La morra no se ha abierto de capa porque tú no le has dado quebrada



Ganas no le faltan de darle rienda suelta a la lujuria reprimida que se carga. La morra no se ha abierto de capa porque tú no le has dado quebrada. La tienes cautivada pero no se anima a sacar a flote su putañería, te cree un hijito obediente. ¿No te la cogerías si se pusiera de pechito? ¡Mírale las regiones pudendas cómo las tiene! Las encantadoras tetas, las preciosas nalgas, y su changuito peludo que casi grita pidiendo disparos; ¿para qué te digo? No te apendejes, no dejes escapar ese suculento culo que la perra te ofrece. Hazla feliz, arrímale una verguiza; la está pidiendo a gritos, y tú ni reviras. Su única ambición, aparte de ganar lana, es disfrutar de un palo tras otro. ¡Imagínatela cómo aullaría de placer dándose unas sentadotas encima de ti! Ya parece que la escucho gritando 'más, más, más'... y desmayándose en el éxtasis. No te inhibas, pendejo, ajérale y verás que se mocha. Suéltale cualquier verbillo balazo y te capeará.

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