3 de julio de 2013

convicciones, anhelos, frustraciones, odios, emociones, miedos y angustia



El ser humano requiere de un discurso como expresión de su conciencia, es decir, de un lenguaje que nos traiciona y se vuelve cómplice de nuestros enemigos. El lenguaje, siendo lo más íntimo y cercano a nosotros, al ser expresado nos abandona y transformado en discurso ya no nos pertenece. Nuestras palabras son la mejor arma que un enemigo puede usar en contra de nosotros. Nos damos a conocer por medio de la palabra, lo que permite saber de cuál patea cojeamos; medir fuerza y temperamento, y prever qué posibilidades existen para un triunfo o una derrota. La palabra siempre guarda un sentido, aun siendo incoherente exige interpretación; es un resultado de lo que somos, una dispersión de nuestra existencia, es parte de la vida. Las palabras son una huella de nuestras convicciones, anhelos, frustraciones, odios, emociones, miedos y angustias. Revelan los secretos más recónditos. La única manera de evadirse de ellas es a través de la muerte, pero esa ruptura de nada sirve porque ellas se quedan y nosotros nos vamos.

las encomiendas dicta la máquina mediatizadora



¿Qué pasa con los políticos? Pues ahora son mercaderes, y éstos, políticos. Qué tiempos los de antaño. Ahora los que mandan no se saben comportar decentemente, ni siquiera al hablar o escribir. Pero su discurso funciona bien, copta a millones de despistados y los envuelve en su telaraña mediática. Su ideología opera fusionando el binomio aliado-vasallo, borrando las fronteras entre el uno y el otro con un engañoso diálogo que permite mantener bajo dominio a la borregada, al rebaño silencioso solamente sigue las instrucciones. Esos huérfanos de conocimiento, a quienes no les queda más recurso que abrazar el orden establecido y seguir las encomiendas que les dicta la máquina mediatizadora.

Qué iluso Walter Benjamin



No es un ninguna exageración, los bienes inmateriales que se producen con acelerada velocidad en la sociedad post-industrial deben ser fiscalizados para asegurar la adaptación social y el proceso de aculturamiento, donde un criminal de guerra, gracias a la manipulación ideológica, se transforma de la noche a la mañana en un ídolo de las masas; donde una pandilla de corruptos brilla como representante de la democracia y portavoz de las buenas costumbres y los valores morales. Los medios son fuente de purificación y metamorfosis de intereses mezquinos y pregonan falsamente ideales de justicia social ahuecada. La inmaculación la determina la publicidad, acepción grotesca de la posmodernidad. Hoy puedo ser empleado de banco y mañana un gran artista. Dos realidades perfectamente combinadas y casi imposibles de distinguirse: el mundo fenomenológico y la realidad virtual, el mundo de los sentidos y la ilusión cibernética carecen de líneas divisorias. Una existencia asimétrica, la alegría y la tristeza metidas en un solo paquete para que nadie sienta la diferencia y confunda el placer mundano con la felicidad. El verbomotor del discurso y la representación de la imagen suelen ser rápidas, fugaces. La tragedia de hoy mañana se olvida. la información llega fragmentada, en pedazos, para impedir la anagnorisis (transformación de la ignorancia en conocimiento). La velocidad y fragmentación del discurso tienen su razón de ser: creer que se emprende una carrera en búsqueda de la verdad, cuando la única meta es llegar a concebir la mentira como si fuera la verdad misma.
Qué iluso Walter Benjamin cuando propuso una crítica a los medios para quitarles el poder de manipulación. En fin, eso fue parte de las elucubraciones de la teoría crítica o la ciencia melancólica.

La estética oficial de los frutos podridos




La engañifada de que los esquemas ideológicos se han derrumbado para adaptarse a las reglas del juego. Lo que ha habido es un cambio de maquillaje para ocultar las viejas manchas… La estética oficial de los frutos podridos. Vaya pifia en un mundo de buti tontoculos...

transposición que revierte la felicidad



Ahora, considérese en corolario la siguiente transposición que revierte la felicidad, cuando la perversión dialéctica castiga con el sufrimiento y la marca fatal de haber sido parido en una chabola y crecido en cimborrios infestados de putas, puchadores y raterillos. Aunque, a decir verdad, el batillo, conservando su arrogancia de padrotillo de arrabal, recurre al mecenazgo pretendiendo descubrir la armonía bajo la confusión. El miedo lo cohibe y entonces se vuelve un chamaco «bien educado» (después será el dinero o el afán de gloria mediática). Y al recibir una minúscula bocanada de aire triunfalista —debido a que gana un concursillo literario entre puros pendejos—, se siente el superhombre nietzscheano, una calidad intangible que nada tiene que ver con la honestidad. (salen sobrando los comentarios acerca de la forma tan mezquina como se enquista en la ubre presupuestal y de la inmoralidad conque se conduce para estar de plácemes). Sin embargo, la dicotomía clasemediera le impedirá encarnar el modelo social a que aspira. Acicateado por las contradicciones de clase, confusión ideológica —la quimérica e hipotética movilidad social— que lo conducirá a perseguir objetivos totalmente opuestos, no encontrara más salida para extirpar sus temores y preocupaciones que la rebelión romántica o mera acción de resistencia pequeñobuguesa. Más que conciencia de clase, instinto de clase.

la bondad por la bondad




 

Sólo la totalidad de los actos de los animales son precisos, la facultad plena de sentir el deleite; y su bondad no es mezquina, es la bondad por la bondad...





Tijuana es el culo de San Diego

Tijuana es el culo de San Diego, es uno de los tantos retretes, tafanarios y bacinicas que tiene California. Dónde todo mundo se cree poeta ...