«Todo lo que escribo está cargado de dinamita. Mientras tenga fuerza y entusiasmo cargaré mis palabras con dinamita. Sé que mis verdaderos enemigos, los tímidos y los arrastrados, no se enfrentarán a mí en un combate justo. Sé que la única forma de entrar en contacto con ellos es alcanzarlos desde dentro, por el escroto, tiene uno que subir por dentro y retorcer sus sagradas entrañas» Henry Miller
31 de agosto de 2012
cultura como cliché generado desde de la parte superior de la pirámide
Desde que finiquitó la inteligibilidad objetiva del estructuralismo, en el entrecruzamiento de lo moderno y lo posmoderno, se relativizaron los fetiches de la historia, se aligeraron los aparatos conceptuales de la crítica y los teóricos se apartaron del estudio de las contradicciones del sistema literario y centraron su atención en los fenómenos particulares de la hegemonía neoliberal (industria del libro, objetos textuales, equidad de género, etcétera); exagerando las particularidades, el arte comenzó a expresar la vivencia del aislamiento y la cultura la heterogeneidad persuadida por las pautas y los roles dominantes de un idealismo disolvedor. Del hecho concreto se desprendió un flagrante fraude culturero asentado en el poder, los elementos de la confrontación quedaron subordinados a los principios conservadores del sistema dominante y a los referentes igualitarios para tratar de subsanar de manera abstracta, es decir, con meras ilusiones, los desequilibrios culturales y las condiciones de desigualdad económica y social. En el acto de los postulados conceptuales la modernización bifurcó los mismas fórmulas que la tradición duplicada; culta y popular, tecnificada y escueta, refinada y vulgar. El corpus ideológico se propaga como la idea de la entonación, como cliché generado desde de la parte superior de la pirámide. Un lenguaje de configuración asimétrica ocupa la posición hegemónica en lo que Bourdieu llamaba el «campo» o «contexto»; el mito local se fetichiza en un símbolo de universalidad, la parte como el todo: un mismo sentimiento se amolda y se expresa en el conjunto general simbolizado. Ni mas ni menos, los asuntos de la cultura se abordan desde la contextualización global de la idea particular del grupo dominante. Por ello, la globabalización se ha construido con retazos y prestamos simbólicos.
Rubén Vizcaíno / UN MORALISTA EN CASA DE PUTAS
«Es
un muchacho que tiene talento, imaginación, rebeldía y gusto por la literatura,
por la palabra; le gusta la filosofía, pero vive en un pinchi pueblo de mierda
que se llama Tijuana… donde Vizcaíno se vuelve el moralista más hijo de puta; donde el gringo, la única forma de
salir por las noches
de
borracho, de puta, de drogo
o de
cabrón era fuera de su propio país. Y así fue, se dedicaron a violar a Tijuana
durante un siglo» [Rubén Vizcaíno, UN MORALISTA EN CASA DE PUTAS, de la Biografía de Rubén Vizcaíno, libro inédito, Éktor Henrique Martínez].
¿qué se puede esperar si hasta el Pato Zambrano es poeta!
Se dice
que hay una fiebre de poetas en Tijuana, que hay mucha gente generando poesía.
—Puro
jolgorio y tirimiba, eso es lo que hay. Irreverencias de libertinos que no
traen ni siquiera un pingajo de poesía encarnada en el espíritu. Lo que pasa es
que ya cualquier pendejo o pendeja ya se cree todo un diente del Parnaso.
—Gracias
al negocio de la propaganda trinquetera cualquier cabrón llega a convertirse en
poeta y hace pasar por poesía garridas transverberaciones. Ahora, nomás por
puro morbo, echemos un vistazo al catálogo de trivialidades que adquieren un
sabor de trascendencia, cuyos autores y autoras se vuelven una especie de asnos
con herrajes de oro. Hay aquí ingredientes de sobra para condimentar un
suculento puchero, por ejemplo grupo «Poeta-No
lugar» (conformado por el Antonio Mercado, el Adrián Volt, la Ariadna
Hitchel, el Josué Peñaloza, el Juan Salpri, la Luxia López, el Miguel Quivira,
la Paty Blake y el Roberto Navarro, acurrucados en http://www.varia-creacion.blogspot.com/) «Las Lunas» (que es un trío de cretinas integrado por la Hadia
Farfán, la Mónica Morales y la Sharon Vázquez, sitiadas en la página güeb: http://bitacoradeviajelunar.blogspot.com/), «Acanto
y laurel» (un grupúsculo madroteado por la nefasta de la Aída Méndez y dos
que tres padrotines más), el «Proyecto
Editorial Existir» (a cargo del Gilberto Licona y su ganga andrógina), «Las Matronas» (a resultas de la
Amaranta Caballero, el Pepe Vázquez, el Roberto Partida y otras coladas), el «Tijuana Bloguita Front» (cofradía del Rafa Saavedra en la que
resaltan mamertos como el Juan Carlos Reyna y el Erasmo Katarino Yépez).
—Además de otros copleros de la verba vertical
que andan rebotando de un lado a otro.
—Esta
virulencia supuestamente poética no es otra cosa que una burda maniobra que se
reparte a cachetes como el rosario de la aurora; una fórmula abstracta tan
incomprensiva que puede tener cualquier significado. Esa es la descripción de
la inmanencia que se teje pregonando fantasías. En extremo, la candidez que
contiene la cantaleta boba «todos somos
poetas» encierra una semántica de ultratumba que difumina cualquier
diferencia; no hay clases sociales, da lo mismo estar de pie que de rodillas. No
hay discernimiento entre pureza e impureza, tampoco redención; únicamente
ambigüedad de Pigmalión y el marqués de Sade. El arte como la política,
superficial.
—Y ¿el
intelectual o el poeta?
—Ese güey
se vuelve un nómada que carga su maletita de oxímoron deconstructivista,
mostrándole al mundo su sonrisita de pensador ingenuo y astuto con disfraz de
pendejo.
—Lirismo
estéril, parálisis parmenídea. Todos son lo mismo o todos no son ellos. Las
esencias preceden a la existencia; sin sustancia, sin verdad. Por eso el nodo
esta en la poesía, en un lenguaje que no obedece más que a sus propias leyes.
Homo sapiens, homo faber, homo ludens. O para decirlo como Wittgestein: la
filosofía como forma artística. Por eso todos quieren ser alumnos de las musas.
No hay punto de partida ni nada que expresar. La verdadera misión es exprimir
la naranja hasta dejarla sin jugo; gimotear y echar lagrimones como garbanzos.
La rentabilidad espiritual es lo de hoy, por eso todo es poesía. Montón de
mierda que ni los propios poetas soportan.
—Y ¿qué
se puede esperar si hasta el Pato Zambrano es poeta!
—Entonces,
si a esas vamos ¿porqué no han de ser también poetas la Aída Méndez, la Petra
Bonilla y medio centenar más de viejas locas! •
excrecencia intelectualoide en las nuevas formas de expresión artística
La «regeneración espiritual» de la literatura se subsume en un medio funcionalista para ilustrar a la masa de ignorantes pelados y en una estrategia publicitaria para escalar niveles sociales y distinción egocéntrica. Cultura que se disfruta como un privilegio, pero que —como decía el máster Aníbal Ponce— envilece tanto como el oro. Más que en una individualización creadora, las transformaciones del sistema literario encuentran su explicación en factores sociales, económicos y políticos; en la secuencial línea cronológica de los asuntos de la hegemonía cultural, más que en la genialidad estética. Lo que prevalece es un elitismo homogéneo de difusión masiva y las pocas innovaciones que se proclaman en el enorme arquetipo de las letras se deben a una fractura de los códigos de la escritura y a la ingenuidad de la fantasía. Todo lo demás constituye una excrecencia intelectualoide en las nuevas formas de expresión artística y un academicismo obsoleto aún no superado en las nociones teóricas del arte y la cultura. El imaginario poder de las palabras se ha instrumentalizado en un «constructo» de hipertextualismo deficiente y epizótico que ya no relaciona los hechos literarios con los momentos del tiempo presente.
Quimérica democracia convencional donde se permiten por un instante ser caballeros del pueblo
Cursi lirismo «chef d’ouvre», excrecencia que se pretenden elevar a la categoría de la obra maestra. Quimérica
democracia convencional donde se permiten por un instante ser caballeros del
pueblo, pero luego de una exhibición esnobista, y en cuanto el interventor
oficial enardece sus sentidos, se ha de retachar a la cuadrilla clasemediera.
Huecas voces en el trasplante de las consignas oficiales del poder cultural,
donde la conciencia de la posición social siempre está en primer término. La
nequicia de la supervisión depende entonces de los estilos de hacer arte y el
eje referencial estriba en escamotear la expansión de la cultura y distribuirla
sólo en fragmentos, en particularidades del cliché monolítico, de la endogámica
mentira.
Y con tal jodidez se malvalora cualquier fregadera como si en verdad fueran objetos de artes, pues ya queda nada qué hacer en el mundo por la estética. Ante el desbarajuste de la crisis y degradación de la cultura, la entelequia de la vida artística está cumplida y los literatos andan enloquecidos como cangrejos sin tenazas.
—Ya veremos cuáles habrán de ser sus grandes aportaciones literarias.
Y con tal jodidez se malvalora cualquier fregadera como si en verdad fueran objetos de artes, pues ya queda nada qué hacer en el mundo por la estética. Ante el desbarajuste de la crisis y degradación de la cultura, la entelequia de la vida artística está cumplida y los literatos andan enloquecidos como cangrejos sin tenazas.
—Ya veremos cuáles habrán de ser sus grandes aportaciones literarias.
30 de agosto de 2012
volcancillos que eructan más pedorrera que poesía.
LA FARFULLA DE LA VEHEMENCIA
[O AQUELLO QUE A DURAS PENAS
PUEDE LLAMARSE POESÍA]
Para las festividades programadas con motivo del
«día del niño», los representantes de
orfelinatos y casas de indigencia del estado de Baja California le pidieron a la comunidad
artística y cultural que les proporcionaran trescientas piezas de pollo (de
preferencia doble pechuga y marca Bachoco);
y la respuesta fue que los artistillos y promotores culturosos dijeron que no
estaban en condiciones de cooperar con tal ayuda pollífera, pero argumentaron
que si los menesteros pedigüeños tenían
la necesidad de 500 poetas, bien dispuestos estarían los miembros de las cofradías
cultureras de servirles.
—Y
cabe agregar que el aprovisionamiento lúdico estaría dotado entonces con la
siguiente flota de aquiescentes ridiculones: el Carlos Adolfo Gutiérrez Vidal,
el Pancho Morales, el Luperco Castillo Udiarte, el Alfonso García Cortez, el
Erasmo Katarino Yépez, el Tijuana Gringo
(Charles Daniel Thomas), el Juan Martínez (el
poeta que arrastra las patas), la Aída Méndez Flores, la Teresa López
Avedoy, el Francisco Morales, el Horacio Ortiz Villacorta, el Juan Carlos
Reyna, la Mónica Morales, el Adolfo Morales Moncada, la Paty Blake, la Julieta
González Irgoyen, el Antonio Mercado, la Ariadna
Hitchel, el Juan Salpri, la Luxia López, el Miguel Quivira, el Roberto
Navarro, la Hadia Farfán, la
Paula Elena Castillo Hurtado, la Elizabeth Salcedo, la Diana Licéaga, la Miryam
Ruiz, la Mariana Martínez, la Lorena Cienfuegos, la Sharon Vázquez, el Gilberto Licona, la Amaranta Caballero, el Roberto
Partida, el Gerardo Navarro, la Mayra Luna, el Ricardo Mendoza, la Olga
García, el Francisco Bustos, la Bibiana Padilla, la Paulina de la Cueva, la Rosa Espinoza,
la Isabel Velázquez, La Jissel González, el
Javier González Cárdenas, el Edmundo Lizardi, el Jorge Ortega, el Bruno Ruiz, la Alejandra Rioseco, la
Elizabeth Algrávez, la Bibi Padilla, la Abril Castro, la Violeta Villavicencio,
la Brenda Yáñez, el Pedro López Solís, el Omar Pimienta, el
Eduardo Cong, la Jenny Donnovan, la Margarita Valencia, el Fidel Lucero, la
Andrea Escudero Curiel, la Aglae
Margalli, la Martha Edna Castillo, la Mara Longoria, la Alma Delia Martínez, la
Adriana Sing, el Pedro Camacho, La Esalí (Estela Alicia López
Lomas), la María
Edma Gómez, la Ruth Vargas Leyva, la Ana María Fernández, entre otros volcancillos
que eructan más pedorrera que poesía.
—Providencia
de prestar servicio a la humanidad cuando el instinto de la necesidad los
alumbra.
—Vaya
forma de devolver el cadáver a la tierra •
literatos que quieren superar el presente con los ojos volteando hacia el pasado
No hay fecundidad histórico-cultural, solamente individualismo de cofradías, ebullición momentánea de grupúsculos asilados sin trascendencia ni aportación en los procesos sociales y estéticos; inconsecuencia de literatos que quieren superar el presente con los ojos volteando hacia el pasado; hierocracia pedante de poetastros, adscritos a herméticos cenáculos cuyos versitos, tautológicos, copiones y de poco ingenio, apestan a retórica desfasada y vetusta cursilería. Y así se reactivan sus aflicciones, sin sustancia lírica en las entrañas y en un quehacer que concibe la literatura como objeto de veneración fetichista y no como forma plausible de expresión, conocimiento y reflexión estética. La mayoría de quienes han sido llamados a parir versitos, son precisamente los que han desacreditado la poesía; y creen que estimulando la irracionalidad se llega a ser poeta.
novísima ola del feminismo que pavonea la cantaleta de siempre
Conclusión inconclusa: pedantería devenida en gestos malencarados, arrogancia aldeana que quiere acceder a los linderos de lo absoluto desde el cotilleo y la frivolidad. Apoteosis de la esencia femenina suspendida en la cresta de la impetuosa y novísima ola del feminismo que pavonea la misma cantaleta de siempre: hombres necios que acusáis a la mujer.
hipostasiado idealismo culturero
Nomás
falta que en su hipostasiado idealismo culturero escriban un tratado acerca del
culo del mundo.
BOLA
bola. Botella
de un litro de cerveza conocida como
caguama.
Construcción: «Abre la otra bola, que ya estamos secos» (Voz popular). Dólar de los EU.
Construción: «Si no, dígame usted en dónde le dan una casa "de material"
por 20 mil "bolas"» (Raúl Paredes y Hernández, Zeta, 26-X-1). Aunque en ciertos lugares
de Sonora da a entender la cantidad monetaria de un peso. Construcción: «¡Qué le iban a andar creyendo los otros
compas!: —No le haga al loco, socio, usted quería pistear y se quedó. Pero no
hay bronca, lléguele. Desde entonces se sumó a la tropa y a la
colecta: —Carnal... carnal, ¿no trai ahí unos cien bolas pa' completar unos
tabacos» (Miguel Angel Avilés
Castro, «El Gallo», Los sordos
territorios, Unison, 1997, p. 36) / «Este tramado me costó veinte bolas»
Voz popular). Vientre de la mujer
por efecto del estado de embarazo.
Construcción: «La ruca, nomás se arranó y le
hicieron la bol» (Voz popular). Lustrada
que se da al calzado.
<-(del
provenzal bola <- latín bulle).
Véase: Reintegro; Picada de bitachi.
PEINAR EL CHANGO
peinar el chango
Prodigar caricias en el órgano genital de una mujer, particularmente manoseos en los vellos púbicos.
Véase: Peinar el oso; Agasajar.
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