gobierno malandrinazo
Como dijera alguna vez don Cantinflas, en la mendacidad moral, en el cinismo desbozalado, en la impunidad y en las promesas chinas de las mediocres criaturas políticas que tienen la gloriosa deshonra de desgobernar la «societas rerum» está el detalle. Ahora, qué le puede importar a Felipe Calderón tener en su gabinete de gobierno a un malandrinazo de la talla de Genaro García Luna, si el 95 por ciento de los delitos cometidos en México quedan impunes de castigo; y considerando que la mayoría de esos actos delictivos son cometidos por agentes o exagentes de las corporaciones policíacas, entonces el asunto del contubernio y las licenciosas conexiones de don Genaro con la mafia trafiquera son solamente ligerezas que se aceptan sin chistar, defectillos que cualquiera pueda cargar en su existencia.