Carta al Charkomen

Carta al Charkomen:
Querido Maestro:


Su cruzada trasciende lo "meramente" mexicano- tijuanense, usted denuncia a LA MIERDA DE LA "CULTURA" y a sus mierdosos esbirros de la mierda. Lo que usted denuncia acontece en el planeta. No obstante, de sus notas siempre me llamó la atención el ver que el estado de Tijuana, destina un presupuesto para "cultura" ( valga otra vez el encomillado). Claro que si dicho presupuesto va a aparar a manos del Yepecín-Yepecito lindo y querido, o del Rata Saavedráculo, se contradice a sí mismo y crea un efecto diez veces contrario al esperado, vale decir desculturaliza, y, al final, mejor y más provechoso para todos sería que esos mangos, en vez de recalar en tales tristezas, se los reconduzca a insumos de hospital o útiles escolares y pinturitas y/o becas en barrios marginales, pues proporcionarles medios a niños carenciados, será una forma más eficiente de hacer algo por la cultura regional, que el pagarle los drinks a esos mierdaleches del "do ut des" - doy para que me des- pro yanquis que nisiquiera aguantan la bebida. ¡Qué puto asco, che! EL PRIVILEGIO DE SER MEXICANO, y arrastrarlo ( con la connivencia del estado) en las fascinación berreta y grasa por el imperio que les exprimió los blandengues cerebritos de glande; cuando cabría esperar que fueran justamente estos "artistas e intelectuales de vanguardia" quienes corrieran como una clorofila nueva por las ramas de la cultura y la identidad nacional y, a la luz de las becas y prebendas estatales recibidas, le dieran un impulso verdadero a las artes, a la identidad y al sentir nacional. Lo que le digo, mi amigo, lo trágico es que "Yepecínes y Ratas Saavedras y Juanitas Vendolaconcha-acaballeroodamaposicionadaenelmundodelasletrasquepuedaimpulsarmicarrera " campean así , dapertutto per il mondo, esparciendo sus bubones, contagiando, contagiando, y haciéndole creer a tanto necio suelto y plebeyo cultural que la literatura o las artes todas, son y tienen que ver con esos cagorros negros depositados en el hall de la sala de recepción de esas fiestas aburridas, de esos conciliábulos y aquelarres de lambidas y mamaditas reciprocas, en donde una ostentosa mediocridad pea y campea a sus anchas. Luego los poetas escanciarán (¡en Argentina se dice así! ) "un vino de honor" entrelazando sus lenguas marrones, dedicadas a actividades que poco tienen que ver con la poesía, y , sin embargo, a las vistas de los resultados obtenidos parecería ser que sí.

 Leonardo Morgan-Finkelstein


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