EL BRUNO RUIZ O EL FINAL DE LA ERA CUADERNARIA



PAPEL VERSUS PANTALLA: A partir de que fue «renunciado» del pápiro Frontera, el pelón Bruno Ruiz le ha sacado partido al weblog; primero con su «literatura aleatoria» y posteriormente con «movements of thought, hiperficciones - f(r)icciones». Sin dejar de reconocer que en sus trabajos literarios, de un tiempo acá, ha desarrollado otras facetas que ya no ponen en duda su talento como escritor bloguero; lo que en rigor supone una superación del hecho escritural, especialmente en sus narraciones breves. Creo que alejarse de la nota periodiquera representó para él, en cierta medida, un beneficio; corría el riesgo que el periodista acabara por aplastar sus facultades creadoras, de destruirse como escritor.  


Circunstancias de la vida; hoy está situado entre las figuras más emblemáticas de la literatura blog, triturando ficciones hasta convertirlas en otra realidad. 

Una especie de antología de microrrelatos es el resultado del taller virtual de narrativa hipertextos.blogspot.com que ha ideado y coordina el Bruno Ruiz. Para quienes propugnamos por una literatura weblog, este proyecto no puede pasar desapercibido, pues hay que valorar y reconocer que la aportación del Bruno en este sentido ha sido chuquis y su esfuerzo merecedor de felicitación. El bato se la ha rifado como bloguero en la teta de vidrio en un golpe de baraka.

hipertextos.blogspot.com es un ejemplo que sirve para despabilarles la extrañeza y la incredulidad a los escépticos que se aferran a la creencia dudosa de que mas allá del papel no cabe la literatura. Un caudal de textos de minicuentos de todos colores y sabores, sin hacer alusión de qué tan buenos o malos sean, han desembocado en el recipiente creado por el BR. 

El batillo lleva a cabo el acopio de diversos microrrelatos (que no exceden de 150 palabras) y que la perrada bloguera, con entusiasmo, ha enviado al blog de marras; su presencia participativa es destacable y presupone, simultáneamente, una opción para aspirantes y creadores que gustan de la talleriada; lo que implica, además, un rechazo y rompimiento respecto de la creencia idiota (impuesta por el centralismo) y aceptación estúpida (derivada del complejo de inferioridad fronterizo) de suponer que únicamente los escritores de la metrópoli son aptos y capaces para venir a impartir un taller de narrativa o poesía. 

Sino, díganme ¿por qué se recurre a rucas piporrescas como la tal Cristina Rivera Garza o a chilangos como el mentado Carlos Chimal, quien a últimas fechas aterriza en Tiyei en calidad de dador supremo de un pinchurriento cursillo de literatura, pedorreando el marketing culturoso con la kábula de «Taller de narrativa dirigido a escritores interesados en la (jajajá) profesionalización de la creatividad narrativa»; donde además el pelafustán, en contubernio con el elefante blanco del CECUT, despeluca a los ingenuos parroquianos con la nada despreciable cantidad de setecientos varos por escuchar pitonadas y mentirijillas. 

El Bruno está convencido que la labor literaria no es un pasatiempo ni faena pa matar el ocio. Tampoco es prioritario en él que vivir del oficio escritural, aunque muchos quisiéramos vivir de este camello. Yo, por mi parte, soy abogado, y de los litigios judiciales saco la firula pa llenar la tripa; el Bruno la menea de arquitecto y no discurre en deseos plañideros para sustituir una cosa por otra, y mucho menos, se rebaja a talonear subsidios o becas como lo hacen los cabrones carroñeros que se niegan a corretear la chuleta en otros campos. Quién no desea ser un escritor de tiempo completo, pero ya ven, si no se cuenta con marmaja que respalde la sobrevivencia no queda otra que comer aire como los pinchis camaleones. 

Sé de escritores que pregonan ufanos el amor a la escritura, pero eso lo aseveran de la geta pa fuera, pues anteponen a su devoción literaria el biyuyo, por eso consideran una pérdida de ganancias abrir un blog en la teta de vidrio. También existen otras razones como el «rockstarismo» mamón del que nos habla el Bruno,  alias  el cabeza  de  poronga

«TE VOY A DECIR por qué los astros de la literatura se aprietan con el blog. Por que no lo consideran un medio serio. Así mismo, como consideran sus textos un ‘trabajo serio’ (una profesión que les cuesta, así como tú recibes salario por tu profesión), el blog es visto como un free ride donde se pierde más de lo que se gana: plagio. Se aprietan, y lo que ponen en el blog son enumeraciones sosas y estúpidas: muy de acuerdo. Aquí el señor Fadanelli me decepcionó bastante. De hecho, no he leído sus novelas, y después de leer su blog, no me dan ganas. Esta es la cruda realidad. Ese wey está sobrevaluado por los defeños. Hay más talento narrativo en Tijuana que ese wey» [10 de abril de 2004].
Es en la weblog donde el Bruno Ruiz ejerce primordialmente su oficio de escritor, además de ser en ese universo cibernético donde él es más conocido, admirado y estimado. En la blogósfera ha sido el sitio donde la reluciente pelonera de este bloguero tijuanense ha dado sus mejores dotes literarios, por su pasión y compromiso con la escritura. 

No quiero pasar por alto las aportaciones que también han llevado a cabo gente como el Nacho Mondaca (humphreybloggart.blogspot.com), Julio el Sueco (aztlan2.blogspot.com), entre otros no menos importantes, verbigracia Luis Humberto Crosthwaite, reincorporado nuevamente al chamán de vidrio con quimerista.blogspot.com, y, asimismo el Manuel Lomelí, (chango100.blogspot.com), cronista de la escatología hard core. 

LA BREVEDAD ES TIEMPO: El fenómeno de la minificción ha puesto a algunos críticos a parir chayotes; titubean si ubicarlo como género, categoría o estilo literarios. Lo pertinente sería nombrarlo hibridación genérica en el que confluyen diferentes formas y estructuras de la palabra. 

Para referirse a este multigénero de lectura instantánea suele establecerse la siguiente sinonimia: microrrelato, minificción, cuento de hoja, narrativa bonsái, cuentochori, ficción corta, microcuento, cuento corto o narración breve. Pero dejemos que sea el Bruno Ruiz el que nos diga qué pex con el birote del micronarrativa, que no hay duda que será el modelo narrativo protagónico del siglo XXI y prototipo de la ciberliteratura: 

«LA FICCIÓN CORTA, como expresión de literatura, tiende a ser más dificultosa. Es en su espacio breve, estrecho, donde debe registrarse un efecto literario. Una conmoción. Un movimiento de ideas. LA FICCIÓN LARGA, véase novela, es más amable. Permite peroratas, extensión. El único problema, o digamos, requerimiento, es que solicita entrega y tiempo. Una ficción corta queda lista en una sentada. Su desventaja: casi nunca queda bien: es un albur» [Movements of thought, 11 de abril de 2004].
CARACTERÍSTICAS DE LOS MINIRRELATOS: Un texto de ficción pony pudiéramos decir que se sustenta en los siguientes postulados: 

• Predominan la brevedad y la rapidez en el discurso literario, y es elástico porque carece de limitaciones (no tiene más límites que aquellos que marca la imaginación creativa); por eso es apto para una comunicación urgente. 

• Efecto inesperado como golpe de ingenio, por su final abierto y sorpresivo. El final se sugiere a manera de metáfora, mediante un sentido figurado. 

• Se sobreponen a la trama la sorpresa, el humor y la ironía, la risa y el asombro; aunque lo más intenso en un minirrelato es la acción que constituye su inmanencia (organización interna) donde se haya contenida la tensión. Pero el desarrollo de la acción es escueto porque el minicuento transgrede las leyes de tiempo y espacio. 

• Prevalece la intertextualidad en fusión o combinación de otros géneros y subgéneros literarios (poesía, epístola, ensayo, crónica); también se apoya en las formas no literarias. 

• El formato estilístico emparienta con la estructura de la fábula (pero ajeno a su moralismo didáctico), la paradoxa (anécdota sensacionalista); 

• El contenido temático es sencillo y el final queda, casi siempre, abierto; y ofrece al lector variadas posibilidades de interpretación, o sea que es un hipertexto (laberinto literario con más agujeros que un cerco viejo), aunque algunos minicuentos adolecen de salidas facilotas y unilineales; es interpretativo porque regularmente el principio sugiere el final. 

• Su legitimidad estética traspasa las fronteras del papel y se adecua perfectamente en el ciberespacio, es decir, la funcionalidad del microrrelato es que puede ser insertado tanto en la hoja de papel como en la página web. 

EL FINAL DE LA ERA CUADERNARIA: El Bruno Ruiz ha dado en el clavo, sus hipertextos como actividad escritural vertida en el recipiente de los minirrelatos, representa el futuro inmediato de la literatura por-venir. Solamente habremos de esperar que los cuadernícolas acaben de ahogarse en sus aguas pretéritas y los libros terminen como reliquias u objetos destinados a adornar las dichosas salas de estudio y bibliotecas. 

El el pelón  Ruiz con sus chicha bloguera nos advierte que estar en la weblog no significa estar ante una simple pantallita valedora de madre para morbosos voyeristas y casquivanos trolos (cuya conciencia semántica no reúne ni siquiera las nociones básicas de lo literario); constituye la apuesta de una literatura blog y la vía idónea de transición hacia el nuevo formato que está por adoptar el cuadrado mamotreto de papel. 

En conclusión, la literatura no solamente se expresa a través de los libros, también existe el blog. 

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