13 de julio de 2013

Y ME GUSTÓ LA CHINGADERA



Todo pasó en un día en que yo fui a buscar a un morro que era compañero de clases, muy trucha para las matemáticas el güey. Y como yo era un pinche burro en cuestiones de números, pues fui a talonearlo a su cantón para que me hiciera un paro con la tarea que nos había dejado el profe. El morro no estaba, pero estaba su carnala de 15 años. Yo tenía como 11 años de edad y todavía no se me paraba la bichora y, además, tenía buenos pensamientos. Solamente conocía lo malo por referencias bíblicas y platicas beateariles. Pero el chamuco, disfrazado de ángel, andaba en el aire y puso ante mis ojos los pliegues carnosos de una vulva adolescente, haciéndome creer que trataban de pétalos de flor. No lo puedo negar, me gustó la chingadera.

Francisco Morales en la dote cultural de nuestras miserias locales

Y el poeta, compinchado en la rémora de las instituciones cultureras del gobierno empresarial (IMAC, CONACULTA, FONCA, ICBC, CECUT), proporc...