21 de agosto de 2013

Ya no hay lugar para las sorpresas.

Como los poetas, sicarios y malandrines ultrasanguinarios son los entes que ahora están de moda, como antaño estaba Gil Blas o el Fígaro de Beaumarchais. Son estos personajes los que predominan y el resto desaparece. Cada quien reclama su puesto en determinado momento histórico. Asómese a las páginas del Lazarillo de Tormes y vea quién es la figura notoria que sale de la miseria y la brutalidad de esa época. Ya no hay lugar para las sorpresas.

Después de allí, ni un paso más.

Yo, por mi parte, estoy dispuesto a seguir a la poesía hasta las puertas del cielo. Después de allí, ni un paso más.

Vivimos el paradigma de una literatura podrida y apestosa

Vivimos el paradigma de una literatura podrida y apestosa

«rockstarismo» mamón

En lo que a mí respecta, convencido estoy que la labor literaria no es un pasatiempo ni faena para matar el ocio. Tampoco es prioritario en él que vivir del oficio escritural, aunque muchos quisiéramos vivir de este camello. Yo, por mi parte, soy abogado y profesor, y de tales faenas saco la firula pa llenar la tripa. Y no discurro en deseos plañideros para sustituir una cosa por otra, y mucho menos, me rebajo a pordiosear el talón de subsidios o becas como lo hacen los cabrones carroñeros que se niegan a corretear la chuleta en otros campos. Quién no desea ser un escritor de tiempo completo, pero ya ven, si no se cuenta con marmaja que respalde la sobrevivencia no queda otra que comer aire como los camaleones. Sé de escritores que pregonan ufanos el amor a la escritura, pero eso lo aseveran de la geta pa fuera, pues anteponen a su devoción literaria el metalón o al «rockstarismo» mamón.

una tesis de poder que subvierte la moral burguesa

Aunque en principio suele ser triste y repugnante, la esencia metafísica que subyace en el acto criminal se disuelve en la rutina social y desemboca en una tesis de poder que subvierte la moral burguesa. No es una suerte de «weltanschauung», pero su aplicación práctica destruye valores (y su reacción es rápida si son los chalinos o los mangueras quienes le den pábulo). Sus efectos síquicos se trasladan al proceso social para encontrar fundamento y justificación en cuestiones muy prácticas y concretas, es decir, objetivos inmediatos que revisten el carácter de crimen organizado o desorganizado. Asi, por ejemplo, si dos fulanos «A» y «B» carecen de empleo, están en la vil ruina y no tienen expectativas laborales en la estructura formal de las relaciones sociales de trabajo; uno podrá resignarse a no robar, a no secuestrar o no despachar a un tercero a la tumba; en cambio, el otro quebrantará la ley y cometerá delito. Aunque la voluntariedad del segundo repugne, su intención es más firme y de mayor energía para afrontar la vida que la del primero, que sin chistar se queda en el miserable atolladero que la moral burguesa le ha reservado y que de nada sirven para satisfacer sus necesidades más elementales. Y aquí sale a colación Wilhelm Reich cuando decía que «todo lo que actualmente se llama moral o ética esta, sin excepción, al servicio de la opresión de la humanidad trabajadora».

la metafísica del acto criminal como inmanencia del mal

Al rato —cuando más vivos queden reducidos en muertos— el crimen (como sinónimo de homicidio o dolosa privación de la vida) tal vez no pierda su tipicidad de acción u omisión antijurídica y sancionada por el «ius puniendi», pero sí su carácter refractario de «causa eventual», desposeyéndose tanto el asesino y su comisión homicida del rasgo de ser un «un hecho excepcional» de la existencia cotidiana; o sea, de esa «situación» a la que Raymond Chandler en su literatura negra, metafóricamente, la comparaba con «una papa de cuatro kilos o un ternero con dos cabezas», mientras apuntalaba en -su novela Un largo adiós- la metafísica del acto criminal como inmanencia del mal: «Un asesino es siempre irreal en cuanto uno sabe que es un asesino. Hay gente que mata por odio, o miedo o codicia. Están los asesinos astutos que planean y esperan salir bien. Están los asesinos violentos que no piensan en nada. Y están los asesinos enamorados de la muerte, para quienes el asesinato es una clase de suicidio remoto. En cierto sentido, todos son insanos...»

la sustancia más pura de la humanidad

La razón para el romántico suele ser una fuerza infinita y omnipotente que constituye la sustancia más pura de la humanidad.

La mejor manifestación del absoluto se proyecta en el arte


La mejor manifestación del absoluto se proyecta en el arte.

19 de agosto de 2013

figuras de la culturosada tijuanaca

Si vas a imitar a alguien, no imites al Charkomen. Imita a los dioses por encima de las figuras de la culturosada tijuanaca.

16 de agosto de 2013

la inspiración es un desecho menstrual




Gerundios desgastados
más de cinco ritornelos
paradojas bobas
aborrezco las alegorías
amo las necedades onomatopéyicas
peino los prefijos
siguiendo metáforas borrachas
ofendo con ironías
convierto fonemas en aullidos
amo y odio la repetición
imito la imperfección de un símil
los tropos ahogados en la tinta
en la garganta amontono sílabas reverberas
ardiente es el furor de los puntos suspensivos

la inspiración es un desecho menstrual
musa cuarentona
dinero recurso estético
o símbolo poético
en la bolsa de valores
piernas de mujer lasciva
dispuesta a fornicar
así se entreabren los paréntesis
vocales que se apretujan
entre colores y fragancias


galopan los gerundios
apócope con cara de niño pervertido
una grafía enana me atosiga
sustantivo que se carcajea
una sinestesia ebria
se orina frente al triptongo
un adjetivo sucio quiere bailar
y toma de la cintura al diptongo
el hiato lo abofetea
copetín de una eñe
la ironía se embriaga
el pronombre se come las uñas
diéresis o huevos rellenos de tinta
asterisco flor dilatada

Francisco Morales en la dote cultural de nuestras miserias locales

Y el poeta, compinchado en la rémora de las instituciones cultureras del gobierno empresarial (IMAC, CONACULTA, FONCA, ICBC, CECUT), proporc...