LUIS HUMBERTO CROSTHWAITE • UN ESCRITOR DE SEGUNDA CATEGORÍA
LUIS HUMBERTO CROSTHWAITE
• UN ESCRITOR DE SEGUNDA CATEGORÍA
«A los escritores tijuanenses no les gusta escribir sobre Tijuana. Y si lo hacen, por ejemplo, en el caso de Crosthwaite, lo hacen en una forma divertida. Y lo que es más, se preocupan especialmente por las cosas más populacheras, más típicas. A veces, incluso, por las cosas perfectamente más folklóricas de la ciudad. ¿Qué quiero decir con eso? O sea, que él, Crosthwaite, quisiera penetrar en sí, en un cierto campo no sólo del lenguaje, si no de la realidad. De hecho, lo ha tocado.
Para mí, no ha logrado, hasta ahora, nada muy trascendente. Sin embargo, yo…
Un día me lo encontré y le dije: mira, a mí siempre me has parecido un escritor de segunda categoría. Espero que un día me des una obra definitiva, una verdadera gran obra, una obra tuya, madura.
Si, de un tiempo acá, he vuelto a releer tus cosas, te podría decir que, a lo mejor, sin que tú te lo hayas propuesto, y con el afán de encontrar cosas típicas, curiosas y divertidas, simpáticas de la ciudad (que es lo que a ti más te atrae), a sabiendas, o no, has encontrado ciertos tipos humanos a los que no les has podido sacar provecho; porque solamente lo encuentras en la realidad, una realidad que tú no conoces a fondo; porque no te quieres involucrar en ese medio; porque tú ni siquiera tienes carácter para eso. Pero a ti te producen una gran curiosidad ciertos agujeros de la ciudad de Tijuana, ciertos callejones, ciertos rincones, ciertos basureros.
Ciertas cosas que te parecen muy simpáticas y muy divertidas. Y no creo que las conozcas a fondo; no te interesan; las ves un poco desde afuera.
Pero, independientemente de eso, creo que eres uno de los primeros escritores que ha cubierto un cierto tipo de sujetos; algunos que aparecen periódicamente por los dictados de las modas de vestir, de peinarse, de hablar, de giros, etcétera, etcétera; y los has captado un poco superficialmente.
Pero, independientemente de eso, leyendo las cosas que has escrito —ya en los últimos años—, digo que —quién sabe—, si ahí, en esos pequeños atisbos haya algo que alguna otra persona pueda profundizar donde tú dejaste una chispita, un hallazgo, una lucecita, donde tú has querido hacer literatura; y en donde has querido, o no, has descubierto una verdad. Y eso es valioso» [Rubén Vizcaíno Valencia, de la biografía Un moralista en casa de putas, broli casi terminado a cargo del Éktor Henrique Martínez, alias el Charcomen].