REGÜELDOS TERTULEROS • TOMO 2 • EL SAVÍN Y LA AZUBIA LICÓN • ALCOJOL, GATEADAS Y LETRAS

Raúl Acevedo Savín, alias el Jeff Durango o el «Yonofuí»

DE CÓMO EL JEFF DURANGO SE SAIQUIÓ
CON LA NALGUITA DE LA AZUBIA LICÓN


Retornó a su vida loca —el buenazo pa la gatiada nocturna— Raúl Acevedo Savín en ciertos momentos de tentativa concupiscente (o sea, estaba jorni) y navegando con la bandera de «mira-chaparra-que-yo-no-fui-fue-teté» en el oscilante mar de la borrachera finsemanera.
Beodo perdido en las ensoñaciones de las ataraxias vaginales, Raúl Acevedo Savín, émulo de don Francisco (cuando este ruco le brincó a su edecan la Sissy), quiso adentrarse en el oasis prohibido, pero la Azubia Licón le gritó: «¡Nogales, Savín!»; parando en seco al pobre cabrón. El bato quiso hacerse el desenfadado y también la víctima (al menos eso dijo la ruca, la presunta ultrajada).
El bronco y culto Jeff Durango apareció entonces como el «Yonofuí», aprovechando la cierta y relativa popularidad que tiene entre la culturosada oportunista e hipócrita de Hermosillo, Sonora. Recibió apoyo condicionado por la hegemonía que le dan las «Horas de junio» (además, en la Baja California se indistingue como miembro del mediocre forúnculo seudopético «Apancho y laurel»).

—Qué estética más fina, tú.
—Y es que el Jeff Durango, según se apuntala en la «Enciclopedia Sonora», no es cualquier hijo de vecino. Guachen:

«Acevedo Savín, Raúl. Nació en la isla de Cedros, Baja California, en 1959. Estudió la Licenciatura en Letras en la Universidad de Sonora. Desde 1989 hasta la fecha, se ha desempeñado como Subdirector del Departamento de Publicaciones de la Dirección de Extensión Universitaria de la misma Universidad. Ha sido director de las revistas literarias Plaxio, La vida loca y Oasis; éstas últimas de importancia fundamental en el impulso y difusión de la creación literaria, tanto a nivel regional y nacional, como internacional. Fue ganador del Concurso del Libro Sonorense 1998, en el género de cuento, con el texto Al vaivén de la marea. Ha publicado además: Poema inconcluso, 1989; tus cabellos de caracol muerto, 1990; aparece además en White Feather Anthology, La otra poesía sonorense, (antología), 1995»
[http://enciclopedia.sonora.gob.mx/].

—Adió. Y si el güey está tan leído, ¿porqué anda lampaceando en camas ajenas?
—Pues… a lo mejor el bato andaba muy pedo y mariguano. Se saiquió.
—En sí ¿qué chingados hizo el bato, pues?
—Bueno, te voy contar cómo estuvo el birote, carnal •

EL CHARCOMEN, EL ANDRÉS CALAMARDO, LA AZUBIA LICÓN Y EL JEFF DURANGO

MSN:

[16:32] Andrés Calamardo:
Ese Charco.

[16:32] Andrés Calamardo:
¡K transa!

[16:32] Charcomen:
¡Qué pedo, bato? Andas descubriendo América.

[16:33] Andrés Calamardo:
Pos sí, ya sabes que sí.

[16:34] Andrés Calamardo:
Hace vicio esa madre de «CÓMO EL JEFF DURANGO SE SAIQUIÓ CON LA NALGUITA DE LA AZUBIA LICÓN».

[16:35] Charcomen:
El bato es mi compa pero se va a emputar con los «Regüeldos tertuleros» que le escribí.

[16:35] Andrés Calamardo:
Esa madre esta de pocas.

[16:36] Andrés Calamardo:
Pero se aferró el cabrón.

[16:36] Charcomen:
Deja el vicio, no te vaya a pasar lo mismo que al Savín. Jajaja.

[16:36] Andrés Calamardo:
Órale, el Savín… ¿Quién te contó ese rollo? ¿Tú le sacaste la sopa al bato?

[16:37] Charcomen:
¿Acerca del afer con la Azubia?

[16:37] Charcomen:
En las «Horas de junio» de hermosillo se supo todo.

[16:37] Charcomen:
A mí no me quiso contar su versión el bato.

[16:38] Andrés Calamardo:
¿Todavía lo cotorreas al bato?

[16:38] Charcomen:
En dos tres mails.

[16:39] Andrés Calamardo:

De seguro es puro culturoso renegado que nomás se enquista en las instituciones y tira a la basura su condicion de outsider.

[16:42] Charcomen:
Pos ya te la sabes, ¿no? Siempre es así.

[16:42] Andrés Calamardo:
Es como el Rafadro. De esa gente hay un chingo... Pero cuenta el pedo de hermosillo pues.

[16:44] Charcomen:
Resulta que el Savín se puso muy pedo y muy loco (eso se dijo en el bajo mundo de la culturosada hermosillense).

[16:44] Andrés Calamardo:

Jajaja.

[16:44] Charcomen:
Y se quiso coger a una de sus ayudantas de las «Horas de junio»; y la ruca pues no salió de cascos livianos —o tal vez traia el chango descalabrado— y le dijo al bato que niguas.

[16:45] Andrés Calamardo:
Ajá.

[16:47] Charcomen:
Entonces la jaina le hizo un pedotote mundial.

[16:47] Andrés Calamardo:
Jaja.

[16:48] Charcomen:
Y el bato pues le tuvo que hacer como don Francisco, cuando este viejo mañoso gateó desde su cuarto de hotel hasta el cuarto donde estaba tirando barra la Sissy, una edecán que camellaBa con el ruco en el programa «Sábado gigante».

[16:48] Andrés Calamardo:
Qué pasado de vergas. Creyó que porque la morra era su chalana se la podía coger

[16:48] Charcomen:

Lo mismo que a don Francisco le pasó al Savín

[16:48] Andrés Calamardo:

A la bravetti

[16:48] Charcomen:
Simón.

[16:49] Andrés Calamardo:

Es la lokera y la calentura. ¿Y luego?

[16:49] Charcomen:

Ha de haber probado el crico el bato y se puso bien jat.

[16:49] Andrés Calamardo:
Je.

[16:50] Charcomen:
Dicen que andaba tan jarioso que no se enchufó solo porque no pudo el güey.

[16:50] Andrés Calamardo:
Jajajaja.

[16:50] Charcomen:
Jajajaja.

[16:50] Charcomen:
Me estoy cagando de la risa, bato, jajajaja.

[16:50] Andrés Calamardo:
Pero ¿sí le hizo el intento dos tres veces? Jajajaja.

[16:50] Charcomen:
¿Tú qué creees?

[16:51] Andrés Calamardo:
Dime.

[16:51] Charcomen:
A güevo. Y pa que la morra la hiciera de pedo muy gachamente, ya te has de imaginar.

[16:51] Andrés Calamardo:
Perdió el estilacho.

[16:52] Charcomen:
Yo andaba de vacaciones en el DF cuando tronó el pedo y hasta allá escuché putacazo.

[16:52] Andrés Calamardo:
Ora, ¿entonce si estuvo fuerte?

[16:52] Charcomen:
Relativamente machín

[16:52] Andrés Calamardo:
Jajajajajaja. Dos tres. Nomás, como el bato tiene fuero culturero, pues supo parar a tiempo la tartana y sofocó una madre el ruido.

[16:53] Andrés Calamardo:
Lo vas hacer encabronar. Jejeje.

[16:53] Charcomen:
No lo quiero hacer encabronar; é solicito ya se hizo encabronar.

[16:53] Andrés Calamardo:
Qué carrilla eres. A estas horas —de lo emputado que está— ya debe andar echando moco verde por la ñata el pobre cabrón.

[16:54] Charcomen:
Jajaja. No, ni tanto que queme al santo ni tanto que…

[16:54] Andrés Calamardo:
Los lokos se encabronan más fácilmente. Jejeje.

[16:54] Charcomen:
Simón

[16:54] Andrés Calamardo:
¿Es poeta?

[16:54] Charcomen:

Era.

[16:54] Andrés Calamardo:
¿Ontá el bato?

[16:54] Charcomen:
http://www.elcharkito.blogspot.com/

[16:58] Andrés Calamardo:
Ah, ya… Ese wey se parece a mi cuñado... una mierda.

16:59] Andrés Calamardo:
Ataraxias vaginales. ¡Jaja! ¡Jeje!

[17:03] Andrés Calamardo:
"nada más como regla mínina de educación", awebo

[17:04] Andrés Calamardo:

Xido

[17:11] Andrés Calamardo:
¿Todavía tienes al Snow?

[17:13] Charcomen:

Simón, está retripiado •


UN PERIQUITO ATOLERO FROM BEATIFULVILLE

Un domingo por la baraña, fuimos a un puesto revistero para comprar el pápiro «La Jornada», y al llegar al tanichi nos topamos con el Raúl Acevedo Savín . Ya hacía un chingo de tiempo que no le daba tinta; tripié que, ya desde lejecitos, el bato nos había dado color, nada más que, ladinamente, se hizo el comecamotes, desviando la mirada hacia el frígüey vertical de las hormiguitas nalgonas, es decir, volteando los oclayos hacia los arbolitos donde los perros callejeros o chuchos de familia evacuan el agua de riñón.
Luego que saqué un papiro del estante caminé dos tres pasos hacia donde él se encontraba; le dejé caer la vista como lápida sin otra intención que saludarlo, pero creo que el bato se imaginó que yo era la Azubia Licón y gachamente se sacó de onda porque cuando me guachó, a las niñas de sus ojos se les cayeron los calzones. A todos tiros evitaba mirarme de frente, pero le buscaba las pupilas. Y viendo que se hacía el occiso decidí aventarle mi túrica (nada mas como regla mínina de educación).

—Qué tal, Jeff Durango. ¿No te acuerdas de mí?
—Ah, sí. ¿Cómo estás!

A leguas se le notaba en la feis una actitud mamona; esa formalidad postiza que vuelve plastiqueros a los intelectuales; esos aires de mirameynometientes. Arrogancia cretina mezclada de pedantismo light.

Continuará

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