AGARRAR EL GALLO MUERTO

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Agarrar el gallo muerto (según mi Diccionario de caló en la frontera, Edit. El Charquito, 1994) significa realizar el acto sexual con una mujer después que la ruca ha matado la cochi con otro güey. En otra variante calichera puede decirse el lloga cuitiado o el gallardo felpado.
A propósito del terminajo, el máster campechano Juan de la Cabada, en un cuento titulado La pesca, nos regocija con este refilón narrativo: "¿Y de mí, qué agregar? Pues a mí, con cierto júbilo de aquella memorable temporada, suelen rebullirme los barullos que armábamos en esas travesías nocturnas, cuando antes de pasarles a los gringos las mujeres nos las tirábamos a menudo varias veces encima del encerado, al viento áspero del mar y al balanceo del cayuco. Así pues, mientras uno iba gobernando el timón otro pisaba, y celebrábamos entre carcajadas y alaridos los gallos muertos con que se regodearían nuestros colegas rubios del otro lado". (Cuentos del camino, UAS, 1979).

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