Prensa culturera, tan rapaz como zafia


Los pocos sedimentos culturales que existen en este muladar fronterizo toman una dirección abstracta de metáforas chuscas y de estrafalaria bisutería cuando el periodismo seudocultural de gacetilla se permite dar relevancia de algún hecho relacionado con las expresiones artísticas. No hay asomo de crítica ni mínimos visos de seriedad intelectual a la hora de imbuirse en las reseñas. Atroces libelos de sensibilidad adiestrada de una cohorte de servidores, buenos para el chantaje y para cobrar lisonjas. Prensa culturera, tan rapaz como zafia, perpetrada por barzotas que cumplen sus cometidos de acuerdo con los dictados de los machotes y las carpetas salivosas de sus pendejadas. Coja el lector o la lectora un periódico y ábralo en la sección de espectáculos y se dará cuenta de la porquería que los dizque periodistas culturales rotulan en calidad de artículos, comentarios o reseñas sobre asuntos relacionados con la literatura, música o pintura. Y ¿qué es lo que se lee? El neoescolasticismo de las “bellas” recitaciones “poéticas” de salón; el gran gusto estético de la pequeña burguesía, automatizada por la mediocridad del pragmatismo.
Pura estrategia publicitaria y exaltación de la bohemia parasitaria que pregona un desfasado «malditismo» literario de ropero. Elites estetizadas y gacetilleros seudoculturales se influyen mutuamente y perviven en un sistema de alianzas, estandarizados por la secuencia de la política cultural dirigista. Refinada, de buen gusto, dirán ellos. Pero en realidad son las posiciones más ranciadas del culturalismo oficial; actitudes de atraso moral e intelectual que tienen maniatada no sólo a las conciencias sino a las expresiones literarias.

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