yo no tenía más hogar que un cielo lleno de nubarrones



Mis hijos son cuatro y no los puedo mantener trabajando de obrera
Nací sufriendo y después de parir a mis cuatro vástagos
jamás supe dónde quedó mi alegría
Por tal motivo pienso que este mundo es una caca  inmensa
Una vez que casi estaba a punto de morir
Mis amigos asistieron a la supuesta despedida, menos tú
No viniste porque no quisiste
o porque andabas ocupado en tus negocios de redención
Te busqué por todas las rendijas y agujeros
que tiempo atrás habías alumbrado
Nunca apareciste
quedándome yo triste igual que un borracho despechado
Cuando lloraba
parecía que el mundo se derretía con mi llanto
Mas la buena o mala suerte
un día tocó a mi puerta
(yo no tenía más hogar que un cielo lleno de nubarrones)
A las diez de la noche, sucia y maloliente,
me acosté en la banca de un parque
Iluminada por la luz de la Luna
apretujaba mis sueños,
mi único patrimonio, etéreo como la nada
La cuidad se acostó junto conmigo
(y que es una maravilla dormir con gente a quien no le importo)
Muy temprano un policía me levantó a patadas,
no quise pelear con él y me marché
Con puntapiés en mis nalgas estampó los buenos días,
así me saludó el gendarme
No me  importó
Porque  ese  día   yo llevaba las estrellas y la Luna
pegadas en el trasero •

Entradas más populares de este blog

DOSSIER CARLOS LÓPEZ DZUR [TROZOS POÉTICOS]

«NUESTRA CAMA ES DE FLORES» O EL AGUACHIRLE SENTIMENTAL CLASEMEDIERO

EVA JORDÁ O EL RE-SENTIMIENTO DE UNA POESÍA QUE SE TRASMUTA EN ANTIPOESÍA