DUELO DE CARROÑEROS O EL FRACASO DE UNA RETÓRICA AUTOMATIZADA POR LA ARISTARQUÍA TIJUANACA



Vertedero de cretinadas


Por Éktor Henrique Martínez




DUELO DE CARROÑEROS O EL FRACASO DE UNA RETÓRICA AUTOMATIZADA POR LA ARISTARQUÍA TIJUANACA



Collones, miedosos, pusilánimes, maritornes, apocados, medrosos, culones, encogidos, irresolutos, gallinas, acoquinados, menguados, pávidos, turbados, cagones, chamaquitas, asustadizos, temerosos, sacatones, cortos, capados, culipandeados, timoratos, temientes, rajones, paniquiados, cerotones, gingirines, jindamas, cangueleros, chavalas, julepes, furifais, mansejones, formidolosos, cuitados, pacatos y mariquitas sin calzones.



UN SIMPÁTICO BRIBONAZO DE SONRISILLA SIMIESCA

Aunque cada vez más carcomida y mordisqueada por la enana colmilluda llamada inmoralidad política, la prelación burocrática se impone como una suerte de «bingo» en favor del zutanete de nombre Virgilio Muñoz, quien pela una sonrisota simiesca porque fue elegido como uno de los subcaciques político-cultureros del CONACULTA. Sonrisota simiesca que suelta no solamente por ser el ungido matacuás del Centro Cultural Tijuana (CECUT), sino que tal mueca le sirve para anunciar a los chillones que le andan moviendo el tapete que se ha columbrado y, por ende, se la han pelado.
En efecto, el ruco ya amacucó el hueso y, por lo que parece, todos los intentos persistentes para tumbarlo del macho han quedado precisamente en eso, en intentos. Y aunque le han colgado en su calaca una chaqueta malandrinesca, nadie se ha encargado de arrojar datos certeros sobre su perdularia conducta; y, si acaso lo han hecho, ha sido por encimita y de un modo muy ligero, con desinformación y escasa reflexión. [1]
Tanto los opositores del ruco (léase, mejor, detractores) y los que le hacen cohorte y procesión, son culturosos que despliegan acciones (y, en su mayoría, por conveniencia de lograr un interés particular) predestinadas a promover y difundir la idea de la cultura oficial. Esperando que brinque la liebre, sus devotos hacen votos para que el perseverante esfuerzo rinda frutos y aviente —ya de perdis— el quichi de las uvas o las tres del tabiro.
He aquí una muestra donde hacen pasarela, desde simpatizantes, allegados, prosélitos, correligionarios y hasta secuaces: el Roberto Limón, el Luis Ituarte, el Fran Ilich Morales, el Carlos Fabián Sarabia, el Alex Zúñiga, el Armando García Orso, el Alfonso López Camacho, el José Galicot Behar, el Leobardo Sarabia, el Manuel del Postigo, el Alfredo Álvarez Cárdenas, el Armando Vidal «El Gume», el Octavio Hernández, la Guadalupe Rivemar, la Vianka R. Santana, el Oscar Ortega, el Mario Castillo, el Mario Ortiz Villacorta Lacave, el Javier Bátiz, el Gabriel Trujillo Muñoz, la Aurely Monraz, el Diego Moreno, el Adolfo Morales Moncada, el Ángel ValRa, el Abyss Borboa, entre otros aplaudidores y corretones de la dádiva.
Entanto que a mí me importa un cacaguate quien meta las pezuñas en la oficina principal de «La Bola», el «club de admiradores» del VM chirigotea con buenos ojos «la designación» del mixturizado burócrata “priísta-panista” como director del establecimiento multicitado; «tijuanense con arraigo y décadas de trabajo en el ámbito educativo y cultural en nuestra región», arguyen los piroperos y panegiristas; y quienes, a través de sus alegorías y loas que le dedican al cañiquero tecnócrata prianista, contraídos por la absorción acrítica y mecanicista de la ingenuidad, el pliegue convenenciero o el cínico arribismo, camelean, choricean cábula e incurren en el mismo onanismo intelectualoso que los defenestradores de don Virgiliano.
Guachen qué putota mentira se avientan:

«El proceso seguido para la designación, iniciado a principios del mes de abril pasado, incluyó propuestas de parte de la comunidad cultural, lo que aportó argumentos a la decisión de la presidencia del Conaculta y le restó unilateralidad, a esa facultad ejecutiva».

Como sabrán los que aún recuerdan, el recién designado director del Centro Cultural Tijuana (CECUT), para hacerse de tal hueso recurrió al parolazo del FECAL por interposición de su hijo (de él, no del Fecal). Así, cuáles propuestas, cuáles argumentos —dizque— para «restarle unilateralidad» al «proceso seguido para la designación».

—¡Ah, qué cabrones los del club del VM! Nos quieren mandar a la panadería con el manual del perfecto comprador de pan y escrito por el mismo panadero que vende el pan.
—Son chingaderas —como decía la Yudit Cosmibitch. [2]




LA COBARDE EXPOSICIÓN EX-NIHILO
[O CUANDO LA CENSURA ES CENSURADA POR LA AUTOCENSURA]


Con su cara de Bart Simpson huehueche, con sus lentes de culo de botella, y amparado en un falsa «resistencia» que apesta a rockstarismo, reproche taimado y cabulita lenguaraz, el Erasmo Katarino Yépez —acompañado de una recua de mamertos, entre los que destacan socios y secuaces, invitados y amigos de ocasión— hace gala de sus marrullerías que, como siempre, sólo devienen en cacareos engreídos.
Con el unto de hisopar giña sobre la calaca del fulanete que apenas comienza a calentar el sillón de machincuepas del Centro Cultural Tijuana (CECUT), esta vez sus inquietantes vértigos se expresan de manera colectiva y mediante esta malograda retórica:

«Consuelo Sáizar Guerrero • Presidenta • Consejo Nacional para la Cultura y las Artes • Por medio de esta carta, los abajo firmantes —artistas, intelectuales, promotores de la cultura, profesionistas y personas interesadas en el devenir de las instituciones de cultura y en las políticas culturales aplicadas por los tres niveles de gobierno en Tijuana— solicitamos atentamente la reconsideración del nombramiento del director del Centro Cultural Tijuana (CECUT)».

—¡Úfame, león! Conque se solicita «atentamente la reconsideración del nombramiento del Centro Cultural Tijuana (CECUT).

Luego, Katarino y sus «firmantes» invitados, en un intento muy vano y suato de cuajar su punto petitorio, apuntalan que el bribonazo prianista del «Virgilio Muñoz es una persona que merece nuestro respeto pero cuya trayectoria no cumple con el perfil indispensable en esta área específica de la cultura».

—Oh, sí… claro. Virgilio Muñoz es una persona que merece nuestro respeto pero… qué chingue a su madre (agregarían en voz-off los susodichos «firmantes»); porque el güey «no cumple con el perfil indispensable» en quién-sa-be-qué «área específica de la cultura».
Antítesis de los desfiles alabatorios: detrás de la aceptación hay un rechazo. Sin la negación no podríamos darnos cuenta que el mundo está podrido. Por eso Hegel, puesto al revés, es un horror para el burgués. Y ahora la pregunta del millón, aparte de querer distinguirse: ¿qué pretende lograr el Erasmo Katarino Yépez con sus arengas y parrafadas? ¿La risa, la burla, la envidia, el odio? Esos ya son instintos primitivos.

«No se trata de un profesionista que haya tenido responsabilidades previas en la gestión cultural o en la administración de instituciones culturales; tampoco cuenta con la presencia activa o el conocimiento de la comunidad cultural y de los creadores artísticos de la región; no ha encabezado ningún proyecto de índole cultural en años recientes; estamos seguros su trabajo ha sido valioso y será valioso en otra áreas, pero la dirección de CECUT requiere de un perfil activo mucho más claro. • Por lo cual solicitamos que se reconsidere la designación».

Como si las mentadas «responsabilidades previas en la gestión cultural o en la administración de instituciones culturales» contarán mucho en el momento del dedazo y de ajuariarse con el hueso.

—¡Esas mamadas son solamente para que se las crean los pendejos que desconocen quién es quién en la grilla! —gritarían al unísono los miembros del gabinete del desgobierno del Felipe Calderón Hinojosa.

Y si el ganón del CECUT «tampoco cuenta con la presencia activa o el conocimiento de la comunidad cultural y de los creadores artísticos de la región», ¿para qué le serviría? Lo que cuenta es la carencia de honradez.

— Y si es ampliamente conocida, pues qué mejor.

Y si el mordisqueador del choncho hueso «no ha encabezado ningún proyecto de índole cultural en años recientes», está demostrado en innumerables situaciones que con la incompetencia y la ineptitud basta. Que no se tenga el mínimo sentido de lo que es cumplir una función pública es algo que le tiene sin cuidado al señorón Muñoz. Y, dada la ambigüedad de las proposiciones blandengues que muestran los respingones en sus faltriqueros desplegados, un «perfil activo mucho más claro» también podría ser entendido en la persona del titular, algo así como gozar de la suculenta chuleta presupuestal, hacer trácalas, soportar acusaciones de gacetilleros muertos-de-hambre y dejar una estela de rapacerías. O, díganme, ¿de qué otra manera puede explicarse que pelafustanes y pelafustanas —charlatanes, corruptos, ignorantes, ineptos o malintencionados, según sea el caso— tales como el Sergio Vela, la Sari Bermúdez, la Elba Esther Gordillo, el Emilio Gamboa Patrón, la Josefina Vázquez Mota, el Luis Carlos Ugalde, el Vicente Fox, el Jesús González Reyes, el Jorge Ramos, etcétera, hagan de las suyas en el arte de la polaca y los asuntos de gobierno?
Más que «artistas, intelectuales, promotores de la cultura, profesionistas y personas interesadas en el devenir de las instituciones de cultura y en las políticas culturales», los sedicentes suscriptores y firmantes del quejumbroso libelo parecen ingenuas máquinas que balbucean absurdos caprichos infantiles; empequeñecidos animales que buscan algo nuevo que adorar, con que contentarse y calmar sus necesidades; oligofrénicos que se arrodillan ante la publicidad y el protagonismo, pidiendo que les suministren sus terroncitos de azúcar, que les meneen el rabo y les toquen campanitas.

—Bola de mantenidos.

No anda errado Julio el Sueco cuando dice que la cultura tijuanense es patrimonio de «una mafia, de una élite que no deja que otras personas ajenas al círculo de dinero que presume cierta clase social de Tijuana entre nada más porque sí. Todos se conocen y todos se pasan el tip en dónde está la beca y así, un largo sinfín de ayudas monetarias para los mal llamados artistas cuya visión de Tijuana gira en torno a trilladas y regurgitadas expresiones que las quieren vender cual figura de yeso de piolín o bugs bunny en los múltiples puestos de artesanías que la ciudad presume» [Julio Sueco, Tijuana a secas, desde Suecia, 10 de junio de 2006].

Pero continuemos con el divertido disparatario que nos abona la casta de descastados seudointelectuales, quienes ahora se quejan de los mismos topillos que ellos mismos han creado, propiciado y fomentado.

«De ser ratificada, estaríamos corriendo el riesgo de entrar en un largo proceso de división, y se pondría en entredicho los procedimientos de selección de funcionarios por parte de la presente administración y creemos que esto será tomado por un sector considerable de la comunidad de la frontera como un golpe contra el avance de la cultura de la región y contra el propio CECUT».

—¡Ay, santísima Trinidad! Eso sería el colapso de la cultura oficialista y, por consiguiente, el quebrajamiento y ruina de los cánones de fabricación institucionalizada.

Del mismo modo en que el fenómeno de la cultura es una estructura de clase; trasmisor subalterno con su bello estilo de mistificar las relaciones.

«En la ciudad de Tijuana y la región hay personas que cuentan con la preparación profesional, la trayectoria reciente y la experiencia que se requiere para desempeñarse exitosamente como directoras o directores del CECUT».

—Ajá, igual de rufianes que el míster Muñoz y con un carácter burocrático, acostumbrado siempre a recibir órdenes de los de arriba, lamberles las patas y comportarse despóticamente con los de abajo.

Pongan a quien pongan se van a repetir las mismas cosas. Manotearán de lo lindo los ratas recién llegados, se repartirán enormes sumas de morlaca para difundir patrañas, entre los “ilustrados” y la perrada habrá el mismo abismo infranqueable, los oportunistas, parásitos y arribistas hallarán sus caminos de sobrevivencia y los solitarios defenestrados continuarán predicando en el desierto. La crisálida solamente se sacudirá su vieja envoltura y continuará la irresponsabilidad, la hipocresía, el cuatachismo, el prevaricato y demás lacras ancestrales.

—Pero la requisitoria de los inconformes es también cursi y amorosa:

«Pedimos, pues, respetuosamente: • A. Se permita superar la situación de creciente inconformidad entre la comunidad cultural, propiciando y conduciendo una selección comprometida con el desarrollo cultural de la región que favorezca los auténticos consensos con la ciudadanía, por encima de cualquier criterio político. Consideramos que la dirección de CECUT debe quedar en manos de una persona que no ponga en duda la seriedad de las decisiones de su gestión. • B. Que la selección del director del CECUT sea un proceso en el que los nombres y perfiles de los candidatos, la auscultación de los mismos y el nombre de quien resulte seleccionado, sean fases abiertas a la ciudadanía y donde rijan los intereses estrictamente culturales».

La gente sin pretensiones cultureras y que, día tras día, a chingadazos se abre paso en la vida (y que, dicho sea de paso, no está ligada al arte pero tiene un espíritu más sensible que los estetillas pajaronalgonescos), ténganlo por seguro que se mofará de todas esas mamadas.

«Esta carta no está apoyando a ningún candidato alterno. Lo que estamos solicitando es que se transparente una decisión tan importante para esta región».

—¡Bah! ni siquiera tienen los huevitos para aventar su gallo.
—¡Ay, ay!, «esta carta no está apoyando a ningún candidato alterno».
—¿Recomiendan algunas medidas correctivas para el pillazo del Muñoz? Por ejemplo, darle unos doscientos chicotazos en cada nalga.
—Ni como ocurrencia, son unos cobardes.

Los argumentos que espetan los dolidos «firmantes» —con relación al compromiso que dicen tener en el «avance de la cultura de la región» y «en el devenir de las instituciones de cultura y en las políticas culturales»— son semejantes a los que enseguida transcribo:

«Considero que nuestra misión artística tiene una importancia trascendental para el pueblo, en estos momentos en que debemos elevar el espíritu y la mentalidad del pueblo (sic); estoy segura que todos los mexicanos superaremos el presente y habrá un futuro mejor, pero por supuesto se logrará con la colaboración de todos, no es tarea de un hombre únicamente sino de todo un pueblo de fuerza moral».

Son palabras que —como diría el máster Nikito— salieron de la popa de la filósofa «coñosuriana» Thelma Tixou, mientras enseñaba carnes y meneaba el cacharro frente al entrevistador. [3]
Ahora, en el supuesto de que el pipón designado como macizo del CECUT no fuera un nuboso malcarado, sino todo lo contrario; es decir, un compinche de caterva y compatible al celebrado cretinismo de los supuestos “agraviados”, ¿le dedicarían mentadas de madre y le chingarían la borrega con cartitas plieguitos y minutas?

—De ninguna manera, se refrenarían, esconderían la cachava y guardarían compostura de señoritas modosas.

«Sin otro asunto, confiamos en la prudencia de las decisiones a tomar, porque lo que está en juego es algo muy importante y sabemos que no hay necesidad de convertir esta designación en una arena política que se preste al desgaste de las instituciones y al desprestigio de la presente gestión. Le enviamos un cordial saludo».

Nefandos cañamazos. ¿A poco creen que la «bicicleta que anda sola», la Sáizar Guerrero, va a acudir en auxilio de estos pobres güeyes? Y es que traen el culo en la mano, pues temen que el Virgilio Muñoz les aviente al olvido sus privilegios y canonjías. Y ya se escucha el borregazo de que el ruco quiere chingarse a los cabrones que andan soliviantando pendejos. Pues que se agarren los que le han aventado caca y melcocha; ahora sí va cumplir lo que ha dicho (algo que es muy raro en él): que les hará la pinchi vida de cuadritos.

—Y lo peor del caso es que la topografía tijuanense cuenta con pocos lugares para esconderse.

Ahora bien, como se advierte en los rituales de la imperfecta publicidad y militancia de espectáculo, estos son los superdotados genios de chafetán que se han alzado cuales si fueran inquisitivos bichos de cartelera:

NOTA: con escasas excepciones, la mayoría son pájaros cilantreros, cochis con maldiojo y corucos chupapijas.

Melisa Arreola, Mónica Arreola, Hebert Axel González, Mely Barragán, Paty Blake, Álvaro Blancarte, Amaranta Caballero, Flora Calderón, Carmen Campuzano, Roberto Castillo, Carmela Castrejón, Franklin Collao, Rosina Conde, Luis Humberto Crosthwaite, Jaime Cuanalo, Marvin Durán, Alfonso García Cortes, Fidel Ernesto González Hernández, Edmundo Lizardi, Alfredo Lucero-Montaño, Lorena Mancilla, Karla Martínez, Pepe Mogt, Ana Karenina Ochoa, Sidharta Ochoa, Jaime Orozco, Julio Orozco, Roberto Partida, Omar Pimienta, Raquel Presa, Juan Carlos Reyna, Roberto Rosique, Miryam Ruiz, Rafa Saavedra, Víctor Soto Ferrel, Regina Swain, Margarita Valencia, Yvonne Venegas, Adrián Volt Saénz, Heriberto Yépez.

Cabe destacar que ninguno de los baturros y rucas, ni por descuido o efímera laguneta mental— se sustrae del gusto y la vanidad de acompañar los nombres con un montículo de abombadas adjetivaciones como: «ejecutante musical, periodista cultural, videoartista, gestor cultural, artista de performance, promotor binacional, artista multidisciplinario, promotor de nuevas ideas, promotora de la lectura, organizadora comunitaria por justicia ambiental, realizador visual» y etcétera.

—Entonces, que muera el pueblo y viva la culturosada.
—¡Putamá!

Un síntoma para trazar mejor el cuadro de blasonería muy propia de los principados y señoríos de la baja Edad media. Además, pretenden que sus “enjuiciamientos” reprobatorios se mantengan en un nivel de ambigüedad y de simulada parábola ideológica; meollo de la insuflera vida “poética” y “literaria” que —dicho sea de paso— es de podridas flatulencias. Y como bien afirma mi compa el Julio Martínez, «son pocos los que tienen acceso a una literatura que exija un pensamiento crítico, simplemente, es una minoría la que sostiene las riendas de la cultura en México y Tijuana es mi mejor ejemplo para ello porque es nada más de ver qué clase de personas exporta cultura al exterior para darse cuenta de ello. Puro pinche junior que nunca ha visto una escoba de paja en sus manos de señoritas» [Julio Sueco, Tijuana a secas, desde Suecia, 10 de junio de 2006].

—Cabrones. Reaccionan como si se tratara de un pedotete mundial de magnitudes semejante a las del «caso Padilla».
—Pero… dioquis… porque la dirección de los intelectuales en la cosa pública ha perdido influencia en las funciones hegemónicas. [4]

¡Ah!, ya casi se me pasaba. No faltaron algunas almas caritativas que —en calidad de invitados de piedra— se sumaron a la lista de fieles y aceptaron sumisos el disparate. Así, siguiéndoles el rollo a la tropa de cretinos, impúdicamente dieron su anuencia y repitieron el bochinche: el Luigi Amara, el José Vicente Anaya, el Mario Bojórquez, el Luis Cortés Bargalló, el Alberto Chimal, el Felipe Ehrenberg, el Evodio Escalante, el Guillermo Fadanelli, la Eve Gil, el Jorge Moch, el Carlos Monsiváis, el José Emilio Pacheco, el Daniel Sada, el Juan Villoro, el José Javier Villarreal y el Rogelio Villarreal.

—Pues, qué bien. Bendito sea el «contexto» de los constructos mentales en el que la ideología se ha vuelto una entidad etérea, invisible e imperceptible.



NOTAS FINALES O GÜEVOS DE COCHI

1.- En efecto, sólo cositas así pepenadas: «Nota de Reforma y Excélsior. "En 1995, Centro Binacional de Derechos Humanos (CBDH) acusó a Virgilio Muñoz Pérez, entonces delegado regional en Baja California del Instituto Nacional de Migración, de haber participado en el tráfico de personas migrantes. El funcionario fue destituido y se le abrió una investigación"» [EL BLOG DE SIDH. RESEÑA, MINI CASI FICCIONES, 21 de mayo de 2009].

2.- Si desea chutarse completita la cábula, aquí la tiene: «CARTA CECUT. POSTURA COLECTIVA‏ • POR UN CECUT RENOVADO • Mtra. Consuelo Sáizar Guerrero • Presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes • A la comunidad cultural de Tijuana • A la opinión pública • Los aquí firmantes, trabajadores, organismos y activistas de la cultura tijuanense, deseamos fijar nuestra postura acerca del proceso de transición que experimenta el Centro Cultural Tijuana (CECUT). La mayoría de nuestros proyectos son de índole independiente y contribuyen a forjar el calendario cultural anual de nuestra ciudad. Por eso nos interesa la marcha de las instituciones gubernamentales de cultura, como contraparte a la energía ciudadana que caracteriza a Tijuana. • 1. Respaldamos la designación del nuevo director del Centro Cultural Tijuana, Virgilio Muñoz, tijuanense con arraigo y décadas de trabajo en el ámbito educativo y cultural en nuestra región. El proceso seguido para la designación, iniciado a principios del mes de abril pasado, incluyó propuestas de parte de la comunidad cultural, lo que aportó argumentos a la decisión de la presidencia del Conaculta y le restó unilateralidad, a esa facultad ejecutiva. • 2. Son válidas e importantes las manifestaciones de sectores universitarios sobre el destino del CECUT; enriquecen la vida cultural de la ciudad. Confiamos que su participación no se limite a coyunturas como ésta y aporten su reflexión crítica en forma permanente. La intervención de personajes culturales foráneos expresa compromiso y buena fe, vínculo con la cultura fronteriza. Estos últimos han sido aliados invariables de la cultura tijuanense y es explicable su aprensión, desde su lejanía y desinformación de lo que sucede en Tijuana. • 3. Las primeras declaraciones del director del CECUT, Virgilio Muñoz son relevantes en el sentido de propiciar una apertura que incluya a todos los sectores. Tomamos nota de su esfuerzo por establecer un diálogo con la comunidad y fomentar los foros públicos para la discusión del proyecto de la institución. Entre otras urgencias advertimos: presentar un programa de trabajo, ampliar el registro de escritores, incorporar artistas visuales a la cartelera mensual, abrir la puerta a jóvenes rockeros y otros géneros musicales, establecer foros de reflexión sobre nuestra cultura e interactuar con proyectos, espacios independientes y festivales locales. La cultura binacional asimismo es una fuente de intensidad y recreación cultural. La ubicación estratégica de Tijuana debe ser aprovechada como cruce de culturas y detonante de proyectos artísticos. Asimismo, el Centro Cultural Tijuana debe realizar un esfuerzo para ser un puente con otras dependencias del orden federal (Fototeca, Festival Cervantino, Centro de la Imagen, INBA, Vinculación Cultural) y atraer parte de la vasta oferta cultural nacional a nuestra ciudad. • 4. Urge impulsar un pacto entre la comunidad cultural y el CECUT, para potenciar lo que se realiza habitualmente en proyectos, espacios independientes, colectivos, festivales y en el activismo cultural binacional. El inicio de esta gestión en el CECUT puede ser el momento de adaptar nuevos esquemas operativos y decisiones no tomadas antaño. Eficacia antes que trama burocrática. Diálogo y proyecto de gestión consensado. Decisiones efectivas para atenuar la centralización cultural. La nueva directiva del CECUT debe activar cauces de comunicación con creadores y promotores. En el cambio, las instituciones se superan y combaten las inercias. Es la oportunidad de contar con un CECUT renovado y al servicio de la enérgica y trepidante cultura tijuanense. • Tijuana, Baja California, 3 de junio de 2009»
3.- Nikito Nipongo, Un culo filósofo, en Museo Nacional de Horrores, editorial Océano, México, 1986.

4.- «La sociedad intelectual no trata problemas de la ciudad porque simplemente no es popular tanto a lo que concierne audiencias e intereses locales como nacionales, simplemente no le conviene a la mafia cultural de país y su títere Tijuana hablar de pobreza, ecología, crimen, abusos otros y cómo es que estas infrahistorias revelan los fracasos de una clase media que se da ínfulas de grandeza en las páginas de Sociales de los periódicos de México ni mucho menos cómo es que Tijuana es cuna de defraudadores especialistas ni cómo es que Tijuana es una gran escuela donde el fraude es una forma de vida cotidiana» [Julio Sueco, Tijuana a secas, desde Suecia, 10 de junio de 2006].





Continuará.

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