LA LEY DE LOS INSTINTOS


LA LEY DE LOS INSTINTOS

He respetado el statu quo tanto como me lo ha permitido mi libre empresa.
Mientras la muchacha ha permanecido sentada más de cuatro años en clases, comiendo los mismos alpistes y escuchando las repetidas cantaletas de siempre.
Mientras otros aprenden a guiarse por la ley de los instintos de manera diversa, reclamando solamente la espesura del anonimato, sin la tradicional pedantería de integrar motivos particulares a la vida social.
Es tradicional la pedantería hasta en el sentido común, en la razón sana.
Tengo fe en lo absurdo, en la caída de la letra p de la palabra salmo (psalmo), salterio (psalterio).
¿Porqué no en pseudo, psicología y psicosis? Son ociosas las grafías.
Del intelecto hacia la intuición, las ubres henchidas que se han entibiado.
La ignorancia es una maestra indiscutible, dominada por las virtudes tontas más elementales.
¿Qué es el pudor?
Vergüenza, recato, timidez.
O lo que quiera el impúdico que no tiene recato en todo aquello que se refiere al sexo.
Pero aquí las partes pudendas equivalen a miembros genitales, a pornográficas peroreras de incontinencia carnal, a la execrable disposición de meter la polla en un coño y a otras majaderías de menor renombre.
La poesía es una enfermedad neurológica de espasmos emocionales, glioblastoma que incita a sentirse como un extranjero en el propio vientre de la puta madre que a uno lo parió.
Lo inasible no tiene nombre, es la verdadera creación del lenguaje.
La noche es el antifaz de esta ciudad, balada perturbadora la rebeldía social. Siempre está presente.
Decadencia de la poesía bajo el efecto de las tecnologías.
Mi alegría no traspasa los límites de una página en blanco, en cambio, mi sufrimiento va más allá de mí mismo.
Una simple intoxicación de palabras: todos aquellos que se han extraviado en el tiempo se creen vanguardistas.
Los ensambladores del verbo se han expresado muy bien: la resignación es el antecedente de la desdicha, la sustancia del sufrimiento.
¿Se trata de un espejismo que se desdobla en una segunda persona?
—¡Tú, cabrón!

Entradas más populares de este blog

DOSSIER CARLOS LÓPEZ DZUR [TROZOS POÉTICOS]

«NUESTRA CAMA ES DE FLORES» O EL AGUACHIRLE SENTIMENTAL CLASEMEDIERO

EVA JORDÁ O EL RE-SENTIMIENTO DE UNA POESÍA QUE SE TRASMUTA EN ANTIPOESÍA