La juventud de Borges

La juventud de Borges fue muy dolorosa. De morro -el sicólogo Miguel Cohen-Miller fue quien lo atendió- y dice su loquero que Jorge Luis a los 19 años no padecía fobia sexual, pero el che se cargaba un trauma sexual de pocamadre, ya que su jefe lo había iniciado a la vida sexual ni más ni menos que con su madrastra. Es por tal motivo -escribe Gabriel Cacho Millet- que en ningún verso de Borges cabe un muslo, un seno, la apretada sombra de una mujer o un beso que no sea inmortal (y el único cuento de tema amoroso que escribió -a sus 75 abriles- es Ulrica, en El libro de arena). ¿Acaso el pudor froideano lo distanciaba del erotismo? Con quebrada. En su producción no permean las carnes erógenas (pito y panocha), el deseo y la pasión lúbrica. A los más que llegan sus escritos es al beso, al apapacho santurrón y a la manita sudada. Tocante a esto, Enrique López Aguilar escribe: "Cuando él habla de las relaciones entre hombre y mujer en sus poemas, siempre evita la alusión directa a piel, cuerpos, sexualidad, y prefiere concentrarse en esa condensación absoluta de las emociones asociadas con el amor: encuentro, enamoramiento, fascinación, el leve roce de los labios o las manos, la certidumbre del arrasamiento personal, el abandono o la separación, la falta de correspondencia, la nostalgia" (nada de sobar el oso ni repegar la guásima; cero faje ni agasajo marinero). ¿Se poncharía alguna vez a la María Kodama? Nel, prefirió el mundo metafísico que matar la cochi. Zambullirse en las sabrosas nalgas de una mina... ¡ni de loco! Ya de perdis un becerrazo. Menos. A pesar de que siempre estuvo rodeado de puras jainas (mamá, carnala, alumnas, secretarias, amigas, lazarillas, etcétera.). ¡Chale, qué desperdicio de jamón! Si yo hubiera estado en sus zapatos hubiera rajado más leña que la chingada. "He sido demasiado pudoroso" -alegaba el ruco. Entre otros, éstos son algunos de los cacharros que desperdició Borges: María Esther Vázquez, Estela Canto, Delia Ingenieros, Matilde Urbach, sin contar una de las Ocampo (no la guaifa de su compita Bioy; aunque no hay compadre que no chingue).

Entradas más populares de este blog

DOSSIER CARLOS LÓPEZ DZUR [TROZOS POÉTICOS]

«NUESTRA CAMA ES DE FLORES» O EL AGUACHIRLE SENTIMENTAL CLASEMEDIERO

EVA JORDÁ O EL RE-SENTIMIENTO DE UNA POESÍA QUE SE TRASMUTA EN ANTIPOESÍA