DOSSIER CARLOS LÓPEZ DZUR [TROZOS POÉTICOS]




«Es la mujer real,
costilla celular de mitocondria,
aposento idóneo, el sábado encarnado
de una canción que hoy es
el recuerdo que canta
y que, en la carne,
conmueve todavía... ».

Carlos López Dzur, Desencarnamiento





«Cuando seca está la lengua del espíritu,
me pongo a rasurar el bello púbis de Sión...
¡pero, claro, es porque en sus piernas,
en sus magníficos cimientos de rodillas,
me cobijo y echo unas clavadas en seco
al fondo de las charcas de Urano,
y ella es la bienvenida
del cariño en mis costillas!».

Carlos López Dzur, Romance de Corinna Hartney





«Uno mete el ojo por la cerradura.
Agujera su anhelo insólito de milagros.
Asalta el techo, se descalabra
en volúmenes de esperanza,
pero sólo a tí, japa ninfática, fiat, el hágase,
ahí te voy, sáciate, mirón,
cuando asesinas el brassier en los pasillos
y exprimes dos fantasmas en mi boca».

Carlos López Dzur, Los senos cósmicos





«No es moral la nueva Babilonia de babosos.
Ni la ciudad de los grandes platónicos
ni los grandes imperios ni la prensa coqueta.
Ni las misas de vanagloria
ni las mansedumbres hinduístas.
Ni las sendas del Tao con malabaristas
de Sendero y Flor de Loto
ni huele-pegas ni peyoteros
ni santeros ni teosofistas
ni dualistas de fría misericordia
y peladas rodillas
ni absurdos de la Eucaristía
ni papistas de la cruz y el misticismo».

Carlos López Dzur, Homenaje a Epicuro, 13





«Ahora me aferro al cosmos escindido
de su nalgatorio porque escribo
sobre el futuro y el amor.
Si yo fuera Mirabeau, mudaría
Versalles a París,
redeclarando los Derechos del Hombre
sobre esas tapias de tersura
que se llama el pedorrón del Terror».

Carlos López Dzur, Romance de Corinna Hartney





«Demagogo agitando alas de voluntad
a gusto, tu caprichoso afán por una estancia
en lo localizante, y quedaste a mitad de tu proceso,
ir y subir al carruaje, espacio tiempo psíquico».

Carlos López Azur, En el lugar del habitar, 5





«Con esta niña, sabiduría de mi erotismo,
se maja al amasijo de protones;
se desgranan como avellanas,
duramente golpeadas
(los protones sueltan al quark
y al divino bosón;
los antiprotones surgen
con su olor de shalimar
para mi olfato y mi lengua los cata
como si fueran la vainilla de Papantla
y mis labios se relamen,
desde ahora y para siempre,
como si reclamaran el rictus de una mermelada
de fresa de Clemente Jacques!)».

Carlos López Dzur, Para despertar a Leti, 2





«A veces, tenemos que bailar juntos
sin que nadie nos vea, como en las cuevas,
antes de salir a darnos a gregarios rituales
con las gentes del mundo.

Don Nadie nos fuñe costilla abajo
y giramos con talones de cómplices
y como trompos dulcemente amarrados
del ombligo».

Carlos López Dzur





«No me vean así. Con tal incredulidad.
He conocido el amor y devuelvo el bien
por bien y nunca el mal por mal».

Carlos López Dzur, El maestro feo





«Los únicos morales son valientes y generosos.
No comulgan con burócratas ni con sabihondos.
No apoyan a gendarmes ni exorcizan con miedo
las sabidas miserias de la desventura cotidiana».

Carlos López Dzur, Homenaje a Epicuro, 16





«No es moral la violencia ni la coersión
ni la impostura ni la convocatoria obligada
de tribus que no piensan; pero opinan
y protestan y censuran y castigan
con maniática afrodisia de cínicos
y orgásmica faena de burlones».

Carlos López Dzur, Homenaje a Epicuro, 12





«Observa que soy la causa sin causa de tus alegrías.
… pero antes canta con inteligencia mi locura
y sé honesto. En las relaciones asimétricas
de los hijos de Merope, no participes; no definas
la muerte fuera de la vida, porque para el no-ocultamiento
son los Divinos y, para no-retraimiento, la Verdad».

Carlos López Azur, En el lugar del habitar, 6





«Me gustaría que hubiera un dios
que tenga mis dos manos y me abrazara
dulcemente como amigo».

Carlos López Dzur, Del shakta a su deidad





«Ella es la mujer que yo ubico
bajo nevadas de cáctus.
Sus nalgas son tan cálidas
que no dudo que estoy
bajo las ruletas de neón de los casinos
y que mi ofertorio está lleno de vellos
y mis sombras llenas de barbas
y con largas orejas de burro.
¡Azazel en el desierto
y Peniel sobre la cama!
Sileno no se enmascara».

Carlos López Dzur, Romance de Corinna Hartney





«No quiere que despierte
el que no es poeta.
Pero coge y lame
como apache apañera,
tupí y caraiba,
cuando gatea en sus cruzadas
para rescatar la Tierra Santa».

Carlos López Dzur, Romance de Corinna Hartney





«You dirty tyke, tú perro pulgoso,
apenas en tierra y anhelando el cielo!
Y uno, en la malaventura, atravesado en los golpes,
espera en la Gracia retraída, cuadrantes primordiales
del ser y salvaciones, en guiar a los mortales
por la Puerta, donde todavía Venus embarazada
sale de la mar y es nuestra madre y esposa
y hermana y la ramera en la esquina y la fuerza creativa
de la imaginación, más generosa que el placer de vivir».

Carlos López Azur, En el lugar del habitar

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