el sello de la «identidad» en la estrecha «sique»
«Sobre la existencia del hombre: Somos como esos presos a perpetuidad —ha escrito Ernesto Sabato— que construyen barquitos dentro de una botella, o lapiceras de colores» [Heterodoxia]. Si la pereza intelectual no anda muy en declive y, considerando que el concepto de «identidad» en que se inspiran los fundamentalistas tijuanacos no hace distingos entre señorones y lacayos; y nos remite a nociones de «existencia» y «realización», entonces nada se pierde con buscarle chichis a las culebras; o sea, retrospectivamente hallar un modelo «ad hoc» que, a carta cabal, nos imprima en la estrecha «sique» el sello de la «identidad». Y, para tal efecto, qué mejor prototipo para ello que la serpiente del Paraíso; la primera dama del linaje «subversivo», la gran maestra que tuvo el hombre, pues ella quería «enseñarle» lo que era bueno.