LOS ÚNICOS ORADORES QUE QUEDAN SON LOS LOCUTORES • MICROENTREVISTA CON EL PRO RUBÉN VIZCAÍNO VALENCIA
MICROENTREVISTA CON EL PRO RUBÉN VIZCAÍNO VALENCIA
Verano de 2003
CHARCOMEN: Pro, he visto que ha estado escribiendo mucho este año; y le ha pegado tanto al relato como a la poesía.
PRO VIZCA: He estado escribiendo muchas páginas de narrativa, pero no me había metido en la poesía porque no había encontrado un poeta que me impresionara de verdad para lograr mi propio impulso poético. He escrito mucho este año, de todo. Cuando te enfermas y ya tienes ochenta años, nomás andas pensando a qué horas vas a dar el muertazo. Tengo mucho material, pero ahora que me puse a verlo con más calma, me di cuenta que hay montón de basura.
CHARCOMEN: ¿Elimina, tira?
PRO VIZCA: Sí, tengo que tirar muchas cosas porque escribo todos los días.
CHARCOMEN: ¿Se ha enfrentado a la hoja en blanco y quedarse de a seis? Como en esas ocasiones en que no puede escribir nada. ¿Le ha pasado?
PRO VIZCA: Sí, claro que sí. Pero, generalmente eso se debe a que uno tiene algún problema.
CHARCOMEN: Pro, y a la internet, ¿no se ha metido?
PRO VIZCA: Ahorita ya soy torpe hasta para escribir en máquina. Me llena más estar en contacto con ustedes, tratar con las personas.
CHARCOMEN: De ahí la necesidad de usted de estar siempre entre la perrada.
PRO VIZCA: Sí, yo siempre he sentido la necesidad de andar entre la gente. Yo soy orador y puedo estar ante diez mil cabrones en una plaza de toros. El orador no es más que un pinche actor, es un artista que tiene un gran gusto por la palabra hablada, por el tono de las expresiones, de la voz, que no es lo mismo que el tono de la palabra; esos matices que da la música. El orador es un hombre que ama la música, la palabra hablada. Pero como escritores, los oradores casi siempre son muy pendejos.
CHARCOMEN: Pero ahora los únicos oradores que quedan son los locutores.
PRO VIZCA: Tú lo has dicho. Así es.