26 de agosto de 2012

José Sant Roz

Aquí sí sobran los bichos. Gente lastimosamente ladina, sin delicadeza, sin consideración ni capacidad para el trato ni el respeto humano. Tienen un título y deambulan por sus nichos como eso, digo. Como saben sacar cuentas, o saben dar recetas, o saben relacionar cuentos, morcillas o chuletas, hasta allí llegan y se conforman. Van a Congresos, encuentros y seminarios y vuelven peores. Rumiando habladurías, comadrejas, preguntando siempre cuándo pagarán y cuándo llegara el bono extra. Y los memoranda con lo del ascenso, el título o la jubilación (la gloria). No se enteran en absoluto del mundo que cruje afuera, ni les interesa. Pero en esas casas (inferiores) del saber no hay lealtad, no hay valores, no hay coraje para cambiar positivamente nada. Los profesores saben lo poco que saben y de ahí en adelante, retroceden. Pequeños soberanos de sus taifas. Morisqueteros cuando traicionan. Eso: academía (según Bierce) una escuela donde enseñan el fútbol. Claro que nadie les inculcó que la sabiduría está más en la bondad y en el procurar ser justos que en cultivar una habilidad. Hábiles en sobar fórmulas, en caracolear combas, recetear pompas y cuadricular gambas. La universidad nuestra es un archipiélago de pequeñas y taimadas mafias (sobre todo la que arma equipos y cuadros para las elecciones). Porque heredamos el concepto de la supervivencia en el cargo no a través del valor propio sino mediante la transferencia de lo que decide e impone el jefe. José Sant Roz

Tijuana es el culo de San Diego

Tijuana es el culo de San Diego, es uno de los tantos retretes, tafanarios y bacinicas que tiene California. Dónde todo mundo se cree poeta ...