13 de julio de 2013

estúpidas muletillas a las que le anteponen la palabra «cultura»

Actitud tramposa o de ignorancia es reducir a categoría simplista un concepto tan polisémico como el de cultura. Para ciertos espíritus, la cultura se comprime en una definición que no va más allá de reglas de cortesía, normas de urbanidad, sapiencia libresca, acervo informativo o modales de buen comportamiento. Y sucede que, cuando algo se pone de moda, es fácil que cualquier cretino oportunista fastidie con estúpidas muletillas a las que le anteponen la palabra «cultura». Y, así, vindicando equis chingadera se comienza a chamullar el término hasta quedar rebajado a cliché de propaganda política marquetera. Una y otra vez se repiten desaguisados: «cultura de la legalidad», «cultura de la prevención» «cultura de la igualdad de género», «cultura del agua», etcétera. Como si con eso se expurgara la inferioridad intelectual de los cabrones que hacen de la palabra cultura propaganda hueca.

Y ME GUSTÓ LA CHINGADERA



Todo pasó en un día en que yo fui a buscar a un morro que era compañero de clases, muy trucha para las matemáticas el güey. Y como yo era un pinche burro en cuestiones de números, pues fui a talonearlo a su cantón para que me hiciera un paro con la tarea que nos había dejado el profe. El morro no estaba, pero estaba su carnala de 15 años. Yo tenía como 11 años de edad y todavía no se me paraba la bichora y, además, tenía buenos pensamientos. Solamente conocía lo malo por referencias bíblicas y platicas beateariles. Pero el chamuco, disfrazado de ángel, andaba en el aire y puso ante mis ojos los pliegues carnosos de una vulva adolescente, haciéndome creer que trataban de pétalos de flor. No lo puedo negar, me gustó la chingadera.

Una nalgasprontas de mierda

Era un culo de vieja y no chingaderas. Una nalgasprontas de mierda; y, lo peor, es que le soltó la pepa a un bato muerto-de-hambre como yo...

Las rayas de los burros de la avenida Revolución

Creo que las rayas de los burros de la avenida Revolución representan la escritura más poética que existe en Tijuana •


conjeturas falsas y vulgares, propias de tontos de capirote

Desde el punto de vista histórico, la filosofía es la primera forma de conocimiento, es decir, de pensamiento teórico. Representa la clave de los enigmas del universo; es la ciencia que trata las leyes más generales de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento. Marx sostenía el principio de que la filosofía es "el alma viva de la cultura". Sin embargo, existen dos maneras de introducirse a la filosofía sin llegar a comprenderla: la primera, a través de la superficialidad y la otra por vía de la necedad. Ambas conducen a operaciones síquicas rudimentarias, a conjeturas falsas y vulgares, propias de tontos de capirote. En cambio las ideas profundas llevan a la cúspide del conocimiento, pero de nada sirven sino se unen a la acción. La actividad mental es inconcebible sin la actividad práctica; no hay cognición pura, ¿cómo puede llegar a materializarse un producto abstracto? La acción-cognición resulta inseparable, por ejemplo, tal vínculo permite elevar el nivel intelectual para tomar decisiones correctas, hablar sin equivocarse y obrar como es debido. La filosofía es, desde su origen hasta hoy, una ocupación necesaria para el desarrollo humano, tanto en lo espiritual como en lo tecnológico; pasa de lo ideal a lo material y viceversa. Transita de un "ser" a "otro ser", de palabras a cosas, y a la inversa. Con la filosofía el pensamiento -producto superior del producto superior de la materia, como dijera Lenin- adquiere significación universal, amplitud, divergencias y orientaciones diversas.

punchis-punchis

punchis-punchis
Música electrónica, más progresiva que la tecno pop, en virtud de las inovaciones tecnológicas de los equipos electrónicos que producen nuevos sonidos empleando sintetizadores, cajas de ritmos, samplers, etcétera, procesados mediante computadoras. La expresión punchispunchis —advierte P.G. Beas— deriva de la onomatopeya que reproduce los sonidos combinados de un bass drum (bombo) seguido de un snare drum (tarola) de las cajas de ritmos que se utilizan en la música electrónica; y que suena pun-chis-pun-chis. (www.pgbeas.blogspot.com). Construcción: «Y el punchis punchis mantiene en trance catártico a esas jóvenes almas que gritan, aúllan, danzan, aplauden frenéticamente, emocionadas. Felices. Una hora después, el resto de la serpiente de cuerpos que se resistía ha terminado por retorcerse. Al diablo las sillas para diplomáticos, las muchachas lo que quieren es bailar. Reza la pantalla: morra, morras, morras, las más desmadoras. punchis-punchis-punchis. Es la autoburla del colectivo para los que menosprecian su trabajo, es el grito de antiguerra. El pinche ruido de Nortec» (Jaime Cháidez Bonilla, El Mexicano, 21-X-4).

Francisco Morales en la dote cultural de nuestras miserias locales

Y el poeta, compinchado en la rémora de las instituciones cultureras del gobierno empresarial (IMAC, CONACULTA, FONCA, ICBC, CECUT), proporc...