Conaculta, Coca Cola, Televisa, etc
Tanto en el aspecto socioeconómico y en su dinámica
culturosa, la pequeña burguesía se haya condicionado porque así conviene a sus
intereses materiales e ideológicos, por una parte, por la política cultural del
oficialismo institucional, inducida por la dádiva, la artificiosa promoción
mediática y el cuatachismo; y, por la otra, en razón de la incapacidad de
lograr por méritos propios abrirse como grupo independiente y proyectarse mas
allá de la periferia por medio de sus talentos y virtudes. Su actividad no
relumbraría —ni la pueden llevar a cabo— sin la ayuda y colaboración de las
instituciones culturales y de sectores dominantes de la iniciativa privada
(Conaculta, Coca Cola, Televisa, etc). Sólo así son capaces de hacer ruido y
sentirse los protagonistas del ilusorio auge cultural que vive la frontera
norte de México, un espejismo que consideran una hecho cierto, sin darse cuenta
que se trata de una engañifa más de la oligarquía que detenta y controla rumbos
de la cosa pública; y que, dicho sea de paso, considera al trabajo creativo y
estético solamente como otra forma de negocio privado.