«Todo lo que escribo está cargado de dinamita. Mientras tenga fuerza y entusiasmo cargaré mis palabras con dinamita. Sé que mis verdaderos enemigos, los tímidos y los arrastrados, no se enfrentarán a mí en un combate justo. Sé que la única forma de entrar en contacto con ellos es alcanzarlos desde dentro, por el escroto, tiene uno que subir por dentro y retorcer sus sagradas entrañas» Henry Miller
27 de agosto de 2012
Rubén Vizcaíno Valencia
Si no le gusta a usted lo que escribo,
a ver, ¿dónde están los argumentos suyos?,
¿dónde esta su novela, su cuento, su ensayo,
su concepción filosófica, su poema?
¿Dónde está, hijo de la chingada?
Rubén Vizcaíno Valencia
ENTREVISTA A EKTOR HENRIQUE MARTÍNEZ, EL CHARKOMEN
«Breve diccionario de tijuanismos»
como engendro del «Diccionario de caló en
la frontera norte de
México».
ENTREVISTA A
EKTOR HENRIQUE MARTÍNEZ, EL CHARKOMEN
1. ¿Cómo surge la
idea del diccionario de tijuanismos?
R:
Bueno, primeramente la cosa
fue así: yo tenía
la edad de 18 años y cursaba el
segundo semestre en la
escuela de leyes
en la UABC; entonces, dentro de lo
que respecta a
la materia de
derecho penal se me prendió
la chompeta de hacer un glosario breve
de terminología delincuencial; es decir,
que me puse a recopilar empíricamente los voquibles referentes a la
jerga que utilizan los malandros, los lúmpenes y
los pelangochos involucrados en
el submundo del hampa y la
trácala, específicamente dentro del ámbito contextual fronterizo. El proyecto
que iba armando
rebasó mis expectativas y el
resultado del trabajo de pepenar
lunfardos tijuanacos acabó en un
mamotreto de casi dos mil páginas, y el
cual intitulé «Diccionario de caló en
la frontera norte de
México». Por tanto, el «Breve diccionario de tijuanismos»,
que publiqué en —no recuerdo si fue en
2006 o 2007— viene a ser como
engendro del «Diccionario de caló
en la frontera
norte de México»; o sea, un pequeño muestrario.
2.- ¿Cuánto tiempo
te llevó hacerlo y qué fuentes utilizaste? Entiendo que sobretodo orales,
aunque también veo que citas periódicos regionales.
R: Utilicé fuentes
hemerográficas, bibliográficas y orales. Se sustenta más que nada en la
evidencia empírica para encontrar el verdadero sentido de las palabras. Citando
textualmente lo que refiere la contraportada de ese breve diccionario de tijuanismos —y que
forma parte de un trabajo lexicográfico-lingüístico más amplio y realizado a lo
largo de veintitantos años— registra las voces más usuales y elementales de la
parla informal de la región fronteriza
del norte de México denominada Tijuana y que se diseminan por interacción
sociolingüística hacia regiones circunvecinas. Las palabras registradas contienen
definiciones, variantes ortográficas, analogías por deformación, etimologías y
ejemplos comparados. Es el resultado de una investigación empírico-teórica
mediante la cual su autor ha recopilado los conceptos hoy en uso que integran
las diversas jergas particulares del caló o slang
fronterizo (burra, gotera, jaipo, tango), términos espanglés (guaifa, guaino,
guara, clinear), códigos gramaticales derivados de abreviaturas (pipope, erre,
rb), onomatopeyas (kikirikí, guacaramácara, éitale) y palíndromos (diofun,
tápuer, rope, topu), así como palabras de origen náhuatl (tecolota, tlacote),
cahita (bichi, cachorón, güico) y purépecha (gingirín). Lexiconcito que es una
muestra telúrica de la manera en que
evoluciona el lenguaje y, por antonomasia, el proceso de comunicación entre los
seres sociales.
¿Es el primer
documento lexicográfico que se ocupa del slang tijuanero o ya había ejercicios
similares?
R: Como
dice una feminista chespiriana: pa que te digo que no, si sí (o mejor dicho, al revés). A principios
de los años ochenta, cuando yo comcencé mi faena lexicográfica, no había ni nada. Solamente, y como especie
de glosario, existía el incipiente trabajo
del doctor Manuel Valenzuela Arce, alias «el cholólogo», y quien en ese entonces
apenas empezaba su talacha con el
broli «A la brava, ese» (por cierto, e
bato y yo compartimos
información). Pero el doc
Valenzuela nunca llegó a
consumar un jale propiamente
lexicográfico (el bato, después que
se extinguieron los cholos
y los punks, se dedico a
escribir mamadas del
Piporro y chalineces de la
narco-cultura. En ese tiempo, también
guache otros diccionarios
maquilados por autores
chicanos y gringos; pero no
me llenaron el ojo, no pasaban de ser refritos
académicos sin consistencia,
metodología rigurosa y experiencias de
campo empírico. Pura basura la
mayor parte. Pero el que si
me llamó
la atención fue el «Diccionario
de caló
de Ciudad Juárez», ese
sí era un
trabajo perrón (no recuerdo el
nombre de su autor, pero
se trataba de
otro académico ostión que
camellaba desde su gabinetillo abstracto).
3.- El lenguaje no
se detiene. ¿Hay planes de continuar con una segunda edición del diccionario?
R: Sí, y como petición de principio, como bien lo dices: el lenguaje no
se detiene, es algo vivo, dinámico; en cuanto hay un guataclán
más de vocabulario que merece la pena rescatar. Pero eso a mí ya
no me interesa y, a estas
alturas, es algo que me
tiene sin cuidado. Duré más de un cuarto de
siglo trabajando en ese armatoste lingüístico y me chuté alrededor
—no exagero— más de veinte
mil dólares en gastos operativos. Firula que yo
mismo me auspicié como
fruto de mi
trabajo abogadil. Fue un
trabajo exhaustivo de
recopilación de campo
(meterme a los
picaderos, yongos y recintos clochard,
en grado tal que tuve que
ponerme de novio con
una chola durante
tres años, hacerme jomless, otros tres, consumir alcohol y enervantes en
cantidades industriales, rondar por
prisiones, dormir en carros
viejos o debajo de los
puentes de la
canalización del rio Tijuana). Después procedí a redactar todo el
material en documento word, de esto
más o menos me llevó un
año, luego dedicarle tiempo a la investigación académica de
análisis filológico, etimológico,
sintáctico, prosódico, etcétera. Hacer
sinonimia y dar ejemplos
comparados en el lenguaje
popular de la oralidad callejera, transcribir citas y demás mengambreas. En sí, fue un pedote mundial
(aunque, al mismo tiempo de que fue un pasaje de
vida tétrica, también fue un acto
de libertad, purificador, de
gozosa catarsis). No fueron
mamaditas de cubículo de
académico ostión eso
que hice; yo me metí hasta
el fondo mismo del pantano; y fue difícil
salir de ese fangal. Con decirte que, hoy, apenas estoy
recomponiendo mi vida. Como
agregado, hay un poema en mi sitio güeb [http://elcharkito-poesis.blogspot.mx/],
que se
titula «La noche es un
cielo con gafas», en el
que narro parte de
esta experiencia vivida en el
subsuelo norfronterizo [http://elcharkito-poesis.blogspot.mx/2006/09/la-noche-es-un-cielo-con-gafas.html/].
LA
NOCHE ES UN CIELO CON GAFAS
Algunos detalles inscritos en mis
lagunas mentales
apenas nadan unos cuantos recuerdos
cuatro meses sin ver la telera
quemé mi pasaporte
forjé un zepelín con mis viejos
diplomas
que obtuve por aprovechamiento
escolar
eyaculé esperma de veladora en la
boca de unja virgen
cuando ella le rezaba al Dios de los
cojones
participé en misas satánicas y leí la
biblia negra
fornicaba con una vagina portátil y
sin pelos
(un pedazo de bofe con orificio)
le partí la madre a mi ranfla para
andar a pie
para ventear el olor a pacuso de las
calafias y taxis
me enamoré de una vagabunda perfumada
con orines añejos y semen rancio
acampé veintitantas semanas en la
calle
vestido con un abrigo de cartón.
y sucedió que una noche soñé que yo
era yo
foto de carne y no de papel
con los mismos calcetines y calzones
¡qué libertad!
me di cuenta que la noche es un cielo
con gafas
que agoniza al despertar el Sol
docudrama de gente feliz
especie en extinción
y lo más excitante fue para un
desarraigado
provocarle asco a las mujeres.
en contrapartida se paga con
carcajadas
mis compas los jomles
ellos tienen musas que son moscas
a ellos les dedico este antipoema
para estar en sus catacumbas urbanas
plenitud de suciedad y libertad
embriagadora
sin sus consejos yo no pasaría por
aquí •
Éktor
Henrique Martínez
4. Personalmente
qué palabras son las que más te gustan y por qué.
R: Todas, porque
ante el lenguaje estandarizado e
instucionalemente “correcto”, más me
laika el caló, antiguamente
conocido como el lenguaje de los gitanos (y también llamado germanía, lunfardo,
argot, slang), por que es imaginativo,
alegre, punzante, escatológico y porque siempre está
en constante renovación; toda
vez que no es un habla moderna sino una jerigonza
bárbara nacida desde antaño en los estratos sociales miserables. Hoy en día
ese caliche es conocido como el dialecto
de los chulos, rufianes y prostitutas, y cohabita con el lenguaje
"decente", lo vuelve pícaro, contestatario y antisocial. En especial,
la expresión calichera que más me pasa
y que suelo usar, después de
«¡vete a la verga»,
es «¡chinga tu madre!» Nadie debería sentirse ofendido al
recibir una mentada de madre, pero, no obstante, hasta los huérfanos se enojan
con tal imprecación. Y es que las
palabras no significan nada herético o inmoral, pero la estúpida tradición
—beateril, mojigata y prejuiciosa— las ha estigmatizado encasillándolas como
voces malsonantes, en palabrotas, retahila de groserías, peladeces,
leperadas. Con el caló se refleja la
rudeza del lenguaje, se muestra la ignorancia del insolentillo que quiere
encubrir su incultura, se manifiesta la conducta antisocial del rencor, del
rechazo y de la miseria humana. En esa jerigonza no sólo se externa la
inconformidad sino que también se revelan el saber popular, los usos y las
costumbres de un pueblo dotado con un bagaje de refranes, albures, modismos,
neologismos, construcciones y deconstrucciones morfológicas y sintácticas. Asimismo, representa la búsqueda de una forma de
comunicación e identidad.
5.- Parece que para unos el lenguaje de la
frontera es una ventaja (ya sabes, mamadas como el verbo beyondear, del Rafa
Saavedra) pero para otros, una desventaja. Al menos para los puristas del lenguaje.
¿Es necesario un balance en todo esto o es justificable escribir como se habla
en la región?
R: Como
tú lo has
dicho, esa son puras mamadas, trinos de pájaros nalgones. Lo
importante es escribir sobre el origen y por ende, el sentido de las palabras,
para comprender la razón de sus modificaciones su
contexto espacial y temporal. Nuestro caló es una variedad lingüística del idioma
español, un subtipo de expresión idiomática que se ha venido configurando y
evolucionando a partir de innovaciones y alteraciones léxicas del lenguaje
formal. Su dominio o manejo es distinto según sean los niveles de cultura,
educación o estratificación socioeconómica de sus hablantes. El caliche es
verba brava del habla popular, se constituye de expresiones ausentes de toda
formalidad donde se advierte la corrupción del lenguaje. Digamos que caló es
lenguaje vulgar y distorsionado, pero sabroso, chusco y divertido. Sus voces
son ambivalentes porque, según la euforia o la pasión de los parlantes, puede
representar insultos o halagos. Acritud y crudeza el lenguaje siempre ha
tenido. Si no se habla pelangochamente el entusiasmo se entibia. Qué importa
que digan que hablar en caló sea más feo que tirarse un pedo en misa. Pero el
que sabe caló y no lo parla es como el que no se tira un pedo por miedo a
cagarse. El caló, slang, lengua vulgar, especie de jerga y de dialecto,
patrimonio lingüístico de la perrada, es la verdadera creación del lenguaje,
6.- ¿Qué valor
consideras que tiene el diccionario para la región o incluso para el castellano
o pochoñol?
R: Es, como ya
dije, primordialmente un trabajo
de campo, es decir,
empírico, aterrizado en la realidad
concreta de este muladar
fronterizo, y además
sistemáticamente documentado (ya que
cuenta con una metodología bien definida); y que representa las derivaciones
—deformaciones e innovaciones— que han tenido palabras del
idioma español e inglés, además de otras
o lenguas o dialectos como el náhuatl y
el cahíta, que al mezclarse han dado
como resultado una particular forma de comunicarse. Esas degeneraciones
lingüísticas al ser consideradas representan muchos de los rasgos
socioculturales de la región; es un buen punto de partida para realizar
novedosas investigaciones que rescaten el lenguaje marginal, todavía no contaminado por el
veneno parafernálico y
oportunista de los «mass-media». Ahora, siendo
más extensivo sobre este asunto, no precisamente en cuanto al
lexiconcito referido, sino —por
antonomasia— a la cuestión del
lenguaje caliche o caló, para
ello cito textualmente lo que refiere en tal sentido don Mario Teruggi en
«Panorama del lunfardo». Pues bien, esta jerigonza, igual que el
lunfardo, tiene su origen en un desafío espontáneo a la cultura
dominante, y comparte con los otros argots, mediante sus creaciones
lexicológicas, la característica fundamental de que trata de denigrar los
preceptos y valores esenciales de las clases superiores. Pues se trata de
un vehiculo lingüístico que desafía verbalmente a la sociedad
establecida y, en esa lucha de vocablos, busca rebajar y humillar lo que la
cultura dominante considera lo más venerado y sagrado. De esa manera se produce
lo que Guiraud llama la 'denigración
de los valores', que finalmente conduce a la formación de una 'moralidad al
revés'... que invierte los valores de la sociedad rectora.... Y es innegable que no hace excepción porque,
efectivamente, contiene abundantes vocablos de mofa y burla, que apuntan
precisamente a rebajar lo que la cultura 'oficial' defiende y trata de preservar
como un anquilosamiento cultura. Diría de otra manera don Nikito Nipongo: «Es preferible ser ladrón y
hablar en caló que ser pedante y hablar en galimatías».
26 de agosto de 2012
Manual de combate de CHARLES BUKOWSKI
Manual de combate
dijeron que Céline era un nazi
dijeron que Pound era un fascista
dijeron que Hamsun era un nazi y un fascista.
pusieron a Dostoievsky frente a un pelotón
de fusilamiento
y mataron a Lorca
le dieron electroshocks a Hemingway
(y vos sabés que se pegó un tiro)
y echaron a Villon de la ciudad (París)
y Mayakovsky
desilusionado con el régimen
y luego de una pelea de enamorados,
bueno,
también se pegó un tiro.
Chatterton se tomó veneno de ratas
y funcionó
y algunos dicen que Malcom Lowry se murió
ahogado en su propio vómito
borracho.
Crane se tiró a las hélices
del barco o a los tiburones.
El sol de Harry Crosby era negro.
Berryman prefirió el puente.
Plath no encendió el horno.
Séneca se cortó las muñecas en la
bañera (es la mejor manera:
en agua tibia)
Thomas y Behan se emborracharon
hasta morir y
hay muchos más.
¿y vos querés ser un
escritor?
es esa clase de guerra:
la creación mata,
muchos se vuelven locos,
algunos pierden el rumbo y
no lo pueden hacer
nunca más.
algunos pocos llegan a viejo.
algunos pocos hacen plata.
algunos se mueren de hambre (como Vallejo).
es esa clase de guerra:
bajas por todas partes.
está bien, adelante
hacelo
pero cuando te ataquen
por el lado que no ves
no me vengas con
remordimientos.
ahora me voy a fumar un cigarrillo
en la bañera
y luego me voy a ir a
dormir
CHARLES BUKOWSKI
ridículas paladinas del patriarcado
El placer, como a veces el canto poético, deriva de los vínculos del engaño y la manipulación, del postulado de dar y recibir satisfacción. Qué loable intención didáctica. Egoísmo y adoración como principales alimentos espirituales de una relación amorosa-sexual, casi feudal como la que le incumbe a una dama y a su séquito de vasallos. El autosacrificio de la fémina es una autodestrucción porque en la clara idolatría que suscita el mito, lo que se denomina naturaleza femenina es un producto totalmente artificial. Se ha injertado en la idiosincrasia la creencia de que la naturaleza forjó a la mujer, dotándola de dulzura, encanto y delicadeza. Y muchas poetas (y no poetas) son vocingleras de ripios neofeudalistas y ridículas paladinas del patriarcado que se han allanado a la dependencia sexual creyendo que se trata de un acto de afirmación. Abstracción cosificada y mella de confusión entre feminismo y mojigatería:
¿Qué te pasa, pendejo? Si apenas me estoy poniendo sarazón
—"Joven, ya vamos a cerrar el congal. Por favor, pague su cuenta y retírese."
—"¿Qué traes, pendejo? ¿No sabes quién soy yo?
—"No, señor. Ni me interesa saberlo" —contestó pausadamente el cantiner.
—"Soy el escritor más cabrón de Tijuas."
—"Mire, pues aunque usted sea el presidente de la República, el changarro se ha cerrado, y disculpe que ya no pueda servirle un trago más, lo siento."
—"Sírveme otro pisto, puto. Y no la hagas de pedo que la gallina es tuya —insistió— Apenas estoy agarrando avión, y tú me cortas la inspiración."
—"No, no se puede. Además, usted ya está muy pasado d copas."
—"¿Qué te pasa, pendejo? Si apenas me estoy poniendo sarazón. Ni borrando acho."
—"Se dice: ni borracho ando, güey" —intervino un parroquiano que se disponía a retirarse—.
—"Pues váyanse mucho a chingar a su madre todos" —dijo y, tambaleándose, emprendió su retirada vociferando incoherencias—.
—"No, no se puede. Además, usted ya está muy pasado d copas."
—"¿Qué te pasa, pendejo? Si apenas me estoy poniendo sarazón. Ni borrando acho."
—"Se dice: ni borracho ando, güey" —intervino un parroquiano que se disponía a retirarse—.
—"Pues váyanse mucho a chingar a su madre todos" —dijo y, tambaleándose, emprendió su retirada vociferando incoherencias—.
Acicateado por las contradicciones de clase
Ahora, considérese en corolario la siguiente transposición que revierte la felicidad, cuando la perversión dialéctica castiga con el sufrimiento y la marca fatal de haber sido parido en una chabola y crecido en cimborrios infestados de putas, puchadores y raterillos. Aunque, a decir verdad, el batillo, conservando su arrogancia de padrotillo de arrabal, recurre al mecenazgo pretendiendo descubrir la armonía bajo la confusión. El miedo lo cohibe y entonces se vuelve un chamaco «bien educado» (después será el dinero o el afán de gloria mediática). Y al recibir una minúscula bocanada de aire triunfalista —debido a que gana un concursillo literario entre puros pendejos—, se siente el superhombre nietzscheano, una calidad intangible que nada tiene que ver con la honestidad. (salen sobrando los comentarios acerca de la forma tan mezquina como se enquista en la ubre presupuestal y de la inmoralidad conque se conduce para estar de plácemes). Sin embargo, la dicotomía clasemediera le impedirá encarnar el modelo social a que aspira. Acicateado por las contradicciones de clase, confusión ideológica —la quimérica e hipotética movilidad social— que lo conducirá a perseguir objetivos totalmente opuestos, no encontrara más salida para extirpar sus temores y preocupaciones que la rebelión romántica o mera acción de resistencia pequeñobuguesa. Más que conciencia de clase, instinto de clase.
creer que el contenido de un directorio telefónico equivale a literatura.
Todo mundo tiene derecho a perder el suelo de la realidad y creer que el contenido de un directorio telefónico equivale a literatura.
cuando la única meta es llegar a concebir la mentira como si fuera la verdad misma
No es un ninguna exageración, los bienes inmateriales que se producen con acelerada velocidad en la sociedad post-industrial deben ser fiscalizados para asegurar la adaptación social y el proceso de aculturamiento, donde un criminal de guerra, gracias a la manipulación ideológica, se transforma de la noche a la mañana en un ídolo de las masas; donde una pandilla de corruptos brilla como representante de la democracia y portavoz de las buenas costumbres y los valores morales. Los medios son fuente de purificación y metamorfosis de intereses mezquinos y pregonan falsamente ideales de justicia social ahuecada. La inmaculación la determina la publicidad, acepción grotesca de la posmodernidad. Hoy puedo ser empleado de banco y mañana un gran artista. Dos realidades perfectamente combinadas y casi imposibles de distinguirse: el mundo fenomenológico y la realidad virtual, el mundo de los sentidos y la ilusión cibernética carecen de líneas divisorias. Una existencia asimétrica, la alegría y la tristeza metidas en un solo paquete para que nadie sienta la diferencia y confunda el placer mundano con la felicidad. El verbomotor del discurso y la representación de la imagen suelen ser rápidas, fugaces. La tragedia de hoy mañana se olvida. la información llega fragmentada, en pedazos, para impedir la anagnorisis (transformación de la ignorancia en conocimiento). La velocidad y fragmentación del discurso tienen su razón de ser: creer que se emprende una carrera en búsqueda de la verdad, cuando la única meta es llegar a concebir la mentira como si fuera la verdad misma.
borrando las fronteras entre el uno y el otro
¿Qué pasa con los políticos? Pues ahora son mercaderes, y éstos, políticos. Qué tiempos los de antaño. Ahora los que mandan no se saben comportar decentemente, ni siquiera al hablar o escribir. Pero su discurso funciona bien, copta a millones de despistados y los envuelve en su telaraña mediática. Su ideología opera fusionando el binomio aliado-vasallo, borrando las fronteras entre el uno y el otro con un engañoso diálogo que permite mantener bajo dominio a la borregada, al rebaño silencioso solamente sigue las instrucciones. Esos huérfanos de conocimiento, a quienes no les queda más recurso que abrazar el orden establecido y seguir las encomiendas que les dicta la máquina mediatizadora.
el arte en el más ruin discurso escolástico
La coerción, la mediatización y la imposición de valores inicia en los niveles superestructura les de la cultura. Los proyectos culturales adquieren connotaciones políticas casi imperceptibles que refuerzan los bastiones del poder. Si la cultura se ha de entender como sociedad (capitalista) de relaciones pervertidas y sublimadas, entonces los intelectuales, desde el punto de vista ideológico, son coincidentes con los intereses de las clases dominantes. A un manojo de mitos, que son una serie de contradicciones, se les intenta dar el nombre de uniformidad cultural. El punto de arranque para toda consideración histórica-cultural sigue siendo la mistificación y la falsedad, degradación de las cualidades creativas del arte en el más ruin discurso escolástico.
a empujones batidos se juntan para fornicar
Los suicidas románticos y las mujeres fatales
a empujones batidos se juntan para fornicar
bienaventurada mortandad que también florece en primavera
los cadáveres duermen en los brazos de la noche
no importan los sentimientos
si la carne se pudre
añejamiento antropológico
o anestesia que proviene del raciocinio
traducción evangélica del llanto de una bestia enferma de amor
territorio extranjero que se cruza con pasaportes falsos
aquí joder no es solamente practicar el coito
es una subversión técnica del espíritu
defecante ritmo fonético.
añejamiento antropológico
o anestesia que proviene del raciocinio
traducción evangélica del llanto de una bestia enferma de amor
territorio extranjero que se cruza con pasaportes falsos
aquí joder no es solamente practicar el coito
es una subversión técnica del espíritu
defecante ritmo fonético.
garbanzos literarios de penurias provincianas
En la «kulturkampf» telúrica las perrerías equivalen a genialidades y el «humus» que alimenta la literatura es una repelia de vanidad y bufonería, de existencia bastarda que supone la unión envejecida de la escuelas sesenteras setenteras y de alocuciones corrientes y facilonas, cuya producción letrera es el resultado de una puja mediocre y sin talento. Y al decir que el «humus» que alimenta la literatura es una repelia de vanidad y bufonería, de existencia bastarda que supone la unión envejecida de la escuelas sesenteras setenteras y de alocuciones corrientes y facilonas, cuya producción letrera es el resultado de una puja mediocre y sin talento, me refiero que sus puntos de contacto que le dan marcada influencia y potajes para insuflar los garbanzos literarios de penurias provincianas en los recovecos de la geotextualidad. Y para aliviar el lastre, se desentrañan dentro de dicho «contexto» literario, protoliterario y cuasiliterario, manifestaciones que no parecen plasmadas por vía de la convicción interna de la disciplina estética de la palabra, sino por el azar concurrente de los ditirambos retóricos, la ominosa charlatanería, el diletantismo chabacano, la monstruosa ignorancia y los prejuicios del narcisismo capillero. Todo un sistema que gira en torno a la podredumbre literaria, al vulgar pregón de chichisbeos simuladores de poesía, novela y cuento. Aprendiendo a capturar vocablos para armar un mazacote de frases, sin habilidad imaginativa e inocua sensiblería, y siguiendo los poligráficos ejemplos de Octavio Paz, Juan Goytisolo, Juan Marsé y demás linajudos escritores, se cree que ya se tiene consumado el hecho literario, el viaje que tanto han soñado los petulantes pajecillos y secuaces de la cauda oficial de la cultura, hoy degradados en máquinas reverberas del convencionalismo literario.
Un montón de basura que crece hasta el cielo
En abrumadora mayoría, el nivel de calidad estética del quehacer escritural suele ser predominantemente rastrero y el avance cultural nugatorio, la derruida ornamentación de la literatura que aquí se produce contiene un mismo decorado de fondo en sus particularidades expresivas. Una literatura como símbolo de creación arbitraria e inmadura, recapturada a través de un prisma falsificado por el fariseísmo, la pedantería, el esnobismo y los alicientes oportunistas. Cenáculos exclusivistas incorporados al proyecto cultural oficialista, capillas gambeteando el apoyo institucional para sobrevivir parasitariamente del mecenazgo, grupúsculos parapetados en mafias que cortejan los estipendios, monopolizan las becas y agandallan los premios. Entre la runfla de literatos atados al pesebre, y que se desenvuelven sin trabas en el palacio de la mierda del perro (como le decía Brecht a la cultura), con todo su carácter de casta privilegiada, están los siguientes pichones, palomas y pisaflores: el Carlos Adolfo Gutiérrez Vidal, el Pancho Morales, el Luperco Castillo Udiarte, el Alfonso García Cortez, el Tijuana Gringo (Charles Daniel Thomas), el Juan Martínez, el Raúl Linares, el Daniel Serrano la Aída Méndez Flores, la Teresa López Avedoy, el Francisco Morales, el Horacio Ortiz Villacorta, el Juan Carlos Reyna, la Mónica Morales, el Adolfo Morales Moncada, la Paty Blake, la Julieta González Irgoyen, el Antonio Mercado, la Ariadna Hitchel, el Juan Salpri, la Luxia López, el Miguel Quivira, el Roberto Navarro, el José Manuel di Bella, la Hadia Farfán, la Paula Elena Castillo Hurtado, la Elizabeth Salcedo, el Juan Antonio di Bella, la Diana Licéaga, la Miryam Ruiz, la Mariana Martínez, la Lorena Cienfuegos, el Tomás di Bella, la Sharon Vázquez, el Gilberto Licona, la Amaranta Caballero, el Roberto Partida, el Gerardo Navarro, la Mayra Luna, el Ricardo Mendoza, la Olga García, el Francisco Bustos, la Bibiana Padilla, la Paulina de la Cueva, la Rosa Espinoza, el Fernando Vizcarra, la Isabel Velázquez, el Sergio Gómez Montero, la Jissel González, el Javier González Cárdenas, el Jorge Ortega, el Bruno Ruiz, la Alejandra Rioseco, la Elizabeth Algrávez, el Luis Cortés Bargalló, la Bibi Padilla, la Abril Castro, la Violeta Villavicencio, la Brenda Yáñez, el Pedro López Solís, el Omar Pimienta, el Eduardo Cong, la Jenny Donnovan, la Margarita Valencia, el Fidel Lucero, la Andrea Escudero Curiel, la Aglae Margalli, la Martha Edna Castillo, la Mara Longoria, la Alma Delia Martínez, la Adriana Sing, el Pedro Camacho, La Esalí (Estela Alicia López Lomas), la María Edma Gómez, la Ruth Vargas Leyva, la Ana María Fernández, el Gilberto Licona, la Petra Bonilla, la Vianet «Beyina» Medina, el Julio Álvarez «El Chamuco», el Jonnathan Curiel, la Rosina Conde, el Daniel Serrano, el Erasmo Katarino Yépez, el Víctor Soto Ferrel, la Elizabeth Algrávez, la Ivonne Arballo, la Elizabeth Cassezús, la Ariadna Hitchel, el Josué Peñaloza, la Luxia López, el Miguel Quivira, la Hadia Farfán, la Mónica Morales, la Sharon Vázquez, la Luisa Ruiz, el Thomas Di Bella, la Guadalupe Rivemar, el Humberto Félix Berumen, el Sergio Romel Alfonso, el Horacio Ortiz Villacorta y demás figuras representativas de lo más podrido y trucado que se puede encontrar en el muladar de la cultura fronteriza, la gran masa de la pacotilla literaria, como dijera Gramsci, que se cree la gran detonadora del arte literario, extraviada en medio de sus recursos expresivos y de sus propias incongruencias; cada uno esperando turno en la pasarela y el «momento de la coyuntura» para extenderle la mano a la canonjía, la dádiva y la compensación; es decir, ese dinero que sale de los bolsillos de la perrada, propiciando más el sangrado económico de la miserable dieta alimentaría de chinchina popular. Mientras el panorama se ensombrece, ellos reactivan el «chou», con estilo y elegancia, en la cloaca de una cultura palaciega y de postín, estrechamente vinculada a los sistemas verticales de explotación económica y de las superestructuras simbólicas que mistifican la idea de que no existe diferencia entre aparatos de dominio y sociedad. Son relativistas que aún consideran al conglomerado humano como una totalidad abstracta (arte para toda la sociedad), cuando en realidad es para unos cuantos, para ellos, como un derecho feudal de usufructo para sacar provechos particulares. «Es el sexenio de la cultura y de las artes en general, gracias al gran apoyo que estamos recibiendo del gobernador José Guadalupe Osuna Millán», declara en una entrevista el director del ICBC, Ángel Norzagaray, y agrega: «y esto se puede corroborar: Un apoyo por igual a todas las disciplinas y a todos los sectores sociales». Cultureros del barbarismo avanzado repitiendo los mismos arquetipos y mitos del pasado. Un montón de basura que crece hasta el cielo, como decía Walter Benjamin.
una buena relación con el poder
Brincan mejor que las pulgas cuando se trata de asegurar su sobrevivencia (de canonjía y mecenazgo), estableciendo una buena relación con el poder, besándoles las brillosas peloneras a los dadores de los estipendios y estímulos.
senderos de la mediocridad y la complacencia
Tocante a tal Evelina Gil, ¿cómo es posible que esta vieja cochina y chapucera se diga seguidora de Simone de Beauvoir y perogrulle luchas feministas y debates de género?; cuando, a decir verdad, su tono defensivo es una afirmación machista de tomo y lomo en tales cuestiones Con lambisconería explicita y ha hecho muladares asquerosos en el submundo de las letras, consolidando aún más los mezquinos intereses y las inmoralidades de las mafias cultureras. Pasa a primer plano en asuntos del cuchupo y los arreglos debajo del agua para privilegiar a gente de su capilla. Ha surgido de la escoria misma de la artisticidad literaria que da cartas de privilegio a los fanfarrones que se hinchan en el vacío de la túrgida charlatanería. La julana se ha erigido como una de las principales pandereteras de los grupúsculos seudoliterarios que predominan en la escena tertulera de este tafanario fronterizo. En páginas del suplemento «Identidad», no pierde ocasión para deslenguarse en hipertrofiados textos en los que grulla la mediación chapucera y la lambisconería desbozalada. Y no hay articulejo de esta tía en el que no se lea repugiña de adulación rastrera en favor de ciertas madmuaselas y cretinos que como escritores o versificadoras andan muy tirados al catre. Y la pelafustana se entrega en cuerpo y alma (lo cual no quiere decir que con seriedad intelectual) a su iconoclastia de párvulo, atestando sus libelos con chatarra idolátrica de ciertos bichos fantásticos, pertenecientes a las ya consabidas bandas de seudoliteratos. Bueno, al menos la maula le saca provecho a la imbecilidad cultural. Meterse a fullero tiene su chiste y también cansa, pues hay que recoger en un tambo de 200 litros la baba de los bulcheteros. Hay que reconocerle a la ruca dos cosas: su desfachatez para abrevar la coima en nombre del prevaricato cultural y la capacidad para decantar la máquina reverbera con longos chorizales grafológicos por los senderos de la mediocridad y la complacencia.
son los léperos y los hombres de talento
Revueltos todos en viejas y nuevas camarillas donde ya no se sabe quiénes son los léperos y los hombres de talento. Cualquiera sabe cómo se precisa el “apoyo” o la parola hacia los protegidos y recomendados, es decir, la complicidad de capilla, simplemente se les pide a la terna de los «dadores» en turno la dejadez de su responsabilidad moral en aras del prevaricato y la arbitrariedad. Con una cultura dominadora que impone la falsedad de sus monigotes ya no se le puede devolver al arte la inocencia creativa, su libre ejercicio espiritual. Y ante tal imposibilidad de enderezar lo torcido, la única salida de combate ha de ser entonces una crítica despiadada y de carnicería analítica en el tratamiento de los temas.
El Satiricón
Políticamente funcionales, a eso están obligados, y en palabras dichas por Petronio, obrando «como los aduladores de comedia cuando mendigan una cena entre los ricos, no piensan más que en decir lo que creen que será más agradable al auditorio, pues no conseguirían lo que piden si no halagasen los oídos» [El Satiricón].
José Sant Roz
Aquí sí sobran los bichos. Gente lastimosamente ladina, sin delicadeza, sin consideración ni capacidad para el trato ni el respeto humano. Tienen un título y deambulan por sus nichos como eso, digo. Como saben sacar cuentas, o saben dar recetas, o saben relacionar cuentos, morcillas o chuletas, hasta allí llegan y se conforman. Van a Congresos, encuentros y seminarios y vuelven peores. Rumiando habladurías, comadrejas, preguntando siempre cuándo pagarán y cuándo llegara el bono extra. Y los memoranda con lo del ascenso, el título o la jubilación (la gloria). No se enteran en absoluto del mundo que cruje afuera, ni les interesa.
Pero en esas casas (inferiores) del saber no hay lealtad, no hay valores, no hay coraje para cambiar positivamente nada. Los profesores saben lo poco que saben y de ahí en adelante, retroceden. Pequeños soberanos de sus taifas. Morisqueteros cuando traicionan. Eso: academía (según Bierce) una escuela donde enseñan el fútbol.
Claro que nadie les inculcó que la sabiduría está más en la bondad y en el procurar ser justos que en cultivar una habilidad. Hábiles en sobar fórmulas, en caracolear combas, recetear pompas y cuadricular gambas. La universidad nuestra es un archipiélago de pequeñas y taimadas mafias (sobre todo la que arma equipos y cuadros para las elecciones). Porque heredamos el concepto de la supervivencia en el cargo no a través del valor propio sino mediante la transferencia de lo que decide e impone el jefe.
José Sant Roz
Ysaac Mosqueda
A veces un título universitario, una simple promoción a un mejor puesto de trabajo, una posición política o unos bolsillos con más dinero del que acostumbramos traer, se convierten en el elíxir causal de la metamorfosis del carácter y mostramos así nuestra real tendencia a ser. Así, quien fue siempre de apariencia humilde, puede mostrarse de la noche a la mañana como el ser más altanero y prepotente, por el simple hecho de poseer un poco más en lo económico, en lo político, en lo social o en lo académico. Mucho hemos visto de estos últimos entre algunos profesionales, que por un puesto o por una Maestría, trucan su actitud amigable y desinteresada en otra totalmente opuesta. (Gusanos sintiéndose mariposas) Mi abuelo decía:-"Si quieres conocer a un hombre… dale poder, o dale dinero; si no cambia para mal, es un ser que vale, pero si cambia, sigue siendo un miserable"-.
Ysaac Mosqueda
Marx y Engles
“La burguesía no puede existir, si no es revolucionando permanentemente los instrumentos y los medios de la producción, que es como decir, todo el sistema de la producción, y con él todo el régimen social . Todo lo contrario que las clases sociales que la precedieron, pues estas tenían como causa de su existencia y pervivencia, la inmutabilidad e invariabilidad de sus métodos de producción. La época de la burguesía se caracteriza y distingue de todas las precedentes, por un cambio continuo en los sistemas de producción, por los continuos cambios en la estructura social, por un cambio y una transformación permanente. Se derrumban las relaciones inconmovibles y mohosas del pasado, junto con todo su séquito de ideas y creencias antiguas y venerables, y las nuevas envejecen ya antes de echar raíces . Se esfuma todo lo que se creía permanente y perenne. Todo lo santo es profanado, y al final, el hombre se ve constreñido por la fuerza de las cosas, a contemplar con mirada fría su vida y sus relaciones con los demás. La necesidad de encontrar permanentemente nuevos mercados, espolea a la burguesía de una punta o la otra del planeta. En todas partes se instala, construye, establece relaciones”. Manifiesto Comunista, Marx y Engles
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