICBC habrá de ser nada más y nada menos que el señor Ángel Norzagaray». [1]

Clap, clap, clap. Se oyeron los aplausos de los paleros, mientras Sarabia y Flores Campbell, con fingida indiferencia, casi pálidos pero sonrientes, gachoneaban los ojos; en tanto que el Norzagaray, con fatua satisfacción, cual mujer que por vez primera experimenta un múltiple orgasmo, acogido de una admiración repentina por tal perdulario, se lanzó como gavilán sobre un polluelo ante el hueso que se le abonaba. Sonriendo, y casi babeando de emoción, levantaba los brazos al cielo y daba gracias a los azares de los corros políticos.
Quién lo iba a decir, de agente de la tramoya a director de un inservible organismo culturero.

—¡Señores, el manco del desierto chicalenese ha librado campal batalla presupuestívora! —gritaba un chulo contertulero que por ahí rondaba.
—Esto merece una buena borrachera —murmuraban algunos golleteros y farolones, llevados a la chuscada del «Palacio del Poder Ejecutivo» para sonajear la pandereta de la lambisconería.
—Maestro, Norzagaray, ¿me autorizas para convidar a la celebración a unas putitas bien chidas que traigo acopladas?
—Ya estás, Chorejas. Pero, trucha. Que no se dé tinta el góber. Ya sabes como son de persignados los panistas.
—¡Ajo! Ahora sí, que ningún puto me levante la voz. Busquemos distracciones que el lunes comienzo a hacer de las mías. Esta criatura necesita un buen aspergio de aguas etílicas —espeta para sus adentros míster Norzagaray.

Luego se da pábulo al cuento y a la semblanza biográfica del recién nombrado director del Instituto de Cultura de Baja California (ICBC) en la tarasca de las gacetillas desinformativas que están en la mejor disposición de ayudar. La coincidencia de opiniones es en parabienes y congratulaciones; y nada de tiznarle la jeta al señor director. El compromiso de la faena periodística es sacarle al bato puras notitas buena onda y lo que mande su merced.

—¡Tiradme pues del corsé!

Y, como niñas que se pelean por el espejo, el desfile de titiriteros no se hace esperar. Así, y de modo análogo, el Enrique Mendoza Hernández (Zeta), la Alma R. Burciaga Salazar (La Voz de la Frontera), el Juan Carlos Domínguez (Zeta), el José Israel Ibarra González (El Mexicano) y el Armando Cáceda Ochoa (Tijuaneo), viajeros del mismo vagón y colocados en similares líneas de montaje, y como si no tuvieran control alguno sobre las condiciones de su malograda chamba periodiquera, se retrotraen al vulgar impresionismo informativo y “condescienden” a una especie de promoción de cuello postizo, totalmente ajeno al examen crítico y analítico de las situaciones y figuras que son materia del oficio periodístico. Aunque no escapa de su concreción el servicio de la complacencia y el servilismo, las filiaciones ideológicas y sicológicas de capilla, el formalismo vacío y la repetición de una misma metodología, mecánica e insustancial, en la que sólo se perpetúan las vaguedades de opinión, la redacción de notas frívolas y la transcripción de charlas de café.
Ya no se diga para el caso de una verdadera entrevista —polémica, inquisitiva y cuestionadora—, pues aquí el asunto está de lo más primitivo y vergonzoso, pues al parecer la actividad periodística está ligada a intereses personales y sigue una secuencia de línea política previamente trazada. Y esto quiere decir, como dice Gramsci, que «se acepta sin crítica y sin juicio independiente informaciones, a través de entrevistas y de tuyaux, de personas que quieren utilizar el periódico para fomentar determinados intereses particulares».
Por tanto, una de las premisas fundamentales del ejercicio periodístico omite su fuerza de oposición y exteriorizando, en su mayor parte, una labor apologética, subordinada a los modos específicos de dominación política y manipulación mediática, aportando su respectivo grano de arena en el mundo de las libertades engañosas.
A este gacetillero, palmoteando los garlochos de su estrecha ratonera, poco le faltó para exponer una franca y abierta apología de las instituciones de la cultura oficial y, por antonomasia, de los personeros que las representan.
Guachen:

«Ángel Norzagaray Norzagaray (La Trinidad, Sinaloa, 17 de agosto de 1961) es egresado de la Facultad de Teatro de la Universidad Veracruzana (UV) Generación 1983, Maestro en Filosofía y Letras por la Universidad de Valladolid, España, y candidato a Doctor en la misma disciplina. En años recientes fungió como director del grupo teatral Mexicali a Secas, que tiene en comodato el Teatro del IMSS en Mexicali. Su labor como director escénico incluye alrededor de 30 obras, en su haber literario figuran nueve publicaciones y, además, cinco premios literarios; de 2002 a 2007 se desempeñó como Secretario de Rectoría e Imagen Institucional de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC)» [Enrique Mendoza Hernández, 12 de noviembre de 2007, www.zetatijuana.com].

—Un camino menos estúpido que la exaltación no pudo encontrar el batillo.

EJEMPLARIO DE UNA ENTREVISTA SUATA Y PALACIEGA

Y es que el lunes 5 de noviembre de 2007, éste güey, o sea el Enrique Mendoza Hernández, se topó con el Norzagaray, quien le soltó por el ventanuco de su sistema digestivo un baulete de cameladas. «Norzagaray platicó con ZETA —dice el gacetillero— sobre su nueva responsabilidad».

—La mediocridad del pequeñoburgués se eleva para mimetizar la enunciación absolutista de antecedente monárquico: «El Zeta soy yo».

Y así se maromeó la edulcorada y domesticada «entrevista concedida por el Director del ICBC a ZETA». Las preguntas son mezquinas y las respuestas que da el entrevistado están cargadas de disparates, y viceversa.

—¿Y para qué el burro gacetillero le mete mayúscula a la «d» de director?
—Eso no es nada, y para que te acongojes, en renglones venideros pepenarás con una sarta de palabrejas a las que el membo le atranca cuanta mayúscula se le viene a la chompeta (verbigracia: licenciado, doctor, artes, gobernador, maestro, etcétera).
—¿Y con esa ortografía asnal fue admitido en la empresa papiresca en la que hoy camella?

Y QUE CIMBRE LA URDIMBRE EN EL MIMBRE

Primera pregunta pendeja del gacetillero de marras: Algunos sectores auguraban que no aceptaría la dirección del ICBC, argumentando que es más importante ser secretario particular del Rector de la UABC que ser director del ICBC, ¿por qué aceptó este ofrecimiento?

No pierda usted el tiempo preguntando bobadas como ésas; y, por favor, sea concreto y precise, si no es mucho pedir, ¿a qué sectores se refiere? Porque algún despistado podría creer que se trata de alguno de los tres sectores de la economía (el primario, agricultura y ganadería; el secundario, industria y el terciario, servicios o comercio). Y eso de «augurar» déjeselo a las aves de mal agüero o a los profetas y pitonisas, mejor diga que unos cabrones deseaban con toda la envidia del mundo que no se te cuajara el pinche hueso que ahora mordisqueas.

—Además, ¿porqué no habría de aceptar tal «ofrecimiento»?

Respuesta del Demonio Norzagaray: “Por muchos factores” [¿por muchos factores o por muchas razones?], “uno de ellos es que es mi área” [y mis meros moles, y por que de eso pido mi limosna], “soy Licenciado en Artes, Maestro en Filosofía y Letras, candidato a Doctor” [¿y si fueras un vil lavaplatos o franelero?, pues también diría que sí], “toda mi vida la he dedicado al sector cultural como creador básicamente, como escritor” [o sea que toda tu vida te la has dedicado a no hacer nada, mamando del bote presupuestario]. “Me parece una oportunidad para poder conciliar esfuerzos” [esfuerzos ¿de quién?; y ¿acaso los esfuerzos están de mirameynometientes?], “las capacidades de los compañeros trabajadores de la cultura y las artes” [que no tienen capacidades pero que voy a meterlos a la jugada para que también mamen de la chichi presupuestal, faltaba más]. “Básicamente es eso: Una oportunidad y un gran reto” [una oportunidad que sólo un pendejo desaprovecharía y un reto para que se vea que mis enemigos me están pelándome la verga]. “Para mí fue una sorpresa el señor Gobernador pidiéndome que colaborara con él” [lo más seguro es que la cosa fue al revés voltiada y el pediche fuiste tú, mi buenazo exdramaturgo].

—Qué bien conserva la frescura el chorizo que demagogea el señor que preside el timón del ICBC.

CUANDO EL BICHO SE BICHÓ SE LE VIO EL BICHORÓN

Segunda pregunta (pero más pendeja) del gacetillero de marras: ¿Cuáles son las condiciones en las que encuentra al Instituto?
Respuesta del Demonio Norzagaray: “Apenas estoy conociendo ahorita” [¿?], “ando apenas en la primera gira de trabajo presentándome con los compañeros” [uy, uy, uy, gira de trabajo le llama el señor Norzagaray a la circunstancia de hacer pasarela y andar revisando el ganado que dizque chambea en el ICBC, checando qué rucas aguantan un cholazo y viendo a ver quién le suelta amarras para un polvazo o ya de perdis para un guagüis] “todos gente muy entusiasta” [pues sí, tratándose del chif, son una pinchi bola de arrastrados y lambiscones, pero que no se trate del vieneviene o del gambusino que esculca los botes de la basura por que ahí sí la cosa ya cambia, ya que en vez de mamarle el pito, de cincho al pobre diablo lo escupirán y le rayarán la madre]. “Lo que estamos checando ahora es procurar una especie de reforma administrativa en el organigrama, que nos permita poder operar una descentralización” [una especie de reforma casi parecida a la que se pretende llevar a cabo con los tesoros ocultos que están en el fondo del mar]. “Entonces, yo creo que cada periodo tiene sus prioridades, sus logros” [por supuesto, mi buen, si hasta los periodos menstruales tienen prioridades y sus logros, porque después que ya no está el chango descalabrado, pues a rajar leña se ha dicho]. “Yo preferiría centrarme en los logros para, de ahí, partir y seguir avanzando como sociedad bajacaliforniana” [eso sí que va estar canijo, porque si de logros hablamos, la cosa aquí jiede a putrefacción y a políticas culturales muy putañeras que revelan el desperdicio de recursos, la apoplejía y la caquexia, la mediocridad, el prevaricato, el tráfico de influencias, los cuchupos, los simulacros, etcétera; además, Ángel, a tu familia no le gusta que cantes esas desvergüenzas, guárdatelas para las ratas palaciegas que forman el bolo de tus famélicos becarios].

—Y para “logros”, los de doña Peggy Bonilla, que tiene casi cuarenta años intentando escribir un poema y nomás niguas. La ñasca no pela un chango a nalgadas en asuntos líricos pero ya logró “licenciarse” de poeta y recibir no-sé-qué-tantos-pinchis-premios de poesía pitera y de bajo anaquel.

TÚ ACURRÚCATE JUNTO AL CURRUCUTUCÚ

Tercera pregunta (un poco menos pendeja) del gacetillero de marras: ¿Cuál es su proyecto cultural o línea de trabajo en su administración al frente del ICBC para los próximos seis años?

—¿Es una deliberada falta de respeto o qué? No obstante, con insolencia me adelantaré al Norzagaray. Tal vez esa mentada «línea de trabajo» sea fusionar, al modo heraclitiano, el pensamiento político del Felipe Calderón Hinojosa con la concepción «inmanentista» de la teoría estética que preconizan las gemelas Arreola y los macutenos del «Tijuana Bloguita Front». Aunque advierto que tal pregunta, dirigida a que responda el flamante director, es algo así como mentar la soga en la casa del ahorcado.
Pero Norzagaray es tan caradura que hasta se atreverá a contestarla.

Respuesta del Demonio Norzagaray: “Hay que trabajar en un proyecto de cultura de largo plazo de escalonado crecimiento” [es decir, de aquí a la Luna y que haga como la canción del «Chorrito» que allá en la fuente se hacia grandote y se hacía chiquito], “que incluya la red de bibliotecas” [uf, pa que los pinches analfabetas funcionales lean, cómo va estar cabrón; pides lo imposible] “que congregue a la comunidad” [o sea, a la reducida y selecta comunidad de parásitos que drenan a costillas del estado], “lograr la creación de brigadas culturales” [de locuaces y vocingleros] “que impacten” [¡?] “en lugares alejados” [del bullicio y de la falsa sociedá], “y que va ligado” [¿quién va ligado?, ¿usted o su entrevistador?] “que nuestros artistas en general” [o sea, todititos, incluyendo a los Tucanes de Tijuana, el panzón del «Gume», la «Chula» y el «Chon», y hasta los payasitos de la Zona Norte] “reciban un reconocimiento y un respeto por parte de su comunidad” [aunque primeramente los manden a tejer puñetas y les den palmetazos en las narices]; “ligar a los artistas con el grueso de la población” [por ejemplo, que fresillas pudorosas como la Lorena Cienfuegos, la Elizabeth Algrávez, la Mariana Martínez Esténs, la Mely Barragán o mamoncetes como el Carlos Adolfo Putiérrez Vidal, el Gerardo Navarro y el Daniel Ruanova se entrecrucen sentimentalmente y se despachen mutuamente apapachos de oreja y nalga con la jericaya de arrabal y la chusma lumpenesca] “ligar muchísimo la cultura con los niveles básicos de educación” [para que se desate un virulencia de cretinos, remilgosos y turulatos esnobistas, intelectualmente embrutecidos], “eso a partir de una relación orgánica” [o en su defecto, inorgánica], “nuestros creadores y otras áreas de la cultura como la cultura científica, o la importancia del patrimonio cultural” [sí, cultura científica como la que promueven los vívales esos de «dónde quedó la bolita» y, en cuanto al susodicho patrimonio cultural, propugnar por la preservación de los chupaderos y bulos de la Cagüila]. “Todo eso procurar ligarlo a una cuestión didáctica lo más fuerte” [por ejemplo, aprender de manera intensiva el arte de padrotiar suripantas e instruirse con maestría en la jambada y secuestros exprés], “y por supuesto, un proceso paulatino de descentralización, que me parece fundamental” [aplicando, desde luego, un modelo parecido al de don Antonio López de Santa Ana].

NOTA: el resto de la respuesta es un longo rosario de verborrea que, por razones de higiene mental, prefiero brincarme; añadiduras sin importancia y patochadas que hacen un bodoque de palabrería inútil y eructado con un lenguaje casi demencial.

TRÉPATE EN UN TRIPLE TRAPECIO DE TRIPA

Cuarta pregunta (igual de pendeja) del gacetillero de marras: Distintos círculos culturales han demandado un mayor beneficio económico para Tijuana porque administraciones anteriores han descuidado el presupuesto en este municipio, argumentando que Tijuana cuenta con el CECUT. Así ha sido los últimos años…

Si Benito Juárez repartió por paralelos el territorio de la Baja California a tres concesionarios que masticaban la totacha del Tío Sam, luego-entonces (como dirían los empiristas leguleyos), el rufianismo seudointelectual ruge como metal blando pisado por los cascos de caballos, empaqueta sus reclamos y exige su parcelita de magras limosnas, ofreciendo a cambio ramplonería y mediocridad, aprestando las fauces cuando se amacuca la carroña institucional.

—Y esos «círculos culturales» conforman una atribulada especie de parásitos que se creen paridos por Leda.

Respuesta del Demonio Norzagaray: “Eso no va a ser así” [¿qué cosa no va ser así?; ¿que los culturosos ya no reclamen más chichi de la vaca presupuestal o que tal chichi ya no se descuide?], “de ninguna manera. Reitero que viene lo del Centro Estatal de las Artes (en Tijuana) que vendrá a complementar un trabajo que está haciendo el CECUT (Centro Cultural Tijuana)” [que viene y que vendrá; aquí don Ángel se va patinando hasta los callejones de la incoherencia; y sepa Chepa qué fregados dice que dice]. “La ciudad ha crecido bastante, su actividad cultural es muy dinámica, de gran impacto a nivel internacional” [esta cantaleta es pura parafernalia; este pinche culazo de San Diego no alcanza más impacto que una comarca provinciana gobernada por Sancho Panza, y que solamente existe en la sesera de quien la alude]. “Comparto el trabajar juntos para solventar esas carencias o esa falta de atención, si es que la hubo” [lo cual no quiere decir que el Norzagaray también la vaya a perrear como la bola de lúmpenes y bohemios mamarrachos que chillan para que les den de mamar, él tiene su catorcena previamente cinchada y tal morlaca no es una baba de perico].

ALLÁ HALLA USTED A LA AYA

Quinta pregunta (más boba que pendeja) del gacetillero de marras: ¿Qué planes de infraestructura hay para Rosarito, Tecate, San Quintín o San Felipe?

—¿Planes con respecto a qué pinche infraestructura, cabrón? —replicaría, enérgicamente, míster Norzagaray si tuviera una pila «duracel» metida entre el escroto de cualquiera de sus tanates.

Respuesta del Demonio Norzagaray: “Hay el proyecto de un teatro para Tecate, pero yo creo que este asunto hay que trabajarlo” [¡úfame, lión!, o sea que no hay nada]. “Se hizo un gran trabajo en la administración de Eugenio Elorduy de infraestructura con estos dos centros (CEARTE de Mexicali y Ensenada)” [y dioquis; o, díganme ustedes, ¿de qué ha servido tanto despilfarro de morlaca, sino para fomentar un tribalismo culturero?; y que se cambie de gabinete en nada beneficia al grueso de la perrada, si el acceso a los productos de la cultura y de las artes se reserva a una elite de pequeñoburgueses que se sienten condes y duques de la aristocracia morralera]; “creo que es importante la infraestructura, pero creo que todavía es más importante el lograr crear una red de brigadas culturales y el lograr un espíritu de entrega e inclusivo de todos los habitantes de Baja California” [¿y quiénes integrarán esa red de brigadieres?, ¿acaso el medio centenar de baquetones y cachazudos parásitos que tienen a la cultura en estado de inanición y en cuestiones de creación artística no dan pie con bola?], “y que también se le dé cauce a esta parte de la recepción, investigación, rescate y cuidado al patrimonio cultural” [pero sucede que todo esto que escupe con delectación y cinismo el señor director del ICBC es un bochinche de exageraciones, mentiras y sofismas]. “La infraestructura estará ahí” [cuando exista, claro está], “pero más importante que la infraestructura física, me parece que son este tipo de programas que tenemos que implementar poco a poco” [Dios mediante; y dejando que gente, torpe, inculta y corrompida burocráticamente ministren los manjares del la política cultural del programita ese, que ni de chiste el buen Norzagary indica de qué se trata].

—Paraíso terrestre para los amigos del director habrá de ser el solícito acomodo que tengan a bien aprovechar en el ICBC.

Sino que lo digan los “creadores eméritos” que chupan la ubre (verbigracia: incorregibles y perpetuos parásitos como el Francisco Morales Vázquez, quien esté año ya está mamándose un “estímulo” de 72 mil pesos); asimismo, cretinos arribistas con cerebros de alcachofas (verbigracia: el Jhonnatan Moisés Curiel Sedeño, el Juan Carlos Reyna Soria y el Pablo Jaime Sáinz, cuasiburguesitos que no han tenido escrúpulos en agandallarse un “estímulo” anual de 54 mil pesos).
—Si cuando menos los güeyes tuvieran talento; lo que gorjean como literatura es un garnucho de estrepitosas cursilerías y chaladuras seudopoéticas. [2]

RETUMBA LA CATACUMBA CUANDO TE TUMBAN

Sexta pregunta (deatiro muy pendeja) del gacetillero de marras: En cuanto a las representaciones en los municipios, ¿va a haber cambios o continuarán los mismos representantes?

—El desdichado gacetillero hace la pregunta y simultáneamente se la contesta, pero es tanta su inercia mental que no se da cuenta de lo que fragua su atolondrada maceta.

Respuesta del Demonio Norzagaray: “Estoy checando precisamente eso” [o sea, que se produzcan cambios para que las cosas continúen estando como siempre han estado], “y tiene que ver con el municipio de Tijuana. Como primer proceso rápido, ahora sí que los primeros cien días, descentralizar algunas de las funciones a Tijuana, eso implicará movimientos con la estructura del organigrama pronto y rápido de descentralización hacia Tijuana” [lo cual significa que a los achichincles de Tijuas les dejará la víbora chillando y que ahí se hagan bolas]. Una mayor atención a Tijuana va a ser mi prioridad” [prioridad que equivale a una simple manita de gato], “eso lo quiero hacer lo más rápido posible. Estoy analizando perfiles” [seleccionando personal con buenas nalguitas], “viendo gente” [y revisándole hasta por debajo de las ingles], “quienes nos puedan ayudar, lo que no significa cambios en las personas, sino en la estructura” [quitando sólo polvo y polilla, dada la impotencia burocrática]. “Es algo que estoy checando”.

—Ay, cómo le encanta jugarla al cochi con maldiojo. Por lo que se deduce, la declaración de don Ángel es tan huera que con su cábula hasta un gallo pasa por gallina y una gallina por gallo.
—¿Y la buenaventuranza para sus cuatachos?
—Ésa no se toca ni admite alteraciones.

Con razón anda muy contento el chupaescroto del Daniel Serrano, inepto e incompetente, aunque muy célebre por sus uñas largas, y quien, gracias al canillazo de don Ángel, ya quedó enquistado en la burocracia culturera como «representante de la Comisión de Planeación del Programa de Estímulo». [3]

—Jalando a este tipo de lacras hacia los fueros del ICBC, queda demostrado el tamaño del cretinismo del señor director y que de nada le valdrán los litros de saliva que ha gastado para intentar llevarse a Juanita al baile.

EL SINVERGÜENZA NO SE AVERGÜENZA DE SU DESVERGÜENZA

Séptima pregunta (pero pendejísima) del gacetillero de marras: ¿Se va a dedicar de lleno al ICBC?

—Ni a un deschavetado se le ocurriría preguntar tal sandez.

En fin, daba lo mismo que el gacetillero Enrique Mendoza Hernández formulará la pregunta o enarcara la cejas y no dijera ni pío ni miau; pues, total, el Ángel Norzagaray, en cuanto a que se le inquiere para que manifieste si se va a dedicar de lleno al ICBC, el bato no dice ni «sí» ni tampoco dice «no», pero gustosamente descarrila su máquina parlanchina, aventando una espesa verborrea, quedando todo en ya veremos.

Respuesta del Demonio Norzagaray: “En la dirección teatral voy a tomarme un receso igual que en la actuación” [breic que si se suma a su nueva chamba de director, entonces no se ha de referir a un receso, sino dos], “pero la dramaturgia es un trabajo más solitario, o la poesía y la literatura en general” [tenía que salir don Ángel con esté repulsivo guéguere romanticoide; como si el escritor no fuera un simple ser humano que come, eructa, caga, coge y se tira pedos]. “Lo que se haga en el escritorio procuraré darme el tiempo para continuar ahí, es un vicio solitario” [muy parecido al acto de tejerse una chaqueta cuando ya no hay empleados en el changarro], “procuraré continuar con mi actividad artística” [¡o-que-la-chingamos!; ¿qué no dijimos endenantes que iba a haber receso?], “por supuesto con mucho menos tiempo porque mi prioridad ahorita es atender la actividad cultural y darle cauce a estos proyectos que se van planteando” [pretexto aceptable cuando no existe más prioridad que la mismísima prioridad que arguye el flamante jefecillo para perpetuar la inercia cultural, tomando en cuenta que la mayor parte del trabajo de los burócratas que menean los asuntos relativos a la cultura, consiste en quedarse sentado sin hacer nada].

OLORIFES DE ALVÉOLOS QUE OLÍAN A ÓLEO

Octava pregunta (relativamente pendeja para un burócrata) del gacetillero de marras: ¿Cómo visualiza al ICBC al final de su sexenio?
Obviamente que como una institución pública muy grata a los papanatas; como un abrisco atestado de becerros lepes que maman, dan topes y luego vuelven a mamar; como un cortijo de besamanos y de arribistas que se sienten las divinas garzas; como un búnker donde resalta incultura, la pompa palaciega y la sectaria y decadente concepción del arte; como un recoveco de falsos promotores que sólo difunden macanas para sacarle jugo a las canonjías.

—Claro que los pelmazos del señorón Norzagaray se deslizan en solapado proposito de hacer pasar como una democrática y docta institución del pluralismo social al establecimiento culturoso que hoy timonea.

Respuesta del Demonio Norzagaray: “Con un gran espíritu de inclusión” [nomás para unos cuantos, los más distinguidos], “muy luminoso” [en los días muy soleados] “a partir del enlace entre el sector cultural y la comunidad en general de Baja California” [pero aquí no dice el bato cómo le va a hacer para que se cuaje el vínculo en cuestión], “con muchas actividades en todos los rubros y sectores, y con una gran animación cultural” [¡ah!, ya lo dijo; con recitales, tallercitos, conciertitos, tertulitas y demás guateques suedoculturales, pero que habrán de ser como los asuntos y negocios de las viudas honradas, a puerta cerrada]. [4]

—Nomás faltó que ese «gran espíritu de inclusión» lo redactara con palabras mayúsculas el reportero entrevistador para que cayeran como una piedra en la mente del lector.

EL EMBROLLO DEL YO ES UN POLLO QUE NO TIENE APOYO

Novena pregunta (pendeja, ya por «ipso iure») del gacetillero de marras: ¿Algún mensaje para finalizar?

Respuesta del Demonio Norzagaray: “Pedirle el apoyo a la comunidad artística en general para poder sacar adelante estos proyectos y ofrecerles todo mi apoyo, mi trabajo, y sobre todo una actitud plural que los incluya a todos” [pero los pájaros cilantreros y las calvas aguiluchas que integran la supuesta «comunidad artística», antes de convertirse en loros y urracas del estatismo culturero, pedirán utilidades en el reparto caritativo del migajón, membresía en la fabla palaciega y, si se puede, hasta un pedazo del prepucio del señor director] “estar abierto a la crítica y a las posibilidades de resolver en el mejor ánimo cualquier desacuerdo o conflicto” [mas da la casualidad que, cerrado o abierto, yo estaré presto para fufarlos con este tipo de arrobos]. “Me gustaría que hagamos las cosas en conjunto, con una visión de futuro para poder sacar y hacer avanzar el sector cultural de Baja California” [ninguna razón hay para decir que no; si son todos unos prójimos que respiran los mismos aires lúgubres de retrete].

—Yo no creo ni la tercera parte de lo que el bato dice. Pero supongo que tanto el gacetillero como su entrevistador son excelentes discípulos de Berkeley.
—Como si toda la población bajacaliforniana estuviera constituida solamente por culturosos.

El rollito que se avienta el Norzagaray es vacío y chato, y no presenta dificultades para encontrarle las artimañas, pues casi las deja en la superficie y carece de pericia para ocultarlas. Por tanto, se deduce que el señor director del ICBC es uno de los mentirosos más malos que he conocido en toda mi vida; y es evidente que en tal arte muy poca práctica tiene.

—Ay, y yo ya no sé si llorar o reírme de las personas que pierden el tiempo escribiendo y diciendo cosas que no existen más allá de los puros conceptos mentales.



NOTAS FINALES
[O GÜEVOS DE COCHI]


1.- Véase el CAPÍTULO XXX del broli «Regüeldos tertuleros», cabeziado como «EL ÁNGEL NORZAGARAY ES UN DEMONIO ACONGOJADO».

2.- El Francisco Morales es uno de los poetas compinchados en la rémora de las instituciones cultureras del gobierno empresarial (IMAC, CONACULTA, FONCA, ICBC, CECUT), y que proporciona sus instrumentos teóricos y recursos retóricos para un mejor proveer, sin causa de resquemor, diatriba o reproche; sin anatema despreciativo o rebeldía desbocada. Pues, una vez timado, acomodado, apapachado, aleccionado, escindido de sus convicciones, cauterizado en su radicalismo y reconciliado con el «estatuskú», el men, como buen hijo de la perezosa ciudad, adopta entonces un airecito de unción y bobería como el que refleja un ángel de retablo. A efecto de verificar el estilo maloliente y polvoroso que caracteriza la lírica del Francisco Morales, remito a los despropósitos de la profesora Diana Palaversich que figuran en el articulejo «LA DIANA PALAVERSICH Y EL FLANEUR DE TIJUANA», en el que refuto las prestancias y el falso brillo que la ruca otorga a este poeta, y quien, por sus beneméritas aportaciones al carajo submundo de las letras, su pediche virilidad de “flanuer” anda metida en el suripantoso coño del «welfare state» cultural y dejándose querer, desde hace buen tiempo atrás, por la «quintaesencia» del mecenazgo y los «estímulos» de la pachocha becaril (ver específicamente los comentarios que se contienen en el subtitulo «DONDE NO SÓLO SE PIERDE EL TEXTO SINO LA TESTA»).
En cuanto al Jhonnatan Moisés Curiel Sedeño, véase el textillo subtitulado «EL YÓNATAN CURIEL Y SU LEVADURA DE FRIVOLIDADES», inserto en el articulejo «LÓPEZ AVEDOY, ALGRÁVEZ, CURIEL Y LICONA, UN NOTABLE EJEMPLO DE SOFLAMERÍA BANAL».
Y en lo que toca al Juan Carlos Reyna, paso a copiar la nota referente a sus “excelsos” trabajos dizque poéticos que fueron incluidos en uno de los “cinco tomos" —en realidad, se trata de 5 enclenques libritos— de la edición intitulada «El margen reversible», a cargo del Instituto Municipal de Arte y Cultura de Tijuana (IMAC), y que salió a flote a principios del mes de junio de 2004.
EL JUAN CARLOS REYNA. Sus caligrafías apenas titilan minúsculos escurrimientos poéticos; sus dos poemas (digámosles así) que presenta el libro I (p. 95), en honor a la verdura, no han quedado acabados o son de medio nacer. Su ejercicio escritural prescinde del factor básico y unificante que requiere la poesía: el goce emocional —el efecto Kavafis, Rilke, Pound, de íntima desgarradura— en el que participa el lector. Solamente hay ímpetu desbocado en forma de prosa; pastiches imitativos sin profundidad estética. Mejor sería que corrigiera la metida de pata que dio cuando camellaba de gacetillero en las planas del perióskido Frontera y vuelva a sus rediles. ¿Pa qué se afana en asuntos ontológicos? Ah, y si le dan otra vez chamba de (in)comunicador, —¡ruéguenle a Dios!— que no sea en la sección cultural. El morro se tomó muy a pecho el filosofema de Pessoa que dice: «El arte nos libra ilusoriamente de la sordidez del ser». Pero Pessoa era más que Pessoa, y no se guarecía en madrigueras como el Turístico, el Zacazonapan y demás culantros de la aristocracia morralera «méidin» Ibero, Cetys, Colfront, UABC, etcé. El Yoni Kuin no tiene motivos para ser abstracto, lúdico, simbólico o metafórico, por tanto, mejor es que se chispe a la nota roja.

—Y ¿si el batillo no quiere?
—Pues a mí me vale verga; que siga con su hervidero de cursilerías. Nomás que no se apersone queriéndonos encajar el colmillo en las nalgas para vendernos la idiota suposición que estamos ante un poeta. Eso que lo haga con las aprendizas de suripantas disfrazadas de poetas que le gritan vivas y le echan porras entre jadeos aguardentosos.
—No creo que al batillo le caiga el veinte y revire.
—Muy su pedo.
— ¿Y qué va a hacer del bato si se aferra con la poetiada, jomi?
—Como dicen los musulmanes: Barak allahou fik. Que en mexicañol significa: que Dios lo bendiga.

3.- Véase la lista de «beneficiarios», convocatoria 2008-2009 , del «Programa de estímulo a la creación y al desarrollo artístico de Baja California», solventado por el Instituto de Cultura de Baja California (ICBC) y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, figurando como «testigos del proceso» (yo creo que de selección de los beneficiarios a chupar becas) el Ángel Norzagaray, coordinador general de la Comisión de Planeación del Programa, el cretinazo del Daniel Serrano, representante de la Comisión de Planeación del Programa de Estímulo, y otros dos de sus compinches.
Como queriendo no proporcionar tal reflujo de datos, y quizá para ocultar la gran miseria de una cultura, la información fue publicada el domingo 11 de mayo de 2008 en la página 6B de la sección de deportes del periódico «El Mexicano».

4.- Con relación a las declaraciones abstractas del señor director, véase el «Vertedero de cretinadas» intitulado «EL CENTRO ESTATAL DE LAS ARTES O EL NUEVO CANTO DEL CISNE VIEJO», textículo en el que se cuestionan y se analizan las contradicciones del discurso institucional de la política de «inclusión» y «pluralidad» que se promueve en el feudo de la cultura y las artes. Las prédicas que berrean los merolicos en torno a difusión de la cultura en beneficio de todos individuos son meras falacias, puro apriorismo platónico, porque cumplir como acto concreto tal abstracción sería el suicidio de la clase dominante. Por ello es conveniente a los intereses de la clase dirigente sobreponer la ficción a la base económica, ignorando sus articulaciones. Una racionalidad que no es racional, como dijo Carlos Marx; porque el hecho empírico, en su existencia empírica, tiene otro significado. El interés por el pueblo sólo existe en sentido formalista gracias al «espíritu objetivado». En los «Manuscritos de París» (Anuarios francoalemanes de 1844), Marx elabora una crítica acerca de la manera tan ridícula en que el estado, como aparato político de gobierno, pretende erradicar los problemas y las crisis que se originan en el seno de la sociedad, aplicando únicamente medidas administrativas que resultan ineficaces para erradicar un mal que es inherente y consustancial a la estructura misma de la organización social. El estado —escribe el joven Marx— no podrá nunca admitir que el origen de los "males sociales" radica en la organización de la sociedad, porque el estado es precisamente dicha organización. Por tanto, admitir tal conjetura implica reconocer que el origen del mal esta en la esencia misma de estado. Por tal razón, el estado, cuando busca el origen de los problemas, sus argumentos discursivos se extravían en sofismas o en leyes naturales; otras veces atribuye la culpa a los gobernados o al personal administrativo. En esa contradicción entre vida pública y privada las medidas que aplica resultan inoperantes. Si el estado moderno en verdad decidiera actuar para acabar con la impotencia de su administración, tendría que acabar con la actual vida privada; y eso sería suprimirse así mismo, ya que sólo existe por oposición a ella. [p. 236-240]. Esa contradicción —como bien lo señala don Antonio Gramsci— explica porqué el estado burgués es tanto más fuerte —en el interior y en el exterior— en la medida en que los ciudadanos menos controlan y siguen las actividades del poder.
Y para que el lector o la lectora acabe de empacharse con otros cucharazos de la misma sopa que prepara el Ángel Norzagaray, véase el broli «Regüeldos tertuleros», CAPÍTULO LXII, «PATRICIO BAYARDO GÓMEZ O CUANDO A LAS GALLINAS LE SALGAN DIENTES»

25 de julio de 2008

CHINCHULINES, CODORNOS Y COSCURROS


CHINCHULINES, CODORNOS Y COSCURROS


«Y ¿tú, para quién escribes, cabrón?
Rubén Vizcaíno Valencia


LA POESÍA DEL MÁSTER CARLOS LÓPEZ DZUR

Armados con certeza y capacidad, los poemas del máster Carlos López Dzur son lo que propiamente significa creación, poiesis. Creación poética o conjuro verbal en el que se juntan las intenciones estéticas y los motivos profundamente humanos. En la contingencia de la palabra está la experiencia literaria, el arte, la belleza misma. En los siguientes fragmentos, Carlos López Dzur se lanza hasta los subsuelos del alma y se erige como el «gorgojo vibrátil» de la poesía chacalosa.

EL PORDIOSERO
[13]


Seré como el poeta que me habló de semillas
y definiéndose dijo: «soy gorgojo vibrátil
y en medio de basurales, o sobre tierra seca
y baldía, escarbo». Es ser como él
lo que yo quiero, el que busca un tesoro,
un tesoro con la forma de semilla,
lo valioso que entre el pantano
o la mugre se oculta.

Hoy abracé mi corazón, con todo sus gusanos,
hoy le di mil nuevos nombres, conmoví su miseria.
Él prometió ser mío, conmigo ha de lanzarse
a la aventura. Mi corazón me dijo: «¡Compañero!»

Hoy es un día de hallazgo y estamos
tan felices, tan entusiasmados, que preparé
esta fiesta. Hoy es un día de agasajo entre poetas •


Carlos López Azur, 22-08-2000 / El hombre extendido

LOS PORDIOSEROS
[12]


Los humildes son seres gloriosos.
Son los verdaderos poderosos.
Están llenos de espíritu.

Divinos son sólo los humildes.
Humilde, el pueblo santo, separado.
Sublimes, cuasi heroicos, ellos,
no porque anden en fachas,
no por las opresiones, no por sumarse
o no sumarse a la lucha de clases.
Sublime los humildes no porque sean
pobres, analfabetos, cabeciduros, neutrales.
no porque sufran de graves atropellos.

Humildes, simplemente, por sencillos.
Transparentes, tolerantes.
Se equivocan, sí. Erran y no saben
que han errado, pero piden perdón
y sufren.

Los hombres plenos, sabios, triunfadores,
con alma a flor de piel, o a veces escondida,
me dijeron: Humildes son los dulces,
los que siempre sonríen, los cantarinos,
los que no ofenden, los que nunca roban
ni engañan; los que no mienten.

Los humildes sonríen. Aman de todo a todo.
Se resisten a ser los sufridores,
los lastimosos, los amargos.
No se sienten desde el fondo del corazón
el residuo, el gabazo sobrante, los pobres.

Los humildes son tan espontáneos
y se mueren, se enferman, se desnutren;
pero son compasivos, aún ante la horda
de puñales que se lo comen vivo.
Dúctiles sólo para ser generosos,
paradójicamente compasivos.

Los humildes no mienten. Aprendieron
que la vida es dura y que el cielo no se tapa
con un dedo. Por eso son cordiales y se armonizan
con un tiempo que no tiene reloj ni tiene odio
ni prisa ni maldición para nadie.

Los humildes no son una masa,
como son los rebaños obedientes
y las hordas imbéciles;
los humildes son la excepción, nunca la norma.
Ellos no quieren nada que no se hayan ganado.
Ellos no van a matar por hacer puntos.
Antes prefieren pasar por los más tontos.

¡Ellos, ellos, son la gente
que Dios ama, ellos son
la gente que yo amo! •


Carlos López Dzur, 18-03-2001 / El hombre extendido


BREVIARIOS DE LA DOBLEZ

—¿Qué producen los intelectuales? —me preguntó uno de los alumnos. ¿Leche, trigo, huevos?
—Producen servidumbre posmoderna —contestó otro.


LA CRÍTICA DEL PERIODISMO TELÚRICO

La crítica periodística del telurismo cultural norbajacaliforniano es un tanto servil, convenenciera, pusilánime, ambigua y contradictoria; a la hora de enjuiciar se apoya en generalidades poco honradas por su oportunismo político. Los críticos lanzan dicterios de ineptitud en contra de las instituciones oficiales y al mismo tiempo las promueven y se sirven de ellas como expositores o usuarios de sus galeras. A sus titulares les arrojan mierda, pero si participan conjuntamente con ellos en algún festejo culturero, les andan besando el culo.

—O séase, se trata de salvar lo que se pueda del naufragio.


ALGO ESTÁ PODRIDO EN EL PAYASO RUIN

Para satisfacción del tabuco que proxenetea el Gilberto Licona, en su columnita «Pan y circo» (Zeta, 1789, edición del 11 al 17 de julio de 2008), el Juan Carlos Domínguez, aporta su diezmo de propaganda cuchupletera, y como buen faquín, el pitufo gacetillero chasquea esta notita camandulera:

«Tijuana poética es un proyecto emprendido por una editorial independiente y algunas instancias oficiales. ¿En qué consiste? En agregar al ya de por sí caos visual de la ciudad, lonas de 1 x 2 metros, que tengan impresas frases de esperanza, reflexión amor a la humanidad. Se ha convocado a escritores y poetas para que lo hagan. Se repartirán 100 lonas a lo largo de toda la ciudad, por lo que resta del año. Mantas de buenaventura muy distintas a las de “¡Ya estamos hartos, pena de muerte a los secuestradores!”. Un centenar de frases bonitas que toquen el corazón de los malosos»
[página 23-B, Zeta].

Al chapito parece que de poco o nada le han servido los innumerables cursitos y talleres de periodismo a los que ha asistido. Además de soltar cameladas y partirle en su madre a las categorías léxico-semánticas, le da una zurra de raspadas a la prosodia y la sintaxis. Según refiere el muchachón Domínguez, en el dichoso proyecto concomitan (o se dan cochabanza) una editorial (jaja) “independiente” y algunas instancias oficiales. Para ser exactos, no son «algunas» ni mucho menos son «instancias». En realidad, se trata solamente de dos damajuanas oficiales, es decir, el Instituto Municipal de Arte y Cultura (IMAC) y el Instituto de Cultura de Baja California (ICBC), en colusión con el forúnculo «Existir». En su resoluto texto, el expupilo del Gabo demuestra su pericia de hojalatero de palabras y supone que el vocablo «instancia» (del latín instare) equivale a institución, organismo, establecimiento o corporación, pero el término, como su nombre lo indica, significa la acción de instar, o sea, de pedir, de persistir, de estar presente.
Ensartado en sus desatinos semánticos, nuestro invitado también le pisa los callos a doña Kábula, pues nos informa que el mencionado changarrito zampalimosnas es una editorial «independiente». Pero la pedante jaculatoria no resiste ni la mínima prueba de verdad, por su intromisión y proclividad hacia el oficialismo culturero, la capilla del Licona poco le falta para que le otorguen el definitivo blasón y el linaje estatal de las seudoartes.

—«Existir» se tutela por la vitualla y el proselitismo de las inservibles instituciones seudoculturales de gobierno. Perorar que esa gavilla es independiente no es más que una majadera fábula.


EMIGRADO

Un emigrado es un hijo de la chingada que pasó a ser un son of the gun.


UN BABALUCAS DE INSANO RACIOCINIO

El gacetillero del semanario «Zeta», Luis Pedro Arellanos Sarmiento, en un articulejo intitulado «Más robos a comercio» (edición número 1789, correspondiente a los días 11 al 17 de julio de 2008), no solamente puso a parir cuates al men Alonso Ulises Méndez, director de Seguridad Pública Municipal de la capital chicalense, sino además lo exhibió como un mezquino chapucero y retrasado mental. «Sin lógica, el Director de Seguridad de la capital, justificó que hay más robos porque hay más detenciones de ladrones», anota en su articulejo el Luis Pedro.

«La explicación del Director de Seguridad Pública Municipal de Mexicali (DSPM), Alfonso Ulises Méndez, para el incremento en la estadística [de un 79 por ciento], tiene una lógica difícil de creer: Se debe a que la policía a su cargo a capturado a más ladrones».

—El «ze» director de los chemitas mexicalenses ¿será un babosote de tres varandas o los cables del sano raciocinio se le cuatrapearon por el prejuicio especulativo del relativismo ideológico-moral que padecen hoy en día los intendentes del aparato gobiernista?


EL AUTÉNTICO EDUCADOR
En las escuelas y jardines de niños, el único y auténtico educador que allí existe es el bato o la ruca que hace la talacha con la escoba y el trapeador.


QUE NO SE PIERDA LA CALIDEZ HUMANA


Hace muchísimos abriles, en mis tiempos de adolescencia cuando yo leía los cuentos de «Las mil y una noches», tendido sobre el piso de un cuarto con las paredes forradas de carteras de huevo (por aquello de darle a la música una mejor acústica) y coleccionaba discos de 33 revoluciones de grupos como Tangerine Dream, Le Orme, Vander Graff Generador, La propiedad es un robo, etcétera, hurgando en las páginas de «Alí Baba y los cuarenta ladrones» me percaté que entre los batillos jambos existía la decencia. Y en un pasaje de dicho relato en el que los ladrones se reparten el botín, uno le dice a otro que la distribución del hurto se haga con justicia y honestidad, es decir, en partes proporcionales e igualitarias. Tal «virtud» malandrinesca, si así se le puede llamar, quedó corroborada de nueva cuenta en el momento en que me chutaba el cronocopio de la siguiente peripecia ratonil.
Y, díganme ustedes si no hay aquí preservación de valores y de humanismo lumpenesco.

«…cruzando el Río Nuevo rumbo al oeste, está la colonia Pueblo Nuevo, la más antigua de Mexicali y donde el doctor Jaime Rodríguez Jacobo tiene su consultorio. El 6 de mayo de 2008, se introdujeron tres hombres. Pistola en mano lo asaltaron frente a tres de sus pacientes. Hasta eso le permitieron que le quitara el chip a su celular antes de llevárselo, le robaron el dinero de su cartera y objetos de su consultorio» [Zeta, 1789, edición del 11 al 17 de julio de 2008, página 35-A].

—Actitudes nobles y calidad humana en el atraco.

«El doctor Rodríguez realiza sus consultas en esa oficina desde 1984. Dijo que nunca antes lo habían asaltado. Aunque le pidieron el reloj, arguyó a uno de los ladrones que se lo habían regalado, “quédatelo pues”, le respondieron. “Ahí me fue bien”, comentó el médico» [Zeta, 1789, edición del 11 al 17 de julio de 2008, página 35-A].

—No es verdad que sólo impere la sinvergüenzada, pues como lo acredita el testimonio del doc Rodríguez, los cacos también saben tocar el bandoloncito de la piedad y se les estremece el corazón.


HEBDOMADARIOS

Hebdomadarios como la «Bitácora» y el «Zeta» son publicaciones hechas para aquellas personas que no suelen ser asiduos lectores de periódicos. Por eso se llaman semanarios.


MUTACIÓN DE LA POESÍA

La eficacia de sugestión para estimular e impulsar la creación poética, estriba en que los poetas oficiales abandonan sus responsabilidades de verdaderos poetas y escriben por condicionamiento social o por razones práctico-políticas, y muy raramente por motivos estéticos.


SINÓNIMO DE CULTUROSO

Cuicart es el sinónimo de culturoso en países como Chile y Uruguay. El cuicart es el pequeñoburgués, pirrurris, hijito de papi que se las de intelectual-bohemio-marginal-alternativo.

«El pequeñoburgués no puede salirse de sí mismo, comprenderse a sí mismo, igual que el imbécil no puede comprender que es imbécil (sin demostrar de esa manera que es un hombre inteligente), por lo que son imbéciles aquellos que no saben que lo son y son pequeñoburgueses los filisteos que no saben que lo son» [Antonio Gramsci, Cuadernos de la Cárcel, libro 3 pagina 44].


ARISTÓTELES

Aristóteles nunca imaginó —dice don Nikito Nipongo— que a las casas de putas llegarían a llamárseles estéticas.

18 de julio de 2008

SI EL MUNDO FUERA UNA JAUJA


REPRESENTANTES DE LA VIDA Y LA MUERTE

Como sustancia de seria opinión o materia de cháchara trivial, en horas y deshoras, en la alcoba y la oficina, mucho se garrulea que los poderes constitucionales del estado están carcomidos y destrozados; que los dirigentes de la cosa pública son gobernantes únicamente en sus ratos libres; que no hay astucia ni inteligencia para elevar tan siquiera la dignidad de los ciudadanos y que la armonía racional ha sido suplantada por la violencia delincuencial del «crimen organizado». El locutor declara: «El estado de derecho ha sido rebasado por los cárteles de la droga y las bandas de asaltantes y secuestradores»; el gacetillero narra la escabechina: «el crimen organizado arremete contra los mandos policíacos encargados de las operaciones antidrogas»; los trovadores del corrido norteño hacen su migas musicales con las hazañas de los malhechores y forajidos: «Con un kilo de polvo y una cuerno de chivo me la rifo como el Chapo y me pinto pa la sierra»; entre jóvenes mangueras median conversaciones que piñonean admiración hacia los malandros: «Atoraron al Muletas pero a la Perra le pelaron el jiote»; los políticos venales le meten más costurón a su estupidez: «La reacción violenta del crimen organizado y la secuela de asesinatos, así como los enfrentamientos entre bandas de delincuentes, son síntomas inequívocos de los logros alcanzados en la lucha contra el narcotráfico»; mientras en las capas de la pequeña burguesía o, como diría Brecht, en el gremio de las bestias inteligentes, se producen llantos, pujidos y pataleos: «Denunciamos que los abusos de acción y omisión en contra la ciudadanía y la amenaza del futuro de esta ciudad como un centro laboral, turístico, comercial y cultural, son responsabilidad de aquellos que debieran garantizar lo contrario. Hemos llegado de manera gradual y casi imperceptible, a una situación alarmante nunca antes imaginada, que ha provocado hasta el éxodo de ciudadanos atemorizados o ya víctimas de las lamentables circunstancias».

—Abstracta superstición de querer ver al mundo como una jauja.

Consideremos ahora esta copresencia del crimen y la violencia en el seno del estado y de la sociedad civil, o sea, en el reparto de la hegemonía (coerción y consenso). Según Max Weber, el estado es la única institución legitimada para detentar el monopolio de la violencia, sirviendo del ejército y la policía.

Continuará

15 de julio de 2008

UN NOTABLE EJEMPLO DE SOFLAMERÍA BANAL: LÓPEZ AVEDOY, ALGRÁVEZ, CURIEL Y LICONA


LÓPEZ AVEDOY, ALGRÁVEZ, CURIEL Y LICONA
UN NOTABLE EJEMPLO DE SOFLAMERÍA BANAL


NO HAY COÑO QUE NO TENGA PRECIO

En las páginas 12 y 13 de la revista «Existir» número 78, correspondiente a la edición del mes de noviembre de 2007, aparece un texto de la licenciada Elizabeth Algrávez que se titula «Dos presentaciones del poemario Bajo la noche tijuanense de Gilberto Licona» y que le valió a la ñorsa el pase directo para troquelarse en coeditora en los subsecuentes números del fanzín liconiano.
Y es que anteriormente sólo figuraba como editora del gazpacho que regentea el Gilberto Licona una tal Martha Bonilla, pero a partir de que la exdirectora del Instituto Municipal de Arte y Cultura de Tijuana (IMAC) se desgalilló en porras y vivas en favor del padrotín Licona, tal servicio se sumó a las parolas que endenantes la manola —cuando manoteaba el presupuesto del IMAC— ya había fraguado para hacerle fuerte con dos-tres taleguitas de morralla. [1]
La vulgar paciencia no sólo repercutió en la personería de la Liz Algrávez, sino que también tuvo sus frutos en el prevaricato culturero que se concretó entre la capilla liconiana y los macutenos del Instituto de Cultura de Baja California (ICBC), sirviendo de “vaso comunicante” (o sea, de «correveidile») la gacetillera y protopoeta Patty Blake, quien, desde el momento que entró a camellar de burócrata culturosa al servicio del Ángel Norzagaray y del Patricio Bayardo, hizo los correspondientes amarres para que los existirosos cincharan la mula en los repartos de la canasta presupuestívora de “apoyos” monetarios.
Y dicho y hecho, soltáronle a su principal cutrero una pachocha suficiente para modelar nuevos criterios y hasta para dejar su antigua chamba de sacaborrachos en un chupadero del Cagüilazo. Y, como no hay coño que no tenga precio, debió resultar lo que era obvio que resultara, que en el revistón seudoliterario, la Blake —de simple arrimada— pegó un “salto cualitativo” hacia la rambla directiva, erigiéndose como coeditora a la par de la Liz Algrávez y la Laura Jáuregui.

El neopositivismo escolástico y sentimentaloide de la revista «Existir» modificó el organigrama de su «directorio» con el nuevo viso de «segunda época», pero sin afectar ni superar el contenido rascuacho y la buti porquería que se asperja en sus 24 páginas. Y ahora, muy salerosos (aunque igual de desmejorados y con los mismos despropósitos y memeces) resaltan los donaires de una novísima consigna:

«EXISTIR, revista cultural para existencias libres, segunda época, es una publicación de Editorial Existir, Colectivo Humanista en pro de la libre difusión de las ideas creativas».

—Hijos de la chin…

Se trata de convertir en fetiche la escueta propaganda seudocultural y subliteraria; decidir por ipso facto, o por sola circunstancia, la calidad de la apreciación estética como un valor en sí. Hablo aquí del fenómeno de la escritura como una forma vacía de ministrar palabras, y nada más. Por razones de incapacidad y negligencia, por motivos de intereses personales, la inversión es exagerada y las pretensiones «en pro de la libre difusión de las ideas creativas» son desmesuras terminológicas que se utilizan para dar eco al sistema global de la culturología.
Echémosle una leve mirurgiada a esa «ratio essendi» por la que se aboga. Acomedidamente, y con mucha seriedad, se apuntala que el avieso papelucho «Existir» es una «revista cultural».
Ubiquémonos para ver si progresa la argumentación.
Si se ha de considerar que las posibilidades para designar como objeto cultural a equis producto son ilimitadas, pues cualquier pelafustán puede dedicarse a su realización y confundir la eutrapelia con la cultura. Y sobre la base de la convicción de autoengaño está latente la nomenclatura de llamar cultural a lo que se les pegue en gana. Pero la tendencia real, inevitablemente, se descubre con la historia (o, digamos mejor que con el movimiento de la historia). Y en cuanto a que la revistucha «EXISTIR» es «para existencias libres», ni falta hace someter a contraprueba tal pregón, pues con toda evidencia, como dice Brecht, la libertad es una cosa muy general y simple. «Todo mundo sabe lo que es: el hijo a quien el padre le prescribe sus estudios, la mujer que su padre casa y que su esposo tiene prisionera, el obrero a quien la policía quita un paquete de volantes, el periodista a quien el jefe de redacción mutila un artículo».
No obstante, si se recorren los velos ideológicos, libertades se llaman las ilusiones creadas por el bloque dominante y que se identifican como legitimaciones, símbolos o coartadas para ensombrecer la realidad social. Y dado que la subordinación garantiza la seguridad, en la medida que una y otra aumentan, las «existencias libres» lo que menos desean es la libertad; sería como renunciar a su posición material privilegiada de hedonismo y poder. No desean la libertad porque ésta conlleva sus riesgos y es preferible siempre ceñirse a las directrices que vienen de arriba. Recuérdese lo que dijo Fromm: la mucha libertad aísla al sujeto y lo nutre de temor o de rebeldía. Cachazudamente, en otras de las máximas se obladea que la peña «EXISTIR» es un «Colectivo Humanista»; y para esto habrá que revisar los ideales humanistas de su cartelera. ¿Acaso serán los mismos que equivalen a sacrificarse, inmolarse, e incluso morir, para indiferenciar el individualismo en prioridad de cumplir objetivos comunes en aras del compañerismo, la devoción recíproca y la solidaridad que se coagula en masa?

—Yo lo dudo, mi campeón.

Y ese colectivismo humanista que presumen es abstracto y jiede a orientación unilateral de una minoría cada vez más reducida; es un jerarquismo exclusivamente privado que se expresa hasta por los poros del sentimentalismo, un colectivismo similar al de una manada de lobos hambrientos. Además, como Brecht refiere, «un colectivo sólo es viable a partir del momento y sólo mientras no depende de la vida individual de los individuos en él incluidos». En lo que toca al forúnculo «Existir», su irrestricto código moral es propio de un patriarcado en el que es imposible disimular los particularismos egotistas, de la misma manera en que lo hace la clase oligárquica-estatista al predicar que los intereses sociales se hayan por encima de los intereses personales. Y el centro de su gravedad también es «hipostatización» que coincide con los intereses de la clase dominante, a fuerza de despersonalizar y desintegrar en ciudadano abstracto al individuo concreto que sucumbe ante la ilusión ideológica de dicho grupúsculo seudoliterario, predispuesto a enredarse en la lógica de la sumisión del estilo oficialista de hacer propaganda culturera con el fin de apergollar algún trozo de carroña y capitalizar las biografías de sus miembros para fingir una convicción comunal en el inframundo de la cultura y las artes.

LA LÓPEZ AVEDOY Y SU PORTAFOLIO DE “LOGROS” POÉTICOS

Antes de entrarle al gazpacho de la licenciada Elizabeth Algrávez, «Dos presentaciones del poemario Bajo la noche tijuanense de Gilberto Licona» (con el cual sentose la ruca en la mesa de negociaciones para exigir que la elevaran a la categoría de jefa coeditora de la mamarrachesca revista del señor Licona), espulgaré algunas bobadas estercoladas en el libelo seudocultural de marras, y para ello me servirán los dos últimas ediciones (números 84 y 85), correspondientes a los meses de mayo y junio de 2008. Partiendo por la mitad la cifra 2008 (20/08), escojo de la edición 84 un texto de la página 20 y de la edición 85 un texto de la página 8.
Y aquí estamos ante dos textículos, uno garrapateado por la Teresa López Avedoy y el otro defecado por el Jhonnatan Curiel.

1997

Una vez eréndira construyó un secreto
(como otros edifican desagües o vías civiles)
los envolvió en tela dócil, ajustable;
(como otros tapizan con desprecio y disimulo)
le fijó dos asas de elástico
(como correas o asidero),
porque estaba sembrado de puntitas afiladas
(como un jardín de acero inoxidable).

(Ella dijo acercarte a un secreto es peligroso,
pero debes sujetarlo con cuidado.)

Y al centro, algo replicaba
(como un cascabel, como quien desobedece).

Teresa López Avedoy

—Como cantara el tecolín José Alfredo, nada le han enseñado los años a esta madmuasela.

Y, en efecto, han transcurrido casi dos lustros desde que la López Avedoy se licenció de poetastra y la infeliz aún sigue en sus sietes; azotando los mismos cañamazos, empachada con la misma rustiquez prosódica de origen, falcando los desatinos y las bobas viñetas de siempre. Palabrería compendiada sin frescura y sin poder inventivo, versitos que han sido engendrados por el facilismo y la fortuita espontaneidad. A todos tiros se palpa que su poesía (por llamar de algún modo a las vacuidades que expele) no proviene de una profunda necesidad personal, por el contrario, sobreviene por la determinación de egocéntricas ínfulas, por categorías rutinarias, estereotipos vacíos, cuadros de honor, distribución de prebendas, proezas de oportunismo, etcétera.

—Destruir la sustancia de la poesía circundante con deshilachadas frasecitas parece ser la misión de esta pobre melolenga.

A pesar de todo el lujo de detalles, su portafolio de “logros” poéticos provoca repugnancia y a veces lastima, porque a la hora de un verdadero recuento de allí no sale otra cosa que polilla. El presunto poema parece que fue parido por puro capricho y apuntalado con una solidez estética de pacotilla. Mendacidad que ya no causa sorpresa en el panorama culturero de esta frontera, antes bien, es un fenómeno de mediocridad bastante conocido y arraigado en la mayoría de las poetarras de fibracel de por acá. [2]
Metámosle bisturí al primer troncho de palabras:

Una vez eréndira construyó un secreto
(como otros edifican desagües o vías civiles)
los envolvió en tela dócil, ajustable;
(como otros tapizan con desprecio y disimulo)


La lógica de la sintaxis en nada responde a la demarcación de ritmo, por el contrario, se haya periclitada en petulancias explicativas y otras chuchadas léxicas que hasta rayan en la incoherencia. El supuesto poema carece de curvas de entonación, pues no existen vínculos entre la oralidad y la escritura; es una tochedad que no supera ni el nivel de un panfleto. Y en cuanto al lenguaje, obsérvese la intención pedante y mamona de insertar en las fantasías de sus desvalimientos ciertos melindres gramaticales, o sea, burradas como esas de «construir secretos», «vías civiles» y «edificar desagües». A ver, ¿de cuándo acá los secretos se construyen? Y, ¿a poco los desagües se edifican? Y ¿qué es eso de «vías civiles»? Conozco las vías de los trenes y otras vías, pero las mentadas «vías civiles», pues no. Lo que resta de la pieza son puras ñoñadas que denigran la inteligencia y el sentido común de la expresión poética, como esa pendejada de que acercarse a un secreto es peligroso.
Por último, sépase que un «cascabel» jamás «replica», solamente cascabelea como cascabelean las sonajas.

—El que replica soy yo, porque cada vez que me topo con esa clase de menstruaciones verbales siento como que me escupen la cara.

En definitiva, lo que la López Avedoy ofrece como un poema es un ejemplo notable de soflamería banal en la que prevalece el don del desorden, el nulo refinamiento de estilo y una tremenda pobreza de técnica para armar el discurso. La intensidad, la sugestión, el ritmo y la musicalidad de las tonalidades semánticas están fuera del alcance de la autora. Palabras sin energía ni calor lírico, metidas a fuerza de calzador en un frío receptáculo. Y esos son los motivos de su hilaridad poética, disquisiciones sin textura de tropos, sin prevalencia de imágenes, sin resoluciones emotivas.

—Por los chancletazos seudolíricos que pega, esta codorra no tiene otro acervo cultural que el de la pantalla de su televisor.

EL YÓNATAN CURIEL Y SU LEVADURA DE FRIVOLIDADES

Vayamos ahora con el tal Jhonnatan Curiel y aventémosle encima de su calaca los méritos que le tocan.

Ojo Parlante

A las once ya me duermo
a las once el día se acaba y
tengo que apagar la vida
tengo tengo
la responsabilidad me infla la cabeza
mañana siempre mañana siempre
debo levantarme uff debo levantarme
a las once arrojo todo a la chingada
a las once las noche se me viene encima
a las once se hace tarde por dentro
dormir dormir
alarma cachetada
la realidad en Mustang se me escapa
corro corro
siempre llego siempre llego siempre llego
me alcanza.

Jhonnatan Curiel

—Sin ocuparse de la poesía, el bato se gana el “honorífico” título de poeta.

Interferencias sentimentales enturbiadas por prejuicios. No hay duda que «Ojo Parlante» es la pelma de un holgazán que se siente todo un poetazo. Sin embargo, detrás de las ínfulas no vemos otras cosa que la falsedad sicológica y retórica; se denota una raquítica y miserable carga de valores estéticos; el andamiaje poético está sostenido con pura levadura de frivolidades, con una pendejez cuasidiscursiva que ni siquiera llega a una forma imperfecta de creatividad. Comparado con este melolengo del Curiel, el hombre de la calle, el simple mortal, el «honest man», como decía Oscar Wilde, provoca mejores efectos poéticos y es portador de un sincero radicalismo estético.

—Claro, con la salvedad que éste men no se anda parando el culo de poeta como lo hace el mentado Yónatan, alátere de la infusión oficial de la cultura.

Con el plañidero palique, el poetastro Curiel ya tiene garantizado un sitio en el mapa universal de la idiotez; y es que —a ojo de miope— en su rozno poema se vislumbra el divorcio entre la sensibilidad y la inteligencia. Su tema de inspiración parte de una estúpida preocupación que el descerebrado autor intenta excretarla como si fuera una vicisitud propia del romanticismo trágico. Y como dijera un poeta (cuyo nombre ya no recuerdo), a este cabrón del Yónatan hasta los perros de mi colonia lo han rebasado, debido al hecho de que los canes ya superaron el complejo de Edipo. Y este pobre güey, apenas anda muleteando en sus primeros traumas froidianos.

—Babeando esos disparates va a llegar muy alto.

La literatura no consiste en afiliarse a una lengua y ponerse a escribir; como práctica debe producir un efecto en la conciencia del agente receptor; pero los emborronacuartillas del forúnculo «Existir», lo único que trasbocan al papel es una vulgar ristra de palabrejas y de enunciados inocuos que nada aportan al desarrollo del quehacer literario. Por su inercia evolutiva, parecen condenados a no salir de ese estado larvario de primeras letras en el que se encuentran desde hace tiempo. Brillantes cabezas huecas para hacer de la poesía una nadería o un gran rollo incomprensible. Inconsecuentes con el fenómeno literario, se sienten poetas pero no saben lo que son las palabras. Bien proclama el máster Juan Bañuelos que las palabras son hijas de la vida; sufren, paren y también tienen sus muertos.

—¿En qué leonera aprendieron a escribir poesía?
—Quién sabe, tú.

¿Así les explicarían la creación de la poesía?:

Al principio
cayó del cielo el sol
e hizo ¡pum!
luego cayó la noche
y también hizo ¡pum!
¿y si hubiera caído
primeramente una verga?


También sería interesante ver algunas estampas de la enseñanza poética en las que Dios imparte sus ordenanzas desde el cielo, por ejemplo éstas: a la beata: tú reza; al político: tú roba; al macuarro: tú chíngate; al poeta: tú alócate.

LA LIZ ALGRÁVEZ Y LA ESTRATEGIA DEL LORO ENYERBADO

Por sus muchos cumplidos y mentiras descaradas, si la señora Algrávez viviera en los tiempos de la Alemania nazi, seguro que compartiría los méritos de la propaganda con el ministro Goebbels. Con el borde dorado y el recurso de la demagogia, la ruca le saca provecho a esto:

«Los poemas de Licona encuentran su tiempo de cosecha al estar maduros, y no una cosecha de esta era, con máquinas segadoras, sino la pizca minuciosa de quien recoge, examina y carga los frutos más selectos para ponerlos a la mesa del lector. Gilberto nos ofrece un banquete preparado ex profeso, cuidadosamente, con el tiempo necesario para que cada texto alcance su cocción ideal, no hay en este libro un poema crudo o hecho en olla express, son textos sinceros, trabajados amorosamente, con cuidado, con mano dulce» [Elizabeth Algrávez, texto leído durante la presentación del poemario Bajo la noche tijuanense de Gilberto Licona, 18 de agosto de 2007].

—Señoras y señores, qué putota mentira. Sólo es el deseo-de-querer-alcanzar-algo.

Parece que una gran esencia «nouménica» flota en el aire, pero, mayestáticamente, sólo es un blof de meras apariencias. Aunque en el choriqueso de la Algrávez se percibe la típica herencia del idealismo romantiquero más putrefacto, por principio mimetiza el peculiar rasgo de un comercial de la casa «Pedro Domeqc» en el que se anuncia la venta de sus marranillas, o sea, del «brandy que tiene el don». Y, desde luego, con doble perversión en el lenguaje; una por exceso (para exaltar) y la otra por defecto (para engatusar o justificar el engaño).

—Y en el uso trucado de tal lenguaje está la clave del acotamiento.

Leamos otro fragmento de esta ñorsa que ya es considerada como la hada madrina de las letras liconianas.

«Son textos que pudieron florecer bajo la noche de Paris hace 50 años, y bajo la noche italiana hace 100 años, pero nacen aquí, es esta ciudad, sin falsas pretensiones, en donde Gilberto Licona no pide el jardín del edén, sino vivir en un jardín menos jodido, sus metáforas para cantar el sueño de la amada son igualmente urbanas: el sueño tranquilo de los semáforos en rojo, y una trasgresión en el tiempo, que trae a Heráclito hasta el río Tijuana, porque aunque los textos de Licona no tengan falsas pretensiones, tampoco son simplistas, son de un lenguaje puro, cabal, que dice lo que debe decir, sin palabras más ni palabras menos, fluye para el lector, se deja entender, pero también encanta, sustenta la música en la rima interna algunas veces, en la repetición otras, en la aliteración las menos, pero hay ritmo, el texto se abre paso con su sinceridad de corrientes de agua límpida antes de desembocar en el río Tijuana y contaminarse de jeringas, de excremento, de basura; el torrente de palabras de Licona sale intacto, llega victorioso hasta el lector y deja ese gusto de agua fresca para quien tiene sed de una poesía que diga, que signifique, que hable desde el corazón y nos deje ver esto que no conocíamos de Gilberto...».


—¡Ándale, ándale! A la conchita hoy le tocó la suerte de ser la hazmerreír.
—Bueno, ya estuvo; basta de gracejadas. ¿De cuál fumaría la manolina?

Ante todo, la estrategia del loro enyerbado; cotos de lambisconería y complacencia en torno a la nada. Más que a una literata, la licenciada Algrávez semeja a una repugnante vieja alcahueta. Y pobre de aquel tontoculo que caiga hechizado y se deje llevar por esa “límpida sinceridad”, pues acabará contaminado de jeringas, excremento y basura. Toda la verborrea que la ruca suelta en su bártulo es pura cábula; detrás de su frenesí se aboceta un acto de politiquería barata.
Muy zorrocloca para el camelo nos ha salido la exfuncionaria culturosa.

—Como si de veras lo que escribe el Licona pudiera ser lo que la rucaila zalamea.

La comadre Algrávez debería de comportarse educadamente y bajarse un poquito de la demagogia para evitar que sea mayor el desprestigio que se carga. Es cosa ya de desvergüenza comparar al Gilberto Licona, partidario de la inoculación mediocre de la literatura, con el «yo trascendental» de un Paul Verlaine, de un Guillaume Apollinaire, de un Vicenzio Cardarelli o de un Camillo Sharbari.

—Y búsquenle la cuadratura al círculo y verán cómo terminarán con la chompeta reseca y con una especie de baba jabonosa escurriéndole de sus bocas.

Contrariamente al supuesto «banquete preparado ex profeso», lo que el chafado Licona ofrece en su impúdico panfleto «Bajo la noche tijuanense», es un desaguisado de letritas ranciadas, una intoxicación de palabras en las que se percibe la languidez poética. Trufado impudor cuasiliterario que —a pesar de estar respaldado por la mitomanía autopublicitaria— irrumpe para esfumarse en un abrir y cerrar de ojos.

—Como esa analogía de Heidegger en la que muerte y lenguaje aparecen como un relámpago.

Al chendear al Gilberto Licona como si fuera un artífice de altos grados de elaboración estética, la repentista Algrávez subordina la literatura a la metafísica, porque volteándole al bato la cachaza de excelso poeta, lo que se descubre en tal bambolla es la pinta real de un tosco y apresurado contrabandista literario.
Desprovista de hueso alguno que mordisquear, ahora a la señora Algrávez tiene tiempo suficiente hasta para evangelizar canónigos. Pero sus planteos no se pueden aceptar, pues habla de un refinamiento exagerado en pro de los textos del Gilberto Licona y, prescindiendo de un mínimo análisis estilístico, arenga en sus parrafadas que el mentado libraco, «Bajo la noche tijuanense», es un detonante de «auténtica poesía», de «bendita locura» y «que ha sido preparado con gusto y con pasión, además de finos ingredientes y buena mano».
Detrás de ese aprecio y magnánimo reconocimiento hay un discurso plastiquero y de mucha soba, amontillado en la ingenuidad, la ignorancia y la conveniencia camelera. Jaleo de bombo y palma, tiroteo de cohetes cortijeros y retintines de campanillas y cencerros.

—Ay, se me doblan los ánimos.
—¿Cuál es el verdadero nombre de Gabriela Mistral?
—Toma mi pañuelo y límpiate esos mocos.
—¡No me tortees enfrente de la gente!
—Ya vienen los chalanes.
—¿Me ayudas a destapar esta caguama?
—Preséntate con porte de poeta.
—¿No trajeron edecanes?
—No seas culera y dime la neta; ¿la hago o no la hago como poeta?
—No se trata de eso, Gilberto. Ya me están llamando para…
—Buenas tardes. Tenemos aquí al joven…

Y, a vuelco de impresiones y adjetivaciones inútiles, y con muy poco sentido de proporción estética, el protopoeta se sumerge en una ensoñación telúrica —o acción personificada— que se impone como entidad intangible y ambigua, (patente en la presencia del quiasmo «melódica angustiante»), y en cuya “apoteosis” (o “momento epifánico”) resuena como una «pequeña voz» que dicta órdenes y establece prohibiciones («no camines entre nubes», «si te detienes acabas»).
Se pretende hacer pasar por poesía una divagación introspectiva o discurso de invocación que se expresa en el rango de las indeterminaciones subjetivas de un espíritu fustigado.
He aquí sólo un entremés con sus caracteres resplandecientes de mezola y confusión.

Sueño en Tijuana

Pequeña voz
melódica angustiante
que me llama lentamente
bajo el sol áspero, tijuanense.

—“No camines entre nubes cariño
porque el tiempo gotea y te mata.
Porque soy un sueño
Donde si te detienes acabas”.

Ojos calaros, así,
detienen la tarde tus párpados
mientras la noche nos grita
desde su esquina
que debemos acelerar la espera.

Te soñé en Tijuana
como un ciego que cree escuchar la luz
para estar en calma •


Gilberto Licona

La actitud ante la vida es miedo y voluntad paralizada; es decir, absoluta disolución de las ideas en una conciencia que claudica ante las fuerzas externas e irracionales del mundo objetivo; percepciones que el sicoanálisis interpreta como «trasgresiones» y que por intuición pura se consideran productos de la ideación estética (pero juntar sememas no es hacer poesía). Formalmente, lo que se concibe como un poema es pura y vana retórica. A falta de tópicos literarios más convincentes, este tipo de sicodramas —como el que contiene «Sueño en Tijuana»— son lugares comunes en el gusto de los verbeadores líricos de esta frontera y hasta se consideran como los aspectos más valiosos para dar curso al arte de la palabra estetizadora. Ahora bien (mejor dicho mal), ¿por qué siendo tan abundante la cantidad de engranes que tiene el sistema estético literario, el Gilberto Licona prefiere darle vueltas solamente a una ruedecilla de esa inmensa maquinaria?; ¿porqué ese afán de extraviarse en laberintos sicologistas de bajo perfil? Tal parece que el batillo quiere develar su artisticidad poética a partir de un conflicto de naturaleza patógena y no desde los mecanismos lúdicos que, conjuntamente con el lenguaje y otros elementos prosódicos, son presupuestos necesarios para estructurar el discurso poético.
Asimismo, la fuerza motriz de su empresa “poética” no está subordinada al juicio crítico, sino a los miriñaques del lucro y el exhibicionismo. El inflado nigromante, autor de «Bajo la noche tijuanense», igual que la mayoría de sus colegas, sufre la mengua de los arcanos de la creación poética y limita sus convicciones líricas a exageraciones estereotipadas de un intimismo síquico, difuso e impreciso. Obsolencia que denota una especie de repulsión hacia los aspectos más importantes de la vida, las ideas políticas y sociales de la época —que son elementos que conforman la cultura y siempre se encuentran arraigados en las manifestaciones del arte— se descartan de la temática, aceptándose únicamente la inducción metafísica, la mística fuga y la flor de la abulia. Hay otra aberración que también que se le puede recriminar al vate lisonjeado, y ésta es la circunstancia de sentirse “inspirado” e “influenciado” por grandes monstruos de la lírica como el «cochino santurrón» de Juan Arturo Rimbaud y el «ángel del opio» Charles Baudelaire; difuntos muy anchos para el discípulo. Es cosa de risa y de incongruencia, puesto que los poetas malditos en mención, personal y estéticamente fueron enemigos del orden social de su tiempo y asumieron actitudes de choque frontal contra la ideología de la clase dirigente; en tanto que el Licona, sumido en el hoyo del oficialismo estatal, es la imagen concreta de filisteo timorato, mezquinamente afiliado al conservadurismo institucional y servilmente predispuesto a sacarle provecho al parasitismo fomentado por la política cultural de los organismos del gobierno empresarial en turno.

—Tomarlos como sus perceptores (o preceptores históricos), eso sí que es un atroz insulto.
—Y esa inclinación cada vez se multiplica más en muchos payasos que la juegan de poetazos.
—Ay, ingenuas víctimas de la noche de San Bartolomé.

Y la perplejidad continúa. Y qué remedio queda sino refrendar en la práctica esta sugerencia del máster Antonio Gramsci: «Contra la improvisación, el “talentismo”, la pereza, el diletantismo irresponsable y la deslealtad intelectual, la necesidad de una crítica interna severa y rigurosa, sin convencionalismos ni medias tintas»




NOTAS FINALES
[O GÜEVOS DE COCHI]


1.- Elizabeth Algrávez. Fue directora del Instituto Municipal del Cultura de Tijuana (IMAC) durante el virreinato de Chuy González Reyes. Como es de esperarse, la ruca calentó el sillón de matrona por vía "meritoria" de padrinazgo político del desgobernador del estado, Eugenio Elorduy Walter. Ejercicio de inspección del apalabre cuchupletero y una de las principales muñecas de tiro-al-blanco de los culturosos antichuyistas. En sus manos la cultura local se impuso como corsé ideológico del neopanismo y estuvo a punto de convertirse en una chismorra.

2.- Véase el articulejo «TERESA LÓPEZ AVEDOY O LA POETA QUE NO ES POETA»; así también este cabeaziado como «ANTOLOGÍA DE TRES TRISTES PEDORRAS».

Tijuana es el culo de San Diego

Tijuana es el culo de San Diego, es uno de los tantos retretes, tafanarios y bacinicas que tiene California. Dónde todo mundo se cree poeta ...