Soy siempre materia dispuesta

Desde que era muy chamaca padezco fiebres uterinas, o calores vaginales, como decía mi abuela. Lo que, al chile pinto, quiere decir ninfomanía. Soy una mujer sedienta de placer sexual. Hay en mí un fulgor que me domina y me arrastra al desenfreno cachondero. No puedo frenar la voracidad de la megaputa que llevo dentro. Como histérica, soy el deseo del que mis padres carecen. Para la "gente bien nacida" soy una obscena, una pervertida, una viciosa del pene, una busca-pitos. Cuando llegan los estragos de calor, mi vagina se vuelve una vorágine. Soy siempre materia dispuesta, open-panocha, a cualquier hora y situación. Inoperante es el control mental de mis acciones. Por eso me quiere expropiar el cuerpo, y porque soy objeto el deseo narcisista de mis padres.

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