EL ADOLFO V. NODAL • OTRO CHORERO EN LAS COMARCAS CULTURERAS DE TIYEI


TIJUANA EN LOS EFLUVIOS DE CANTALETAS DE CODONGOS

Se sabe que, por vía del «díctum» culturero, choreros y condongos reiteran constantemente la cantaleta de que este culo de San Diego (y al que también se le denomina Tijuana) —a partir de un par de decenios atrás— se engrumece como una especie de “capitolio internacional de las artes”.

—Pura labia,.

Exacto, burda construcción mediática de objetos meramente conceptuales sin certeza lógica; sobrada zalamería que aplasta la verdad de las cosas.

—Y los sedicentes «críticos» de la realidad fronteriza ¿qué dicen al respecto?

Arambel de palabras, la mayoría de ellos no quieren salir de sus madrigueras tan siquiera para saludar.

Algunos de esos supuestos «escribanos» aquilatan la bambolla como cierta, otros hacen mutis y se vuelven herméticos depositarios del silencio, evitando el flemón para que no los vayan a tildar de buhoneros o cobistas. Dominados por el mutismo, éstos acoquinados (no-opinadores) y promotores del autismo cultural valen lo mismo que los infatuados fandongueros que vocinglean —con ridículas u oportunistas pretensiones— la insultante mofeta de que nuestras miserias locales relampaguean como prototipo universal del desarrollo cultural y artístico del planeta.

La «crítica», contentadiza y abúlica (y que, a decir verdad, no es crítica), en vez de articular un discurso reflexivo para refutar esa chaladura y desmentir con argumentos convincentes a la runfla de pelotilleros, se conforma con chipotear frivolidades y farolear a los pajecillos y cortesanas en turno que intentan hacerse parte del canon. Y es que aquí, como en otras partes, la «crítica» apesta a propaganda y no anuncia otra cosa que las ganas de vomitar; sus opiniones encajan maravillosamente como flor del ojal de la tartufería artística, pues enchiquera como suyas las consignas rutinarias del marketing: sumisión no discusión, aceptación no debate.

Y es que solamente se justifica la idea sin ejercicio, pues no el lícito ni decente hacerles la vida de cuadritos a los gargantudos con los cuales mantienen vínculos de corto compromiso político.

—En ese deslumbrante manojo de patrañas aparece la simbiosis como parte del gesto mediático.

Los «unos» y los «otros», gandules y achichincles, conjugando mezquindades y aviesos intereses, reclaman el reparto de medias rotas para sus piernas con várices, haciendo parir las antinomias que servirán para dar respaldo a los borbollones de patrañas y engreídos cacareos.

—Recurren a las antinomias sirven para legitimar la llana desvergüenza, la retórica almidonada y la repugnante desmesura con las que se ensalza a este pueblo como “epítome del arte y la cultura”.

¿Qué secretos hay detrás de todo ese ruido de sonajas? ¿Reacción emocional por el gusto del tema?, ¿efluvios de un «tout court» idealista?, ¿sueños de tontos que siguen soñando que están despiertos?

—Usted dirá, lector o lectora.

Mientras responde vayamos a inspeccionar algunos rollos de esa sicología pintoresca, charoleada con la misma metodología del milagro de los panes.



SE DIVULGA EL CAMELO POR LAS COMARCAS DE LA TÍA JUANA

Lo que enseguida se lee son parte de las puerilidades y complacencias discursivas que, sin controlar palabras, emoción y pensamiento, escribió a tal respecto el señorón de nombre Adolfo V. Nodal, cositas pretextiadas con motivo de una exhibición —digamos— artística de folklore barato en la que participaron una runfla de mamacallos que conculcan en el campo de las llamadas artes plásticas o visuales.

De su redrojo pancheril, que además se atrevió a publicar en el revistón sarabiano «Tijuana Metro» (volumen 6, número 43, de fecha agosto-septiembre de 2006), reproduzco un cachirul, ribeteado con el fulgente cabezal de «Tijuana cruda».

«Esta muestra ofrece a un grupo pequeño de catorce hombres y mujeres de la gran selección de artistas visuales que están viviendo y trabajando en Tijuana hoy: es un ejemplo de la energía cruda que esta encendiendo la producción del arte en el México norteño y la California del sur. El trabajo de estos artistas que se esfuerzan en la línea delantera de las líneas fronterizas, que está detonando en un movimiento cultural internacional poderoso que pone un nuevo tejido de influencias e interdependencias de Baja a San Francisco. El hecho que ellos todos son creadores que han puesto sus raíces en y han sido en mucho parte de una escena bulliciosa de arte floreciente de Tijuana que hace a esa ciudad extraordinaria el sitio de una nueva era de globalización de cultura que antes nunca se ha visto» [Adolfo V. Nodal, Tijuana Metro, volumen 6, número 43, agosto-septiembre de 2006, página 10].

Pero qué ocurrencias de suscitar esos ecos febriles, persecución vana de la gloria. Si Tijuana apenas es una dacha de la juerga cultural en la que abundan la mediocridad intelectual, el talento inflado y la exhibición de intimidades que los corifeos diletantes suponen que es arte.

—Crédulos de lo pirronesco que, por hecho de ver gatos negros, ya se imaginan que por ai anda la bruja.

Esa es la malograda información que nos brinda el fulano de apellido Nodal, quien —muy al tono de un discípulo de Cantinflas— redacta su tartajo con expedita dislexia escritural. Además de agredir a la sintaxis y cocinar con una prosa bárbara su camote, entre pujidos de «colapsus linguae», el tipo no hace otra cosa que disparar tonterías.

En qué cabeza cabe pregonar el infundio de que en este muladar fronterizo se «está detonando en un movimiento cultural internacional poderoso» y que Tijuana es un «ejemplo de la energía cruda que está encendiendo la producción del arte en el México norteño» y blablablá.

—El güey hace lo mismo que la gente que vive del oficialismo cultural: puras macanas.

Veamos otro pedazo de su cadena de insensateces:

«…la cultura de Tijuana parece ilimitada y preparada para extender su influencia hacia el norte y hacia el más allá. Este nuevo caballo de fuerza en las artes ha evolucionado al mismo tiempo que Tijuana toma su lugar como uno de los centros culturales bohemios de verdad para los artistas visuales mexicanos y otros intelectuales y pensadores en muchos campos de persecución creativa y puntos similares. Atrayendo pensadores creativos principalmente de San Diego, Los Ángeles y otros puntos del norte y de Europa. Tijuana es también un sifón de talento de México, Centro y Sudamérica que cuela con dirección norte durante las últimas décadas» [Adolfo V. Nodal, Tijuana Metro, volumen 6, número 43, agosto-septiembre de 2006, página 10].

—¡Ay, güey! «Sifón de talento», «nuevo caballo de fuerza en las artes».
—Qué pasado de riatas.

El infeliz gamberro culturoso no tiene idea de lo que rumia y parece que pertenecen a esa clase de individuos que sufren una atrofia evolutiva en sus mecanismos cerebrales de cognición. Su percepción de la realidad es corta y miope, subjetivismo idealista inducido por un fetichismo que antepone la mistificación a la verdad histórica y material.

Son de ese mismo corte y catadura gacetilleros y publirrelacionistas como el Jaime Cháidez, el Sergio Rommel Alfonso Guzmán, el Daniel Serrano, el Roberto Castillo Udiarte, el Rafa Saavedra, el Roberto Jiménez Rosique, la Regina Swain, el Erasmo Katarino Yépez, la Aída Méndez, el Gerardo Navarro, el Gilberto Licona, el Mario Ortiz Villacorta, el Alejandro Rodríguez, el José Vicente Anaya, el Roberto Navarro y demás ralea de turiferos. Estimulados por una asombrosa ignorancia, son incontables los individuos y las individuas que repiten las mismas taras que los anteriores gestadores de cretinismos fraudulentos. [1]

—Para ellos la realidad comienza en sus tatemas y no en los avatares de la fenomenología del mundo material.
—Lo cierto es que aquí, como en muchas partes, dejan que la cultura se consolide por inercia, mientras los chichos que supuestamente la promueven y la menean se van a jaranear a las tascas.

Gracias al negocio de propaganda trinquetera que desponja el mentado Adolfo V. Nodal, cualquier cabrón llega a convertirse en artista y sus cochinadas pasan por obras de arte.
Y prueba de ello es que, de toda la perrada que integra el «grupo pequeño de catorce hombres y mujeres de la gran selección de artistas visuales» que presenta en su redrojo, solamente unos cuantos son dignos de ser considerados verdaderos hacedores de arte. Pues, la mayoría de estos estetas, si acaso tienen sensibilidad artística, la tienen embotada, deformada y fetichizada.

—Y no hablemos ya de talento porque allí la cosa anda de la chingada.

A pesar de que se barbote que son «un ejemplo de la energía cruda que está encendiendo la producción del arte en el México norteño y la California del sur».

—Robusta taradez.
—Sin el impulso propagandístico esos pobres suatos no serían más que sombras.

Veamos la pasarela que engalana el registro de payasadas que confecciona el Adolfo N. Nodal y que adorna las páginas del revistón sarabiano: Mely Barragán, Tania Candini, Roberto Córdoba-Leyva, Antonio Escalante, Gabriela Escárcega, Charles Glaubitz, Aldo Guerra, Alfredo Gutiérrez, Franco Méndez Calvillo, Julio Orozco, Irma Sofía Poeter, Roberto Rosique, Daniel Ruanova y Ricardo Sanders. De la primera y el penúltimo, o sea, la pareja pictórica Barragán-Ruanova, ya me he ocupado de escribir algo en «Vertederos de cretinadas» anteriores. [2]

—De los demás, como dijo la Juanga, no vale la pena pasarlos por hacha. Son gatos que maúllan a la luz de la misma luna a la que le chilla la parejita en mención.



PARA NOTAS DE PIE O HUEVOS DE COCHI

1.- De todos los turiferos ya mencionados, basta sacar a la colada las memeces de dos publirrelacionista. Esto dijo el AR, o sea, el Alejandro Rodríguez :

«Yo creo que en Tijuana nos ven desde el centro de la república, y de otras latitudes, como una capital cultural, en donde la creación artística tiene matices muy importantes. En primer lugar hay mucha creación artística, y en segundo lugar es una creación de vanguardia, en la cual los artistas están desarrollando expresiones en distintas disciplinas que no son las tradicionales que no ves normalmente en el centro del país, sino que van un poco más de la mano de las vanguardias que se dan en otras partes del mundo» [Alejandro Rodríguez, entrevista en la revista Tijuaneo, Número 9, octubre de 2007, página 28].

Rumió esto el JCHB:

«La reciente versión de Entijuanarte fue un éxito en cantidad, los tijuanenses lo han hecho propio. (sic). Por lo pronto, felicitaciones a todos los que formaron parte de una fiesta colectiva que hizo del Cecut un Zócalo de alegría, de amigos mutuos, del encuentro con extraños que posiblemente nunca coincidirían en otro lugar, pero aquí, en un festival interdisciplinario, todos tienen permiso de mirar, de tocar, de formar parte de una Tijuana llena de arte» [Jaime Cháidez Bonilla, Frivolitos de la olla, Identidad, 1793, domingo 14 de octubre de 2007].

2.- Tocante a la cuestión de la «pareja pictórica» Ruanova-Barragán, remito a los lectores a dos articulejos del «Vertedero de cretinadas» que se intitulan «EL PINTORCILLO DANIEL RUANOVA: ¿PAYASO INGENUO O BUFÓN HIPÓCRITA?» y «LA MELY BARRAGÁN: UNA TOMADURA DE PELO CASI PERFECTA».

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