REFLEXIONES DE UN ALBAÑIL MARIGUANO


Una buena peda, vale también como arte, porque —como dijo Rimbaud— es un desarreglo de los sentidos y hasta da pauta para mejores alusiones de osadía sexual, además, que auspicia y motiva el encuentro entre hombres y mujeres o, si se prefiere, entre jotos y mayates. Si don Fernando Pessoa decía que el arte nos libra ilusoriamente de la sordidez de ser, entonces habría que agregar que lo mismo sucede cuando nos ponemos una buena guarapeta; y, además, con la ventaja de no requerir la filiación estética, solamente la influencia etílica del agua loca.

Entradas más populares de este blog

Francisco Morales en la dote cultural de nuestras miserias locales

Tijuana es el culo de San Diego

Un territorial culazo como modelo de alternativa cultural