27 de enero de 2014

25 de diciembre de 2013

aunque son más finas las cuestiones amorosas

Desplaye de histeria biográfica  / no todo depende de la erección del pene
para borrar la morfología de los distingos genitales
¡verga!
para simbolizar la presencia del hombre
hoyo / orificio vaginal / panocha o hachazo del Diablo
para segregar los reductos de la «periodicidad íntima» (placer parto y dolor)
Biblia de machos dominantes (meroliqueramente metafísica)
y eterno castigo a la delictiva Eva / vulgar chupapitos
y a mí que tanto gustaba la pinchi ruca
absurdo y deplorable misticismo  / sabor a nostalgia / elocuencia ambigua
determinismo mecanicista  / moneda corriente / distorsiones históricas
aunque son más finas las cuestiones amorosas
entonces, ¿Newton y Copérnico fueron los causantes de todos los males 
 sucedidos durante la revolución industrial?
época patrañera de la peor refriega irracional
ortodoxia / pecados y diezmos / razón por superstición
compendio antibrujería —malleus maleficarum— incusa herejía a la carcajada
materia / paganismo y mujer
entidades creadas por el Demonio

aquel el chamaco pendejo

Extravíos de la mente humana 
que aún cree que el mundo se hizo en seis días
y no por albañiles sino por la voluntad etérea de un bato
a quien la zancada ascética del viejo cristianismo 

le encasquetó el nick-name de Dios
divinidad decrépita y jubilada
hacedor de seres imperfectos a su imagen y semejanza
o —según dijo David Hume
¿no sería ese tal Dios aquel el chamaco pendejo
que avergonzado dejó el mundo a medio nacer?

Si empiezas las cosas por el incio jamás las acabará


Si empiezas las cosas por el incio jamás las acabará

quien más alardea de imparcial más se deja llevar por los prejuicios

En una carta que George Orwell escribió el 28 de julio de 1949 a Richard Rees, el autor de 1984 revela sus dudas acerca de las apreciaciones estéticas. «Todo es juzgado —le dice Orwell a su amigo— según criterios políticos a los que después se da un disfraz estético». Y muestra algunos casos peculiares: «Por ejemplo, el que Eliot no vea nada bueno en Shelley ni vea nada en Kipling tiene que deberse, en el fondo, a que uno es un radical y el otro un conservador, a su manera». ¿Tendrá razón Orwell cuando declara que quien más alardea de imparcial más se deja llevar por los prejuicios?

Como el agua es para el pez; así es para un intelectual la solemnidad mamona

Como el agua es para el pez; así es para un intelectual la solemnidad mamona

14 de diciembre de 2013

LA GUAIFA, EL PERICO Y DOS ESCRITORES PROGRES


LA GUAIFA, EL PERICO Y DOS ESCRITORES PROGRES

        Entraron doña Mercedes, el Gabo y Carlos Fuentes en un restaurante de la ciudad de México.

         [El Gabo llevaba un perico colombiano posando sobre el hombro derecho]

—¿Cuatro sillas? —les preguntó el mesero, después de las buenas tardes.
—No, pendejo. ¡Qué no ves que somos cuatro cabrones?


         Mas tarde el pajarraco se cagó encima de un mantel; y todos dijeron fani

25 de octubre de 2013

No hay mejor momento de «epifanía» escritural que la puta amarguez y la pinche risa que causa la pendejez del «otro», como dirían los pedantes académicos ostiones.

No hay mejor momento de «epifanía» escritural que la puta amarguez y la pinche risa que causa la pendejez del «otro», como dirían los pedantes académicos ostiones.

La razón para el romántico suele ser una fuerza infinita y omnipotente que constituye la sustancia más pura de la humanidad.

La razón para el romántico suele ser una fuerza infinita y omnipotente que constituye la sustancia más pura de la humanidad.

Somos agachones y comodinos, pero de pendejos no tenemos ni un pelo

Somos agachones y comodinos, pero de pendejos no tenemos ni un pelo

Las segundas oportunidades solo se encuentran el la literatura, no en la vida real

Las segundas oportunidades solo se encuentran el la literatura, no en la vida real.

Se murió Rafa Saavedra, ya se reunió por fin con su carrera de escritor que siempre estuvo muerta.

Se murió Rafa Saavedra, ya se reunió por fin con su carrera de escritor que siempre estuvo muerta. Rosemar Castañeda

Como en el fascismo, aquí la verdad no tiene tiempo ni lugar.




En las patéticas exageraciones hay una intencionalidad solapada que poco o nada tiene que ver con la verdad sino con las condiciones intelectualmente míseras del neotomismo libresco —o sea, maromas mentales adornadas con pedanterías academicistas— que sirve de gran utilidad a las insignificancias literarias de malhadados literatuelos. Como en el fascismo, aquí la verdad no tiene tiempo ni lugar.

24 de octubre de 2013

la protopoeta Siete-culos

Esta es la protopoeta Siete-culos, una pobre ruca chisquiada (o sea, enferma mental) y lumpen de la Zona Norte y a quien los culturosos de Tijuana, cretina y mafufamente pretenden mitificar y elevar a la categoria de icono fronterizo.

23 de octubre de 2013

ALGUNAS PERSONAS COMO EL CHARKOMEN LO UNICO QUE HACEN ES MENTIR, DIFAMAR Y DESTRUIR


ALGUNAS PERSONAS COMO EL CHARKOMEN LO UNICO QUE HACEN ES MENTIR, DIFAMAR Y DESTRUIR.

el Diablo le disputa a Dios su carne

Pero... como en el bien se deja ver el mal, el Diablo le disputa a Dios su carne, más pronto que tarde se descubre el tarascazo, el moretón en el cachete de la virgen, el jedor de la carne podrida, el orificio de la puñalada trapera, la miseria moral...

Dicen que mis criticas causaron los males cardiacos que llevaron al Rafa Saavedra al ¨masalla¨

Dicen que  mis criticas causaron los males cardiacos que llevaron al Rafa Saavedra al ¨masalla¨

escritorzuelos y dizque poetas fronterizos

El autodistanciamiento de la conciencia para paliar las autoculpas y sublimar (o aplastar) las pulsaciones de un superyó edípico, en el caso de los escritorzuelos y dizque poetas fronterizos, cabe destacar que la hipótesis concerniente a la teoría de la glorificación del útero materno (como refugio de protección y seguridad para el hijo divorciado, por poner un ejemplo) no se apoya simplemente en una configuración somática de corte froidiano, sino que se descubre en la recargada holgazanería que padecen como tipicos megagüevonazos los referidos escritoretes. Es por ello que el batos, casi siempre, permanecen en el hogar de sus jefitas, lejos de las labores agotadoras, y pordioseando el «güélfer» que brindan las instituciones culturosas. Y los susodichos poetazos arguyen que su ascenso al alto escalafón de la güevonería se justifica en términos de las necesidades poéticas. Convencidos de que hay que concederles prioridad y, por supuesto, saber encontrar tiempo para algunas bebidas, antes y después de la veladas literarias y de sus mariguanos recitales en cafetines o chupaderos. Poetastros que han encontrado minuto preciso para pelar la pava y que tomando distancia de las convicciones ideológicas y los credos políticos, intentan acomodarse —como buenos zampabonigas— en el «yetzet» culturero tijuanaco, creyendo que así logran un “éxito” artístico.

lúmpenes y seres improductivos buenos para nada.

Fingiendo una elevada «ascesis», la mayoria de los escritorzuelos ¨inspirados¨ de esta comarca tijuanera y bajacaliforniana señorean cretina y estólidamente que la güevonería y el parasitismo deben perdurar en comunión permanente con la poesía (o, mejor dicho, con la fístula de cursilerías que estos me,lolengos consideran que es elocuente poesía). Y cada mañana, al despuntar el alba, se autoconfieren las virtudes cardinales de un «superego» lírico; y que, en realidad, se trata de un autodistanciamiento de la conciencia para paliar sus propias culpas y sublimar (o aplastar) las pulsaciones de un superyó edípico. Dicho en términos escuetos, esto supone que para autoconsumarse en divo de la «poetiada» se requiere la condición de zángano. Y claro está, también es necesario escribir versitos inocuos e inofensivos y crearse “valiosas” amistades de literatuelos de similar corte y confección (igual de ambiguos, pandrosos, gorrones, oportunistas, cobardes y lambiscones). Todo sea para diferenciarse de los demás y adquirir réditos simbólicos (popularidad, prestigio, apoyo), diluyendo la contingencia histórica y viviendo en un estado de interdicción política, pero con objetivos muy precisos, tendientes a transformar en privilegios sociales y estatutarios su condición de lúmpenes y seres improductivos buenos para nada.

que la güevonería y el parasitismo deben perdurar en comunión permanente con la poesía

Fingiendo una elevada «ascesis», la mayoria de los escritorzuelos ¨inspirados¨ de esta comarca tijuanera y bajacaliforniana señorean cretina y estólidamente que la güevonería y el parasitismo deben perdurar en comunión permanente con la poesía (o, mejor dicho, con la fístula de cursilerías que estos me,lolengos consideran que es elocuente poesía). Y cada mañana, al despuntar el alba, se autoconfieren las virtudes cardinales de un «superego» lírico; y que, en realidad, se trata de un autodistanciamiento de la conciencia para paliar sus propias culpas y sublimar (o aplastar) las pulsaciones de un superyó edípico. Dicho en términos escuetos, esto supone que para autoconsumarse en divo de la «poetiada» se requiere la condición de zángano. Y claro está, también es necesario escribir versitos inocuos e inofensivos y crearse “valiosas” amistades de literatuelos de similar corte y confección (igual de ambiguos, pandrosos, gorrones, oportunistas, cobardes y lambiscones). Todo sea para diferenciarse de los demás y adquirir réditos simbólicos (popularidad, prestigio, apoyo), diluyendo la contingencia histórica y viviendo en un estado de interdicción política, pero con objetivos muy precisos, tendientes a transformar en privilegios sociales y estatutarios su condición de lúmpenes y seres improductivos buenos para nada.

Francisco Morales en la dote cultural de nuestras miserias locales

Y el poeta, compinchado en la rémora de las instituciones cultureras del gobierno empresarial (IMAC, CONACULTA, FONCA, ICBC, CECUT), proporc...